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lunes, 28 de marzo de 2011

Yemen, un volcán en erupción


El país árabe más pobre afronta una rebelión chií en el norte, un conflicto latente en el sur y el embate de Al Qaeda. El mundo debe ayudarle y presionarle a la vez para evitar otro Estado fallido



Yemen ha regresado al escenario internacional: la guerra en el norte entre la tribu chií Huthi y el Gobierno, que empezó a fuego lento, se recrudeció este verano y su expansión llegó hasta las fronteras de Arabia Saudí, lo que aumentó el temor de los grandes centros de decisión mundial. Y la fusión, en enero del 2009, de los grupos de Al Qaeda en Yemen y Arabia Saudí para formar Al Qaeda en la Península Arábiga ha ampliado la amenaza a la seguridad a toda la zona.

No parece que el fin de estos conflictos esté próximo. La fragilidad de la economía agrava las heridas, y a todo ello se añade una posible revuelta en el sur, que fue unificado por la fuerza y aún no se ha recuperado del sangriento intento de secesión de 1994. Los grupos extremistas se aprovechan de los problemas de las zonas rurales, la pobreza y el sentimiento antigubernamental para ganar apoyo.

Yemen es ya el país más pobre del mundo árabe. Se enfrenta a una aguda crisis que no puede resolver solo y que puede contaminar a sus vecinos ricos del Golfo justo cuando la economía mundial está en recesión. Mientras que los otros estados pueden sufrir la disminución de sus capacidades e instituciones financieras, en Yemen la principal preocupación es evitar que el país se convierta en un estado fallido como Somalia.

La economía es, pues, el primer desafío y la causa de muchos de los problemas. La capacidad del Gobierno para funcionar y proporcionar a sus ciudadanos los servicios elementales es muy deficiente. Yemen está en los puestos de cabeza en los índices de violencia y de corrupción. El desempleo es del 25%, y un 40% de sus 23 millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza.

Menos ingresos del petróleo

Tras el respiro de los últimos años, los ingresos por la exportación de petróleo se reducen por los bajos precios y la caída de la producción. En los nueve primeros meses del 2009 Yemen solo ingresó por la venta de crudo 1.200 millones de dólares (unos 838 millones de euros), menos de un tercio que en el mismo periodo del 2008. A ello se añade el coste diario del conflicto en el norte, que el Ministerio de Finanzas calcula en 7 millones de euros, y atender a los 200.000 desplazados. Una sangría financiera para el Gobierno.

Si no mejora el nivel de vida, grupos como Al Qaeda se consolidarán y las violencias tribales aumentarán. Añadamos la huida de los inversores internacionales, el tráfico de seres humanos y la piratería en el golfo de Adén, y tenemos los ingredientes para una mayor inestabilidad, la división del país y el refuerzo de los extremistas que pueden usarlo como base para desestabilizar todo el Golfo. Un Yemen inestable afectará a sus vecinos de una forma u otra  –emigración, grupos violentos...–, y también a la sostenibilidad de sus economías. No podemos olvidar que el Golfo es una región estratégica y clave para la economía mundial, ya que representa el 60% de las exportaciones y el 66% de las reservas mundiales de petróleo.

La búsqueda de una solución negociada al conflicto del norte, pues, es urgente. Otra guerra civil podría cortar el estrecho de Bab el Mendeb, que enlaza el golfo de Adén con el Mar Rojo y es una ruta de comercio internacional clave. Por ella pasan cada día unos 3 millones de barriles de petróleo.

Se calcula en más de 40.000 millones de euros la inversión necesaria para alcanzar la seguridad y las condiciones de vida óptimas. Pero el Gobierno yemení es incapaz de ofrecer soluciones y sobre todo de eliminar la corrupción, cuyos altos niveles provocan que el país tenga restringida la ayuda internacional. El mundo debe presionarle para corregir la situación y desactivar las causas de este conflicto. Las donaciones extranjeras deben estar condicionadas a la reforma económica y estructural y el respeto de los derechos de las minorías. Nadie desea ver otra Somalia ni otro centro para la piratería y el terrorismo, algo que sería más grave en el caso de Yemen por su situación geográfica. Los desafíos son enormes, pero todavía se puede trabajar para resolverlos

El Periódico de Catalunya, Página 11. Lunes 4 Enero de 2010

miércoles, 23 de marzo de 2011

Autopistas hacia la Unión como espacio de prosperidad


Un año más, y desde 2003, se celebra en el Marco del SIL, la 8º edición del Fórum Mediterráneo de la Logística y Transporte, que coincide con  la puesta en Marcha de la secretaría general permanente de la Unión por el Mediterráneo (UpM) en Barcelona y, unos días después, con la cumbre de jefes de estado y gobierno de los 43 países de la Unión. Continuadora del Proceso de Barcelona comenzado en 1995, la UpM fija objetivos ambiciosos para la cooperación con el Mediterráneo. La declaración  de París de julio de 2008 destaca que el futuro de la Región euro ‐ mediterránea reside en la mejora del desarrollo socioeconómico, la solidaridad, la integración regional, el desarrollo sostenible, la innovación y el conocimiento, y que es necesario extender la cooperación en numerosos ámbitos de interés como los proyectos definidos como prioritarios o iniciativas claves que el Secretariado del UPM gestionará (Horizonte 2020 para la Descontaminación del Mediterráneo, Autopistas del mar y autopistas terrestres, Protección civil, Energías renovables, Formación e investigación, etc.)

El compromiso de la UpM de lograr los objetivos principales del Proceso de Barcelona, en particular, en el ámbito de los transportes, Impulsar y consolidar una estrategia única y global para el sistema y redes de transporte es una necesidad ya que su implementación representa un impacto integrador que beneficiará la economía y competitividad de la región. La instauración de una red de transporte integrado y multimodal contribuirá a reforzar los intercambios entre la UE y los Socios mediterráneos y entre Sur-sur responde a las enormes expectativas que suscita la creación de la Unión y su objetivo de impulsar una Zona de integración económica Mediterránea, porque sin redes conectadas y comunicadas es imposible hablar de integración. Pero esto no es solo tarea de las administraciones sino de todos las instituciones públicas o privadas que están llamadas a trabajar juntos para su concreción  ya que serán factores esenciales de unión y de estabilidad entre los dos orillas

Así, el “ Fórum Mediterráneo de Logística y Transporte" fue pionero cuando hace 8 años proclamó como objetivo potenciar el debate, la reflexión y el intercambio de ideas sobre los nuevos retos, escenarios y oportunidades de desarrollo económico regional de una área de 43 países y 800 Millones de habitantes, una  zona que representa el 20 % del PIB mundial. Además el mar Mediterráneo con aproximadamente 45.000 km de costas de los que 19.000 km son costas isleñas, soporta el 30% del comercio marítimo mundial por volumen, hay una ruta de tránsito para alrededor del 25% del tráfico marítimo petrolero y más de 450 puertos y terminales.



Puente sobre el Bósforo, Estambul

El Mediterraneo es también una de las regiones del mundo con mayor patrimonio histórico y cultural, lo que explica que reciba el 30% del turismo mundial, cuyo potencial económico en la parte sur aún está por explotar a causa de la falta de integración regional. Otro dato: cada puerto Mediterráneo importante recibe anualmente más de un millón de cruceristas.

Por eso, produndizar en la UpM como espacio de prosperidad es una apuesta que no se puede dejar escapar a pesar de los contratiempos y los conflictos.

Durante los últimos 20 años, los países socios de las riberas sur y  oriental apenas han podido beneficiarse de la apertura y la mundialización. Esta situación la originó la falta de integración regional, sobre todos a nivel de redes de transporte y infraestructuras , reformas estructurales o de modernización de sus sistemas operativos . Por eso  la puesta en marcha de un proceso de integración económico es prioritario porque  implicará la liberalización del comercio y de los servicios, la integración de los mercados y la realización de reformas que mejoren el clima general para atraer inversión y desarrollar oportunidades de negocios.

En cada edición del Fórum  se constata, el interés de los actores de tener esta cita  anual de la Logística y transporte para poner sobre la mesa los temas de común interés, debatir los retos y crear asociaciones empresariales. La pertinencia de los temas propuestos para el debate,  así como la calidad de los participantes, ha permitido contar con los protagonistas, los que toman las decisiones, y a la vez ser la plataforma para presentar en algunos casos en primicia programas y proyectos claves, como Euromed Transportes, Euromed GNSS (programas de navegación por satélite EGNOS y GALILEO) y el Proyecto SAFEMED (seguridad marítima en el Mediterráneo) o los nuevos proyectos regionales orientados sobre las prioridades del transporte, como el Proyecto Intermodal (Autopistas del Mar) y el Proyecto Aviación (seguridad y gestión del tráfico aéreo) También se ha presentado el  Plan de Acción regional sobre los Transportes, Tánger Med Port y Planes de privatización de servicios en Turquía, Egipto, Marruecos y Argelia .

La región produce anualmente casi 720 millones de toneladas de flete marítimo internacional. Estos flujos se duplicarán en los próximos 20 años, y en el caso del flujo de fletes en contenedores, se multiplicaran por ocho. Por lo tanto, la política en el sector debe ser más global y abarcar varios aspectos: la interoperabilidad, el control del conjunto de la cadena logística, la organización de rutas de servicio alrededor de puertos-pivote («hubs») y la conexión intermodal de puertos con sus hinterland. No se trata de crear una red regional de transportes, sino de crear un sistema de transportes en toda la zona euro mediterránea.

El sector portuario es  clave para la competitividad y por aumentar la atracción de sus territorios. Habida cuenta de la posición geográfica del mediterráneo, cruce entre Europa, África y Asia, sus  puertos son un instrumento privilegiado de desarrollo económico y social. Se impone, pues, una liberalización progresiva de este sector, con el fin de adaptarse a un entorno cambiante  caracterizado por una liberalización internacional del sector marítimo. Sin olvidar que  un 95% del volumen de los  intercambios pasan por los puertos lo que exige a los gobiernos dar  prioridad en sus actuaciones. En este sentido, el sector de la logística es una palanca de mejora de la competitividad de su economía en general y de las exportaciones en particular. La fórmula de colaboración, o una asociación entre los sectores público y privado, es un instrumento eficaz para  la refundación del sector.

Estamos ante el gran reto de hacer de este mar, por sus ventajas naturales extraordinarias, una gran plataforma logística internacional, una red de comunicación terrestre, aérea y marítima; en definitiva, un espacio compartido de comunicación y sobre todo, un puente para acercar sus pueblos entre sí y con el mundo.

La Vanguardia, SIL 2010. 26 de Mayo de 2010

martes, 22 de marzo de 2011

Irak: un nuevo escenario

Al final los iraquís pudieron elegir, en voz alta, y después de pasar por décadas de silencio. Las elecciones legislativas, celebradas el 7 de marzo, representan un gran paso en la recién estrenada democracia iraquí. Un hecho que no puede dejar de lado el salto histórico que marca esta incipiente aventura que está a años luz de un pasado no muy lejano, en el que las elecciones siempre se ganaban con el 100% del apoyo popular y un único candidato. La carrera ha resultado una lucha feroz para entrar en el nuevo Parlamento. Seguramente, el deseo de cambio ayudará a consolidar la primeriza experiencia. La población está harta de 31 años de guerras. Deseosa de vivir como otros pueblos, espera que los partidos políticos estén a la altura de saber transformar estos anhelos.

La participación, en estos comicios, de la mayoría de las tendencias religiosas iraquís, sin que se produjera el boicot de ninguna de las grandes comunidades que construyen el mosaico de este país –salvo la prohibición de los simpatizantes del Al Qaeda o los restos del Baaz–, demuestra la importancia de estas elecciones.

Además, la obligación de presentar una lista nacional en todo el territorio, excepto en el norte, ha supuesto una ardua lucha. Los resultados confirman la dura batalla entre las dos coaliciones mayoritarias y el triunfo, por estrecho margen, de la lista liderada por el exprimer ministro Alaui, sobre la del imperio de la ley del primer ministro Maliki. La tercera lista en liza, la Alianza Nacional Iraquí de Jaafari, aparece como la bisagra que podría determinar el color del futuro Gobierno. Mientras, en el norte, en la región autónoma del Kurdistán, la alianza entre los dos partidos históricos de Barzani y Talabani ha asegurado la mayoría absoluta.

La coincidencia de estas históricas elecciones con la primera retirada programada de las tropas estadounidenses, en aplicación del acuerdo de seguridad firmado por el Gobierno de Maliki y la Administración de Obama –este último, en cumplimiento de su promesa electoral de una retirada gradual de sus tropas–, está imponiendo un cambio en la escena política interna. Así, desaparece un factor de división importante después de siete años de ocupación militar. Esto cambiará las estrategias de los partidos y las alianzas, y pondrá a prueba el futuro Gobierno que surgirá de las urnas, su capacidad para asumir la seguridad del país y la protección de su población, de impulsar la reconciliación y la coexistencia pacífica, la reforma constitucional y la eliminación de los males endémicos: la corrupción, la represión por motivos étnicos, sectarios o religiosos.

El problema de los iraquís es la balcanización de su sistema político, y las relaciones de seguidismo que algunos partidos políticos importantes tienen con el exterior, lo que podría presagiar dificultades para formar gobierno, complejas negociaciones con un mosaico de partidos y tendencias donde se mezclan las diferencias étnicas, las nacionalistas o sectarias. Cada uno de estos poderes intentará conseguir más cuotas de poder. Un Gobierno de unidad nacional sería la opción factible y de autoridad.

Otros de los retos del nuevo Gobierno será la partición de los ingresos del petróleo, la situación de la ciudad de Kirkuk, pero sobre todo cómo gestionar y equilibrar la influencia regional o la relación futura con los países vecinos: el papel de Irán y su impacto en la comunidad chií de Irak –más del 60% de la población–, recuperar las relaciones con Arabia Saudí – el gran vecino árabe–, las relaciones con Siria y tranquilizar a Turquía por la infiltración de la guerrilla kurda. Tareas complicadas, pero también muy presentes, que el futuro Gobierno surgido de esta contienda debería gestionar.

La economía será otra asignatura pendiente. Una economía que sufre las consecuencias de la guerra: centenares de miles de muertos y la sangría de 6 millones de iraquís exiliados, de los 26 millones de habitantes, de los que el 42% tienen menos de 14 años.

El sector energético es un pilar básico. Representa el 47% del PIB e Irak posee el 11 % de las reservas mundiales. Así, el futuro del país dependerá, en gran medida, del precio del petróleo y de su capacidad de producción. Si se cumplen sus objetivos de producción, Irak pasará de los de 2,3 millones de barriles diarios actuales a 7 millones en el 2015 y 12 millones en el 2020. La próxima década promete un cambio radical en la dinámica de la región. Si Irak se convierte en un poder económico y político importante –lo que podría representar un reto no solo para Irán, sino para Arabia Saudí, mayor productor de petróleo del mundo– podría llegar a constituir el poder político predominante en el Golfo.

Al margen de tales previsiones y frente a la incertidumbre que originan las elecciones, lo esencial es volver a lanzar Irak como el mejor instrumento para impulsar la paz y la estabilidad regional. Y lo fundamental, que el cambio que el pueblo iraquí reclama no tarde en llegar.

El Periódico, Lunes 5 abril de 2010

Ganar la apuesta Mediterránea

Otras ciudades pugnan desde hace años con Barcelona para disputarle la capitalidad.


Union for the Mediterranean

La presentación oficial e institucional de la secretaría general de la Unión por el Mediterráneo (UpM) y la presencia de su secretario general en Barcelona es un logro importante de la presidencia española de la UE de este semestre, que se culminará con la segunda cumbre de presidentes y jefes de Gobierno de los 43 países de la UpM que se celebrara el mes de junio, lo que impulsará la puesta en marcha de esta organización mediterránea continuadora del Proceso de Barcelona comenzado en 1995, que fijó objetivos ambiciosos para la cooperación entre Europa y el Mediterráneo.

Mucho se ha hablado de Barcelona, de su modelo, su imagen en el mundo, de su presente, pero sobre todo de su futuro. La ciudad que ha impresionado por su creatividad y crecimiento ahora tiene que continuar buscando nuevos caminos y quizá uno de estos horizontes sea volver la vista al Mediterráneo, un mar que a finales del siglo XIII acababa de descubrir a unos emprendedores comerciantes catalanes procedentes de Barcelona en una época de fuerte crecimiento económico y marítimo de la ciudad. Cuando se crearon consolats en 40 ciudades.

La elección de Barcelona es un paso muy importante, pero no definitivo. La capitalidad deberá ganarse día a día a través de sus actuaciones: de hecho otras ciudades llevan varios años remando en esta misma dirección y seguirán los planes para ser un centro decisivo en el Mediterráneo.

Los protagonistas juzgarán la idoneidad del escenario en función de los resultados y no dudarán en modificar sus preferencias si aparecen nuevos o viejos actores con propuestas más audaces u ofertas más atractivas. No se puede actuar como si el éxito dependiese de la historia o como si el futuro estuviese predeterminado por la actual ubicación de la sede.

Potenciar la capitalidad de Barcelona es un reto para todos que tendrá sin duda un impacto directo sobre el conjunto de las actividades y en la proyección de la ciudad.

Barcelona está en condiciones de conseguir la capitalidad real, de ser la referencia de una gran área económica mediterránea, pero esto solo es factible aunando voluntades, recursos y una estrategia unificada, un trabajo del conjunto de las administraciones públicas y privadas orientadas hacia este objetivo, contando con el apoyo claro y determinante de la Administración española. Por otra parte, esta es la principal opción de España para la ejecución de su política mediterránea, ya que es prácticamente imposible reinventar alternativas dada la experiencia acumulada de Barcelona.

Es necesario iniciar actuaciones que permitan desarrollar un proyecto integrador para todo el Mediterráneo. Para ello será importante articular un bloque que defienda los intereses del Mediterráneo en el diseño, control y ejecución de los programas destinados a la zona, establecer en Barcelona la Secretaría para el Mediterráneo del Ministerio español de Asuntos Exteriores o potenciar el Institut Europeu de la Mediterrània y dotarle de los medios necesarios para perfilar este impulso estratégico del Gobierno de España, a la vez que su apuesta por Barcelona como ciudad referencia de su política mediterránea.

También es preciso crear una plataforma de coordinación de instituciones públicas y privadas interesadas en la consolidación de Barcelona como capital del Mediterráneo, impulsar el proyecto de Sant Pau como el centro de referencia para la integración mediterránea para acoger a instituciones, organizaciones internacionales o regionales, que trabajan en el Mediterráneo, impulsar nuevas iniciativas panmediterráneas en campos como la innovación, la salud, la biotecnología, el audiovisual, el turismo, entre otros, reforzar la coordinación entre instituciones y empresas para liderar proyectos de cooperación y promover programas sociales y culturales mediterráneos.

Disponer de infraestructuras como un gran aeropuerto, un puerto, recinto ferial, una gran oferta hotelera, distritos de innovación, son herramientas útiles para impulsar una política de promoción internacional capaz de desarrollar una oferta de servicios a las instituciones y empresas que sea a la vez cuantitativa y de calidad. En definitiva, promover en todo el mundo, de forma específica y selectiva el modelo económico de Barcelona en su totalidad y atraer inversiones, congresos, sedes para hacer frente a los retos de consolidar la capitalidad mediterránea. Esto le permitirá consolidar y rentabilizar aún más las infraestructuras y aumentar el interés de las grandes empresas e instituciones internacionales para ubicar sus centros de decisión en la ciudad de referencia de la futura área de integración mediterránea.

Para asegurar la capacidad de influencia se deberá tener una estrategia clara, un discurso sólido, conocimiento profundo de las realidades mediterráneas y la capacidad de creación de la cultura de intercambio que tiene Barcelona. Por eso no se puede dejar escapar esta oportunidad histórica que una vez más el Mare Nostrum brinda. Es el momento de apostar por el Mediterráneo y de trabajar todos para que Barcelona sea el referente de este nuevo sueño de unión.

El Periódico, 20 de Marzo de 2010

El "efecto El Baradei" en Egipto

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha recuperado los poderes que delegó en su primer ministro Ahmed Nazif y ha reanudado las tareas al frente del mayor país árabe y el más poblado, con 80 millones de habitantes. Ha sido después de una operación de cirugía a la que fue sometido en un centro médico alemán para extirparle la vesícula biliar. Cabe destacar la transparencia de los informes sobre su estado de salud, que han despejado muchos rumores que circulaban en el país de los faraones.

La vuelta del presidente Mubarak coincide con un momento de preocupación en los grandes medios internacionales, no solo por la salud del presidente, sino por la del régimen. Egipto celebrará elecciones parlamentarias a finales del 2010, y presidenciales, en el 2011. Y, tal vez, lo que está revolucionando la escena política egipcia es la irrupción de Mohamed El Baradei, premio Nobel y exdirector del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que tras 12 años de ausencia, regresó en febrero a un país poco acostumbrado a grandes sorpresas políticas y con un pueblo apático, que desconfía de una perspectiva de cambio rápido.

En pocas semanas, se ha formado alrededor de El Baradei un movimiento para impulsar un cambio constitucional y su candidatura como presidenciable en el 2011. Este movimiento ha alcanzado más de 150.000 simpatizantes a través de las redes sociales, un fenómeno que algunos analistas empiezan a calificar de primavera egipcia, aunque es prematuro afirmarlo.

La actual Constitución egipcia, que ya fue modificada en el 2005, en un tímido intento de apertura, solo permite presentarse a la elección presidencial a aquellos partidos que llevan más de cinco años legalizados, o a candidatos independientes que cuenten con el apoyo de un mínimo de 250 miembros del Parlamento. Y aquí reside el primer escollo para El Baradei, que no cumple estos requisitos para presentarse como candidato en las elecciones, lo que ha impulsado un movimiento para poner en marcha una campaña que recoja tres millones de firmas para pedir la reforma.

El Baradei podría ser un candidato con posibilidades para disputar el sillón presidencial. A su favor está un perfil novedoso, un político con las manos limpias que no está implicado en casos de corrupción, puesto que ha vivido muchos años fuera del país. Además, su puesto en el OIEA le ha llevado a alcanzar proyección internacional. En contra, su falta de experiencia en la política interna, y la distancia que la coalición formada por los partidos de oposición han marcado hacia su candidatura, llegando a insinuar que es oportunista, y que ellos llevan muchos años en la lucha por el cambio. Pero tal vez el factor más negativo sea la apatía de millones de ciudadanos de a pie, que desconfían de la clase política, que están observando este show televisivo, mientras su preocupación real diaria es satisfacer las necesidades básicas. A pesar de todo, será muy difícil marginar la opción de El Baradei.

Sin embargo, el gran obstáculo llegará si el presidente Mubarak se presenta como candidato para un nuevo mandato; entonces, las posibilidades de El Baradei y otros disminuirán. Gamal, el hijo de Mubarak, se está preparando, pero todavía no cuenta con el apoyo popular necesario. Existe una cierta hostilidad a la idea de sucesión hereditaria, pero no es generalizada en una zona que se ha acostumbrado a verlo con normalidad.

Sin lugar a dudas, la clave está en la economía: crecer y crear puestos de trabajo. Se necesitan 250.000 nuevos empleos anuales hasta el 2020; es el termómetro de la estabilidad social, en un país que también ha sufrido los daños colaterales de la crisis financiera mundial, sobre todo, la que afecta a la UE, su primer socio comercial. Su economía depende de la inversión extranjera, los ingresos procedentes del turismo, el Canal de Suez, las remesas del exterior y las exportaciones. La inversión extranjera directa disminuyó un 39 % en el 2009. Pero la economía siguió creciendo un 4,7% en el 2009 y la proyección para el 2010 es del 5,2 %, aunque esto representa una desaceleración con relación al 7% del 2008. Pero es una tasa alta en el año que vio a las mayores economías del mundo caer en recesión. Los pilares siguen siendo sólidos: una gran base de consumidores, un sector financiero fuerte y una economía relativamente diversificada.

Los esfuerzos del Gobierno, a través de paquetes de medidas de 2.700 millones de dólares y los incentivos para estimular la inversión en la industria, están ayudando a mantener el crecimiento, y esto permitirá al país estar en buena posición una vez que comience la recuperación a escala global. Pero, hasta que esto suceda, el desafío será seguir el ritmo de las reformas económicas en pleno periodo electoral, lo que hace temer la paralización de estas reformas antes de los comicios. También se verá cómo reaccionan las autoridades y la población al fenómeno El Baradei en un tiempo que podría ser decisivo, aunque queda, seguramente, un largo camino por recorrer. Experto en asuntos

El Periódico, 26 de Abril de 2010

El Mediterráneo, plataforma logística mundial

El Mediterráneo, un mar que une tres continentes, creó hace 2000 años en sus orillas, el primer concepto de puerto libre y franco. Caldeos, fenicios y cartagineses impulsaron este marco como plataforma alternativa para facilitar el comercio y la logística de los mercaderes.

Hoy como ayer, consolidar el Mare Nostrum como una gran plataforma logística es el reto que persiguen ambas riberas; transformar este mar, con unas ventajas naturales extraordinarias, en un gran centro logistico internacional, una red de comunicación terrestre, aérea y marítima, en definitiva: un espacio compartido de comunicación y un puente para acercar sus pueblos entre sí y con el mundo. Esta es la aspiración de los países de esta región debido a su importancia como factor clave para impulsar el desarrollo y consolidar unas economías prosperas.

La región mediterránea tiene elementos que permiten facilitar esta apuesta: la interrelación de corrientes de intercambio euro-mediterráneo y trasatlántico, que constituyen una interfaz entre los países vecinos, una plataforma estratégica para las grandes potencias; es un lugar de paso obligado entre los ribereños, así como un lugar de tránsito entre otros espacios marítimos. Sin embargo, este espacio presenta algunos puntos débiles, como, por ejemplo, la falta de infraestructuras sobre todo en su costa sur, economías dispares y un desarrollo a varias velocidades.

Para impulsar el desarrollo de esta enorme plataforma hay que promover el concepto de red en la definición de nuevas infraestructuras y dar prioridad a las interconexiones que faltan como las autopistas del mar y de acceso a los hinterland, e integrar las normas internacionales de interoperabilidad técnica y administrativa en los proyectos.

Las grandes transformaciones experimentadas en los últimos años, unas reformas profundas con la tendencia en perspectiva de crear una gran área de integración económica en la región Mediterránea teniendo en cuenta el proceso vivido por la UE, y el hecho de que la UE representa el mayor socio de los países del sur y la parte oriental. Esto ayudará a impulsar la construcción, modernización y gestión de las infraestructuras imprescindibles para consolidar la UpM y el establecimiento de la Zona Euro-Mediterránea de Libre Comercio.

Deben figurar como prioridades para la Unión por el Mediterráneo una mejor integración de las infraestructuras, desarrollar la interconexión sur-sur y su enlace con la Red Trans-Europea de transporte, las autopistas del mar, las autopistas trans-Magreb, los corredores multimodales y el proyecto del túnel de Gibraltar.

Cabe destacar que, hasta el 2009, y a pesar de la recesión económica mundial y la caída de la demanda, se han invertido más de 150.0000 millones de euros en planes y proyectos de transporte y infraestructuras en toda la región y 150.000 millones de euros serán destinados al sector marítimo, aeropuertos y ferrocarriles (la mitad para el sector portuario).

Para llegar a buen puerto hay que superar los obstáculos y trabajar para profundizar en el partenariado del conocimiento en el espacio euro mediterráneo con el fin de controlar mejor los retos del desarrollo económico y favorecer las reformas institucionales. En este sentido, es necesario reforzar la capacidad de las instituciones financieras internacionales para que asuman riesgos en la financiación de infraestructuras e incluso, en la implantación de estructuras de garantía y facilitar el acceso de las instituciones financieras y de los operadores apostando por un mayor papel del sector privado.

Los mediterráneos deben luchar contra algunas carencias, incluso convertirlas  en oportunidades para consolidar una gran plataforma logística capaz de competir con otras regiones en una alianza entre los operadores y las instituciones de ambas orillas de este "Mar de todos".

La Vanguardia, SIL 2010, Martes 25 de Mayo de 2010
Articulo en el marco del 8º Forum Mediterráneo  de la Logística y el Transporte

8º Forum Mediterráneo de Logística y Transporte, 25-26 Mayo, 2010

SIL 2010, Barcelona. 12ª Salon Internacional de la Logistica y La Manutención
8º Fórum Mediterráneo de Logística y Transporte

"El sector logístico es clave en la integración euromediterránea"
"El sector privado debe implicarse desde el principio en el diseño"


La Vanguardia, 19 de Mayo 2010

Qatar, el tamaño no importa

La compra por parte de uno de los fondos soberanos de Qatar de los famosos grandes almacenes Harrods de Londres ha sido una de las noticias sobre Oriente Próximo más reproducidas por la prensa a nivel mundial. A menudo, las tensiones políticas en la zona son los titulares más repetidos y ocultan otras realidades que apuntan a un resurgimiento de nuevos modelos en la región más allá de los típicos petrodólares y los compradores de todo. Una nueva generación asume su papel de diversificar sus economías y gestionar los ingresos del petróleo, y consiente en utilizar su poder en el mapa de las relaciones internacionales y rentabilizarlo.

El desarrollo económico de la región continúa ganando impulsos a pesar de los conflictos, que no son pocos: Irán, Irak, Yemen, Palestina...  El paso del desierto a un oasis económico que sí puede florecer cambiaría el futuro de esta compleja región.

QATAR ES un buen ejemplo. A pesar de la crisis económica mundial, el emirato - con una extensión de 11.437 kilómetros cuadrados y 1,66 millones de habitantes (el 80%, extranjeros) - está en plena expansión. Situado estratégicamente en un cruce entre Oriente Próximo, Asia y Europa, las cifras son claras: un fuerte crecimiento gracias a sus exportaciones de hidrocarburos, sobre todo gas natural licuado - 43 millones de toneladas al año, el 90% de todas sus exportaciones-, la rentabilidad de sus inversiones en el exterior y los grandes proyectos en el interior, y un aumento del PIB de casi un 300% en los últimos seis años que ha impulsado un crecimiento el 11,6% en el 2009. Es el mayor índice registrado en el mundo, es el mayor exportador mundial y el tercero en reservas de gas natural y de los primeros en la renta per cápita en la clasificación mundial.

La proyección de país que las autoridades planean para el 2030 trata de ir hacia una economía del conocimiento sin depender excesivamente de los hidrocarburos. Multiplican su esfuerzo para acelerar el desarrollo y ampliar su base, y se centran ahora en la creación de las infraestructuras necesarias para diversificar una economía sorprendente. El brazo financiero son los fondos soberanos de la Autoridad de Inversiones de Qatar, que dispone de 60.000 millones de dólares para actuar y está a punto de cerrar algunas operaciones de compra del mayor calado en países como Francia y Alemania y otros puntos del mundo.

En los últimos años ha invertido 30.000 millones de dólares en adquirir participaciones en sociedades de distintos sectores como Barclays Bank, Crédit Suisse, la Bolsa de Londres, EADS, J. Sainsbury, Volkswagen, Porsche, la isla Cayo largo en Cuba....  A esto hay que añadir los 220.000 millones de dólares de inversión en proyectos que se están desarrollando en la actualidad o previstos para los próximos cinco años, creando centros de educación e investigación, los grandes proyectos turísticos, el Mundial de fútbol o los Juegos Olímpicos...

Pero tal vez la puesta en marcha del canal de televisión Al Jazira en árabe e inglés ha dado a Qatar una mayor proyección tanto regional como internacional y ha ofrecido una plataforma idónea para dar visibilidad a sus esfuerzos diplomáticos. Su lanzamiento en 1996 marcó un hito, un antes y un después, no solo para el emirato, sino para todo el mundo árabe. Un mundo lleno de contradicciones y poco acostumbrado a estos aires de libertad de expresión. A pesar del apoyo financiero del emir, la cadena ha mantenido su independencia y una reputación forjada como espacio libre de opiniones diferentes. Qatar quiere presentarse como un Estado serio, desarrollar un perfil político propio y ser visto como modelo de reformas e implicado en los asuntos internacionales.

La agilidad diplomática ha sido uno de sus puntos fuertes en los últimos años, ya que ha tratado de mediar en conflictos como Palestina, el Líbano, Sudán y Yemen. Pero tal vez su tarea más complicada sea tratar de equilibrar las exigencias contradictorias de Washington y Teherán teniendo en cuenta sus vínculos económicos con los dos; su habilidad para navegar entre enemigos no es un mero ejercicio de surf, ya que tiene buenas razones para ello: su proximidad geográfica con Irán y sus vínculos étnicos, porque más del 30% de los qatarís son de ascendencia persa. Los dos países comparten el yacimiento de gas más grande del mundo, pero la proximidad de Qatar a Irán y su relación militar con Estados Unidos - el emirato es la sede de la base militar de Al Udeid, la más grande de cuantas EEUU tiene en el golfo Pérsico -  significa que sería extremadamente vulnerable en el caso de un conflicto entre Teherán y Washington.

EL MODELO qatarí tiene sus detractores, ya que asume un riesgo muy alto en una zona donde las alianzas o las enemistades cambian a ritmo rápido, tanto en política como en economía, pero ese Estado pequeño en extensión y grande en proyección necesita desarrollar una estrategia coherente pensando en el largo plazo. A pesar de la importancia de los grandes proyectos que impulsa y de sus intervenciones políticas en la escena regional, se trata de apuestas que puede ganar o perder, pero sin duda determinarán su futuro siempre que sepa jugar bien su carta ganadora.

El Periódico, 26 de Junio de 2010

El Magreb, frente a la crisis

Ahora que el mundo vive grandes convulsiones económicas y comerciales, en un momento crucial y de transformaciones, los países del Magreb, a pesar de mantener un crecimiento de alrededor del 4%, podrían sufrir los daños colaterales de este terremoto económico, sobre todo cuando la Unión Europea está tosiendo y es su primer socio económico (España, uno de los principales actores con el 12% del total). Además, el 40% del suministro energético de la UE proviene de esta zona, las remesas de sus inmigrantes en la UE suponen un gran revulsivo para sus economías y el turismo europeo es su primer cliente en países como Túnez y Marruecos. Los países del Magreb no pueden esperar a que pase esta crisis y ganar tiempo, ya que el riesgo es ver a cada uno de ellos sin poder hacer frente a las exigencias. El riesgo de no poder llegar a tiempo a la recuperación es alto y tendría un alto coste.

En 1989, Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez firmaron un acuerdo de creación de la Unión del Magreb Árabe (UMA), que pretendía fortalecer sus vínculos históricos y geográficos. Ofrecerse como modelo de unidad árabe y presentarse como socio potencial de la vecina Europa, en contraposición a los países del Este. La integración permitía la complementariedad económica y la autosuficiencia basada en la variedad de sus recursos. La situación no ha avanzado mucho y los objetivos con los que se creó la UMA, más de dos décadas después no se han cumplido. Los sueños de su población se derrumbaron ante el muro de conflictos bilaterales y regionales, una influencia negativa que aún prevalece. Paradójicamente, es un momento crítico que exige aunar voluntades y reparar la grieta y la búsqueda de salidas para atraer inversiones y ganar las apuestas económicas.

La integración regional crearía una dinámica de mercado y sus economías de escala podrían absorber con eficacia la fuerza laboral joven y asegurarle un trabajo que evite que se extiendan las consecuencias a los países vecinos de Europa. Hoy más que nunca es el momento para la evaluación de los objetivos por los cuales se creó la UMA, porque no se han cumplido y el camino sigue atascado. Debe analizarse cómo se pueden superar los cuatros factores que condicionan el futuro del Magreb -la presión demográfica, el déficit en el índice de desarrollo humano, el cambio climático y la competitividad global-, pero también revisar unas estructuras muy diferenciadas y la dependencia de las exportaciones energéticas y productos primarios. Demasiados retos para superar sin vertebrar económicamente todo el territorio magrebí.

EN El conjunto de los países del Magreb viven 81 millones de personas con una media de edad de 24 años, y el 30% tienen menos de 15 años. La estabilidad depende de la presión demográfica y la economía; la clave es la creación de empleo. La región debe crear entre 20 millones y 25 millones de nuevos puestos de trabajo para el año 2020. La falta de una verdadera integración regional está impidiendo atraer grandes inversiones y un crecimiento suficiente. Las diferencias políticas entre Argelia y Marruecos y el cierre de sus fronteras impiden avanzar, puesto que ambos países representan el 75% del total de la población y el 70% del PIB de la zona. También pesa el débil comercio interregional, que solo representa 3% del total frente al 70% con la UE y el 21% con la ASEAN.

La integración regional aparece como el camino. Las razones son claras: un mercado único magrebí atraería inversiones en sectores clave. Algunos estudios han cuantificado el coste de la no integración económica del Magreb en unas pérdidas de 8.000 millones de euros anuales, es decir, un 2% de crecimiento del PIB, 200.000 empleos anuales en cada país de la región. Por contra, una posible integración daría unos beneficios anuales de 20.000 millones de euros, y esto repercutiría positivamente en países vecinos como España e Italia.

Pero a pesar de estas dificultades se perciben aires nuevos, impulsos de grandes infraestructuras, apuestas innovadoras, las mujeres como fundadoras de algunas de las empresas más importantes de la zona, el talento y las energías de los jóvenes y sus propuestas audaces. La sociedad civil magrebí está demostrando su capacidad de cambio con proyectos impensables hace unos años, un amplio debate e historias de éxito que con demasiada frecuencia las tapan en Europa las cuestiones de seguridad y de inmigración, porque el objetivo de crear un futuro mejor allí beneficia a la orilla norte y es una tarea de todos. La crisis podría profundizar la fractura económica del Magreb en lugar de cerrarla, pero también podría impulsar la hipotética creación de un conjunto regional integrado. La preocupación por amortiguar los efectos de la crisis podría anticipar una nueva orientación estratégica para un Magreb que lleva medio siglo de desunión. En resumen, pasar de la crisis de la integración a la integración por la crisis.

El Periódico, 10 Septiembre 2010

Obligados a entenderse

Otra vez saltan las alarmas en las relaciones entre Marruecos y España. Los desacuerdos históricos entre ambos países son conocidos; es decir, Ceuta y Melilla y la visión sobre una solución al conflicto del Sáhara. Cuestiones que aparecen en cada incidente y tensan el entorno.

Las repercusiones de esta última crisis, a pesar de los esfuerzos políticos y la contención oficial, se han extendido a nivel popular y mediático. Las relaciones con España se han convertido en el principal tema de interés para el público marroquí, y son también de interés y causa de divisiones de opinión en España. A medida que se apaga un fuego se enciende otro, lo que indica que hace falta una normalización verdadera de las relaciones, no condicionada a un incidente, provocación o el uso para otros fines en un lado u otro.

El reto de esta carrera de fondo es una tarea de todos, no solo corresponde a los gobiernos, sino a todos los actores implicados -partidos políticos y sociedad civil- que estas relaciones no sean materia de uso en los debates internos, sobre todo en épocas electorales, sino un tema de consenso nacional, de una política de Estado. Las necesidades de colaboración son enormes y las soluciones temporales se quedarán cortas si no van acompañadas de un acuerdo global entre ambos países que permita blindar las relaciones bilaterales y evitar las repercusiones de futuros incidentes en su desarrollo global. Otros países, como Francia, lo han conseguido a pesar de las herencias y heridas coloniales.

Marruecos y España han superado los últimos acontecimientos y el desarrollo de las relaciones, sobre todo económicas, entre ambos países ha seguido su crecimiento, lo que demuestra que en este ámbito de cooperación la aproximación entre los tejidos empresariales ha dado muestras de dinamismo y una mayor efectividad.

Nunca antes estas relaciones habían alcanzado un nivel tan importante como el actual, España ha hecho de Marruecos un centro de atención prioritario y las empresas se han implicado en este proceso como verdaderos embajadores y creadores de riquezas. Las relaciones comerciales han conocido un incremento espectacular en los últimos 10 años: un 250%. El 24% de las exportaciones de Marruecos hacia la UE tienen como destino España y el 22% de las exportaciones de la UE tienen como origen España. Catalunya representa el 25% del total español. España es el segundo socio comercial de Marruecos, con intercambios comerciales oficiales que alcanzan los 5.500 millones de euros. Hay que añadir los flujos de mercancías entre Ceuta y Melilla y el norte de Marruecos. También refleja el incremento de las relaciones la presencia de más de 1.500 empresas instaladas en Marruecos. Y es necesario añadir la presencia de una comunidad de 700.000 marroquís residentes en España, que son una fuente de ingresos importantes para la economía marroquí.

La vecindad geográfica y la complementariedad exigen dar un nuevo impulso a la cooperación bilateral y que las relaciones políticas, económicas y sociales entre ambos países inauguren una nueva etapa. Pero, para que ello sea posible, se hace imprescindible la creación de marcos estables de cooperación que favorezcan no solo la difusión adecuada de la realidad de ambos países, sino que, a la vez, fomenten la actuación de los agentes económicos, culturales y sociales.

En resumidas cuentas, se trata de blindar las relaciones creando mecanismos que permitan superar los incidentes y el desconocimiento mutuo existente, y que puedan funcionar como un cinturón de seguridad para prevenir futuras crisis, hacer valer más los interés comunes que unen y no los puntos conocidos que separan. No hay que olvidar que en el entendimiento común y las relaciones de buena vecindad entre España y Marruecos reposa buena parte de su futura prosperidad económica. Y un Marruecos próspero es una necesidad para España y Europa.

Está clara la necesidad de apoyar el camino emprendido por Marruecos e impulsar una acción prioritaria de cooperación política, económica y social desde la UE, que ha otorgado a Marruecos un estatus de asociación más avanzado, lo que permite triplicar la ayuda financiera y técnica. Porque ya no se puede seguir dando la espalda a la realidad: los hechos demuestran que el abismo económico que separan los 14 kilómetros del Estrecho se acorta y su impacto alcanza la parte norte en distintas formas.

Multiplicar la cooperación y el conocimiento mutuo dan un beneficio claro. Estamos en presencia de una sociedad compleja. La adopción de respuestas globales es un antídoto para eliminar potenciales factores de desestabilización como la pobreza y la ausencia de horizontes para la juventud, que son un caldo de cultivo para engaños y promesas de paraísos mejores.

El Periódico, 30 de Septiembre 2010

No se trata solo de gas

Los litigios que enfrentan a Sonatrach con Gas Natural acerca del precio de los contratos de aprovisionamiento de gas y los presuntos reproches de Argelia a España por el supuesto pago de rescate para liberar a los cooperantes Albert Vilalta y Roque Pascual, secuestrados por Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), dada la procedencia argelina de la mayoría de miembros de esta organización, además de algunas divergencias sobre el desarrollo del conflicto del Sáhara, han hecho que algunos medios hablen de un aumento de tensión a pesar de que ambos gobiernos lo han negado. Sin embargo, es importante que actúen de forma rápida para que no se contaminen las relaciones y ayuden a buscar soluciones a los litigios o desencuentros, y a resaltar los beneficios que las relaciones históricas han aportado a ambos no solo a propósito del gas. Es un hecho lógico, por la proximidad geográfica: España ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de la política mediterránea de la UE y en la articulación de unas relaciones bilaterales más sólidas con Argelia, además de la lucha común contra el terrorismo y la emigración ilegal.

La apuesta de Pere Duran Farell por el gas argelino, tejiendo una relación muy estrecha con los dirigentes Huari Bumedian y Abdelaziz Buteflika, abrieron las puertas a unas relaciones privilegiadas. Eran tiempos de una economía argelina planificada en la órbita del bloque socialista y el monopolio de Sonatrach, pero el país inicio cambios radicales a finales de los 90, después de la terrible guerra civil. Sus alianzas exteriores empezaron a cambiar, pasando a ser un socio estratégico de Estados Unidos. El punto de inflexión fue la denominada guerra contra el terrorismo. Tras los atentados contra las Torres Gemelas del 2001 y la coincidencia de los intereses en la lucha contra el terrorismo de Estados Unidos con los de Argelia, tuvo la necesidad de salir de su aislamiento, lo que ofreció muchas ventajas a los grandes grupos del sector de los hidrocarburos. En España, Argelia multiplicó sus socios y los gaseoductos que transportan su gas a la UE, adonde va el 70% de su producción. Es el tercer exportador mundial de gas y las autoridades intentan jugar esta carta en la escena regional como en los años 70; además, el gas es un factor de cohesión interna, al crear un fondo para las generaciones futuras, gracias a sus ingresos récord.

ARGELIA vive actualmente una situación financiera muy favorable. El precio del petróleo y la gestión eficaz de la deuda exterior han permitido llenar las arcas del Estado (cerca de 144.000 millones de dólares de reservas en el 2009), con un tímido aumento del poder adquisitivo de los argelinos. En este contexto, el Gobierno se esfuerza en relanzar la actividad y diversificar la economía, pero con tímidos pasos, a veces, insuficientes.

El peso del Estado ha disminuido y numerosos sectores han sido privatizados: telecomunicaciones, transporte marítimo y aéreo, agricultura, turismo y minas. El último bastión, el energético, está en un proceso lento, pero aparentemente irreversible de liberalización. El progreso económico dependerá de la capacidad de las autoridades de mejorar el clima social, de atraer a los inversores y del desarrollo de las pymes. Para consolidar las reformas y crecer es prioritario salir de la dependencia energética así como reformar la banca y reestructurar el tejido industrial.

El Gobierno ha emprendido un Plan Marshall para el periodo 2010-2014 con un presupuesto de 286.000 millones de dólares con el objetivo de crear tres millones de puestos de trabajo y fuertes inversiones en infraestructuras, y la construcción de dos millones de viviendas, así como la mejora de los servicios sociales en salud, educación y servicios públicos. Lo nunca visto en un país emergente.

Argelia se consolida como un importante socio de España, con 6.000 millones de euros de intercambios comerciales, el 35% del gas consumido en España y la presencia de numerosas empresas españolas instaladas y presentes en decenas de proyectos de energía, desalación de aguas, transporte ferroviario , alimentación y las grandes oportunidades que ofrecen para las empresas españolas el sector turístico, el medio ambiente, la construcción y la gestión hospitalaria, entre otros sectores prioritarios para el país.

Con estas grandes sumas para financiar su plan, el Gobierno está en condiciones de cumplir sus promesas y evitar la escalada de tensión social. Las necesidades hoy en día son colosales y las esperanzas, enormes. El tiempo apremia para una población que lucha contra el desempleo, los bajos salarios y la inflación. Además, están por ver las repercusiones de la reorganización del Gabinete, con la salida de los ministros más liberales y afines al presidente, y de la lucha contra la corrupción, que ha salpicado a la cúpula de Sonatrach: si es señal del final del coqueteo con la apertura económica o es una lucha soterrado por el poder

El Periódico, 25 Octubre 2010

Harán falta sacrificios de todas las partes


Los acontecimientos de estos días representan una escalada en el conflicto del Sáhara Occidental, que dura desde hace más de 35 años, y un capítulo más de la lucha soterrada que Marruecos y el Frente Polisario han mantenido en los últimos meses. Sin embargo, el asalto al campamento de Gdeim Izik no era el mejor punto de partida para la tercera ronda de negociaciones directas, que comenzó el lunes en EEUU, con la presencia de Mauritania, Argelia y la ONU. El enviado especial de Naciones Unidas, Christopher Ross, apuntaba que esta ronda no podía ser una repetición de las anteriores e insinuaba la urgencia de alcanzar una solución definitiva pero no impuesta. Está por ver si en este clima será posible avanzar, pese a las esperanzas depositadas en esta vía de negociación iniciada hace tres años.

Hace unas semanas se levantó el campamento, con el objetivo de protestar por el deterioro de las condiciones de vida y exigir viviendas dignas y el derecho a un trabajo. Pero la protesta ha derivado en una operación contundente que ha costado la vida a civiles y policías, y ha devuelto el tema saharaui a la primera plana. Este era uno de los objetivos del Polisario, mientras que Rabat lo intentaba evitar, en la semana en que Marruecos celebra el aniversario de la Marcha Verde de 1975. No hay que olvidar que la mayor parte de la sociedad y los partidos políticos marroquís consideran el Sáhara Occidental parte de su unidad territorial. En este tema no hay fricciones internas, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, tuvo que hacer un discurso muy duro para atender al clamor nacional.

Sin duda hay que evitar el sufrimiento de miles de personas cuyo único delito es vivir en los campamentos, tanto en el Sáhara como en Tinduf (Argelia), en condiciones inaceptables. Hay que primar su derecho a una vida digna y libre, sin explotación ni presiones. Este podría ser un primer paso en la dirección correcta.

Este conflicto ha impactado en el proceso de la construcción de la Unión del Magreb Árabe. Paradójicamente, es un momento crítico que exige aunar voluntades, reparar las grietas y buscar salidas para ganar las apuestas de futuro y así responder a las aspiraciones de los pueblos del Magreb. En este proceso Argelia y Marruecos son los actores principales. Deben superar las diferencias políticas y buscar salidas para el conflicto del Sáhara, fomentar la estabilidad en la región y neutralizar el peligro que representa Al Qaeda del Magreb Islámico.

Es conocida la herencia histórica, la sensibilidad y el apoyo que la causa de los saharauis tiene en muchos ámbitos políticos y de la sociedad civil en España, pero no podemos olvidar la necesidad de unas relaciones estratégicas prioritarias con Marruecos. España tiene que seguir su política de proponer espacios que ayuden a aproximar las posiciones.

Se trata de una crisis de enorme complejidad. Cada parte parece fuerte y débil a la vez, y la lógica de la solución está en asumir entre todos los grandes sacrificios. Ninguna de las partes quiere ser responsable del fracaso de las negociaciones, pero la fórmula para buscar una solución global donde encuentren respuestas la aspiración de los saharauis y la integración del Magreb debe implicar la participación de todas las partes bajo el paraguas de la ONU y, sobre todo, pensando en el futuro de toda la región.

El Periódico, 10 de Noviembre de 2010

Más allá de los hidrocarburos. El nuevo patrocinador azulgrana.


Sede de la Qatar Foundation

Parecía imposible, pero hace una semana Qatar, el pequeño emirato del Golfo, con una población de 1,6 millones de personas (el 80% de ellas extranjeras), superó todos los obstáculos y a rivales de la talla de EEUU y Japón y fue designada sede del Mundial de fútbol del 2022. Presentó una oferta diferente, con compromisos técnicos, sociales y medioambientales para rebatir los factores que jugaban en su contra. La imagen del triunfo que dio la vuelta al mundo fue la de la jequesa Mozah, Primera dama del Emirato y presidenta de la Qatar Foundation, que se implicó a fondo para lograr esta elección debido a su gran influencia internacional.

Lo esencial para este éxito, aparte del apoyo político o el potencial económico y la capacidad de Doha para aprovechar sus recursos -y de la pujanza del fútbol en una región que cuenta con millones de seguidores, lo que asegura una asistencia masiva de aficionados-, es seguramente el mensaje que se quiere lanzar en momentos de creciente tensión entre los radicales del mundo musulmán y Occidente.

También estos días los fondos de Qatar han sido los mayores inversores al adquirir acciones importantes de dos grandes constructoras, la alemana Hochtief y la francesa Vinci, operaciones seguramente relacionadas con la construcción de nuevos estadios para el Mundial del 2022. Y la semana concluye con el gran acuerdo entre el FC Barcelona y la Qatar Foundation.

Centro de excelencia

Esta fundación es, junto con la Autoridad Qatarí de Inversiones (QIA) y el fondo de infraestructuras, el instrumento principal para llevar a cabo el plan estratégico Visión 2030, cuyo objetivo es convertir el emirato en una economía avanzada en contraste con la actual, basada en los ingresos por los hidrocarburos. Aunque seguirá dependiendo de estos durante muchos años, Qatar pretende diversificar su actividad para ser reconocido como un centro de excelencia en materia de educación, investigación, salud, tecnología y deportes.

Creada en 1995, la Qatar Foundation tiene como objetivo alcanzar una sociedad basada en el conocimiento mediante inversiones en esos campos, y que esa economía del conocimiento sea capaz de competir a nivel mundial. La determinación del Estado para lograr ese objetivo la demuestra el hecho de que la fundación dispone ahora de más de 50.000 millones de dólares para financiar sus múltiples proyectos, y el compromiso del Gobierno es destinar el 2,8% del PIB anual para I+D. Actualmente el PIB es de 118.000 millones de dólares y ha crecido el 300% en los últimos seis años.

El proyecto insignia de la fundación es la Ciudad de la Educación, un campus que alberga varias filiales de universidades de renombre mundial y que acoge también el Parque de Ciencia y Tecnología de Qatar, con una inversión de 600 millones de dólares. Otro proyecto es el hospital universitario, dotado con una inversión de 8.000 millones de dólares. Entre los numerosos proyectos también hay iniciativas para reducir el desempleo juvenil en la región, canales de televisión para niños, una asociación de lucha contra la diabetes y centros ecuestres y deportivos.

Qatar quiere que el mundo le considere un Estado serio, implicado en sus problemas, y contar para la resolución de conflictos: un modelo en una región llena de contradicciones y problemas que se enfrenta al reto de crecer y prosperar sin perder su identidad cultural. Pero Qatar, pese a los grandes esfuerzos de los últimos años en reformas y la libertad de expresión que representó Al Jazira, tiene pendientes de aprobación asignaturas como los derechos humanos.

El Periódico, 11 de Diciembre 2010

De momento, atado y bien atado

El compromiso del Gobierno egipcio de ampliar el círculo de la participación política, garantizar la celebración de elecciones libres y transparentes, que los resultados expresen la voluntad de los votantes y, en particular, facilitar la labor de las organizaciones de la sociedad civil para supervisarlas no se ha cumplido. En realidad, se han confirmado las dudas de las fuerzas de la oposición y de las organizaciones de derechos humanos sobre la imparcialidad de las elecciones legislativas celebradas el día 5, lo que genera las dudas lógicas sobre los resultados y su legitimidad: caldo de cultivo para futuras crisis. Así, el Partido Nacional Democrático se medirá en la calle con los grupos radicales al haber vaciado de oposición el nuevo Parlamento.

Tal vez lo que puede definir mejor estas elecciones es que eran previsibles, ya que todos sabían quién sería el ganador a pesar de la miopía de manipular los resultados para ganar la mayoría abrumadora de votos y casi el 90% de las actas.

La señal que se dio desde Egipto es que el progreso democrático es completamente reversible y que una apertura política en el mayor país árabe no es más que un movimiento táctico diseñado para contentar a los grandes actores internacionales que a pesar de todo siguen apostando por la continuidad del régimen de Hosni Mubarak, y protegerlo de cualquier caída a cualquier precio, incluso si la alternativa es la manipulación descarada de las elecciones parlamentarias.

Es posible encontrar la respuesta a esta situación en las elecciones presidenciales previstas para septiembre del 2011, ya que el Parlamento debería elegir por primera vez un presidente: hasta el momento era elegido por referéndum popular, lo que explica la reacción del partido en el poder de asegurar el control absoluto del Parlamento en unas elección de trámite antes de la gran batalla. Eso podría ser un indicio más de que el presidente buscará un sexto mandato consecutivo. Por tanto, las previsiones que apuntaban a su hijo Gamal Mubarak como heredero y los rumores de que el régimen lleva años preparando el terreno para esta transición en el poder solo han sido tanteos. Esta opción no está todavía consolidada ya que de momento no cuenta con apoyo suficiente de la calle , del Ejército y del partido. Como la sucesión aún no ha sido resuelta, la opción más segura es un nuevo mandato de Mubarak si su salud y edad se lo permiten, aunque un tándem formado por el poderoso jefe de los servicios de espionaje y seguridad, Omar Suleiman, y Gamal Mubarak podría ser una opción alternativa y de consenso.

El ámbito de los partidos de la oposición no pinta mejor, ya que en unas hipotéticas elecciones limpias tampoco hubieran representado una alternativa de Gobierno. Están divididos tanto los que se presentaron y luego boicotearon las elecciones como los que las boicotearon desde el principio, como el movimiento de El Baradei que levantó tanto entusiasmo hace unos meses pero que ha desaparecido de la escena. Ahora está casi huérfano y su capacidad para liderar toda la oposición unida es un sueño lejano ya que choca con los dos partidos mayoritarios, el liberal El Wafd y los Hermanos Musulmanes, el mayor partido organizado que no ve espacios comunes con un ElBaradei laico y ausente durante muchos años de la realidad nacional. Ellos creen que el modelo turco del partido de Erdogan es el camino a seguir, pero olvidan que la experiencia turca nada tiene que ver con Egipto, donde el mapa político está muy fraccionado y las tensiones religiosas no paran de aumentar.

Mientras tanto, los ciudadanos de a pie no muestran interés. Hay crisis de confianza y credibilidad, la brecha entre la mayoría de la población y los partidos políticos sigue siendo muy amplia y el proceso electoral es ignorado por una población que no considera que la convocatoria de unas elecciones vaya a suponer una mejora sustancial en sus vidas ya que sus votos no tendrían ningún impacto, a pesar de la progapanda. Solo uno de cada cinco egipcios fue a votar. Los ciudadanos se muestran apáticos ante esta especie de reality show televisivo de los partidos, mientras para ellos su gran preocupación es satisfacer las necesidades básicas diarias. Parece como si la mayoría silenciosa de los ciudadanos se haya convertido en un pueblo sin expectativas y resignado, como si la miseria se hubiera convertido en sinónimo de su vida cotidiana.

Este puede ser el caldo de cultivo que dé alas a los radicales que, como siempre, utilizarán la desesperación de un pueblo que cree no tener futuro para despertar este gigante dormido y conquistar en la calle lo que no consiguieron aquellos que creyeron en el proceso democrático y que una transición y las urnas permitirían hacer oír la voz de los ciudadanos y mejorar las condiciones de vida de los desesperados. Parece que el cambio, de momento, es un sueño que deberá esperar. El otoño tardará en alumbrar la primavera egipcia.

El Periódico, 13 Diciembre 2010