jueves, 24 de mayo de 2012

kurdistán Iraquí



¿Se pueden hacer negocios o trabajar en Irak?: Es una pregunta frecuente que se ha planteado en los últimos años y más insistente ahora, debido a la crisis y la búsqueda de alternativas para crecer en los pocos mercados que quedan por descubrir. Sí, es posible, pero con cuidado.  Irak con una población  de 31 millones de ciudadanos, se considera una potencial mina de oro. A los nueve años de la invasión que derrocó a Saddam Hussein, sigue siendo una economía estatal y pendiente del petróleo.

Las empresas privadas todavía esperan desempeñar un papel importante en la reconstrucción del país. Tras años de guerras, Irak requiere grandes inversiones en infraestructuras. Sin embargo, la seguridad sigue siendo la gran preocupación, la corrupción es generalizada y las tensiones entre las facciones son factores de riesgo.

Pero en este artículo analizamos, el Kurdistán iraquí una región del norte del país que ha hecho progresos significativos. Cada vez en boca de mas empresarios que la comparan con Dubái cuando ven numerosas grúas por todas partes. La región autónoma cuenta con un mayor nivel de vida y menor incidencia de la violencia que el resto del país. En los últimos dos años sólo ha habido dos atentados importantes.

Desde 2004, el Gobierno regional de Kurdistán recibe el 17 % del presupuesto federal de Irak. Una cifra  basada en estimaciones de población que los kurdos consideran injusta, ya que se encuentran en su territorio las mayores campos petrolíferos, como Kirkuk.

Irak ingresó 83.000 millones dólares USA por venta de petróleo en 2011, y el PIB crecerá un 12,6% este año. El Kurdistán, gracias a Su estabilidad, atrajo en los últimos años 16.000 millones dólares de inversión en el sector de petróleo y gas, hasta 2010, había captado 13.000 millones en inversiones, la mayoría de capital nacional, en otros sectores.

Desde el año pasado crece el interés y la presencia de empresas internacionales, sobretodo en el sector inmobiliario, en vivienda, seguido de la industria y el comercio. Hay poca industria propia y un sector agrícola insuficiente, lo que implica dependencia de los productos importados, incluidos los alimentos.

Turquía se ha convertido en uno de los socios más importantes, con intercambios de 5.000 millones de dólares. Hay más de 740 empresas turcas y la palabra “Kurdistán”, ya no es ningún tabú, algo inimaginable hace poco tiempo dadas las tensiones en Turquía con la Minoría kurda.

La afluencia de inversión a lo largo de los últimos años también ha causado una especie de burbuja inmobiliaria por la falta de viviendas y el regreso de los expatriados. Hay oportunidades y se puede trabajar pero con tanta incertidumbre e incógnitas tener socio local es la clave del éxito. 

Publicado en Expansión, Opinión, Edición Catalunya Pag. 2, Miércoles, 16 de mayo de 2012

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