lunes, 18 de diciembre de 2023

El comercio y la acción climática

 Finaliza la Cumbre del Clima, celebrada en Emiratos Árabes Unidos y de nuevo envuelta en  polémicas, contradicciones y esperanzas. Limitar el calentamiento global requiere un esfuerzo colectivo y un proceso de negociación y deliberación que permita tomar decisiones consensuadas. Se espera que los acuerdos adoptados para una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles permitan avanzar, aunque sea tan lentamente, en un tema fundamental para  nuestro futuro. 

No se debate la importancia del comercio como motor de desarrollo y progreso de una sociedad. El comercio implica la producción y distribución global de bienes y servicios, y representan una cuarta parte de las emisiones, pero también implican el bienestar y la supervivencia de la población. Por ello, el comercio debe participar de la transición hacia las energías limpias y la reducción de las emisiones globales.

Hay que unir al sector del comercio a nivel mundial en una hoja de ruta con cambios transformadores que repercutan directamente en el panorama económico. El desafío debe convertirse en una oportunidad para el comercio sostenible, especialmente en mercados como el africano o asiático que precisan fortalecer sus infraestructuras, crear capacidad y atraer inversiones esenciales. En este momento, los bienes procedentes de los mercados en vías de desarrollo son tres o cuatro veces más caros por el alto coste logístico.

Es imprescindible facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos para ayudar a todos los países en sus esfuerzos de adaptación. Un ejemplo es el acceso a bienes y servicios ambientalmente preferentes. El comercio de productos respetuosos con el medio ambiente aumentó un 4% en 2022, con especial crecimiento de los vehículos eléctricos, los envases no plásticos y las turbinas eólicas, y alcanzando un máximo de 2.9 billones de dólares.

En logística, también deben identificarse las rutas comerciales marítimas en las que se pueden construir instalaciones de abastecimiento de combustibles alternativos, e impulsar barcos que funcionen con energías limpias. Y ya que las cadenas de suministro son interdependientes, es esencial la colaboración de las empresas del sector para un futuro sostenible y neutro en carbono. No hay que olvidar que el transporte marítimo representa un tercio del total de las emisiones mundiales.

Otro gran desafío es la producción de energías renovables y la electrificación masiva, que con un coste de 32 billones de dólares a nivel mundial requerirá grandes inversiones en los mercados emergentes. Los gobiernos y empresas deben colaborar e impulsar las tecnologías y las prácticas comerciales con los objetivos del Acuerdo de París. 

En definitiva, necesitamos colaboración, multilateralismo y alianzas para construir resiliencia en las cadenas de suministro, para invertir en nuevas infraestructuras, para crear sistemas inteligentes y para educar en tecnologías climáticas. Los gobiernos y las empresas deben aliarse para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible. No actuar tiene impactos políticos, económicos y climáticos negativos demostrados, especialmente, en los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Transformar el comercio para la resiliencia climática es posible. La política comercial debe fomentar el cambio. Los subsidios, por ejemplo, pueden acelerar la transición energética y desarrollar mercados para productos eficientes en carbono y eliminar gradualmente la actividad económica insostenible. La transición climática es un viaje colectivo hacia un futuro sostenible. La colaboración es vital para el futuro de nuestro planeta y la humanidad.

Anwar Zibaoui, Opinión, EXPANSIÓN Catalunya, Tribuna, 18 diciembre 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/12/18/658034bee5fdea33688b45af.html


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