miércoles, 26 de febrero de 2014

Barcelona-Dubái-Doha



Economia Digital : Barcelona-Dubái- Doha
Economia Digital, Miércoles 19 Febrero 2014

http://www.02b.com/es/notices/2014/02/barcelona-dubai-_doha_8148.php

Eng http://www.02b.com/en/notices/2014/02/barcelona-dubai-_doha_6553.php

Barcelona está más cerca de la región del Golfo y Oriente Medio que nunca o viceversa. Hace unos días, el enorme avión A380 de Emirates, de gran capacidad, inició en Barcelona sus vuelos directos diarios entre Barcelona y Dubái. La apuesta es una señal económica positiva e importante.

Es conocida la pasión de las fortunas de Oriente Medio, especialmente los árabes del Golfo, por invertir o comprar inmuebles, hoteles de renombre y centros comerciales en Europa y en el mundo. A finales de enero, un fondo de inversión de las Fuerzas Armadas de Qatar, Qafip, adquirió el Renaissance Barcelona por unos 78 millones de euros. Meses antes, otro fondo de este pequeño emirato, el Qatari Diar, compró el Hotel W de Barcelona por 200 millones. Esta tendencia no termina aquí, sino que otras operaciones importantes podrían anunciarse en un futuro muy próximo.

Varios hoteles emblemáticos de Barcelona pertenecen a capital árabe. Ejemplos: los hoteles Miramar y La Florida son propiedad del Fondo CPI del libanés Boutros El Khoury; el Hotel Palace, de un fondo establecido en Londres liderado por el argelino Ali Haddad; otro de los más relevantes es el Hotel Juan Carlos I y el Palacio de Congresos de Catalunya, que pertenecen al grupo Barcelona Project, propiedad del príncipe saudí Turki Ben Naser. 

Barcelona empieza a estar de moda en Oriente Medio. Esta atracción por la ciudad va en aumento favorecida por el F.C. Barcelona, que ha facilitado acuerdos económicos: primero con Turskih Airlines y ahora con Qatar Airways. Se han establecido vuelos directos que son claves para acercar las distancias con esta región y han facilitado las llegadas de unos de los turistas con mayor capacidad de compras y gasto por estancia en el mundo –muchos de ellos pertenecientes a grupos inversores importantes--. Saudís, emiraties o qataríes que compran activos importantes en diversos sectores económicos de ciudades emblemáticas europeas, y que muestran interés por Barcelona, que debe aprovechar esta oportunidad y plantear iniciativas para rentabilizar el tirón al máximo. No sólo en el sector hotelero, sino también promocionando todo el tejido económico, financiero, industrial e incluso sectores como la moda, entre otros. Hay que cuidar de ellos porque son buenos embajadores para promocionar la ciudad.

Así que Barcelona ya empieza a estar en la agenda, tanto de fondos, empresas o turistas como lo están Londres, Ginebra, Nueva York o París. Y, si allí es habitual ver a este turismo de gran capacidad adquisitiva, ¿por qué no Barcelona? 

La carrera entre las grandes ciudades tanto para atraer empresas y capital como turistas de alto poder adquisitivo es cada vez más difícil pero sólo resistirán aquellas capaces de diferenciar su oferta, innovar en sus productos y facilitar la logística para la llegada de estos inversores o visitantes. Además también se debe impulsar cambios positivos en el sistema de otorgación de visado, y facilitar el aterrizaje de nuevas compañías aéreas, lo que ayudará a aumentar el número de empresarios y visitantes tan deseados en estos momentos de turbulencias económicas.

Disponer de infraestructuras, como un gran aeropuerto, un puerto, un importante recinto ferial, una gran oferta hotelera, distritos de innovación, económicos e industriales son herramientas útiles para impulsar una coherente política de promoción internacional, capaz de desarrollar una oferta de servicios que sea a la vez cuantitativa y de calidad para atraer inversiones, congresos y sedes internacionales. Todo ello permitirá a Barcelona consolidar y rentabilizar aun más su marca o las infraestructuras, y aumentar el interés de las grandes empresas e instituciones internacionales, y especialmente las del Golfo, que disponen de más del 60% de los fondos de inversión a nivel mundial y de liquidez, y están buscando oportunidades que se adapten a su estrategia y ética inversora. 

Es preciso tener una estrategia clara, un discurso sólido, conocimiento profundo de las realidades de esta región y demostrar capacidad de creación de la cultura de intercambio que tiene Barcelona.

La ciudad ha conseguido una transformación y un dinamismo que le ha valido el reconocimiento y la admiración del mundo. Pero ahora ha empezado otra carrera para consolidar y situarse entre las primeras ciudades a nivel mundial como centro económico y hub del mediterráneo.

Dar la espalda a esta realidad sería muy contraprucedente. No se puede actuar como si el éxito dependiese de la historia o como si el futuro estuviese predeterminado por el actual presente.


viernes, 21 de febrero de 2014

Turquía debe corregir el modelo

En muchos medios europeos, y en la propia España, ha sorprendido la imagen del presidente Mariano Rajoy participando en Ankara en un mitin de apoyo al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. Es posible que pensase que iba a la inauguración de una estación de metro, obra de la empresa Comsa, pero es muy difícil de entender que el servicio de protocolo que acordó la agenda no se diese cuenta de la naturaleza del acto. Y es que Erdogan vive el periodo más crítico de su mandato. Su capacidad para traducir la retórica en acción es limitada, y sus políticas internas provocan malestar. Ha cometido errores como restringir la libertad de expresión, oponerse a los derechos de la mujer, ignorar las graves acusaciones de corrupción, emprender polémicos proyectos en torno a internet y la justicia, acallar las protestas en la calle o la disidencia en su partido... Y están el tema kurdo y los problemas con países vecinos. Son muchos los que se oponen a sus políticas, pero él no mueve ficha y lo califica todo de conspiración, aunque acaso no sea el único culpable de esta situación.

Erdogan es una personalidad extraordinaria e inteligente, pero su estilo ha unido en su contra todas las contradicciones internas y externas. La pregunta es si su modelo se precipita hacia el fin. En los últimos 12 años Turquía ha vivido una transformación que ha demostrado que el islam y la democracia pueden coexistir. Pero aún se podrían hacer algunas cosas mejor. La experiencia del Partido de la Justicia y el Desarrollo en la formación de gobiernos ha sido exitosa, especialmente al gestionar las capacidades económicas. Nadie puede negar un milagro que ha logrado duplicar el nivel de ingresos per cápita cinco veces en diez años y reducir la tasa de analfabetismo. Turquía es ahora una de las 20 economías principales del mundo y juega un mayor papel en el escenario internacional. Pero siguen pendientes problemas como la inflación, el déficit y la moneda, la dependencia de la inversión extranjera, el tamaño de la economía sumergida y una fuerza laboral de bajo coste: el 50% de una población activa de 26 millones tiene menos de 30 años.

EL PRIMER ministro ha logrado reducir el papel del Ejército en la política, algo inimaginable en un país que fue gobernado por los militares desde 1923. En uno de los movimientos más atrevidos de la historia de la Turquía moderna, impulsó la reforma de la Constitución para adaptarla a los estándares europeos, aunque no se han modificado los artículos 2 y 58, que describen al país como «referente del nacionalismo de Ataturk» y otorgan al Estado la tarea de educar a los jóvenes de acuerdo con su pensamiento.

Pero el primer ministro ha conseguido la legalización de las letras Q, W y X, prohibidas desde 1928 para imponer la homogeneidad cultural y asimilar a las minorías. Legalizar unas letras puede parecer trivial, pero su proscripción era una forma de opresión. También se ha levantado la prohibición de la enseñanza en lengua kurda, aunque de momento solo en escuelas privadas. Y la gestión de Erdogan para el ingreso en la UE ha tenido pequeños avances, pero Europa debe cambiar de paradigma y permitir que Turquía se convierta en miembro para poder salir del pasado y demostrar en qué se ha convertido: una vibrante sociedad secularizada, un puente con Oriente.

Su gran batalla ha surgido en su propio partido, con la tendencia del islamista Fethullah Gülen, que conduce ejércitos de cientos de miles de devotos y tiene gran poder en la policía, los jueces, las finanzas, la enseñanza y los medios de comunicación. En marzo se celebran elecciones municipales, un gran duelo que pondrá de manifiesto quién de los dos es el más fuerte en el partido.

Erdogan tampoco ha llevado a cabo una política regional equilibrada. Su estrella, en ascenso con la primavera árabe, chocó en el 2013 con numerosos factores: el golpe en Egipto contra Morsi, el estancamiento del conflicto de Siria y la apertura a Occidente del nuevo presidente iraní, Hassan Rouhani.

Es fácil decir que otros quieren convertir en invierno la primavera turca. Pero a Erdogan le será aún más difícil continuar con la arrogancia y la política de la negación. La economía es tan importante como la política. Si no, los avances estarán carentes de sentido, porque la inestabilidad no será beneficiosa. En política nadie cambia si no siente la necesidad de hacerlo. Es posible que Erdogan empiece a descubrir lo difícil que es jugar el papel del sultán y tratar de acomodarlo todo para convertirse en presidente. Nadie puede ganar siempre. Pero a pesar de los periodos de oscuridad, Turquía está saliendo de las sombras y entra en una nueva era en la que le urge corregir el rumbo y moverse para limpiar el polvo de la cara del modelo.

El Periódico de Catalunya, Opinión, Pag.8; Miércoles, 19 febrero 2014

jueves, 6 de febrero de 2014

La ansiedad permanente es perjudicial


http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/02/la_ansiedad_permanente_es_perjudicial_50433.php

Kiev, Estambul, Atenas, el Cairo, Túnez, México, Burgos, Barcelona, Madrid, Río de Janeiro, Moscú, Bangkok y en otras ciudades del mundo se producen manifestaciones, revueltas y demandas que no nacen del vacío, sino de la acumulación de un descontento que ha inducido a muchos a convertirse en furia, en gente escéptica que no ve el fin de su angustia.

La eterna tranquilidad es excesiva. La ansiedad permanente es perjudicial. La gente sale a la calle pidiendo democracia y justicia, así como una buena educación y sanidad para recuperar la autoestima. Exige los recursos necesarios para una vida digna, libertad política y garantía de derechos.

Muchos son los factores que provocan estos movimientos: cambios en la sociedad, crisis económicas, tiranía, gobernanza, paro, corrupción etc. Sin embargo, no se ven las consecuencias de los errores y la apreciación de los gobernantes, sino que más bien se intentan ocultar o camuflar las causas y efectos de estos trastornos importantes y muchas veces prolongados.

Sea por la crisis o por el mal gobierno se está demostrando la gran brecha entre gobernantes y ciudadanía. La mayoría de los gobiernos han interpretado tarde y mal las crisis y sus consecuencias y las transformaciones de la sociedad. No hay otra opción que escuchar a la gente, se necesitan decisiones valientes que permitan el diálogo. No se puede ocultar la verdad. 

Hoy en día, los ciudadanos empiezan a ser más libres para expresar su frustración y la condena a políticas de corto recorrido de sus gobernantes. A menudo se critica la ausencia de verdaderos planes de desarrollo, de reformas, el engañoso proceso de modernización y la negligencia en el cumplimiento continuo de las libertades civiles y los derechos humanos.

Hoy, muchos son los gobernantes que por temor a la voz de los ciudadanos empiezan a ceder a las demandas, asustados por las revueltas e incapaces de frenar las ansias de sus jóvenes que cuentan con un aliado inesperado: los nuevos medios y las redes sociales. 

Sería mucho simplificar pensar que sólo es una crisis causada por la mala gestión financiera, la prima de riesgo, los altos precios y el desempleo galopante. Es posible que sea el descontento de la situación económica el detonante pero sería un gran error creer que la economía es la única causa de todo cuando el problema central radica muchos veces en la ausencia de libertades y derechos, la corrupción y la alternancia en el poder.

Los líderes deben analizar correctamente las lecciones de los acontecimientos si quieren evitar la crisis, así como el destino de otros gobernantes y de sus países. Los gobiernos deben responder de manera permanente y no temporal, o cada cuatro años, a las demandas y escuchar la voz de la gente. Deben continuar presentando iniciativas positivas y serias que contribuyan al restablecimiento de las reformas políticas, con el fin de reforzar los principios de la justicia social, los derechos humanos y proteger la dignidad de los ciudadanos, la libertad, la seguridad y no sus propios y estrechos intereses partidistas. 

La democracia no puede ser concebida como un sistema político unido únicamente a la aplicación de unas elecciones multipartidistas. Es un proceso continuo. Su éxito es la disposición a respetar los derechos políticos, económicos, sociales y culturales, y su objetivo es la creación de una sociedad de bienestar, la estabilidad y el progreso.

En algunos lugares, el poder parece que sólo mejoró la capacidad de algunos gobernantes para dominar y ha disminuido su necesidad de evolucionar. Los ciudadanos están buscando una reforma o un cambio general del sistema. Quieren gobiernos decisivos capaces de agitar las ruedas del país hacia la modernización y la prosperidad. 

Con la excepción de unos pocos gobiernos, muchos tienen que iniciar, y cuanto antes mejor, un verdadero proceso de cambio que ofrezca políticas sin trampa o tantas trabas, con transparencia, igualdad de oportunidades, más servicios de educación y  una sanidad de calidad. De lo contrario, seríamos testigos de muchas tormentas y no perfectas.

En la nueva relación con los ciudadanos se están dibujando mapas diferentes. Estamos frente a grandes interrogantes, de los que se esperan unas respuestas convincentes.

Economia Digital, Martes 4 febrero, 2014