miércoles, 30 de diciembre de 2020

El Mediterráneo, 25 años después

 En noviembre de 1995, se lanzó el Proceso de Barcelona. Sus impulsores sabían que era un proyecto a largo plazo y con numerosos conflictos latentes, pero muy necesario para Europa y sus socios mediterráneos. 

En 2008, se creó la Unión por el Mediterráneo. 

25 años después se mantienen los conflictos y la falta de liderazgo, la UE está estancada, hay problemas económicos, diferencias estratégicas y la Primavera Árabe. En este viaje, se pasó de la ilusión a la desilusión, del idealismo al realismo.

Y sin embargo, la vocación de Barcelona sigue siendo vigente y necesaria para Europa y el Mediterráneo, como hace 25 años. Europa está inquieta ante sus múltiples desafíos. El populismo, el covid-19, el cambio climático, las desigualdades y el paro son problemas comunes también en todo el Mediterráneo.

Porque mientras Europa pierde oportunidades, se anuncia la creación de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), una zona de integración económica de Asia-Pacífico que cubre un tercio de la población y la producción económica del mundo, Además la UE sigue sin reaccionar al ver sus conexiones marítimas en el Mediterráneo gestionadas por consorcios chinos.

La historia ha revelado una correlación entre el progreso económico y el progreso social. Las oportunidades para el crecimiento y la prosperidad en el Mediterráneo son inmensos. Gran mercado de consumo, materias primas, energías, juventud y recursos para encontrar soluciones a los problemas más acuciantes, Son mercados emergentes activos para atraer operadores internacionales. Su localización permite acortar los circuitos logísticos y reducir la huella de carbono y paralelamente son el acceso a África, un continente con un altísimo potencial de desarrollo.

En el nuevo paradigma económico poscovid19, llamado 'slowbalisation', las cadenas globales de valor están acortándose pasando a ser cadenas regionales. En este contexto, el Mediterráneo podría convertirse en una pujante frontera de producción Norte-Sur pero hace falta una nueva visión y integración entre las dos orillas esto permitiría una vinculación entre Europa y África puesto que el destino de ambos continentes está vinculado, y el Mediterráneo es el espacio natural de este nuevo eje de desarrollo África-Mediterráneo-Europa que cubriría 1.800 Millones de habitantes. Se necesita un nuevo enfoque europeo, y el compromiso de los principales actores políticos y económicos con el proyecto. 


https://www.elperiodico.com/es/opinion/20201218/mediterraneo-25-anos-despues-barcelona-11409107