martes, 29 de mayo de 2012

Europa y el Mediterráneo: la fuerza de ir juntos


Economía Digital, Opinión, Lunes, 21 de Mayo de 2012


http://www.economiadigital.es/es/notices/2012/05/europa_y_el_mediterraneo_la_fuerza_de_ir_juntos_29667.php






El impacto de la Primavera Árabe y de la grave crisis financiera en el desarrollo de ambas zonas y en el proyecto de Asociación Euro-Mediterránea, es obvio. Pero tal vez es el momento repensar e impulsar un proyecto capaz de competir en un mundo cada vez más conectado y cercanoy, sobre todo, centrado en impulsar grances áreas o uniones económicas gigantes. La semana pasada, tres potencias asiáticas, China, Japón y Corea del Sur, anunciaron la creación de una futura zona de libre comercio. Estos países representan el 20% del PIB y el 19% de las exportaciones a nivel mundial. Si a la iniciativa se suman otros miembros de Asia, será el primer poder económico mundial. También Estados Unidos está impulsando proyectos similares hacia el Pacífico y hacia el resto de Norteamérica y Centroamérica.



La región Euro-Mediterránea reúne a una población de 800 millones de habitantes, ofrece ventajas específicas y competitividad dentro de la nueva división internacional de trabajo y de cooperación. Al tener dos continentes complementarios, la región está llamada a jugar un papel protagónico en el panorama mundial. Pero antes, debe favorecer la construcción de una zona estable, próspera y sostenible. Europa tiene una oportunidad histórica para incidir en el desarrollo y la interdependencia económica de la Mediterránea. Por tanto, la UE debe asumir una política global y prioritaria y que consolide la Unión por el Mediterráneo (UpM). 

Algunos datos nos ayudarán a situar mejor el contexto económico entre ambas zonas. La región mediterránea sur y oriental, con más de 250.000 millones de euros, está entre los primeros socios comerciales de Europa. El 70% de las importaciones proviene de la UE, mientras que el 12% de las exportaciones comunitarias se dirige a los 12 países que conforman el Mediterráneo sur y oriental. El 80% de estas exportaciones proviene, básicamente, de cinco países: Italia, Alemania, Francia, España y Gran Bretaña. Más de 8.000 empresas europeas están instaladas en esta zona. 

Sin embargo, la UE sigue siendo el mayor inversor en la zona con más del 50% del total. El 40% del suministro energético de la UE proviene de los países del sur del Mediterráneo y a esto hay que añadir la apuesta por las energías alternativas como la solar con un plan de inversión de 3.000 millones de euros. Diez millones de emigrantes de esta zona trabajan en la UE y transfieren cuantiosas remesas cada mes. 

No obstante, existen elementos que dificultan un desarrollo armonizado de esta asociación como los sistemas políticos opuestos, los niveles desiguales de desarrollo económico, las estructuras económicas y sociales diferenciadas, una cierta ausencia de disciplina monetaria y fiscal, una dependencia de las exportaciones energéticas y productos primarios en contraste con un bajo dinamismo de las exportaciones manufactureras.

Estas dificultades obligan a potenciar reformas estructurales políticas y económicas para vertebrar económicamente todo el territorio y asegurar el éxito de la Unión por el Mediterráneo en este nuevo escenario de grandes transformaciones.

Para ello, se requerirá velocidad para construir una estrategia mediterránea económica y financiera unificada y será necesaria la creación de un Banco de Desarrollo para el Mediterráneo, como en América Latina o Asia. Crear esta nueva institución sería una medida útil si la UpM pretende proporcionar una referencia creíble y producir expectativas favorables para su crecimiento. Hay que dar una mayor relevancia a los instrumentos financieros e institucionalizarlos, dotarlos de sus propios medios. El futuro banco tendría que ser un espacio privilegiado de acción para instituciones y empresas, destinándose tanto a las reformas como a canalizar las nuevas inversiones. Otra de las prioridades debe ser el apoyo a las pymes para facilitar su acceso a la financiación, ya que constituyen más del 90% del tejido empresarial Mediterráneo.

Para avanzar, serán necesarios instrumentos y programas eficaces para profundizar en las relaciones económicas Euro-Mediterráneas y para redefinir el papel de gobiernos y las empresas en el marco de la asociación. En el proceso de creación de un Mediterráneo global y competitivo, todos los actores, especialmente las empresas promotoras de la actividad económica, se dibujan como actores claves. 

El cambio que se avecina implica apostar por un nuevo marco de cooperación en un espacio común de carácter innovador que implicaría fijar nuevas prioridades, un conocimiento más profundo de los problemas de la región y orientado a constituir un eje básico de la evolución entre Europa y el Mediterráneo. 

Es un reto exige la suma de compromisos y unir fuerza se dice que el Mediterráneo es un mar demasiado estrecho para separar y demasiado ancho para unificar. Europa tiene que implicarse. Su futuro está estrechamente relacionado con la capacidad de desarrollo económico y social de los países de la otra orilla. En estos momentos de cambios profundos se demuestra la necesidad del proyecto Mediterráneo. Si no, Estados Unidos y China, entre otros, entrarán en el patio de este vecino tan cercano a Europa.

jueves, 24 de mayo de 2012

kurdistán Iraquí



¿Se pueden hacer negocios o trabajar en Irak?: Es una pregunta frecuente que se ha planteado en los últimos años y más insistente ahora, debido a la crisis y la búsqueda de alternativas para crecer en los pocos mercados que quedan por descubrir. Sí, es posible, pero con cuidado.  Irak con una población  de 31 millones de ciudadanos, se considera una potencial mina de oro. A los nueve años de la invasión que derrocó a Saddam Hussein, sigue siendo una economía estatal y pendiente del petróleo.

Las empresas privadas todavía esperan desempeñar un papel importante en la reconstrucción del país. Tras años de guerras, Irak requiere grandes inversiones en infraestructuras. Sin embargo, la seguridad sigue siendo la gran preocupación, la corrupción es generalizada y las tensiones entre las facciones son factores de riesgo.

Pero en este artículo analizamos, el Kurdistán iraquí una región del norte del país que ha hecho progresos significativos. Cada vez en boca de mas empresarios que la comparan con Dubái cuando ven numerosas grúas por todas partes. La región autónoma cuenta con un mayor nivel de vida y menor incidencia de la violencia que el resto del país. En los últimos dos años sólo ha habido dos atentados importantes.

Desde 2004, el Gobierno regional de Kurdistán recibe el 17 % del presupuesto federal de Irak. Una cifra  basada en estimaciones de población que los kurdos consideran injusta, ya que se encuentran en su territorio las mayores campos petrolíferos, como Kirkuk.

Irak ingresó 83.000 millones dólares USA por venta de petróleo en 2011, y el PIB crecerá un 12,6% este año. El Kurdistán, gracias a Su estabilidad, atrajo en los últimos años 16.000 millones dólares de inversión en el sector de petróleo y gas, hasta 2010, había captado 13.000 millones en inversiones, la mayoría de capital nacional, en otros sectores.

Desde el año pasado crece el interés y la presencia de empresas internacionales, sobretodo en el sector inmobiliario, en vivienda, seguido de la industria y el comercio. Hay poca industria propia y un sector agrícola insuficiente, lo que implica dependencia de los productos importados, incluidos los alimentos.

Turquía se ha convertido en uno de los socios más importantes, con intercambios de 5.000 millones de dólares. Hay más de 740 empresas turcas y la palabra “Kurdistán”, ya no es ningún tabú, algo inimaginable hace poco tiempo dadas las tensiones en Turquía con la Minoría kurda.

La afluencia de inversión a lo largo de los últimos años también ha causado una especie de burbuja inmobiliaria por la falta de viviendas y el regreso de los expatriados. Hay oportunidades y se puede trabajar pero con tanta incertidumbre e incógnitas tener socio local es la clave del éxito. 

Publicado en Expansión, Opinión, Edición Catalunya Pag. 2, Miércoles, 16 de mayo de 2012

martes, 15 de mayo de 2012

Algo está cambiando en Africa


Nelson Mandela decía siempre: « Parece imposible hasta que se hace ».  Y África, el llamado  Continente sin esperanza, parece que empieza a tenerla. Algo está cambiando no solo a nivel político. Las últimas elecciones en Senegal y Liberia o el rechazo de las tentativas golpistas en Malí señalan una tendencia. También a nivel económico empiezan, aunque lentamente, a cambiar los indicadores. África es una región que aún está pendiente de ocupar su lugar: muchos de sus países buscan el camino. Algunos, con tasas de crecimiento económico al alza, caída de la hambruna, mejoras en cuanto a enfermedades y el caos político. Pero el resto o la mayoría de ellos todavía tienen un largo camino por recorrer. En la última década, África ha crecido más rápidamente que el este de Asia. Aun teniendo en cuenta el efecto dominó de la desaceleración en el hemisferio norte, el FMI espera que África crezca un 6% este 2012.

PERO LOS DATOS tienen que ser tomados con mucha prudencia. Las cosas son muy precarias y la mayoría de los africanos viven con menos de dos dólares al día. La producción de alimentos sigue siendo insuficiente. La esperanza de vida es en algunos países inferior a los 50 años. La hambruna, la sequía, la deforestación y la desertización son recordatorios crueles de que el continente que menos ha contribuido a las emisiones de CO2 puede que sea el más afectado por el cambio climático. La autocracia, la corrupción y las luchas no van a desaparecer de repente, pero en un momento oscuro para la economía mundial el progreso de África es una señal de que es posible la promesa de la transformación. 

Algunos países, como Angola, Ghana y Guinea, han tenido un vertiginoso crecimiento, y otros han comenzado una senda positiva. Sudáfrica, que representa un tercio del PIB de la región, es el modelo para muchos a pesar de sufrir una plaga de casos de corrupción. Hay un nuevo escenario favorable: la llegada de turistas crece un 6,2% frente al 4,4% a nivel mundial, y hasta el 2015 se esperan flujos de capital y de inversión extranjera de casi 116.000 millones de euros, lo que equivale a la creación de 350.000 empleos anuales. El alto crecimiento del PIB se asienta en parte en la hipótesis de la fuerte demanda y los altos precios de las materias primas.

África tiene grandes ventajas, incluyendo una abundancia de recursos naturales y una gran fuerza laboral, además de un importante potencial de crecimiento. Entre los desafíos se cuenta la escasez de habilidades o formación, la falta de integración regional y las infraestructuras, que ahora son puntos débiles. Por eso los gobiernos y el sector privado deben colaborar para crear un mercado regional e impulsar medidas para aprovechar al máximo el potencial del continente.

Después de décadas de abandono, África tiene una oportunidad real de seguir los pasos de Asia. compuesta por más de 50 estados, el crecimiento y la inversión se concentran en un grupo relativamente pequeño de 10 países que atrajeron más del 70% de los proyectos entre el 2003 y el 2010. La tasa de inversión extranjera se ha disparado en la última década. Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos y China encabezan la lista de países inversores. Pero África todavía necesita reformas profundas, crear empleos y aumentar los ingresos. Los gobiernos deberían facilitar la creación de empresas y hacer nuevas leyes sobre la tierra que permitan expandir el sector agrícola y asegurar la autosuficiencia alimentaria. Y, sobre todo, los políticos deben aceptar el juego democrático dejando el poder cuando sus votantes así lo decidan. Asia ha disfrutado de un dividendo demográfico que comenzó hace tres décadas y ahora está disminuyendo. En África se está empezando: con mil millones de habitantes, el 40% tienen menos de 15 años. Esta demografía puede traer un dividendo o un desastre. Dependerá en gran medida del acierto político y económico de los gobiernos. 

LA LLEGADA DE China ha mejorado las infraestructuras y ha aumentado el sector manufacturero. Otros países, como Brasil, Turquía o la India, están siguiendo el ejemplo. África podría entrar en el mercado mundial de la industria ligera y los servicios. El comercio transfronterizo, cerrado durante décadas, es cada vez mayor con la caída de las barreras arancelarias. El crecimiento del continente ha impulsado la creación de muchas empresas locales que atienden a una nueva clase media emergente. África tiene ahora 60 millones de africanos con unos ingresos de 2.300 euros al año, y serán 100 millones en el 2015. El entusiasmo por la tecnología es evidente: más de 600 millones de usuarios de teléfono móvil y la región donde más avanza la banca por SMS. Comprender los puntos fuertes de África, los retos y tener las estrategias oportunas puede ayudar a los países a posicionarse de manera más competitiva frente a otras regiones, Las posibilidades están claras y el futuro puede ser prometedor. África puede ser la gran historia de la próxima década y la carrera solo acaba de empezar.

El Periódico de Catalunya, Opinión, Pag.8, Lunes 14 Mayo 2012

viernes, 11 de mayo de 2012

Argelia no es ajena

A pesar de que el poder se ha volcado para movilizar masivamente a la población en estas elecciones decisivas para el régimen, muchos argelinos después de décadas de dominio y represión y han reaccionado con indiferencia durante toda la campaña electoral. Todo indica que, en el mejor de los escenarios, solo votaran 3 o 4 de cada diez argelinos.

La Alianza Verde,  coalición de partidos islamistas, aspira a convertirse en la primera fuerza parlamentaria y complementar el giro islamista en el Magreb. Es una mezcla heterogénea de grupos de la oposición y partidos cercanos al poder actual que, incluso, han asumido carteras ministeriales.

Sería muy difícil imaginar estas elecciones con observadores internacionales sin vincularlas a las transformaciones que vive la región.   Las autoridades buscan una alta participación ciudadana, lo que sería interpretado como un espaldarazo a sus reformas implementadas en el marco de la primavera árabe y le daría alas para evitar la réplica en Argelia del terremoto que atizó los países vecinos. 

Pero no parece que esto convenza a la mayoría de la población y algunos grandes partidos políticos que no han participado en esta contienda, como los socialistas, creen que el régimen no está dispuesto a acometer cambios más profundos o favorecer la liberalización política y consideran este proceso como una versión limitada de la democracia.

Sin cambios reales no va a desaparecer el sentimiento de frustración de los argelinos, especialmente entre los jóvenes, que son el gran problema pero también la solución. La población, que ha descubierto su fuerza y no aceptará reformas a medias ni parece intimidarse por el empleo de la fuerza, sabe que tendrá que mantener la presión, si quiere alcanzar sus objetivos.
  
Tras un largo letargo, el cambio es lento pero ha empezado. No debe terminar en una elección o ni en una primavera. Se necesita un proceso continuo de participación, de pasar de la protesta a los programas y de la crítica a la estrategia. La clave no es solo lograr el cambio democrático, sino garantizar su continuidad

El Periódico De Catalunya, Internacional, Pag. 16 Análisis, 11 Mayo 2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

Magreb, integración, la revolución pendiente y efectos colaterales










Economía Digital, Opinión, 07 Mayo 2012






http://www.economiadigital.es/es/notices/2012/05/
magreb_integracion_la_revolucion_pendiente_y_efectos_colaterales_29218.php




La región del Magreb intenta renacer. Se abren nuevos horizontes para recuperar el tiempo perdido. Los líderes ya no están buscando la exportación de sus revoluciones, sino más bien la esperanza de que se conecten, que se tengan en cuenta los retos de la región y su potencial para un cambio de dirección. Lo mejor que se puede hacer en este caso es bombear sangre nueva en el Magreb después de los cambios profundos que se están viviendo.

El mundo vive grandes convulsiones económicas y los países del Magreb, a pesar de mantener un crecimiento cercano al 4%, podrían sufrir los daños colaterales de esta situación, sobre todo porque la Unión Europea (UE), su primer socio económico, está colapsada, siendo España uno de los principales actores con el 12% del total. Además, el 40% del suministro energético de la UE proviene de esta zona y el turismo europeo es el primer cliente de países como Túnez y Marruecos.

Los países del Magreb no pueden esperar a que pase esta crisis y ganar tiempo. El riesgo de no poder hacer frente a las exigencias es alto y muy costoso. Por ello, urge la integración regional que crearía una dinámica de mercado y sus economías de escala podrían absorber con eficacia la demanda laboral e impedir que se extiendan los problemas a los países vecinos de Europa.

Hoy, más que nunca, es el momento de analizar, más de dos décadas después, los objetivos por los que se creó la Unión del Magreb Árabe, que no se han cumplido y cuyo camino sigue atascado. Existen cuatro factores que condicionan el futuro del Magreb: la presión demográfica, el déficit en el índice de desarrollo humano, el cambio climático y la competitividad global. Pero también unas estructuras muy diferenciadas y la dependencia de las exportaciones energéticas y productos primarios. Son demasiados retos que superar sin vertebrar económicamente todo el territorio magrebí.

En el conjunto de los países del Magreb viven 81 millones de personas con una media de edad de 24 años. La estabilidad depende de la presión demográfica y la economía. La región debe crear 20 millones de puestos de trabajo para el 2020. La falta de una verdadera integración regional está impidiendo atraer inversiones y crecer lo suficiente.

Las diferencias políticas entre Argelia y Marruecos y el cierre de sus fronteras impiden avanzar. Ambos países representan el 75% del conjunto de la población y el 70% de PIB de la zona. El débil comercio interregional, que sólo representa el 4% del total frente al 70% con la UE y 21% con el ASEAN, también bloquea el progreso.

Algunos estudios han cuantificado el coste de la no integración económica del Magreb en pérdidas de 8.000 millones de euros anuales, es decir, un 2% de crecimiento del PIB: 200.000 empleos anuales en cada país de la región. La posible integración tendría unos beneficios anuales de 20.000 millones de euros. Además, esto afectaría positivamente a países vecinos como España e Italia.

A pesar de las dificultades se perciben en el Magreb aires nuevos: impulso de grandes infraestructuras, apuestas innovadoras, mujeres que fundan grandes empresas, el talento y la energía de los jóvenes y sus propuestas audaces. La sociedad civil magrebí está demostrando su capacidad de cambio, con proyectos impensables hasta hace poco, además de un amplio debate y historias de éxito.

Con demasiada frecuencia en Europa, las cuestiones de seguridad y de inmigración nublan esta realidad, porque el objetivo de crear un futuro mejor allí beneficia también aquí, en esta orilla norte. Los procesos de cambio pueden profundizar la fractura económica del Magreb, pero también podrían impulsar la hipotética creación de un conjunto regional integrado y anticipar una nueva orientación estratégica para una región que lleva medio siglo de desunión.

Esta es una tarea difícil pero no imposible. ¿Quién hubiera imaginado a la gente en las calles de Túnez, Egipto y Libia rebelarse de esta manera? La lección aprendida a través de estas experiencias podría aplicarse para superar las dificultades a las que se enfrenta la Unión del Magreb. Esta revolución debe ser una prioridad. No se puede, otra vez, dejar pasar el tren. Las oportunidades perdidas han sido muchas y muy dolorosas.





miércoles, 2 de mayo de 2012

AVE de oportunidades



El gran contrato del AVE La Meca-Medina se lo adjudicó un consorcio español por 6.736 millones de Euros en enero pasado. A parte de su gran volumen financiero, ejercerá un impacto de arrastre para muchas empresas hacia esta región casi olvidada hasta este momento a pesar de ser hoy uno de los  mercados más activos para la construcción de redes de trenes en el mundo. Los numerosos proyectos crearán enormes oportunidades para empresas internacionales de infraestructuras, operadores consultoría y diseño y tecnología ferroviaria.

En Oriente Medio y Norte de África, están previstos o en marcha proyectos por valor de 250.000 millones de dólares para trenes de largo recorrido y ligeros, tranvías y metro. Además de  15 planes en ejecución, seis se encuentran en la fase de licitación y muchos otros están en la etapa de diseño o en estudio. Las inversiones más significativas se están realizando en el Golfo, que actualmente es la parte menos conectada de la región, pero las arcas de sus gobiernos se han beneficiado de altos precios del petróleo en los últimos años lo que les permite acometer inversiones de miles de millones en trenes, aeropuertos, aerolíneas y Hubs con objetivo recibir 260 millones pasajeros en 2020.

La próxima década, será testigo de grandes cambios en todos los países de la región. Los gobiernos han establecido planes importantes para la ampliación de sus redes existentes, la reactivación de las rutas históricas o, en muchos casos, la construcción de nuevas líneas. De los servicios de pasajeros de alta velocidad en el Magreb, el levante o el golfo a los nuevos trenes de carga, las numerosas líneas de metro y tranvías. El ferrocarril por primera vez empieza a convertirse en una opción viable tanto para personas como para mercancías.

La región tiene una de las redes de ferrocarril más pequeña del mundo. Solo 34.000 kilómetros sobre una extensión de 15 millones de km2. Como resultado, la mayoría de las personas y las mercancías circulan por carretera, aire o mar. Los planes pretenden duplicar la red hasta 67.000 km, el Golfo tiene algo más de 10.000 km de líneas de ferrocarril, que se ampliarán en 15.000 km. Las redes urbanas, incluyendo metro, tranvía y monorraíl, también crecerán desde los actuales 183 kolómetros a 2.236 kilómetros.

En todo Oriente Medio y África del Norte, la población ha aumentado de 200 millones de habitantes en 1980 a unos 415 millones hoy. La población que vive en las ciudades se ha incrementado hasta un 60% durante ese período. En muchos países de la zona el 90% de los habitantes viven en zonas urbanas. Parece que la visión temprana de los pioneros en la región, para conectar las ciudades de Oriente Medio con Europa o Asia por tren, empiezan a hacerse realidad. 

Expansión, Ed Catalunya, Pag 2 Jueves, 26 Abril 2012