miércoles, 25 de mayo de 2011

Oportunidades Cercanas


Los acontecimientos ocurridos en los últimos meses en el norte de África han venido a demostrar que estamos en presencia de una sociedad regional e internacional caracterizada por un alto grado de interrelación e interdependencia. De ahí, que la solución a los desafíos que se plantean sólo pueda venir de la adopción de respuestas globales en las que participen todos.

Marruecos y España han intensificado en los últimos años el desarrollo de sus relaciones económicas, a pesar de algún contratiempo, demostrando que a este nivel de cooperación la aproximación entre los tejidos empresariales ha dado muestras de dinamismo y una mayor efectividad.

Nunca antes estas relaciones habían alcanzado un nivel como el actual. España y Catalunya en especial, han transformado Marruecos en un centro de acción prioritario y las empresas se han implicado en este proceso como verdaderos embajadores y creadores de riquezas. Las relaciones comerciales se han incrementado en los últimos diez años en un 250%. Un ejemplo es que el 24% de las exportaciones de Marruecos hacia la UE tiene como destino España.

España es el segundo socio comercial de Marruecos con intercambios que alcanzan los 5.500 Millones €. Hay que añadir los flujos entre Ceuta y Melilla y el norte de Marruecos valorados en 1.200 M€ según algunos expertos. Y es necesario añadir, la presencia de centenares de miles de residentes marroquís en España.

Sectores importantes han elegido el reino para desarrollarse: las telecomunicaciones, la electricidad, el Inmobiliario, Turismo, el Textil y la Banca. Pero también aparecen otras oportunidades: los proyectos de construcción de autopistas, puertos y aeropuertos, redes ferroviarias, energías renovables y  automóvil son algunas.

El país se moderniza y refuerza sus redes de infraestructuras como plataforma para enlazarse con Europa y África.  Ventajas naturales como la cercanía a Europa, o el potencial futuro de un mercado regional de 100 millones de personas y la firma de varios acuerdos de asociación y libre comercio, han otorgado a Marruecos un status de asociación más avanzado, lo que permite triplicar la ayuda financiera y técnica. Estos factores son importantes para atraer la inversión internacional. En resumen: grandes beneficios colaterales para desactivar posibles daños en diferentes grados  que pueden afectar a todos.

La vecindad exige blindar las relaciones creando mecanismos que permitan  prevenir futuras crisis. Y construir sobre los intereses comunes que unen, un entorno que ayude a eliminar el abismo económico que separan los 14 Kilómetros del Estrecho para crear puentes donde las empresas son actores clave. 

Expansión, Miércoles 25 de Mayo de 2011, pag 2, Edición Catalnya

Hay que desactivar las causas

El Periodico digital  Lunes 2 de Mayo de 2011
ANALISIS: Especial Muerte de Osama Bin Laden

http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/analisis-hay-que-desactivar-las-causas-991567

Tertúlia, Els Matins de TV3, 02 Maig 2011

Analitzem la mort de Bin Laden amb Eduard Soler, investigador principal de l'àrea del Mediterrani i de l'Orient Mitjà del CIDOB, i Anwar Zibaoui, expert en món àrab i mediterrani, Patrícia Gabancho, Manuel Milián Mestre, Rafael VilaSanjuan, i Antoni Puigverd.




Tertúlia, 2a Part, Els Matins de TV3,  Mort Bin Laden, Dilluns 2 de Maig de 2011 (incomplet)

El cambio es obligatorio en Siria

El precio de una reforma integral del régimen sigue siendo mucho menor que el coste de no hacerla.

Los sistemas de muchos países árabes se están hundiendo o cayendo porque perdieron el camino hacia el futuro al tratar de vivir presos de su pasado. Cuando en julio del 2000 Bashar el Asad asumió la presidencia de Siria, prometió reformas y modernización, pero casi una década después no ha habido ningún cambio político sustancial, solo pequeños esfuerzos de liberalización económica.

Es posible que la situación interna sobre la que descansa el poder, los grupos del Ejército y los servicios de inteligencia y el partido Baaz, no aconsejara avanzar más. O, tal vez, se debió a que Siria se ha ocupado la última década de los desafíos externos: la guerra de Irak, la división palestina al asumir el poder Hamás en Gaza, la situación en el Líbano y el asesinato del entonces primer ministro Rafic Hariri, la salida de las tropas sirias del pequeño país de los cedros y las negociaciones estancadas con Israel sobre los Altos del Golán.

Estos asuntos podrían haber obligado al régimen sirio a dar prioridad a la política exterior e intentar desempeñar un papel principal tomando cartas en asuntos clave de la región. Pero no parece que la población siria quiera seguir en esta dirección y ejerce en la calle una presión constante sobre el Gobierno. Esta es la primera vez en 30 años que los sirios se atreven a ponerse en pie y exigir sus derechos. Ahora se sienten más fuertes que nunca.

Las turbulencias hacen frágil la estabilidad y, para protegerla, el requisito es realizar un cambio profundo. Las causas del levantamiento y su solución están dentro. Es un asunto complejo, como muchos otros del país, y se teme que el tiempo disponible se vaya perdiendo poco a poco y penda sobre la sociedad una espada de Damocles. No hay base para asegurar que hay una conspiración extranjera alimentada en los países vecinos. Puede que terceros traten de aprovechar el río revuelto, pero aunque esto fuera cierto no evitaría la responsabilidad del Gobierno, que debe centrar todos los esfuerzos en lograr una reconciliación verdadera entre el régimen y todos los opositores. Eliminar la brecha que el mismo presidente reconoció que existe con el pueblo. Tiene que responder a las necesidades de los jóvenes y al derecho del pueblo a la libertad y al progreso, sin olvidar las instituciones afectadas por el envejecimiento, que se han convertido en un serio obstáculo en el camino.

La explosión puede ser un peligro para la región, pero no es demasiado tarde. Para encontrar la solución, el presidente Asad puede reconducir el proceso de cambio y tomar decisiones difíciles a expensas del aparato y el papel del partido. El precio de una reforma integral sigue siendo mucho menor que el coste de no hacerla. Asad puede ser audaz y dar pasos de gran alcance para detener esta peligrosa carrera insostenible, como ha hecho con la abolición de la ley de emergencia, en vigor desde 1963, y todas sus aplicaciones, que han paralizado la vida pública, e impulsar la modernización del Estado con la reforma constitucional y la aprobación de una serie de leyes y procedimientos viables: aprobarlas leyes de partidos políticos ,electoral y de prensa, golpear la corrupción y a los corruptos. El férreo control del poder y la lentitud en dar respuesta a la mayoría de las demandas está prolongando el enfrentamiento.

A pesar de que no parece que el régimen esté en peligro inminente de caer, tampoco será posible volver a la anterior situación. Los asesinatos de matones y pistoleros no facilitarán una solución ni van a neutralizar la presión internacional, sino que complicarán más la situación y pueden dar lugar a una ola de violencia mutua. La presión va a seguir. Lo más probable es que cuanto más se niegue a las concesiones, más aumenten las protestas, aunque en última instancia las reformas tendrán que hacerse.

La reforma del sistema no es un lujo, sino un requisito en la vida de los sirios. Su economía está en una posición difícil, no es capaz de crecer para generar los millones de puestos de trabajo necesarios y la capacidad del Gobierno de seguir su política de subvenciones es limitada. La producción de crudo disminuye y el considerable déficit presupuestario se estima que alcanzó, según el FMI, los 2.600 millones de dólares en el 2010.

Sería imprudente asumir que los cambios anunciados en los últimos días marcarán el inicio de un esfuerzo sostenido hacia la reforma. Puede que una rápida puesta en marcha sea un paso en la dirección correcta, pero no hay que olvidar la desconfianza manifiesta de la población. Ha habido periodos de promesas en el pasado que finalmente quedaron en nada; no es razonable que se repita ni embellecer un sistema erosionado que pertenece al pasado.

Siria está cambiando. Estamos en el final de una era y en el comienzo de otra muy diferente. Los sirios han decidido que ha llegado la hora de la verdad: están cansados de pobreza, desempleo y marginación. Quieren libertad y vivir, como otros pueblos, con dignidad

El Periodico de Catalunya, Opinión, Pag.12,  28 de Abril de 2011