jueves, 21 de diciembre de 2017

Barcelona, marca y visión

Las ciudades se enfrentan a múltiples retos y se convierten en espejo amplificador de las dificultades con las que se encuentran los países. Y Barcelona está reflejando la situación de incertidumbre política que, de prolongarse, puede afectar a su proyección internacional.     

Barcelona ocupa una posición estratégica, y su modelo es una referencia para el intercambio, el dialogo y la integración. Pero hay que consolidar la apuesta como ciudad plataforma y centro decisivo en el Mediterráneo. Para ello, se deben aunar voluntades y recursos, e ir en una sola dirección.

Barcelona debe seguir su camino para consolidarse como ciudad global, líder en el comercio, las artes y el conocimiento. Tiene el alcance, y la ambición para dar forma, no solo al mundo de la economía, sino también ser su modelo. Promover sus ideas, su cultura, sus políticas y su futuro. Además de ser lugar para vivir, podría convertirse en actor en la escena mundial. La habitabilidad, y no solo para la rentabilidad, debe ser una apuesta.

Una ciudad es atractiva mientras sea diferente. Porque este es el siglo de las ciudades y en ellas reside el verdadero poder más allá de los estados. Las ciudades y no los países, impulsarán la creación de riqueza y se convertiran en pilares globales. Las 600 ciudades más grandes conducen la economía mundial, representan el 60% del PIB mundial.

La carrera entre las ciudades es cada vez más difícil. A pesar de la perdida de la sede de EMA y el actual momento, Barcelona dispone de infraestructuras, de una gran oferta hotelera, distritos de innovación que son herramientas útiles para seguir impulsando una coherente política de promoción internacional, hay opciones para desarrollar una oferta que sea a la vez cuantitativa y de calidad. Barcelona puede consolidar y rentabilizar aun más su marca, construir una reputación, aumentar el interés y facilitar la llegada de talento, empresas e instituciones internacionales.

Pero hay que tener una estrategia clara, un discurso sólido, conocimiento profundo de las competencias y demostrar esta capacidad de creación de la cultura de intercambio.

Ignorar esta realidad sería muy peligroso. No se puede actuar como si el éxito dependiese de la historia o como si el futuro estuviese predeterminado por el presente. Barcelona ha conseguido una transformación espectacular en su desarrollo interno y un dinamismo externo que le ha valido el reconocimiento mundial. Pero ahora hay que estar vigilante. Y Barcelona y su gente, son capaces de volver a ilusionarse e ilusionar.

Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag. 2. Martes, 12 diciembre 2017

Mediterráneo, estrés hídrico

El agua es un elemento vital en el Mediterráneo debido a cuestiones culturales, económicas y sociales, con la historia de la región siempre dependiente del clima y la dieta. No hay que olvidar que los productos de la tierra dependen del cielo. Es precisamente la gran escasez sufrido a lo largo de la historia lo que ha hecho que el agua sea tan apreciada, ya que sin ella la supervivencia, el desarrollo o la migración no habría sido posible. 

A nivel mundial, la disponibilidad media de agua per cápita es de 7.000 metros cúbicos por persona y año, mientras que en la región es sólo 1,200 por persona y año. La mitad de la población de la región mediterranea vive en condiciones de estrés hídrico, y la situación empieza a ser preocupante. Además, la población aumentará en 150 millones de personas, lo que reduciría a la mitad la disponibilidad de agua en 2050.

El agua, nos conecta, no nos separa. Una crisis regional del agua se convertiría rápidamente en un problema global. La mayor amenaza durante la próxima década es una crisis mundial de agua que provocará, conflictos derivados del control de las bolsas disponibles que existan en el territorio.

Por otra parte, el 75% de los puestos de trabajo en el mundo dependen del agua. Por tanto, la escasez puede limitar el crecimiento económico en numerosos países. 

Las amenazas de seguridad, la inestabilidad y la emigración están condicionando a Europa y las relaciones en el mediterráneo. El cambio climático y la escasez de agua en el Mediterráneo acrecentaran el impacto de los diferentes conflictos. El crecimiento previsto en los próximos años del turismo, el tráfico marítimo, la acuicultura o la búsqueda de hidrocarburos requieren medidas para ordenar estos usos y conseguir la sostenibilidad de la enorme riqueza. 

La gestión ineficiente está alcanzando unas pérdidas de agua por encima de 30% en sus redes, mientras que a nivel internacional, son del 10%. La mejora de la gestión tendría ventajas considerables y generaría para el sur del mediterráneo 5.000 millones de dólares en ganancias económicas y el retorno por cada Euro invertido sería de cuatro en ganancias.

La demanda de agua crecerá el 20% en 2025 en el Mediterráneo. Por todo ello, es imprescindible el uso de las tecnologías más adecuadas con mejores ratios de consumo energético y una mayor regulación. El tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura o la industria facilitaría un desarrollo sostenible y crearía puestos de trabajo.

Es imprescindible formular un nuevo consenso regional sobre el agua. La búsqueda de nuevas fuentes no convencionales reduciría al mínimo el impacto y permitiría una solución consistente. Hay que dar pasos hacia el futuro, crear economías eficientes en recursos y resistentes al clima. Porque, sin un enfoque que se oriente a romper las tendencias de despilfarro, sin una mayor cooperación y sin alternativas renovables, los países de la región no lograrán la sostenibilidad y el estrés hídrico aumentará inevitablemente. Ya hay demasiadas señales.

El Periódico de Catalunya, Economía, Pag. 24, Jueves, 21 diciembre 2017

domingo, 10 de diciembre de 2017

SEMANA ECONÓMICA 2017 - PRESS I MEDA ECONOMIC WEEK

Una edición más, un año más, celebramos la Semana Económica del Mediterráneo 2017 

Reunimos a más de 1.000 empresarios en multiples foros.

La receta económica de los líderes empresariales del Mediterráneo:


Barcelona, 27 Diciembre 2017
La Semana Mediterránea de Líderes Económicos (Meda Week) cerró el pasado viernes su onceava edición en la que se lanzó un paquete de propuestas para resolver los problemas de la región. Los puntos tratados fueron desde cómo revitalizar el comercio, el mercado laboral y el sector privado, hasta la necesidad de un mayor protagonismo de las mujeres y los desafíos que plantea el medio ambiente en el sistema económico.

Bajo el lema "La fuerza de la diversidad, nuestro poder económico", Barcelona acogió este evento promocionado por la Cambra de Barcelona con fondos FEDER con una gran acogida: 60 sesiones de trabajo, más de 200 ponentes y la participación de más de 1.500 asistentes, entre los que figuraron empresarios, representantes de patronales, asociaciones internacionales y autoridades políticas de más de 36 países.

La decisión de que Barcelona acogiera este foro no fue baladí. Según afirmó el coordinador de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (Ascame), Anwar Zibaoui, la ciudad condal es merecedora de ser sede del Meda Week por su "posición estratégica" como modelo de referencia para el diálogo, el intercambio y la integración.

El porqué de un eje económico mediterráneo

La principal conclusión de lo organizadores fue la necesidad de que los países mediterráneos se apoyen en "la diversidad de la región como un gran revulsivo para su crecimiento e integración".

El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, lamentó que hayan pasado 22 años desde la llamada declaración de Barcelona, que quería posicionar el Mediterráneo como eje de crecimiento global. Valls apostó por que la UE retome los objetivos de esta declaración y el Mediterráneo no sea una brecha entre dos mundos. "Hay que actuar", espetó Valls, quien cree que el camino es la puesta en marcha de un programa que exija la creación de un espacio económico común en región.

Por su parte, Josep Antoni Duran i Lleida, actual presidente del consejo asesor de la Meda Week, puso de manifiesto la necesidad de "exprimir" todo el potencial de la región y ayudar a resolver los problemas del Mediterráneo, "que no son pocos". Así, destacó la "triple vocación; hispana, mediterránea y europea, de Cataluña".

Tiempo hubo para mencionar los problemas políticos que atraviesa Cataluña. Unos conflictos que, según afimó Duran i Lleida, "pasarán", por lo que los esfuerzos deben centrarse en que el Mediterráneo sea un "puente" por el que fluye la cultura y la paz.

La solución, por tanto, pasa por invertir más en cooperación, en comercio y en economía, al mismo tiempo que la integración norte-sur se asiente en el progreso y la seguridad a través de la cooperación entre ambas orillas.
Señales de alerta: empleo y sector privado

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, mencionó algunos de los desafíos de la región, como la inmigración ilegal, el terrorismo o el paro juvenil. Y es que entre todos los países de la OCDE, España lidera el ránking en cuanto al mayor porcentaje de jóvenes desempleados con una tasa del 38,6%. Le siguen, además, países mediterráneos como Italia (35,5%) y Grecia (30%).

Bonet, presidente de Freixenet, destacó también el "papel fundamental" del sector privado, principalmente PYMEs, que necesita mercados abiertos que impulsen la competencia interregional construida en entornos atractivos, seguros y estables. Algo que solo se conseguirá con instituciones fuertes y un sistema de infraestructuras adecuado y que permitirá la internacionalización de las empresas.

Publicado en ECONOMIA DIGITAL, 27 Noviembre 2017