lunes, 30 de enero de 2017

El sueño de un Magreb unido



Economía Digital, 27/01/2017


http://www.economiadigital.es/es/notices/2017/01/magreb-unido-88607.php

El 17 de febrero de 1989 en Marrakech, Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez firmaron el acuerdo de la creación de la Unión del Magreb Árabe (UMA) con el objetivo de impulsar la integración y construir relaciones complementarias integradas, basadas en una visión unificada para el futuro.

Tras 28 años, no se logró ninguno de los grandes objetivos, lo que ha causado un gran desorden. La seguridad y la política eclipsan la atención y las diferencias internas y regionales, en el momento en el que el mundo se mueve para la formación de bloques económicos y mercados de consumo integradas, el Magreb sigue ausente de la escena internacional, y económicamente no pesa, aunque disponga de enormes posibilidades y riquezas.

Las diferencias políticas entre Argelia y Marruecos y el cierre de sus fronteras ha impedido avanzar, puesto que ambos países representan el 75% del total de la población y el 70% de PIB de la zona. Pero lo preocupante es que de 2007 a 2015 la proporción del gasto militar en el PIB se ha incrementado en un 20% en Marruecos y más de 65% en Argelia. Se trata de un aumento sin precedentes que hace de estos países los más derrochadores de la región.

Los desafíos se multiplican pero las oportunidades se pierden. La región se enfrenta al alto índice de desempleo, la insuficiencia de los sistemas de educación y salud, una débil competitividad, la alta vulnerabilidad económica y la exposición al cambio climático.

El impacto de la crisis económica global y las revueltas que sucedieron desde 2011 han impactado profundamente en las economías norteafricanas, contribuyendo a un aumento del proteccionismo comercial y a un debilitamiento de la inversión. Los países del Magreb no pueden esperar y ganar tiempo, ya que se arriesgan a no poder cumplir con las exigencias del mercado, y no pueden desatender este frente si quieren luchar contra el radicalismo, estimular la diversificación económica y el crecimiento de empleo que necesitan para mantener una estabilidad política y social.

El Magreb es clave para Europa y para sus intereses económicos y estratégicos. La UE es el primer socio de la región pero asume un papel secundario ante una situación de incertidumbre: crisis económica, el conflicto en Libia, los atentados terroristas, la seguridad, la energía, los refugiados y la emigración. Todas son preocupaciones que la UE debe resolver. No actuar multiplica el riesgo y afecta al conjunto, por ello se necesita un nuevo enfoque europeo que fije las bases de la cooperación con el vecino magrebí.

Una política solo orientada a la seguridad no puede ser la única opción: el fomento de la cooperación económica ayudaría a buscar soluciones para los problemas de inmigración y radicalización, además de impulsar la interacción intra-regional, la creación de empleo y la inversión.

En el conjunto de los países del Magreb viven 100 millones de personas con una media de edad de 24 años, una riqueza estimada en medio billón de dólares, un superávit fiscal que alcanzó los 30.000 millones de dólares, y con reservas de divisas que superan los 300.000 millones de dólares.

Una reactivación del proceso de integración es clave para satisfacer las necesidades del crecimiento y fortalecer la resistencia a los choques externos. La solución está en casa: sumando sus fuerzas los países de la región tienen todo para ganar: unas economías de escala importante, un potencial real de crecimiento, y un gran mercado de consumidores que tiene unos márgenes de progresión muy significativos. Además cuenta con grandes recursos y riquezas en los campos de la energía, la agricultura, el turismo, los minerales, los recursos humanos y la proximidad a los mercados europeos, árabes y africanos.

La estabilidad del Magreb depende de la presión demográfica y la economía. La región tiene que crear millones de nuevos puestos de trabajo para el 2022, pero la ausencia de una verdadera integración está impidiendo atraer inversiones. Por un crecimiento insuficiente se enfrentan grandes pérdidas económicas: el comercio inter-magrebí es el menos integrado del mundo, co un escaso 3,3% frente al 62% de la UE, 26% de Asean (Sudeste asiático) y el 15% del Mercosur .

La integración atraería a empresas internacionales y crearía de decenas miles de puestos de trabajo, en una zona donde el paro alcanza cifras importantes, de hasta el 25%. Cada país de la región ganaría 8.000 millones de dólares, se podrían crear más de 2.500 pymes cada año, las exportaciones aumentarían y en diez años el Magreb podría aumentar en un 25 a 30% su PIB.

La idea es tentadora. Tal vez, después de décadas de lucha interna regional, la conveniencia económica podría dar lugar a un mercado único magrebí, como sucedió entre Francia y Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Esto impactaría positivamente en países vecinos como España y Italia, y las necesidades de la región se transformarían en oportunidades para sus vecinos europeos. El potencial y la interrelación entre Europa y el norte de África es evidente y los impactos pueden cruzar al otro lado del Mediterráneo.

El sueño de la unificación del Magreb y su complementariedad geográfica es una ventaja que los tuareg han podido explotar durante siglos, desplazándose de un país al otro y dentro del Sahara. Son tiempos decisivos: el Magreb tiene que transformar el sueño en realidad, la amenaza en una oportunidad, y convertir su debilidad en una fortaleza. Debe movilizarse para superar las dificultades y riesgos coyunturales, y construir un futuro común en beneficio de todos sus habitantes.

lunes, 16 de enero de 2017

Los jóvenes de una primavera frustrada

Decenas de miles de jóvenes decepcionados y sin empleo se han radicalizado y estan dispuestos a todo.

Con 40 millones de jóvenes desempleados, unos 27 millones sin educación ni formación, Oriente Próximo y el Magreb tienen la mayor tasa de paro de jóvenes en el mundo: un 27,2 %. Es un problema grave, que aumentará, porque la mitad de los 380 millones de habitantes de la región son menores de 25 años y la población puede llegar a los 700 millones en 2050.

El desempleo fue uno de los factores fundamentales de los movimientos de protesta de la llamada Primavera Árabe. Junto con la lucha contra la corrupción y una mayor participación democrática. Pero, casi seis años después, el cumplimiento de estas expectativas se ve lejano y el duro invierno ha provocado que decenas de miles de jóvenes decepcionados se radicalicen, se unan a organizaciones extremistas o intenten emigrar lejos de la guerra y la miseria. Debido al fracaso político y económico, sus vidas se han transformado en un infierno, no hay futuro, y solo por vivir están dispuestos a todo, incluso a asumir el riesgo de morir.

Para frenar la tragedia hay que proporcionar herramientas, un proyecto, alternativas para acomodar la enorme energía de la juventud. No se les puede decir: “siéntate y permanece callado” por que se les está empujando al bando equivocado. Es preciso usar esa fuerza para reconstruir la región, liberarla del sectarismo, la tiranía y la injusticia.

Sólo el 49,2% de la población de la región participa en el mercado laboral, en comparación con el 63.5% a nivel mundial. Entre los graduados, el desempleo ha alcanzado niveles insostenibles. Entre las mujeres llega al 45%, y pese al logro educativo están excluidas. Aumentar su participación añadiría un 47% al PIB la próxima década. El mundo árabe debe crear 60 millones de nuevos puestos de trabajo para el año 2020 sólo para mantener las tasas de desempleo constantes.

El mayor desafío es crear empleo al mismo ritmo que el crecimiento de la población. La demografía puede ser un dividendo o un desafío, dependiendo del acierto.  
Desde 2010 hasta 2015, la región ha perdido 613.800 millones de dólares en actividad económica, casi el 6% del PIB. Algunos países árabes están al borde de la ruina económica y financiera por las guerras y la inestabilidad política. Además, los riesgos geopolíticos surgen por el terrorismo y la insistencia de algunos gobernantes en no dejar sus sillas aunque esto cueste cientos de miles de vidas  y millones de desplazados.

La oportunidad para la región se está escapando. Se necesita una acción seria para crear economías inclusivas y empleo juvenil. Se requiere un enfoque dual en la creación de puestos de trabajo, incluido el autoempleo, y adaptar los conocimientos al mercado laboral, liberar el camino para el sector privado, una mayor inversión pública en infraestructuras, en sanidad y educación.

Pese a este panorama, los jóvenes de la región necesitan tener esperanza y un deseo de estabilidad y prosperidad. Nada es más poderoso que la esperanza de una vida mejor.

El Periódico de Catalunya, Pag. 2 Opinión, Jueves, 12 enero 2017

viernes, 13 de enero de 2017

"Boom" de aeropuertos

Dubái ha lanzado un nuevo plan para la ampliación del aeropuerto internacional de Al Maktoum en 2028 y así convertirlo en el más grande del mundo. Tendrá una capacidad para recibir 160 millones de pasajeros, 12 millones de toneladas de carga y la inversión prevista es de 36.000 millones de dólares. La demanda de viajes, la apuesta por el turismo y los programas de diversificación económica, así como los acontecimientos como la Expo 2020 de Dubái o el Mundial 2022 en Qatar, están impulsando las infraestructuras aeroportuarias y la adquisición de nuevos aviones.  

El crecimiento del tráfico aéreo en la región del Golfo superó la capacidad de operación de los aeropuertos en un 11% el año pasado. Lo que ha forzando a mantener los más de 100.000 millones de dólares para los proyectos de aeropuertos, a pesar de la caída en los ingresos del petróleo. Los actuales proyectos de aeropuertos, las nuevas instalaciones y la ampliación de las existentes están destinados a hacer frente a este déficit y crear una capacidad adicional de 400 millones de pasajeros al año en todos los aeropuertos de la regiónf en los próximos 15 años.

Además del Al Maktoum Internacional, en Dubái, las mayores oportunidades para las empresas contratistas y subcontratistas están en la expansión del aeropuerto de Jeddah, la del aeropuerto internacional Hamad en Doha, y la actualización de los aeropuertos en Irán. Abu Dabi pretende alcanzar los 40 millones de pasajeros en 2017 con una nueva terminal. Omán inaugurará un nuevo aeropuerto internacional y Kuwait esta invirtiendo 4.800 millones de dólares para la expansión de su aeropuerto internacional. 

Este auge en el tráfico aéreo y de pasajeros, que está previsto que crezca un 4,9 % anual hasta 2034 en la región, ha dado lugar a una expansión masiva en la flota de aviones, con una cartera de pedidos de 1.300 nuevas aeronaves por un valor estimado de 345.000 millones de dólares. Emirates, Etihad y Qatar Airways disponen hoy de 560 aviones, transportan 90 millones de pasajeros (7 veces más que la población de sus países) y lideran las compras. Quieren contribuir a la expansión de las economías de la zona, ante los menores ingresos del petróleo.

La región del Golfo tiene muchas ventajas, Además del petróleo y la capacidad financiera, disfrutan de largos períodos de buen tiempo, especialmente durante la temporada baja en la mayor parte del Hemisferio Norte, Por eso, sus aerolíneas, tres de las mejores del mundo, están expandiéndose, reforzando su reputación e imagen y promocionando sus ciudades y el turismo. 

Expansión, Opinión, Edición Catalunya, Pag.2 , Miércoles, 11 enero 2017

2017, esperando tiempos mejores



Economía Digital  Miércoles, 04/01/2017


http://www.economiadigital.es/es/notices/2017/01/2017-esperando-tiempos-mejores-88182.php

Ha terminado 2016 dejando para el 2017 un balance muy complejo que representa más incertidumbres que esperanzas. El panorama no es halagüeño para el mundo: Putin busca afianzarse y recuperar glorias de antes de la caída del muro de Berlín, Trump llega con mucho ruido pero no sabemos si pocas o muchas nueces, los dragones chinos siguen insaciables y Europa, envejecida, está marcada por el Brexit y la llegada de refugiados. Los neonacionalistas nostálgicos de imperios perdidos y de guerras fratricidas utilizan la religión, la mitología y la anti-globalización para conseguir el distanciamiento entre culturas.

Así es muy difícil ser optimista. El final de año es una fecha arbitraria en el largo proceso de la política. Los acontecimientos que se han puesto en marcha en 2016, o que ya estaban en movimiento, ni se terminarán el 31 de diciembre ni cambiaran el 1 de enero. La incertidumbre creada nos afectará a todos.

No solo Oriente Medio vive grandes dificultades, y algunos momentos fundamentales. La guerra civil de Siria se ha prolongado demasiado, 6 años. La lucha contra Daesh no terminará en Mosul o Raqqa y tomará mucho más tiempo. Turquía, ha sufrido en el 2016  un año muy difícil con 20 ataques terroristas centenares de víctimas y un fallido golpe de Estado.

2016 ha confirmado el auge del populismo y el retroceso de la política. Somos testigos de un retroceso, de populismos y autoritarismos y de cómo se aprovechan los mecanismos democráticos y las estructuras de Estado para aborregar a los ciudadanos y conseguir el distanciamiento.

Muchas son las preguntas y escasas las respuestas ¿Es cierto que algunos no pueden soportar al otro diferente que vive en su misma escalera o barrio, ciudad o país? ¿Realmente no reconocen el derecho del otro a la diferencia étnica, religiosa, o incluso cultural? ¿Consideran la existencia del otro una amenaza a su identidad y la pureza de su país, un enemigo con el que deben ser cautos, y cuyas conspiraciones deben enfrentar? ¿Por qué algunos consideran una agresión cuando el otro reclama respeto a su patrimonio, a sus aspiraciones, su idioma o dialecto?

¿Por qué a algunos les aterroriza la diferencia? ¿Por qué no pueden imaginar que su vecino pueda tener sueños que no se corresponden con los suyos ? ¿Que tenga una historia que no sea una copia exacta de la suya ? ¿Que lea de un libro diferente al que leen? ¿Que sus niños bailan al ritmo de melodías diferentes?

¿Por qué cuando el mismo terror ataca un país árabe o musulmán parece tener menos importancia que un atentado en Europa o Estados Unidos? ¿Es que las victimas no son todas seres humanos? 

El desafío radica en cómo gestionar la próxima etapa. Desarrollar nuevas herramientas para hacer frente a diferentes demandas: cómo enfrentarse al paro y al sufrimiento de la mitad de los jóvenes del mundo. Cómo luchar contra la corrupción, que consume un parte importante del PIB. O la pobreza extrema que aqueja a casi la mitad de la población, sin olvidar una burocracia obsoleta y enquistada que ahoga las iniciativas creativas.

Tenemos una afición por las fechas. Nos ayudan a regular nuestras vidas, nos dicen cuando termina la semana y comienza el mes, cuando hay que pagar impuestos y recordar el día para celebrar nuestro nacimiento. Pero las cosas que nos llenan de incertidumbre o de la ansiedad así como de esperanza y felicidad no están vinculadas a una fecha determinada. Todas las dificultades a las que nos enfrentamos se pueden resolver, no el 1 de enero, pero si con el tiempo.

2017 ya está con nosotros y se quedará más allá de 2017. Nuestras esperanzas y temores no están vinculados a una fecha particular. Pero algunas fechas nos pueden hacer reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas. 

Y, por supuesto, el nuevo año nos hace mirar hacia adelante y esperar tiempos mejores.