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lunes, 31 de julio de 2023

Las islas mediterráneas, la paradoja del turismo

Verano, sol y mar en una isla mediterránea. No hay imagen más potente en nuestro imaginario colectivo como destino de unas vacaciones especiales. Una magia que actúa como imán para atraer a millones de  turistas cada año.

El turismo integra muchos elementos positivos. Desarrolla tecnologías y servicios, construye infraestructuras, genera oportunidades laborales, especialmente para jóvenes y mujeres, y facilita el intercambio cultural y social que tanto enriquece al viajero y al destino.

Sin embargo, especialmente en las islas mediterráneas, el crecimiento debe ser sostenible. Son territorios frágiles en recursos y por sus limitaciones físicas es clave cuidar el equilibrio, apoyar sus economías y a sus comunidades locales para construir un futuro mejor.

En las islas, el turismo aparece como parte esencial de la vida de su gente y se percibe como una de las pocas oportunidades de desarrollo económico disponibles. La paradoja es que la llegada de flujos turísticos masivos también altera el frágil equilibrio ecológico y no conlleva una distribución justa y coherente de los ingresos.

La distribución de la oferta turística no es uniforme. Las islas del Mediterráneo cuentan con 25.100 hoteles y alojamientos turísticos y 1.850.280 camas de hotel, pero el 56% de las pernoctaciones se desarrollan en las islas Baleares, Sicilia y Creta. Las islas Baleares disponen del 25,8% del total de camas, reciben el 30% de llegadas y el 32% pernoctaciones.

Los responsables de las políticas nacionales y regionales deben poner en valor el turismo en las islas Mediterráneas. Todos los actores implicados deberían consensuar una estrategia común. Un enfoque sólido, que no solamente ayude a la recuperación del sector tras la pandemia, sino que también garantice un sector turístico mediterráneo resiliente, sostenible, inclusivo y competitivo.

El turismo del futuro precisa responsabilidad y un cambio de actitud de toda la cadena de valor: destinos, empresas y turistas. Las islas deben convertirse en la vanguardia de un nuevo turismo regional basado en los tres pilares de las sostenibilidad: económico, ambiental y social.

Las islas del Mediterráneo deben coordinarse y trabajar conjuntamente para enfrentarse a retos como  el cambio climático, la diversificación económica, la rentabilidad, la estacionalidad, la eficiencia. Es imprescindible un proyecto de cooperación que consolide su sostenibilidad a largo plazo y permita competir a nivel global. Ante problemas y retos comunes, las islas del Mediterráneo no pueden comprometer las necesidades futuras por una mala estrategia y gestión hoy.

Es necesario un turismo consciente, que promueva un comportamiento responsable del consumidor y fomente el intercambio cultural. El visitante es un poderoso motor de cambio, que deja una huella y tiene el poder de mejorar la economía y el bienestar de la región que elige conocer.

Las islas pueden iniciar la transformación que precisa toda la región Mediterránea. Es el momento de aprovechar la cuarta revolución industrial y las nuevas herramientas digitales como poderoso acelerador de la inclusión, la competitividad y la cooperación que mejoraran la sostenibilidad. En la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.

La estrategia es conseguir los objetivos a escala insular: respeto por el medio ambiente, planificación urbana, viabilidad, gestión de residuos y agua, consumo de energía, movilidad, promoción de las culturas locales y gestión de los flujos turísticos para que sean respetuosos con el desarrollo local y los recursos. Si tienen éxito a pequeña escala  las islas mediterráneas contagiaran esperanza para toda la región.

Anwar Zibaoui, Economía; Opinión, 22 Julio 2023

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/islas-mediterraneas-paradoja-turismo-anwar-zibaoui_1063215_102.html

domingo, 29 de noviembre de 2020

MEDA ECONOMIC WEEK 2020 Press Info II Interviews 1

 "Es el momento de repensar la relación entre Europa y el Mediterráneo"

 

En el Marco de la Semana Económica, MEDA ECONOMIC WEEK 2020, he realizado varias entrevistas para intentar difundir al máximo nuestras propuestas. Estamos en un momento clave, empujados por la Pandemia, para tomar decisiones que nos favorezcan a todos.

Os las adjunto aquí:

Entrevista con DIRIGENTES el coordinador general de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME), Anwar Zibaoui, señala que la pandemia ha revelado "las grietas en nuestras sociedades".  La región del mediterráneo cuenta con numerosas oportunidades de negocio, pero también muchas posibilidades de mejora. Desde la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME) contribuyen a los intereses del sector privado, promueven los países bañados por este mar, así como sus negocios en todo el mundo. Una labor que cobra aún más relevancia en este contexto de crisis sanitaria y económica.

... Anwar Zibaoui, sostiene que "se necesita una acción coordinada y seria para crear economías inclusivas", así como "facilitar el camino al sector privado y una mayor inversión pública en infraestructuras, sanidad y educación". Además, señala que tener un ecosistema empresarial "sano, inclusivo y sostenible" produciría prosperidad y canalizaría todo el potencial de la región del Mediterráneo.

¿Cuáles son las principales oportunidades de negocio de la zona de los países del Mediterráneo en el contexto actual?

La región mediterránea sur y oriental está entre los primeros socios comerciales de la UE. Recibe el 70% de sus importaciones, lo que se traduce en unos 380.000 millones de euros en 2018, principalmente de países como Alemania, Francia, Italia o España. Sin embargo, este comercio se mantiene todavía por debajo de las expectativas y se le presentan grandes oportunidades sobre todo en esta era COVID-19.

Más de 30.000 empresas europeas están instaladas en esta zona. Y la UE sigue siendo el mayor inversor con más del 40% del total. Pero las empresas del Viejo Continente sólo destinan el 2% de sus inversiones a los países de la orilla sur y el 3% a África, mientras que EE.UU., Japón y China aumentan sus inversiones en estas regiones hasta en un 15%-20%. El 40% del suministro energético de la UE proviene de los países del sur del Mediterráneo y a esto hay que añadirle la apuesta por las energías renovables.

El balance indica que hay muchas posibilidades de mejora y oportunidades de negocio. Es el momento de repensar la relación entre la UE y el Mediterráneo e impulsar juntos un proyecto capaz de competir en un mundo que vira hacia las grandes áreas económicas regionales.

¿Cómo ha cambiado el clima de negocios de estos países tras la irrupción de la pandemia?

Las repercusiones económicas de la pandemia de la COVID-19 y las medidas proteccionistas han demostrado la importancia de apoyar y fomentar el sector Salud y a la industria farmacéutica regional para lograr la autosuficiencia. Se prevé que el gasto mundial en salud aumente a 15 billones de dólares en 2022. La región mediterránea necesita una cooperación más estrecha y eficiente entre los sectores público-privado y de la sociedad civil. Apoyar al sector salud y las inversiones con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de la seguridad sanitaria en el Mediterráneo. Ahora tenemos la oportunidad de transformar los sistemas de salud en las economías emergentes de la región, de convertir el Mediterráneo en un Hub Global de innovación en salud.

Este año el sector salud ha cobrado especial relevancia como consecuencia de la COVID-19, que pone en primer plano la atención en la industria de la salud. También en MedaWeek Barcelona le damos gran protagonismo con la organización por primera vez del Foro de Salud del Mediterráneo”, en el que contaremos con la intervención online de Salvador Illa Roca, ministro de Sanidad.

¿Cuáles son los ingredientes necesarios para avanzar hacia la recuperación económica?

La globalización muestra su debilidad e interdependencia económica. La recesión será dura, las consecuencias pueden ser dramáticas, y por tanto, deberán tomarse medidas efectivas para apoyar la economía regional y establecer un plan de recuperación multidimensional a la vez que poner los cimientos para cambiar y diversificar los patronos del crecimiento impulsando las nuevas economías digital, verde y azul.  

Recuperar el equilibrio geopolítico global y reforzar la potencia de Europa, ya que está debilitada y agotada por sus divisiones internas y por las crisis de refugiados o de identidades. Disputas que favorecen especialmente a Rusia, que refuerza su estatus político, y a China, que está tratando de reemplazar económicamente a los EEUU y a Europa en el mundo.

Lograr la integración del eje estratégico Europa, el Mediterráneo y África para convertirse en una pujante frontera de producción norte-sur. Hay que prestar atención al nuevo paradigma económico y comercial llamado Slowbalisation, en el que las cadenas globales de valor están acortándose, pasando a ser cadenas regionales.

¿Qué medidas económicas puestas en marcha actualmente en los países del Mediterráneo valora positivamente? ¿Qué sería necesario hacer todavía?

La magnitud del desafío deja a las medidas existentes claramente insuficientes para el propósito. Por ello, hace falta una nueva política europea para el Mediterráneo, un "Plan Marshall " sería una solución realista para resolver los problemas económicos endémicos, buscando revitalizar el comercio y la inversión, así como estimular el espíritu empresarial, en un momento en el que Europa busca nuevas fuentes de crecimiento y la región necesita una transformación económica.

Es imperativo consolidar la economía regional y fortalecer su inclusión en la economía mundial para facilitar la transformación de la región. Las futuras relaciones entre las dos orillas se basan, en un grado nada despreciable, en la capacidad de las empresas del sector privado para incrementar los flujos de inversión, de bienes producidos y comercializados, desarrollar infraestructuras, especialmente la digital, es una forma de estimular indirectamente el espíritu empresarial facilitando el proceso de creación de las PYME, además de mejorar los modelos de gobernanza luchando contra la corrupción con mayor transparencia y rastreabilidad. Las empresas internacionales tienen que considerar la región no como un mercado de consumo o una fuente de materias primas, sino también como un región que crea valor.

La situación geográfica del Mediterráneo permite acortar los circuitos logísticos con la UE comparado con China, y reducir la huella de carbono. El coste de la mano de obra, aunque más alto que en Asia, sigue siendo muy ventajoso, sin olvidar el potencial de innovación científica y tecnológica que ha revelado la COVID-19. Estos aspectos, sin duda, reforzarían el desarrollo de la cadena de valor regional Europa-Mediterráneo estableciendo un nuevo eje de integración. Reitero que ha llegado el momento de diseñar una política industrial europea con una dimensión geográfica que se expanda hacia el Mediterráneo y África.

¿En qué proyectos se encuentra inmersa ASCAME actualmente y cuáles son sus objetivos para los próximos meses?

ASCAME ha sido pionera en el lanzamiento de una estrategia integral que apuesta por combinar la urgencia de una reactivación para evitar la asfixia económica y financiera, con la necesidad de sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo basado en promover las economías digital, verde y la azul, apostar por la sostenibilidad de los sectores de turismo, agrícola, textil, de la automoción y logístico, rescatar las Pymes y fomentar el espíritu empresarial de los jóvenes y mujeres emprendedores, destacando la promoción de la paridad entre hombres y mujeres como punto clave. Este Plan de Recuperación y de nuevo Desarrollo Económico de ASCAME ha contado con el apoyo de instituciones comunitarias y multilaterales, así como algunos de gobiernos de la región como el español y de la mayoría de los sectores empresariales y nuestro objetivo, en los próximos meses, es implementar iniciativas y proyectos en este sentido.

¿Cómo prevé que avanzará la economía en los próximos meses?

Lo que más se necesita hoy es una visión viable y la adopción de un enfoque global para la recuperación, que a su vez redefina y reimagine la economía. Las soluciones de ayer no resolverán los problemas de hoy. Es fundamental ir más allá de la crisis y continuar apoyando el cambio sistémico para mejorar la resistencia a futuras crisis y su impacto socio-económico positivo. El camino hacia la recuperación pasará por la evolución de la demanda, la reconstrucción de la confianza, la salud e higiene, la innovación y digitalización, y la sostenibilidad.

Habrá cambios significativos en la economía en la era post COVID-19. Algunos serán estructurales y permanentes y otros serán temporales, porque una vez que la amenaza para la salud disminuya, no se podrán obviar las consecuencias que la pandemia de la COVID-19 ha revelado las grietas en nuestras sociedades, haciendo que afloren problemas políticos, económicos y sociales comunes en todo el mundo.

https://dirigentesdigital.com/mercados/europa/es-el-momento-de-repensar-la-relacion-entre-la-ue-y-el-mediterraneo


ENTREVISTA PARA CATALUNYA PRESS- MIÉRCOLES, 18 NOVIEMBRE 2020

1.- Desde hace siglos, las cámaras de comercio han sido un motor clave en el desarrollo de empresas, y han trabajado con gobiernos e instituciones para encontrar soluciones a los desafíos locales, regionales y globales y apoyar el sector privado. ¿Cuáles son los retos actuales de las Cámara de comercio internacionales?

Las cámaras fomentan la apertura del comercio y la inversión internacional así como la economía de mercado. Por su carácter internacional y supra sectorial, hablan con la autoridad que emana de las empresas de todos los sectores y de todas las partes del mundo. Son actores necesarios para jugar un papel clave como instituciones encargadas de promover la actividad económica y fomentar la cooperación empresarial.

Las cámaras no solo deben proteger los intereses de sus asociados, sino que su trabajo debe beneficiar a la economía nacional y mundial en su conjunto, y por tanto, favorecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible y ayudan a garantizar la paz y la prosperidad global promoviendo un sistema de comercio internacional más abierto e inclusivo y creando un mecanismo sostenible que mida y evalúe las necesidades, aspiraciones y desafíos de las empresas de su entorno.

Deben seguir su trabajo para facilitar el comercio, formación o el apoyo para explorar mercados internacionales, pero tendrán que esforzarse por brindarles a sus miembros las herramientas y el conocimiento que necesitan para prosperar y crecer tanto en el ámbito local como global y desarrollar soluciones y servicios inteligentes e innovadores para empresas, y adoptar estrategias de futuro con marcos para mejorar la competitividad. Ayudar a avanzar a las empresas mediante la búsqueda de estrategias futuras que allanen el camino para el crecimiento sostenible y potenciar asociaciones y partnerships para alcanzar metas y progresar de forma óptima.

2.- El Mediterráneo tiene un potencial geopolítico muy importante. ¿Qué papel debe desempeñar la UE en su relación con el flanco sur del Mediterráneo occidental?

Europa tiene una oportunidad histórica para incidir en el desarrollo y la interdependencia económica de la zona mediterránea. Para ello, la UE debe asumir una política global y prioritaria Mediterránea y consolidar la Unión por el Mediterráneo.

El Mediterráneo y la UE necesitan una relación diferente a todos los niveles. El modelo actual debe ser renovado ante los nuevos problemas económicos, geopolíticos, las consecuencias de la pandemia, la seguridad y el cambio climático. Los tiempos han cambiado y hay que hablar sin rodeos.

La magnitud del desafío hace que cualquier medida actual de asistencia financiera sea claramente insuficiente para hacer frente a este reto. Por ello, hace falta una nueva política europea para el Mediterráneo, un "Plan compacto" sería una solución realista para resolver los problemas económicos endémicos, buscando revitalizar el comercio y la Inversión, estimular el espíritu empresarial. Un Plan compacto de desarrollo en un momento en que Europa busca nuevas fuentes de crecimiento y la región necesita una transformación económica.

3.- Y España, que tiene sólidos intereses económicos en la región, sobre todo en Marruecos y Argelia, ¿qué debe hacer?

Para España, el Magreb desde hace años es una prioridad estratégica y ha intensificado el desarrollo de sus relaciones económicas, a pesar de algún contratiempo, demostrando que a este nivel de cooperación la aproximación entre los tejidos empresariales ha dado muestras de dinamismo y una mayor efectividad.

El vínculo económico entre España y Marruecos es asimétrico. Son socios naturales, complementarios y necesarios. España es el primer socio comercial, 22.000 empresas de España exportan a este mercado y más de 1.500 están presentes en múltiples sectores productivos y de servicios, Marruecos es el segundo mercado fuera de la UE y el primero de África.

Las relaciones entre España y Argelia presentan elementos de complementariedad, con intereses comunes y sin gran competencia, España es el primer cliente de Argelia y su cuarto proveedor con intercambios que superan los 15.000 millones de euros, el 50% del gas que consume España viene de Argelia. Unas 300 empresas españolas se han instalado en Argelia, muchas son multinacionales de sectores como la construcción y la obra pública. Argelia se consolida como un importante socio de España.

En cuanto a la preocupación europea por los suministros energéticos, tercio del gas natural consumido por la UE procede de Rusia, España se ha postulado como alternativa y podría suministrar al resto de Europa el 50% del gas que recibe de Rusia a través de los dos gasoductos que le unen con Argelia, el Pere Duran Farell en Gibraltar y el Medgaz de Orán a Almería, aunque sería necesario completar el gasoducto MIDCAT a través de los Pirineos catalanes. Eso convertiría a España en país Hub o de tránsito, lo que proporciona grandes ingresos y beneficios económicos.

Se necesita un nuevo enfoque tanto español como europeo de las bases de la cooperación con los vecinos magrebís. Una política solo orientada a la seguridad no puede ser la única opción, el fomento de la cooperación económica ayudaría a buscar soluciones para los problemas de inmigración y radicalización. Impulsar la interacción intrarregional, la creación de empleo, la inversión.

4.- ¿En qué situación se encuentra actualmente el área mediterránea a nivel social y económico?

En la Región hay una profunda preocupación por las consecuencias sociales, económicas y políticas de la pandemia. Es un choque enorme, inesperado para la vida pública, la salud, y la actividad económica en el área mediterránea que se añade a los conflictos y tensiones en algunos países. El cambio climático, la demografía, la seguridad, energía, y la migración son algunas de las preocupaciones que la Unión Europea y los países mediterráneos deben resolver .

La región mediterránea sur y oriental, con más de 380.000 millones de euros, está entre los primeros socios comerciales de la UE. El 70% de las importaciones proviene de la UE, mientras que el 12% de las exportaciones comunitarias se dirige a los 12 países que conforman el Mediterráneo sur y oriental. El 70% de estas exportaciones proviene de Italia, Alemania, Francia, España y Gran Bretaña. Sin embargo, el comercio, si bien es importante y denso, se mantiene por debajo de las expectativas y hay mucho margen para el crecimiento.

La pandemia de la COVID-19 reveló la gran fragilidad de nuestras economías y nuestra interdependencia. Puede que sea el momento para repensar la relación entre UE y el Mediterráneo e impulsar juntos un proyecto capaz de competir en un mundo que cada vez está más interconectado y centrado en impulsar grandes aéreas o uniones económicas gigantes como la gran Asociación Económica Integral Regional -RCEP- que acaba de de anunciar su creación China y los países de Asean y otros como la mayor área de libre comercio. El pacto comercial Pan-Asia cubre un tercio de la población y la producción económica del mundo.

5.- ¿Cómo cree que saldremos de esta pandemia? ¿Qué elementos son para usted imprescindibles en la era pos-COVID-19?

La pandemia de la COVID-19 ha revelado muchas grietas en nuestras sociedades, haciendo que afloren problemas políticos, económicos y sociales comunes en todo el mundo.

Las instituciones del contrato social que habían logrado durante décadas el equilibrio y poner los cimientos de sociedades modernas y regímenes democráticos están en peligro. El sistema que proponía solidaridad e igualdad se ha degenerado.

Por ello hoy debemos emprender importantes reformas y transiciones para que la inclusión, la justicia, la sostenibilidad y la igualdad sean los cimientos de un nuevo modelo de desarrollo.

Lo que más se necesita hoy es una visión viable y la adopción de un enfoque global para la recuperación, que a su vez redefina y reimagine la economía. Las soluciones de ayer no resolverán los problemas de hoy. Es imperativo ir más allá de la crisis y continuar apoyando el cambio sistémico para mejorar la resistencia a futuras pandemias o crisis y su impacto socio-económico positivo. El camino hacia la recuperación pasará por la evolución de la demanda, la reconstrucción de la confianza, la salud e higiene, la innovación y digitalización, y la sostenibilidad.

Habrá cambios significativos en la economía en la era pos-COVID-19. Algunos serán estructurales y permanentes y otros serán temporales, porque una vez que la amenaza para la salud disminuya, no se podrán obviar las consecuencias que la pandemia de la COVID-19. Se necesita un nuevo modelo de desarrollo económico, que englobe también una revolución digital, verde y azul, para lograr un sistema justo, igualitario e inclusivo que pueda satisfacer las expectativas sociales y reducir la brecha de injusticia. La lucha contra la desigualdad y la pobreza debe estar en el centro de este gran desafío.

6.-El cambio climático nos afecta a todos ¿qué cree que tiene que hacer los países del mediterráneo para combatirlo?

La historia del Mediterráneo siempre ha estado dependiente del clima y la dieta, No hay que olvidar que los productos del suelo dependen del cielo.

En los próximos años, las consecuencias del calentamiento global se volverán más graves. Si no se toman medidas urgentes, el cambio climático y la escasez de agua en el Mediterráneo acrecentarán el impacto de los diferentes conflictos y añadirán nuevos retos. Es preciso ordenar los usos, gestionar los recursos y conseguir la sostenibilidad.

Hoy la mayoría de países están comenzando a sufrir los efectos de la contaminación y hay una creciente conciencia de que el cambio climático no tiene fronteras, nacionalidad o religión y no se puede detener construyendo muros, Afecta a todos. La situación exige movilizarse y construir juntos un futuro sostenible.

En el Mediterráneo es urgente impulsar la creación de economías eficientes en recursos y resistentes al clima.

Es el primer paso hacia un futuro que debe incrementar la cooperación entre las riberas del Mediterráneo, proteger su ecosistema, fomentar el crecimiento sostenible en línea con la Agenda 2030. Ahora es el momento de estimular este crecimiento sostenible en el Mediterráneo .

7.- ¿Cuál es, según usted, el mayor desafío al que se enfrenta la zona del Mediterráneo?

El Mediterráneo, mar de tres continentes, con su dividendo demográfico, y sus recursos naturales es el punto de referencia para la competitividad del futuro como una gran plataforma con unas características únicas para facilitar el comercio mundial.

La región debe impulsar su modelo económico e ilustrar su rendimiento, excelencia y demostrar la gran capacidad de gestión para sobresalir y cumplir con las expectativas . Esto se ilustra con las tecnologías, innovación, transformación digital, la economía verde y azul y el conjunto de transformaciones creativas, pero también Turismo, Alimentación, y Energía.

La integración Euro-Mediterránea y su conexión con África es una apuesta clave para transformar esta región en un destino de atracción económica y empresarial y de prosperidad compartida. En 1995 se puso en marcha el Proceso de Barcelona y durante estos veinticinco años hemos podido desarrollar una visión de cuáles son los principales problemas del Mediterráneo y qué tipo de propuestas e instrumentos se podrían implementar en la búsqueda de respuestas, que permitan el desarrollo de la región mediterránea y la construcción de un futuro común entre las dos orillas.

El destino de Europa y África está vinculado, y el Mediterráneo es el espacio natural de este eje. Hay que aunar las voluntades, defender los intereses convergentes, apostar por una mejor integración y cooperación, hay que romper los miedos y dibujar el futuro de las próximas generaciones.

El segundo día de celebración de la 14 edición de MedaWeek Barcelona, el próximo jueves 19 de noviembre, presentaremos la Declaración de Barcelona del sector privado, con la propuesta de 25 iniciativas clave para impulsar este proceso de integración regional hoy más necesario que nunca en la era pos-COVID-19.

8.- Ahora que hay tanta preocupación con los recientes atentados terroristas además de la respuesta policial y judicial y de la colaboración entre la ribera norte y sur del Mediterráneo, ¿qué otras vías se tienen que buscar para acabar con el terrorismo yihadista?

La estabilidad y la seguridad están amenazadas por comportamientos y políticas mal planeadas que generan más desigualdades y peligrosos desafíos. La historia ha revelado una correlación entre el progreso económico y el progreso social.

Se necesita una acción seria para crear economías inclusivas y empleo juvenil, liberar el camino para el sector privado, una mayor inversión pública en infraestructuras, en sanidad y educación. A pesar de este panorama, los jóvenes de la región necesitan tener esperanza y un deseo de estabilidad y prosperidad. Nada es más poderoso que la esperanza de una vida mejor.

9.- ¿Por qué cree que la economía social aporta soluciones para hacer frente a la actual crisis económica?

La economía social es un sector vibrante de la economía y fomenta sociedades sostenibles e inclusivas, junto con empleo y crecimiento, pero necesita ecosistemas adaptados y propicios para prosperar.

Con un desempleo juvenil del 35%, un 45% en las mujeres, la situación es bastante peligrosa en algunos países. Tener un ecosistema empresarial sano, inclusivo y sostenible, produciría prosperidad y canalizaría todo ese potencial.

ASCAME está participando en proyectos de la UE que buscan el desarrollo de la zona. Todo lo que tenga que ver con la creación de empleo, impulso de startups, proyectos de I+D+i, inclusión de la mujer en la economía, entre otros.

La economía social debe formar parte de un nuevo modelo de desarrollo económico, que englobe también una revolución digital, verde y azul, para lograr un sistema justo, igualitario e inclusivo que pueda satisfacer las expectativas sociales y reducir las desigualdades .

10.- ¿Qué cree que ha aprendido el mundo de la pandemia del Covid-19?

Entramos en un período marcado por una llamada nueva normalidad impuesta por un virus llamado COVID-19, Por la inestabilidad política, social, económica y financiera y por enormes desafíos para la acción humanitaria.

La COVID-19 nos ha demostrado que los pilares de nuestra sociedad de consumo son demasiado frágiles. Ha faltado una regulación del mercado. Las economías son demasiado interdependientes, incluso en lo que respecta a la salud pública trágicamente expuesta por la escasez de bienes esenciales en una situación de crisis. Pero más que eso, esta pandemia es sobre todo la demostración de los límites de un modelo económico y la conciencia del empeoramiento de la concentración de la riqueza en pocas manos.

Es necesario potenciar la creación de alianzas, acuerdos y asociaciones. Hay que subrayar la importancia estratégica de una nueva visión de asociación entre ambas orillas del Mediterráneo lo que permitiría una vinculación entre los dos continentes y una profunda integración entre Europa y África. La crisis de la COVID-19 demuestra que esta nueva asociación sea aún más necesaria para enfrentarse a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia.

Configurar futuras alianzas para crear un entorno que favorezca la convivencia y la cooperación entre los pueblos de las dos regiones. Esta acción permitiría la integración de las generaciones emergentes y el arraigo de los valores de tolerancia y aceptación del otro, más allá de los estereotipos trillados, lejos de cualquier forma de exclusión y rechazo que engendre irreparablemente una lógica de confrontación y antagonismo.

11.- ¿Qué van a encontrar las empresas que participen en MedaWeek Barcelona?

La 14 edición de MedaWeek Barcelona, con el lema 'Time to act: Stronger together’, abordará la situación pos-COVID-19 de los sectores clave de las economías mediterráneas y las oportunidades que surgen de la necesidad de la integración Euromediterránea. Además, con motivo del 25 Aniversario del Proceso de Barcelona, en el evento se presentará una nueva declaración para reposicionar al Mediterráneo como actor clave para la recuperación.

Este año las empresas participantes tienen un amplio programa con 17 foros que tratarán ampliamente los sectores económicos clave: Healthcare (Salud y Bienestar), incluido por primera vez en la trayectoria de MedaWeek Barcelona, Hoteles y Hostelería, Industria Halal, Desarrollo de Negocios en África, y Mujeres Emprendedoras, un colectivo en alza que está logrando destacados éxitos. También tendrá lugar un Summit con tres foros dedicados a potenciar tres áreas principales, como son la Innovación, la Transformación y Digitalización de pymes y grandes empresas, y el ecosistema de las Startups que acapararán el protagonismo del primer día del evento, el 18 de noviembre. En paralelo, se desarrollarán Conferencias Mediterráneas (MedaTalks) sobre el sector de Ferias y Congresos e Instrumentos de financiación multilateral, así como diversos webinars como el centrado en el turismo costero, entre otras temáticas, y se presentarán proyectos internacionales de distintos campos de actividad.

https://www.catalunyapress.es/texto-diario/mostrar/2167484/anwar-zibaoui-europa-tiene-oportunidad-historica-incidir-desarrollo-interdependencia-economica-zona-mediterranea



MEDA ECONOMIC WEEK 2020 Press Info I


  Un año más, y ya son 14 ediciones, celebramos en ASCAME, la MEDA ECONOMIC WEEK 2020.

La "Mediterranean Week of Economic Leaders" es una evento de referencia celebrado en Barcelona, para promover la cooperación empresarial y reforzar la Región Mediterránea en el mundo.

https://www.medaeconomicweek.org/

El evento ha tenido lugar el 18, 19 y 20 de Noviembre 2020 en formato hibrido, bajo el eslógan: " Time to act: Stronger together".   Los temas tratados en la cumbre han sido la Innovación, la transformación y Digitalización, Industria de la Salud, Turismo, Hoteles y Congresos, Financiamiento Multilateral, Mujeres Emprendedoras, Juventud, Pymes, Startups, Oportunidades Mediterráneas y Africanas, junto con la presentación de nuevas iniciativas y proyectos.

Organizada por la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME) y la Cámara de Comercio de Barcelona, ​​con la colaboración de las principales organizaciones euromediterráneas, MedaWeek Barcelona se posiciona como el encuentro anual para dar voz a los intereses del Mediterráneo. sector privado y compartir tendencias sobre el desarrollo socioeconómico de los países que integran la región.

Este año, bajo el lema 'Es hora de actuar: más fuertes juntos', MedaWeek Barcelona ha abordado la situación post-COVID-19 de los sectores clave de las economías mediterráneas y las oportunidades que surgen de la necesidad de integración euromediterránea. Además, con motivo del 25 Aniversario del Proceso de Barcelona, ​​se presentó en el acto una nueva declaración para reposicionar al Mediterráneo como actor clave para la recuperación.


EL PAPEL DE BARCELONA EN EL MEDITERRÁNEO - Anwar Zibaoui, Nov 2020

  

 Este mes de noviembre se cumplen 25 años de la Declaración de Barcelona. A pesar de las buenas intenciones, el resultado no está a la altura de las aspiraciones de los Mediterráneos. No obstante, muchos de los objetivos del proceso siguen siendo válidos y, por ello, hay que trabajar para mejorar una prosperidad compartida basada en las relaciones sur-sur y norte-sur. Europa sigue siendo el primer socio económico de los países del sur de la parte oriental del Mediterráneo. Las crisis económicas, de identidades, de refugiados, y la pandemia, han minado la cohesión de los Estados miembros de la UE y de los países mediterráneos, creando obstáculos para avanzar en el proceso de integración regional. Esto nos recuerda la importancia del colectivo, de la proximidad, la interdependencia y la necesidad de contar con una visión a largo plazo

Ahora nos enfrentamos a una situación desconocida, a una pandemia que ha paralizado nuestras economías y confinado a millones de personas. Estamos en medio de un tsunami sin precedentes que ha arrasado a toda la aldea global. Los antecedentes históricos revelan que una situación de este tipo podría alterar los sistemas políticos y económicos, reconfigurar ideas y teorías sagradas, e imponer cambios radicales en el estilo de vida.

Los modelos económicos en vigor están sin aliento por la velocidad a la que se suceden los cambios. Están teniendo lugar numerosas transformaciones que los gobiernos luchan por regular y, ahora más que nunca, es preciso dar respuestas que estén a la altura.

Desde 2010 hasta 2019, las orillas sur y oriental de la región han perdido 950.000 millones de dólares en actividad económica. Estas cifras se traducen en casi el 8% del PIB. Algunos países de la región están al borde de la ruina económica y financiera por las guerras y la inestabilidad política. Además, surgen riesgos geopolíticos y un horizonte de futuro sin esperanza.

Oportunidad histórica

Europa está ante una oportunidad histórica de incidir en el desarrollo y la interdependencia económica de la zona mediterránea. Para ello, la UE debe asumir una política global y prioritaria Mediterránea.

El Mediterráneo y la UE necesitan una relación diferente a todos los niveles. El modelo actual debe ser renovado ante los nuevos problemas económicos, geopolíticos, la pandemia y el cambio climático. Los tiempos han cambiado y hay que hablar sin rodeos: es esencial saber concretamente lo que el Mediterráneo quiere de Europa y lo que Europa está buscando en el Mediterráneo.

Este inesperado diálogo no debe ser solo una relación entre los donantes que buscan reducir el número de migrantes y los beneficiarios que dependen de la ayuda y los fondos, sino que tiene que ser una relación entre iguales.

Por esta razón, hace falta una renovada política europea para el Mediterráneo. La elaboración de un ‘Plan compacto’ sería una solución realista para resolver los problemas endémicos. Un plan que busque revitalizar el comercio, la inversión y estimular el espíritu empresarial. Un proyecto centrado en impulsar un nuevo modelo de desarrollo en el marco del Green Deal o del Acuerdo Verde Europeo, en un momento en el que Europa busca fuentes alternativas de crecimiento y sostenibilidad y la región necesita una transformación política y económica.

Es imperativo formular respuestas urgentes y soluciones efectivas para enfrentar juntos desafíos comunes. Es el momento de repensar el Mediterráneo para que sea un actor positivo en la escena internacional.

El Mediterráneo no se puede permitir quedar al margen de estas evoluciones en vista del potencial humano y material del que dispone. Esa suma debe convertirse en un elemento de competitividad y en una ventaja comparativa en relación con otras economías.

La crisis hace más relevante este desarrollo porque en la carrera entre EEUU y China, Europa solo encontrará su lugar en el nuevo orden mundial aliado a sus socios del Mediterráneo para crear un polo competitivo global. Pero requiere desplazar el centro de gravedad hacia el sur.

ASCAME ha sido pionera en el lanzamiento de una estrategia integral. La Semana Mediterránea de Líderes Económicos de Barcelona, cita anual desde hace 14 años del sector privado de Europa, el Mediterráneo y África, se inscribe en el marco de las líneas de actuación para la cooperación económica entre la UE y los países Mediterráneos y está encaminada hacia la creación de una zona de integración económica, así como hacia la consolidación de Barcelona como la principal referencia económica de la región mediterránea.

Los 25 años transcurridos también han permitido que se desarrolle una visión sobre cuáles son los principales problemas del Mediterráneo y qué tipos de propuestas podrían implementarse a la hora de buscar respuestas que autoricen el desarrollo y la construcción de un futuro común entre las dos orillas.

Un largo camino que ha permitido configurar futuras alianzas para crear un entorno que favorezca la convivencia y la cooperación entre los pueblos de ambas orillas. Esta acción permitiría la integración de las generaciones emergentes y el arraigo de los valores de tolerancia y aceptación del otro más allá de los estereotipos trillados, lejos de cualquier forma de exclusión y rechazo que engendre irreparablemente una lógica de confrontación y antagonismo.

Es posible construir una relación sana, sin prejuicios, con una gestión común de problemas comunes. Es posible crear un enfoque global e integrado y una responsabilidad compartida. Tenemos el mismo objetivo: el desarrollo común.

La UE debe implicarse ya que su futuro está estrechamente relacionado con la capacidad de desarrollo de la región. Hay demasiada urgencia para tener prisa. ¡No se puede ser próspero entre los pobres!

https://revistas.eleconomista.es/franquicias/2020/noviembre/el-papel-de-barcelona-en-el-mediterraneo-KF5214419


 




jueves, 24 de septiembre de 2020

Salvar el textil Mediterráneo

El sector textil Mediterráneo ha sufrido pérdidas millonarias y cierres de empresas debido a la pandemia del COVID-19. 

De manera ejemplar, algunas empresas han reorientado su producción para atender la crisis sanitaria, pero la caída de la demanda afecta a todos los países de la región, en los que el sector textil es muy importante para las economías locales.

Ante esta situación excepcional, el sector debe repensar su posición en el mercado y apostar por la sostenibilidad. El textil es una industria clave que emplea a millones de trabajadores y puede generar un gran número de empleos. El Mediterráneo puede competir con cualquier región del mundo en rapidez de comunicaciones, logística, infraestructuras, mano de obra cualificada, acceso a materiales textiles nuevos y de alta calidad, creatividad y talento para producir. 

La fabricación de máscaras en la región fue un soplo de aire fresco  que ayudó a disminuir el impacto del coronavirus y demostró la imaginación y la inventiva específicos del sector textil. Ahora, es necesario un plan de recuperación real y tomar medidas para salvar el sector y reiniciarlo en este contexto de crisis. Un nuevo modelo de desarrollo, fortalecido, que implica un modelo productivo más sostenible con el medio ambiente y la sociedad, y modernizado por las tecnologías disponibles.

El sector textil, una de las industrias más importantes del mundo, es una industria valorada en 2.500 millones de dólares y emplea a más de 60 millones de trabajadores en toda la cadena productiva, siendo un verdadero motor de desarrollo para la región Mediterránea.

Es obvio que la industria textil mediterránea debería también rediseñar su huella social y ambiental. Y tener en cuenta los recursos naturales, los problemas de la contaminación, la explotación de personas o animales, la producción y distribución desigual de sus productos. Se trata de un negocio global valorado en más de un billón de dólares, pero debe reinventarse.

Además, la cuarta revolución industrial está aquí, ya está impactando en el negocio textil a través de tecnologías de fabricación digital, fabricación aditiva, impresión 3-D y nuevas técnicas de diseño computacional. Por tanto, ha llegado el momento de que la industria textil mediterránea se una para abordar el rápido ritmo de cambio y sumarse a la cuarta revolución.

              Salvar el textil Mediterráneo

Se pueden tomar muchas medidas, tales como potenciar el valor del "Made in Mediterranean" a través de la acción público-privada en la comunicación mediática, o desarrollar una etiqueta que simbolice la calidad, el respeto por el consumidor y el medio ambiente. 

También es posible aprovechar la destacada posición del Mediterráneo como productor textil para fortalecer la lucha contra el contrabando y la subfacturación de importaciones. Promover el consumo y las inversiones textiles regionales. Promover asociaciones sostenibles entre minoristas y fabricantes con una reorganización de la producción basada en la flexibilidad, la rapidez y el nearshoring. Por otra parte, se debe proteger a los trabajadores en las cadenas de suministro y hacer frente a la falta de protección de trabajadores informales 

La pandemia ha revertido la globalización, concienciando de la importancia de las cadenas de suministro regionales, más cortas y simples y por tanto más eficientes, y aprovechando la mano de obra local e impulsando la innovación y el desarrollo de las nuevas tecnologías .

Es conveniente apoyar el retorno hacia la región de un determinado número de actividades industriales, que fomenten la economía mediterránea local. El Mediterráneo ofrece la ubicación ideal como base alternativa a Asia Lejana, acortando los circuitos logísticos con la Unión Europea y reduciendo la huella de carbono.

La industria de la moda se ha reinventado en numerosas ocasiones, ahora debe participar en esta revolución hacia la sostenibilidad, más allá de la próxima temporada. Hay buenas perspectivas para la zona, se promueven las asociaciones entre empresas mediterráneas para competir mejor en el mercado internacional, y se crean plataformas que promuevan y atraigan inversiones a la región.

Es el momento de apostar por creativos apasionados por los nuevos valores en la moda, el diseño, la innovación y la sostenibilidad, facilitando las herramientas y oportunidades para influir en las decisiones y crear nuevas perspectivas. El sector textil mediterráneo debe sin duda explorar el potencial de la colaboración.

Durante mucho tiempo, la industria textil y de la confección ha dominado los intercambios comerciales en el Mediterráneo. Hoy, sigue desempeñando un papel principal en la mejora de las condiciones económicas, especialmente en el sur del Mediterráneo, donde el sector es de importancia clave

Alrededor del 40% del comercio europeo de textiles y prendas de vestir va a la región mediterránea. La visión de un desarrollo bilateral dirigido a crear un mercado totalmente integrado debería crear una situación de beneficio mutuo para ambos lados del Mediterráneo. 

https://www.economiadehoy.es/salvar-el-textil-mediterraneo

https://www.territoriobitcoin.com/salvar-el-textil-mediterraneo/

https://empresaexterior.com/art/75588/salvar-el-textil-mediterraneo

https://elcandelerotecnologico.com/2020/09/17/salvar-el-textil-mediterraneo/

https://www.ticpymes.es/tecnologia/noticias/1120768049504/opinion-salvar-textil-mediterraneo.1.html

https://haycanal.com/noticias/14987/salvar-el-textil-mediterraneo

https://www.cronicaeconomica.com/salvar-el-textil-mediterraneo-147470.htm

https://www.moroccoworldnews.com/2020/09/320436/save-mediterranean-textile/

https://atalayar.com/blog/salvar-el-textil-del-mediterr%C3%A1neo

https://innovadores.inndux.com/es/salvar-el-textil-mediterraneo/

https://www.muypymes.com/2020/09/21/como-repensar-el-sector-textil-mediterraneo-despues-de-la-irrupcion-de-la-pandemia-del-covid-19

http://www.manlyinterlinings.com/crisis-o-oportunidad-en-el-textil/?_thumbnail_id=2029


martes, 15 de septiembre de 2020

La Pandemia pone a prueba las ciudades

 El Covid-19 ha supuesto un duro examen para las ciudades, ya que estas han tenido que valorar su capacidad para abordar la propagación de la infección. Es decir, comprobar si el entorno urbano era resistente, si funcionan los instrumentos de apoyo, si la gestión de riesgos es eficaz y eficiente, o si un enfoque diferente y más sostenible nos habría ayudado a manejar mejor la situación.

No son preguntas retóricas, son escenarios que debemos prever y abordar en este mundo posterior al virus. Nadie quiere otra pandemia. Nadie quiere una crisis económica derivada. Nadie quiere bloqueos que limitan la actividad social y económica.

Es el momento de la ciudad sostenible, siguiendo el modelo histórico de ciudad mediterránea, compacta y compleja, a la vez que eficiente y estable socialmente. Es el momento de la ciudad habitable, que proporcione un buen lugar para vivir y atraiga empresas y talento. Muchas ciudades deben continuar construyendo su resiliencia a pesar de la pandemia, y resulta crucial integrar la sostenibilidad: desde una mayor eficiencia energética y del agua, a una mejor calidad del aire. Es preciso integrar la sostenibilidad en cada etapa de la construcción, y la producción, promoviendo el reciclaje para garantizar un entorno más limpio y aprovechando el potencial que ofrecen tecnologías digitales para reducirla huella ambiental.
 
En este momento de adaptación, la estrategia es la habitabilidad, y no solo la rentabilidad. Las ciudades no pueden ser sólo lugares eficientes para hacer negocios. Las ciudades están en constante competencia, y el papel que desempeña su identidad es clave. El carácter único de muchas ciudades está amenazado por la presión de la estandarización, por ello, posicionarse y construir una reputación es una fundamental.
 
Ahora es el momento de priorizar el buen gobierno, de concertar a los diferentes agentes, de tener un marco institucional transparente que permita actuaciones de envergadura y asegure estabilidad, especialmente, ante cualquier opción estratégica que la ciudad emprenda.

Pero son varias las condiciones y diversos procesos que dan forma a la identidad de una ciudad, su competitividad y su atractivo Por ejemplo: la calidad del medio urbano, el desempeño de la economía local, la satisfacción de los residentes, la identidad de la comunidad o el sentido de cohesión. Estos factores, tomados en su conjunto, garantizaran el éxito.

Las ciudades del futuro son las sostenibles, innovadoras y emprendedoras, que se adapten a un nuevo mundo digital conectado para ofrecer nuevos empleos , soluciones y salidas económicas. Todas ellas variables fundamentales de la identidad y la marca propia.

Las ciudades solo ocupan un 2% de la superficie del planeta, pero son esenciales para el crecimiento económico global. Determinan la riqueza y la pobreza de sus países. Generan los empleos, producen bienes, prestan servicios y promueven las oportunidades económicas para todo el territorio. Además, albergan al 50% de la población mundial, y se prevé un crecimietno de 65 millones de personas al año. En la próxima década, habrá cerca de 500 ciudades de más de un millón de personas, y varias “mega-ciudades” con poblaciones superiores a los 20 millones.

Grandes y conectadas, trascienden las fronteras y perturban las agendas internacionales. Son imanes para los negocios, la gente, el dinero y la innovación, y conducen la economía mundial. Las 600 ciudades más grandes representan más del 60% del PIB mundial y en el top 20 están ubicadas un tercio de las grandes empresas, y casi la mitad de los ingresos. Este es el siglo de las ciudades y en ellas reside el verdadero poder más allá de los estados.

Las ciudades globales son  líderes en el comercio, las artes, la ciencia y la educación. Tienen el alcance, la ambición y el poder para dar forma, no solo al mundo de la economía, sino también ser su modelo, promover sus ideas, su cultura, sus políticas y su futuro. Ya no son sólo lugares para vivir, se han convertido en actores líderes en la  escena mundial.

Cada vez más ciudades están actuando como motores de estabilización, proporcionando centros para el desarrollo. Muchos países dependen de sus ciudades existentes y emergentes para actuar como oasis en un desierto muchas veces seco y con mucho espejismo decepcionante.
 
Las ciudades son un reflejo de las dificultades y los retos a los que se enfrentan los países. Pero sólo serán capaces de hacer frente a sus mayores desafíos si cuentan con herramientas de gestión adecuadas. La asociación público- privada adquiere cada vez más importancia como modelo de participación activa de todos en pro del crecimiento de la ciudad y el bien común, que es la suma para el desarrollo del país.
 
En el futuro, las ciudades deben ser más flexibles, ágiles y receptivas a los desafíos y tener la capacidad de identificar y adoptar soluciones alternativas a los problemas apremiantes. En la era post Covid-19, la solución es un enfoque dual: el primero enfocado en proteger a las personas y el segundo en asegurar las infraestructuras.
 
Las ciudades deben explorar las sinergias a través de múltiples planes de acción, por lo que una sola estrategia o acción puede abordar múltiples tensiones potenciales, y solucionar problemas de salud, bienestar, liderazgo, infraestructuras, ecosistema, economía o sociedad.

En el mundo posterior al Covid-19, habrá un mayor uso de la tecnología, los datos y el Big Data en tiempo real y una infraestructura abierta de tecnología de información y comunicaciones que bien gestionadas, pueden ayudar a proteger el bienestar de las personas, favorecer el crecimiento y crear un impacto en el entorno.  
En resumen, una ciudad es atractiva mientras sea diferente, creando una verdadera armonia entre el entorno natural y la infraestructura construida. Es el camino hacia la resiliencia, porque los países han dejado de ser referencias de primer nivel. La verdadera acción ya no es de las naciones sino de sus centros urbanos. 

https://www.thesmartcityjournal.com/en/homen/cities/2430-the-pandemic-tests-the-cities

https://haycanal.com/noticias/14906/la-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades

https://www.economiadehoy.es/la-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades

https://www.eldigitalcastillalamancha.es/el-comentario/35857288/La-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades.html

https://www.cronicaeconomica.com/la-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades-147015.htm

https://www.ticpymes.es/tecnologia/noticias/1120445049504/opinion-pandemia-pone-prueba-ciudades.1.html

https://elcandelerotecnologico.com/2020/09/03/la-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades/

https://www.thesmartcityjournal.com/es/home-es/ciudades/2429-la-pandemia-pone-a-prueba-a-las-ciudades

http://www.ascame.org/en/pandemic-tests-cities

https://www.tecnonews.info/noticias/la_pandemia_pone_a_prueba_a_las_ciudades


jueves, 14 de mayo de 2020

Innovación y Digitalización Post-Covid-19 : Una necesidad

Doce años después de la crisis financiera mundial, nos enfrentamos a una situación desconocida. Un tsunami sin precedentes que ha confinado a millones de personas en sus hogares, sacudido las bolsas, cerrado empresas, mercados, restaurantes y calles, paralizando nuestras economías. Los precedentes históricos revelan que una situación de este tipo podría alterar los sistemas políticos y económicos, reconfigurar ideas y teorías e imponer cambios radicales en nuestro estilo de vida.

En esta ocasión, los aliados inesperados han sido la innovación y la tecnología digital, que han contribuido a aliviar el impacto de la COVID-19 sobre personas, empresas y gobiernos. En medio del caos emerge una nueva era basada en lo digital, creando nuevas oportunidades. Pero los beneficios de la tecnología no se distribuyen por igual, ya que más de 3.600 millones de personas en el planeta aún no tienen acceso a internet. En la economía informal no existe el teletrabajo. Para millones de niños acceder a una educación en línea es un sueño remoto.

Es el momento de reaccionar de manera coordinada frente a los nuevos desafíos, porque la innovación y la digitalización están aquí para quedarse. Su implantación se ha acelerado y ya no hay vuelta atrás. Ha cambiado la forma en la que trabajamos, aprendemos, compramos o nos relacionamos. Debemos estar preparados para la llamada nueva normalidad.

Nunca antes la agenda digital ha sido tan necesaria y vital. No se trata solamente una respuesta inmediata contra el impacto de la COVID-19, sino que hace indispensable también el impulso de la investigación y la innovación. Los modelos económicos en vigor están sin aliento por la velocidad con la que se suceden los cambios. Nos encontramos en la era de la globalización, el cambio climático, las pandemias, la transformación digital, la economía colaborativa, la concentración urbana y la despoblación del mundo rural. Numerosos cambios que los gobiernos luchan por regular. Sin embargo, estos también implican nuevas divergencias y polarizaciones entre economías y sociedades. Por ello, es preciso dar nuevas respuestas.

El cambio tecnológico amenaza empleos, pero también crea alternativas. Las relaciones en el trabajo, entre empresas, empleados, los servicios, la movilidad... están evolucionando. La única clave para avanzar es mejorar en innovación y educación. Como en todo lo demás, el futuro de Europa, África y el Mediterráneo estriba en adaptarse, compartir experiencias y avanzar juntos.

Siguiendo el modelo actual, los gobiernos mediterráneos se centran en la creación de empleos y no tanto en la creación de empresas. Un modelo caducado que consiste en lanzar programas masivos de empleo público en lugar de financiar e invertir en empresas exitosas que creen empleos. Está claro que el progreso económico está relacionado directamente con actividades de formación, investigación e innovación, y que existe una correlación entre progreso social y la actividad empresarial.

El ciclo de vida de las empresas debe enseñar a muchos países que el secreto de la eterna juventud es la constante innovación. Los gobiernos tienen que equilibrar los gastos e invertir en infraestructuras tangibles, tales como carreteras, líneas ferroviarias o puertos. No obstante, hay que apostar también por intangibles como la educación, la investigación y el desarrollo. La I+D es el motor clave para construir y consolidar una economía del conocimiento e implantar una cultura de creatividad en la que los jóvenes se inspiren, transformen sus ideas, eleven sus ambiciones y persigan sus sueños.

El espíritu empresarial y el sector privado pueden impulsar la adaptación a la tecnología y la innovación, ser el vehículo para implicar a los jóvenes y avanzar. Hay que fomentar un nuevo marco mental, una nueva actitud, aprovechar la energía juvenil, las ideas frescas, pues son éstas las que traen oportunidades. La innovación es una palanca para la creación de valor porque transforma la manera de hacer negocios y tiene un efecto multiplicador en el crecimiento de una nación y sus empresas.

La innovación es el camino al desarrollo y a la supervivencia. El modelo para el ascenso de una empresa o país. La tecnología ya está aquí, pero por sí sola no es la respuesta. Es un facilitador y acelerador de nuevas formas de ser y de hacer. Para tener capacidad de crear riqueza y asegurar un futuro, innovar no es una opción, es una necesidad.

La región mediterránea tendrá que crear cientos de millones de nuevos empleos en las próximas tres décadas. Este desafío presenta una oportunidad para que la región transforme sus economías y aproveche la creatividad de su gran población juvenil y el poder disruptivo de la tecnología para crear riqueza.

Nos guste o no, las líneas de producción requerirán cada vez de menos mano de obra gracias a máquinas más eficientes, la automatización y la robótica. Además, la próxima ola traerá más inteligencia artificial, impresión 3D y nuevas capacidades que harán que el trabajo adicional sea redundante. Sabemos ya que 8 de cada 10 puestos de trabajo se perderán por las nuevas tecnologías (no por la inmigración o la globalización), que el 64% de trabajo existente hoy será automatizado y que el 66% de los puestos de trabajo para los próximos 10 años todavía no se han inventado.

La transición a la cuarta revolución industrial, combinada con una crisis de gobernabilidad, hace imprescindible reconsiderar a fondo el capital humano y adaptar la educación al mercado laboral para conseguir prosperidad y estabilidad. Las nuevas tecnologías digitales generan una nueva competitividad que, por el momento, no alcanza a muchos países mediterráneos. Para la región, una transición exitosa garantizaría la competitividad empresarial y sería un factor determinante para la consolidación industrial regional. No hacer nada es un riesgo de impacto negativo en su crecimiento futuro y su productividad.

En esta región, el reto económico más inmediato no son la diversificación ni los nuevos regímenes fiscales, sino la creación de empleos productivos y sostenibles para su juventud. Al mismo tiempo, hay que dotarla de la combinación de los talentos y habilidades que conviertan la industria 4.0 en generador de riqueza y paz social. Hay que preocuparse por el nivel de formación de la fuerza laboral y por su naturaleza cuantitativa y cualitativa. Los factores que hoy permiten evaluarla mejor son el desarrollo de la cultura digital, las habilidades y la capacidad de pensar de manera creativa.

La región posee un enorme capital humano por desarrollar. La educación, el impulso al sector privado y la comprensión de esta revolución tecnológica, serán ingredientes clave para el éxito. Esta es una tarea compleja que requerirá un amplio consenso social y una acción determinada de los gobiernos.

El potencial digital es ilimitado, lo que representa una oportunidad para el Mediterráneo. Un gran mercado con un rápido crecimiento. Un hub de innovación, creatividad y el espíritu empresarial. En los jóvenes se encuentran los recursos para hallar soluciones a los problemas acuciantes.

Dejar atrás el Mediterráneo en la transformación digital no es una opción. El ritmo de la cuarta revolución industrial no esperará a nadie. A medida que Estados Unidos y Asia avanzan, Europa y el Mediterráneo necesitan forjarse su propia identidad. Hoy el desequilibrio es obvio, y todo lo que impide mejorar la capacidad innovadora está condicionando el futuro.

La principal clave para la innovación es la formación. Las empresas que invierten en sus empleados para proporcionarles los conocimientos adecuados son las que crecen. Los gobiernos deben hacer lo mismo, mejorando las cualificaciones y fomentando la innovación en todos los sectores clave de la economía y en el sistema educativo. Si dejan de apostar por la educación de las nuevas generaciones, les estarían condenando a depender de otros de por vida.

Existe una gran necesidad de una nueva plataforma de colaboración que reúna a los gobiernos con las empresas y otros actores interesados en la cooperación público-privada del Mediterráneo, que facilite un diálogo progresivo que comprenda y respete los valores y la cultura de la región. Se debe Invertir en los jóvenes para desbloquear el dividendo demográfico en un área donde los intereses de los gobiernos, el sector privado y las organizaciones internacionales se alinean plenamente. Esto requiere hoy una acción conjunta de todos para asegurar una región próspera mañana.

Esta crisis pasará, pero no debemos olvidar que la innovación y la digitalización son el camino para la supervivencia y el desarrollo, el combustible para el progreso constante y el modelo para el ascenso de una empresa, una nación o una región.

Barcelona, Opinión, Lunes, 11 mayo 2020