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lunes, 1 de julio de 2024

Marca Mediterránea

En un entorno competitivo global, el Mediterráneo se enfrenta a múltiples desafíos. Estos se refieren principalmente a su posicionamiento entre regiones. Para impulsar su éxito será necesario unir el largo plazo y los proyectos capaces de garantizar el desarrollo económico, y la ejecución oportuna y eficiente de los planes operativos. Otros elementos esenciales son la selección de los instrumentos idóneos, el establecimiento de las prioridades correctas y confiar en los procesos de ejecución.

El Mediterráneo, cuna de civilizaciones, puente entre Oriente y Occidente, origen del pensamiento político y filosófico, tiene ahora la oportunidad de recuperar el esplendor y la hegemonía del pasado. El ADN Mediterráneo es rebelde, creativo, viajero, curioso. Es sinónimo de innovación, un factor clave para superar múltiples crisis y reinventarse continuamente para inspirar y ofrecer un horizonte ambicioso, para crecer y emprender. Si en el pasado las naciones mediterráneas estaban unidas por el comercio del vino y del aceite, hoy en día lo están por los acuerdos bilaterales en sectores como los de energía, agricultura y salud, por la transferencia de conocimiento y tecnología y, sobre todo, por las ideas y los intereses compartidos.

Hablar acerca del Mediterráneo es hablar de la “Marca Mediterránea”, un concepto que engloba el patrimonio cultural e histórico, la idiosincrasia de sus pueblos con sus estereotipos particulares, la gastronomía e, incluso, la estética mediterránea. Sin duda, nuestra región se está convirtiendo en el centro de un poderoso imaginario que inspira propuestas y valores de marca y se convierte en parte de un sugerente lenguaje de marca.

Las marcas crecen y se desarrollan en contextos o entornos específicos que proporcionan (y a veces limitan) su desarrollo. Dicho contexto podría definirse por el convencionalismo, los antecedentes culturales, los marcos de categorías o las premisas establecidas por diferentes operadores e influyentes. Es decir, las marcas están condicionadas por antecedentes culturales y apelan a la autenticidad y a la singularidad, al valor diferencial, como ocurre en el sector turístico del Mediterráneo, con un auge de destinos y productos conectados con la tradición y los valores culturales.

Los países mediterráneos tienen mucho en común. Un mar, una historia, una cultura, una comida y unos valores que nos recuerdan que es posible trabajar juntos y crear un nuevo destino común. Para avanzar será necesario crear un espacio común de carácter innovador y dirigido a constituir un eje básico de la evolución entre ambas orillas del Mediterráneo. Para ello, no es suficiente con comprender únicamente el contexto de la marca, sino indagar en el contenido, es decir, en esos valores únicos que todos identificamos con el Mediterráneo. La clave está en potenciar un “referente de especificidad”, es decir, poner el foco en lo que diferencia nuestra región de otras. De esta manera, daremos a conocer la riqueza y la diversidad de nuestros pueblos, proporcionaremos referencias significativas a los consumidores y evitaremos la mercantilización de los rasgos mediterráneos y la indiferenciación.

Ha llegado el momento de construir todos juntos esta marca que nos identifica, nos diferencia y nos enorgullece. Para avanzar en el desarrollo económico del Mediterráneo es necesario establecer un lenguaje de marca mediterránea más segmentado y pluralista. Es hora de buscar respuestas que permitan el desarrollo y la construcción de un futuro común entre las dos orillas. La región debe promover su modelo económico e ilustrar su desempeño, excelencia y demostrar su capacidad para afrontar cualquier desafío, igual que en el pasado. Desafíos que afectan por igual a todos los países de la región, como son la transformación digital y la implementación de nuevas tecnologías, o la economía verde y azul. 

Para convertir desafíos en oportunidades es necesario configurar nuevas alianzas. Sólo así crearemos un entorno que favorezca la convivencia y la cooperación entre los pueblos de ambas orillas. Esta acción permitiría la integración de las generaciones emergentes y el arraigo de los valores de tolerancia y aceptación del otro, más allá de los estereotipos manidos, lejos de cualquier forma de exclusión y rechazo que engendre irreparablemente una lógica de confrontación y antagonismo. Es posible construir una relación sana y alejada de prejuicios, con una gestión común de problemas comunes. Un enfoque global e integrado y una responsabilidad compartida son posibles. Los mediterráneos debemos construir un futuro en común, porque sabemos que cuando nos unimos emprendemos iniciativas que nos hacen avanzar. Porque mantenernos juntos es progresar. Trabajar juntos es triunfar. 

Anwar Zibaoui, ON Economia, Opinión, 22 Junio 2024

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/marca-mediterranea-anwar-zibaoui_1239192_102.html

 

jueves, 28 de marzo de 2024

La rebelión del Sur Global

 Escalan los conflictos entre las potencias tradicionales, países con altos ingresos y economías avanzadas, mayoritariamente situados en el Norte, y los países y potencias emergentes, en vías de desarrollo, o también llamados países del Tercer Mundo, a los que se designa ahora con un nuevo término: Países del Sur Global o el Mundo del Sur.

"Sur Global" es un concepto que pertenece a la geopolítica, la historia y ahora a la economía. Relaciona regiones con una historia común bajo dominación colonial, y estructuras sociales y económicas con grandes desigualdades. El uso del término se remonta a 1969, en un artículo del activista Carl Oglesby que criticaba la guerra de Vietnam y el control del Norte sobre los recursos del Sur.

En los últimos años y sobre todo cuando estalla la guerra en Ucrania comienza a extender el uso de este término para describir a los países que se mantuvieron neutrales o al margen de este conflicto, aunque la expresión del Sur Global conlleva muchas contradicciones. Engloba desde países democráticos a dictaduras, con gran diversidad en cuanto a sus economías e ingresos, y, los países más importantes, China e India, se encuentran geográficamente en el hemisferio norte. Sin embargo, a todos estos países les unen las dificultades para gestionar sus crisis y financiar su desarrollo.

Muchos de estos países del "Sur Global" pagan más por los intereses de su deuda que por la salud o la educación de sus ciudadanos, no pueden ahorrar y dependen de una economía globalizada en sus flujos comerciales pero la escasa inversión extranjera impide su crecimiento. Su entorno comercial se restringe y fragmenta mientras aumentan los obstáculos, y los aranceles, como las más de 3.000 restricciones comerciales el año pasado. Es una ardua batalla que estos mercados emergentes tendrán que enfrentar en los próximos años

Los países del Norte estaban a la vanguardia desde la Revolución Industrial, en tecnologías, intercambio de conocimiento o innovación. Se han beneficiado de la continua situación de desigualdad en el comercio internacional entre ellos y los países de menos ingresos y salarios. Algunos países desarrollados añadieron a su riqueza lo que fueron explotando de las riquezas del sur por el saqueo colonial, y además, algunos añadieron a sus economías y políticas privilegios de vencedores después de la Segunda Guerra Mundial.

Pero ahora, los países del Sur Global se rebelan contra el concepto de Tercer Mundo y numerosos acontecimientos están sacudiendo el viejo orden. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, desaparecieron los países del Segundo Mundo que habían estado bajo la influencia de la URSS. Y en 2008, los países del Primer Mundo sufrieron una crisis financiera devastadora con efectos políticos incluso más graves que las repercusiones económicas. El escenario actual revela el ascenso de corrientes de extrema derecha y olas de racismo, y extrañas elecciones de líderes políticos inconsistentes que exponen la polarización política, el malestar social y más desigualdad económica en los países desarrollados.

El poder económico se inclina ahora hacia el Este, con la vitalidad de China, India y los países de la ASEAN, que invierten en educación, conocimiento e innovación, y aumentan su productividad y sus ingresos nacionales, mientras florece una clase media joven, ambiciosa y competitiva.

A pesar de los shocks externos y las tensiones internas a las que están expuestos y cómo les afectan los cambios globales, hay un aumento constante de países del Sur Global, también en Latinoamérica, Oriente Medio o África. Impulsados por la cooperación, buscan el beneficio mutuo y hacer frente a problemas comunes, y están encontrando nuevas maneras para abordarlos.

En geopolítica no hay ni buenos ni malos, ni agradables, ni justos, ni injustos. Pero los hay fuertes, menos fuertes y débiles. Seguramente los países del sur global no quieren encontrarse entre los más débiles.

Anwar Zibaoui, ON Economia - Opinión, Jueves, 28 marzo 2024

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/rebelion-sur-global-anwar-zibaoui_1182495_102.html

martes, 20 de febrero de 2024

Los objetivos de Desarrollo Sostenible se alejan del 2030

 Las turbulencias en materia de seguridad, clima, geopolítica y economía que recorren el mundo sacuden los cimientos mismos de nuestra sociedad. El auge de nacionalismos, proteccionismos y la competencia entre países obstaculizan el progreso en materia de desarrollo sostenible, restringen el crecimiento y complican las perspectivas económicas.

Un contexto mundial desfavorable está contribuyendo a un lento progreso para alcanzar los objetivos de la agenda 2030. La pandemia ha tenido importantes consecuencias sociales, económicas y medioambientales que poco a poco se van reflejando en los datos. Las crisis y los conflictos en curso han perturbado las cadenas de suministro mundiales y han avivado la inflación y las incertidumbres y han contribuido a la volatilidad de los precios de los alimentos y las materias primas y a un entorno financiero limitado.

Sin embargo, se demuestra la necesidad de cooperación multilateral como única opción para mitigar amenazas a nivel global. Con la idea misma de multilateralismo en entredicho, las organizaciones multilaterales se enfrentan al desafío de evolucionar, aunque no se sabe en qué partes y cómo aplicar las reformas.

Algunos países quieren obstaculizar la colaboración en algunos campos, pero no tienen capacidad para resolver los problemas globales por sí solos. Saben que fracasarán si no cooperan de forma global frente al cambio climático, las crisis de deuda de los países del sur, o las aplicaciones de IA, entre otros muchos temas. Solamente la actividad conjunta de varios países sobre cuestiones determinadas puede aportar soluciones.

El informe de Desarrollo Sostenible 2023 de Naciones Unidas es demoledor. Para 2030, solo se está en camino de alcanzar un 12% de las metas evaluables. Un 50% serán inalcanzables. Y, hasta un 30% de esos objetivos han empeorado en comparación del punto de partida en 2015.

Se esperaba que esta década terminara con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acceso a agua potable, educación inclusiva, ciudades sostenibles, igualdad entre géneros, acceso a energías limpias… pero con los modestos esfuerzos actuales, y un mundo que sufre polarización, fragmentación política y económica no conseguirá objetivos tan importantes como erradicar la pobreza extrema. Una educación inclusiva, ciudades sostenibles, el acceso a agua potable, la igualdad entre géneros, o el acceso a energías limpias...

Nuestro bienestar a medio y largo plazo depende de un entorno saludable respaldado por un desarrollo económico y social sostenible. El cambio climático es el desafío clave de nuestro tiempo y debe estar a la vanguardia de toda toma de decisiones.

Algunas grandes potencias y muchos gobiernos han incumplido todos los compromisos, y son conscientes de que sin la participación empresarial, los objetivos seguirán siendo inalcanzables. Es preciso involucrar al sector privado, que aporta el 60% del PIB mundial y el 90% de los puestos de trabajo. Hay iniciativas, como limitar el calentamiento global a 1,5 grados, que pueden conseguirse en algunas economías avanzadas pero, los países emergentes y en desarrollo precisan más apoyo de los bancos y un sector privado involucrado.

Es importante evitar más restricción para la financiación de proyectos de desarrollo y de acción climática, y que esto en algunos países frágiles no dependa de la movilización de recursos internos y como último recurso sea una financiación en condiciones favorables a largo plazo para proyectos prioritarios vitales.

La cooperación internacional se impulsó para abordar desigualdades e injusticia, las amenazas a la salud, la crisis de deuda y el futuro del comercio, el cambio climático, la movilidad laboral transfronteriza y el deterioro de la paz y la seguridad en el mundo. Hoy el mundo se enfrenta a un nuevo sistema cuyas características y reglas de juego se están configurando de acuerdo con las capacidades de las grandes potencias antiguas y emergentes.

Las reglas para hacer frente a los riesgos y las crisis deben enmarcarse en políticas coherentes con prioridades específicas, no a corto plazo, no en acciones dispersas, sino de acuerdo con un enfoque integrado de progreso hacia el desarrollo sostenible.

A medida que las múltiples crisis dañan más países y regiones, el mundo debe mantener el rumbo e intensificar los esfuerzos para alcanzar los objetivos. A pesar de los desafíos, la visión establecida en la Agenda 2030 sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en 2015. Los 17 objetivos siguen proporcionando un marco integral para la acción audaz y transformadora necesaria para construir un mundo más verde, más justo y mejor.

Urge un sistema multilateral reformado, adecuado a su propósito y capaz de hacer frente a los retos del futuro. Para poder alcanzar los objetivos de la agenda 2030, precisamos una reflexión sobre nuevas prácticas en la cooperación internacional y el multilateralismo, sobre todo hacer más que decir para inspirar un cambio positivo.

Anwar Zibaoui, ON Economía, Opinión, 20 Febrero 2024

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/objetivos-desarrollo-sostenible-se-alejan-2030-anwar-zibaoui_1162504_102.html

lunes, 18 de diciembre de 2023

El comercio y la acción climática

 Finaliza la Cumbre del Clima, celebrada en Emiratos Árabes Unidos y de nuevo envuelta en  polémicas, contradicciones y esperanzas. Limitar el calentamiento global requiere un esfuerzo colectivo y un proceso de negociación y deliberación que permita tomar decisiones consensuadas. Se espera que los acuerdos adoptados para una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles permitan avanzar, aunque sea tan lentamente, en un tema fundamental para  nuestro futuro. 

No se debate la importancia del comercio como motor de desarrollo y progreso de una sociedad. El comercio implica la producción y distribución global de bienes y servicios, y representan una cuarta parte de las emisiones, pero también implican el bienestar y la supervivencia de la población. Por ello, el comercio debe participar de la transición hacia las energías limpias y la reducción de las emisiones globales.

Hay que unir al sector del comercio a nivel mundial en una hoja de ruta con cambios transformadores que repercutan directamente en el panorama económico. El desafío debe convertirse en una oportunidad para el comercio sostenible, especialmente en mercados como el africano o asiático que precisan fortalecer sus infraestructuras, crear capacidad y atraer inversiones esenciales. En este momento, los bienes procedentes de los mercados en vías de desarrollo son tres o cuatro veces más caros por el alto coste logístico.

Es imprescindible facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos para ayudar a todos los países en sus esfuerzos de adaptación. Un ejemplo es el acceso a bienes y servicios ambientalmente preferentes. El comercio de productos respetuosos con el medio ambiente aumentó un 4% en 2022, con especial crecimiento de los vehículos eléctricos, los envases no plásticos y las turbinas eólicas, y alcanzando un máximo de 2.9 billones de dólares.

En logística, también deben identificarse las rutas comerciales marítimas en las que se pueden construir instalaciones de abastecimiento de combustibles alternativos, e impulsar barcos que funcionen con energías limpias. Y ya que las cadenas de suministro son interdependientes, es esencial la colaboración de las empresas del sector para un futuro sostenible y neutro en carbono. No hay que olvidar que el transporte marítimo representa un tercio del total de las emisiones mundiales.

Otro gran desafío es la producción de energías renovables y la electrificación masiva, que con un coste de 32 billones de dólares a nivel mundial requerirá grandes inversiones en los mercados emergentes. Los gobiernos y empresas deben colaborar e impulsar las tecnologías y las prácticas comerciales con los objetivos del Acuerdo de París. 

En definitiva, necesitamos colaboración, multilateralismo y alianzas para construir resiliencia en las cadenas de suministro, para invertir en nuevas infraestructuras, para crear sistemas inteligentes y para educar en tecnologías climáticas. Los gobiernos y las empresas deben aliarse para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible. No actuar tiene impactos políticos, económicos y climáticos negativos demostrados, especialmente, en los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Transformar el comercio para la resiliencia climática es posible. La política comercial debe fomentar el cambio. Los subsidios, por ejemplo, pueden acelerar la transición energética y desarrollar mercados para productos eficientes en carbono y eliminar gradualmente la actividad económica insostenible. La transición climática es un viaje colectivo hacia un futuro sostenible. La colaboración es vital para el futuro de nuestro planeta y la humanidad.

Anwar Zibaoui, Opinión, EXPANSIÓN Catalunya, Tribuna, 18 diciembre 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/12/18/658034bee5fdea33688b45af.html


martes, 5 de diciembre de 2023

El Mediterráneo necesita un plan para el cambio climático

La evidencia científica demuestra que se está produciendo un cambio climático provocado por el hombre. Las consecuencias son graves y globales, con continuos ejemplos de desastres naturales, como inundaciones o sequías, un aumento de la temperatura media y el conocimiento de que los recursos disponibles están limitados y se precisan soluciones.

La región Mediterránea sufre especialmente esta degradación y sus consecuencias. Aumento del nivel del mar, salinización de las zonas costeras, desertificación, la contaminación del aire y el agua o temperaturas récord amenazan a todos los países mediterráneos que, además, dependen de la agricultura y el turismo. La escasez de agua no entiende de fronteras, países o religiones, y la situación exige movilizarnos y construir juntos un futuro con un medio ambiente sostenible.

La única solución es colaborar para ser efectivos. Los países mediterráneos deben mejorar la cooperación científica y técnica, invertir en tecnologías propias, evitar derroches, adoptar mejores sistemas de gestión del agua y otros recursos, revisar la deforestación, parar la desertificación y compartir información. Sin planificación las condiciones empeorarán y obligarán a grandes movimientos de personas, como refugiados climáticos, y más caos y problemas con altos costes económicos y sociales.

Ante los grandes desafíos comunes. La región precisa una forma diferente de operar y vivir, con respuestas conjuntas, urgentes y efectivas, gestionar mejor los recursos, detener la amenaza al desarrollo, también gestionar el turismo y conservar el gran patrimonio histórico común.

El gran desafío mediterráneo es global, va más allá de los países y sus fronteras. Debemos crear un concepto de vida sostenible que aborde los problemas actuales con el objetivo de proporcionar un futuro mejor a las nuevas generaciones. Solamente coordinando los esfuerzos en una visión compartida integral de los actores públicos y privados de la región permitirá diseñar soluciones factibles y efectivas.

Las primeras acciones están previstas, acelerar la transición energética y reducir las emisiones de carbono, mientras se promueven prácticas sostenibles que impliquen a todos. 

La necesidad de un plan regional para impulsar las energías renovables de manera sostenible es primordial, ya que el aumento de la población y la diversificación económica han llevado a una mayor demanda energética. Las energías renovables, aunque son un participante relativamente reciente en el panorama energético regional, tienen un gran potencial para reducir los costos a largo plazo, reducir las emisiones de carbono, conservar la escasez de agua y crear empleos. 

En la región Mediterránea el enfoque para combatir el cambio climático y caminar hacia la sostenibilidad y la energía renovable debe ser  integral, impulsando los cambios necesarios no solo en la producción y el consumo, en las colaboraciones entre las múltiples partes interesadas, en asociaciones público-privadas, en el pensamiento económico ecológico y en las opciones de financiación verde. Todos deben participar de este movimiento para producir el impacto necesario para un cambio duradero.

Tomarse en serio el cambio climático representa una importante oportunidad para las economías de la región ,ya que su futuro depende de la diversificación, la eficiencia y la conectividad. El cambio climático está remodelando el discurso político en todo el mundo y cambiando las prioridades de los inversores . Esto, a su vez, está impulsando a las empresas a priorizar la agenda climática.

La región, en particular el sector privado, necesita acelerar la inversión en tecnología climática, invertir en infraestructuras de transporte más eficientes como ferrocarriles, refrigeración urbana, desalinización de agua y tecnología agrícola sostenible. 

Todas las empresas y organizaciones de la región tendrán que integrar la financiación climática en sus políticas fiscales. Se necesita crear espacio fiscal para aumentar el financiación para la adaptación climática. La necesidad de aumentar la financiación climática es de aproximadamente 7 billones de dólares a nivel mundial para finales de esta década, y se espera que el sector privado cubra el 80% del déficit de financiación.

A finales de noviembre, en Dubái, se celebra la 28ª Conferencia sobre el Cambio Climático o COP28. Cada vez hay más conciencia de lo que está en juego, y mejoran las expectativas de un espíritu de acción colectiva y respuesta verdaderamente global. Ante el grado de afectación y la repercusión directa en nuestra región, los países Mediterráneos no deberían quedarse atrás.
 
Será preciso un esfuerzo colectivo, una ayuda considerable de las potencias mundiales más ricas que han causado mayor daño al clima en los países más afectados.  Una recuperación verde colectiva debe ser el camino a seguir si queremos garantizar la sostenibilidad del planeta y un futuro más brillante para las generaciones Mediterráneas actuales y futuras.

Anwar Zibaoui, Opinión, ON Economía, 29 Noviembre 2023

martes, 28 de noviembre de 2023

MEDAWEEK BARCELONA 2023 II

  Mi visión, sesión a sesión, de los retos a los que se enfrenta nuestra Región Mediterránea tras esta 17 edición de la Medaweek Barcelona 2023.

Es cierto, que queda mucho trabajo pendiente, pero, también, se está trabajando mucho y estamos en el camino correcto.

15 de Noviembre 2023

OFFICAL OPENING : WELCOME ADDRES
MEDITERRANEAN TODAY: FOCUSING ON CLIMATE CHANGE

En 2023, numerosos países mediterráneos han sufrido los efectos del cambio climático con desastres naturales como inundaciones o sequías con un grave impacto en la economía regional. Trabajando juntos, compartiendo conocimiento y combinando experiencia podemos mejorar la competitividad de nuestras empresas y nuestra región, anticiparnos a los problemas comunes y coordinar esfuerzos en una visión compartida

MEDITERRANEAN TOMORROW
Una sesión en la que explorar juntos el papel crucial de la conectividad y la digitalización en la configuración del futuro económico y social de la región mediterránea. Con el ejemplo del papel de los cables submarinos para impulsar la revolución digital en las regiones costeras, y su impacto en el crecimiento económico de nuestra región.

20TH NEW AFRICA BUSINESS DEVELOPMENT FORUM
20 años al servicio de una África mejor integrada y más próspera. Crear vínculos sólidos entre la UE y África no es solamente una elección estratégica, también es un imperativo moral. Los desafíos compartidos (cambio climático, desarrollo económico, globalización, desarrollo sostenible, seguridad, crisis sanitarias mundiales...)  exigen un enfoque unido y proactivo.

15TH MEDITERRANEAN WOMEN ENTREPRENEURS FORUM
La integración de la mujer en la economía es un tema pendiente, no solamente en la región Mediterránea, con razones como la desigualdad, factores culturales, falta de marcos políticos y el desafío de promover la conciliación familiar. Las emprendedoras mediterráneas se han reunido, un año más, para compartir sus experiencias, identificar recursos y valor añadido, establecer conexiones y discutir la forma de superar los desafíos comunes.

AFTERWORK:  NETWORKING COCKTAIL
            THE GALA DINNER AND AWARDS CEREMONY

16 de Noviembre 2023

7TH ISLAMIC FINANCE FORUM
Con sus principios éticos y socialmente responsables, las finanzas islámicas están atrayendo inversores, ofreciendo oportunidades para la sostenibilidad y el crecimiento económico. La región mediterránea, centro entre tres continentes, y con enormes recursos naturales y talento humano puede aprovechar el potencial de estas finanzas para impulsar oportunidades.

3ERD MEDITERRANEAN HEALTHCARE FORUM
La población envejece y el gasto mundial en atención sanitaria aumentará en los próximos años, mientras se debate la medicina personalizada, la gestión de los datos, los modelos de pago y la financiación pública de la atención médica. Tras la crisis del Covid-19, el sector de la salud en el Mediterráneo precisa una cooperación más eficiente entre los sectores públicos, privado y la sociedad civil, Y transformar los sistemas de salud de las economías emergentes para lograr una atención médica universal.

GREEN&BLUE: MEDITERRANEAN NATURE ECONOMY
La economía verde y azul, como oportunidad para promover el desarrollo global, y esta sesión como una plataforma para reunir soluciones, aunar respuestas y repensar el Mediterráneo para convertirlo en actor positivo y reactivo en la escena internacional. Una hoja de ruta que debería basarse en los Objetivos de Desarrollo Sostenible del 2030, un año, por cierto, cada vez más cercano.

7TH MEDITERRANEAN TEXTILE FORUM
La industria textil debe evolucionar ante la implementación de la estrategia europea para los textiles sostenibles y circulares. El futuro de todos es más consciente con el medio ambiente e innovador ante nuevos retos. Busca ser socialmente responsable, invertir en las nuevas tecnologías textiles, sensible ante la economía circular y el impacto ambiental

MEDITERRANEAN TOURISM INDUSTRY FORUM: HOTEL & CRUISE
Uno de los foros imprescindibles por su valor económico en el Mediterráneo. Con cien mil hoteles y un millón de restaurantes en la región, el sector quedó afectado tras la pandemia y debe reinventarse en un modelo operativo más eficiente, que aproveche las últimas tecnologías, la innovación y la digitalización, que sea más coherente, moderno y rentable, generando tanto ingresos como empleo que beneficie a toda la población.

AFTERWORK: MEDCONNECT MATCHMAKING EVENT & NETWORKING COCKTAIL

https://www.medaeconomicweek.org/


 Y comenzamos a preparar la próxima edición....   

Anwar Zibaoui, Noviembre 2023

lunes, 16 de octubre de 2023

Comercio mundial en un mundo fragmentado

El comercio es un ecosistema extremadamente complejo que involucra no solo a un importador y un exportador, sino también a otros actores en las cadenas de suministro físicas y financieras, que cubren múltiples países e industrias. Esto da lugar a diferentes estándares, reglas y marcos legales.

Desde 1990, el comercio mundial se ha cuadruplicado, y el PIB mundial se ha duplicado. Como resultado, el número de personas que viven en la pobreza extrema se había reducido.

El comercio y la inversión son motores para el crecimiento, la innovación, y el empleo. Está reconocida la contribución que una economía global próspera hace al sistema multilateral. Pero incluso los más grandes defensores del libre comercio saben que para que el sistema internacional fomente la cooperación y la competencia, y evite guerras comerciales o militares, es necesario que las instituciones creen mecanismos para fomentar la cooperación, coordinación e incluso integración, así como en la resolución pacífica de disputas. Es evidente que el sistema actualmente no cumple con sus objetivos. Organismos como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otras son inadecuadas, su reforma es necesaria para mejorar su funcionamiento e impulsar el progreso.

Años y décadas sin un desarrollo real de un sistema multilateral no solo han llevado a la parálisis, sino que también han amenazado la eficacia de los organismos internacionales especializados, columna vertebral del éxito del sistema internacional.

La OMC atraviesa una etapa delicada que requiere un arduo trabajo y consenso entre sus miembros, así como la flexibilidad y el compromiso político necesarios para tener éxito. Todos los países y actores comerciales están llamados a mostrar flexibilidad y trabajar por el establecimiento de consensos para superar los desafíos y el estancamiento y reafirmar el compromiso con los principios y objetivos establecidos en el Acuerdo de Marrakech por el que se establece la OMC, y el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio y la apuesta por un sistema justo y equilibrado que encarna una OMC reformada, que asegure una distribución equitativa de los beneficios del comercio internacional y garantice el derecho al desarrollo de los países menos favorecidos.

El cambio climático y la seguridad geopolítica, las epidemias, la superpoblación, la desigualdad, el hambre, la seguridad alimentaria, las migraciones o el desempleo requieren de enfoques de colaboración para resolverlos a nivel mundial, pero no aparece ningún tipo de consenso mundial. Algunos de estos problemas están interconectados y no pueden ser rescatados a través de soluciones provisionales.

Hace falta un nuevo impulso para revitalizar el sistema multilateral para enfrentarse a los nuevos desafíos, un nuevo comienzo que podría conducir a una revisión de la agenda no solo de la OMC sino de todas las agencias de la ONU, así como el papel del Consejo de Seguridad, lo que necesariamente implicaría una revisión del papel y las prioridades de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto podría ser seguido por un moderno proceso de “trabajo en red” entre los aparatos políticos y de desarrollo de la ONU y las otras agencias especializadas. Si esto se materializa, se habría iniciado el proceso de modernización del sector multilateral. Sin embargo, esto no es un asunto fácil, llevará tiempo y la transición del proceso de reforma no será automática.

Estamos entrando en una nueva fase de comercio y geopolítica en un mundo fragmentado, para contrarrestar esta situación y el proteccionismo, Se necesita más colaboración, un multilateralismo fortalecido y alianzas. También se debe pensar en construir resiliencia en las cadenas de suministro como inversión a largo plazo.

Los gobiernos y las empresas deben colaborar para invertir en nuevas infraestructuras, sistemas inteligentes, tecnologías climáticas, educación y capacitación. Esto no solo impulsará la resiliencia, sino que también permitirá un crecimiento inclusivo y sostenible. No actuar ahora podría tener impactos políticos, económicos o climáticos, especialmente en los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Es necesario fortalecer el papel de la OMC en el establecimiento de reglas que promuevan un comercio libre, justo e inclusivo, y que facilite un entorno empresarial y de inversión transparente y abierto.

La urgencia de una economía más inclusiva y sostenible en un mundo cada vez más complejo obliga a centrarse en los desafíos sistémicos del planeta, favoreciendo la acción colectiva porque los problemas actuales ya no pueden ser resueltos solo por los gobiernos. Es preciso dar nuevas respuestas y una claridad de visión, agilidad y pragmatismo.

La cooperación es clave para impulsar el cambio necesario que garantice la resiliencia, la sostenibilidad y la prosperidad en el futuro para todas las comunidades del mundo.

Anwar Zibaoui, elnacional.cat ONEconomia, Opinión, Viernes, 13 octubre 2023








lunes, 31 de julio de 2023

Las islas mediterráneas, la paradoja del turismo

Verano, sol y mar en una isla mediterránea. No hay imagen más potente en nuestro imaginario colectivo como destino de unas vacaciones especiales. Una magia que actúa como imán para atraer a millones de  turistas cada año.

El turismo integra muchos elementos positivos. Desarrolla tecnologías y servicios, construye infraestructuras, genera oportunidades laborales, especialmente para jóvenes y mujeres, y facilita el intercambio cultural y social que tanto enriquece al viajero y al destino.

Sin embargo, especialmente en las islas mediterráneas, el crecimiento debe ser sostenible. Son territorios frágiles en recursos y por sus limitaciones físicas es clave cuidar el equilibrio, apoyar sus economías y a sus comunidades locales para construir un futuro mejor.

En las islas, el turismo aparece como parte esencial de la vida de su gente y se percibe como una de las pocas oportunidades de desarrollo económico disponibles. La paradoja es que la llegada de flujos turísticos masivos también altera el frágil equilibrio ecológico y no conlleva una distribución justa y coherente de los ingresos.

La distribución de la oferta turística no es uniforme. Las islas del Mediterráneo cuentan con 25.100 hoteles y alojamientos turísticos y 1.850.280 camas de hotel, pero el 56% de las pernoctaciones se desarrollan en las islas Baleares, Sicilia y Creta. Las islas Baleares disponen del 25,8% del total de camas, reciben el 30% de llegadas y el 32% pernoctaciones.

Los responsables de las políticas nacionales y regionales deben poner en valor el turismo en las islas Mediterráneas. Todos los actores implicados deberían consensuar una estrategia común. Un enfoque sólido, que no solamente ayude a la recuperación del sector tras la pandemia, sino que también garantice un sector turístico mediterráneo resiliente, sostenible, inclusivo y competitivo.

El turismo del futuro precisa responsabilidad y un cambio de actitud de toda la cadena de valor: destinos, empresas y turistas. Las islas deben convertirse en la vanguardia de un nuevo turismo regional basado en los tres pilares de las sostenibilidad: económico, ambiental y social.

Las islas del Mediterráneo deben coordinarse y trabajar conjuntamente para enfrentarse a retos como  el cambio climático, la diversificación económica, la rentabilidad, la estacionalidad, la eficiencia. Es imprescindible un proyecto de cooperación que consolide su sostenibilidad a largo plazo y permita competir a nivel global. Ante problemas y retos comunes, las islas del Mediterráneo no pueden comprometer las necesidades futuras por una mala estrategia y gestión hoy.

Es necesario un turismo consciente, que promueva un comportamiento responsable del consumidor y fomente el intercambio cultural. El visitante es un poderoso motor de cambio, que deja una huella y tiene el poder de mejorar la economía y el bienestar de la región que elige conocer.

Las islas pueden iniciar la transformación que precisa toda la región Mediterránea. Es el momento de aprovechar la cuarta revolución industrial y las nuevas herramientas digitales como poderoso acelerador de la inclusión, la competitividad y la cooperación que mejoraran la sostenibilidad. En la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.

La estrategia es conseguir los objetivos a escala insular: respeto por el medio ambiente, planificación urbana, viabilidad, gestión de residuos y agua, consumo de energía, movilidad, promoción de las culturas locales y gestión de los flujos turísticos para que sean respetuosos con el desarrollo local y los recursos. Si tienen éxito a pequeña escala  las islas mediterráneas contagiaran esperanza para toda la región.

Anwar Zibaoui, Economía; Opinión, 22 Julio 2023

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/islas-mediterraneas-paradoja-turismo-anwar-zibaoui_1063215_102.html

viernes, 23 de junio de 2023

Seguridad alimentaria y sostenibilidad

Las últimas crisis, incluidas la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, han concienciado a productores, empresas, gobiernos y consumidores de la importancia de la industria alimentaria, su seguridad y sostenibilidad. La producción agrícola es uno de los pilares de la economía, ya que representa el 3% del PIB mundial y casi el 30% del empleo global

Los datos muestran un mercado mundial convulso, con precios disparados e inflación, preocupación sobre el suministro de energía, e interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos. Como siempre, los países más pobres serán los más afectados, incluidos muchos en la región Mediterránea y África debido a su dependencia de las importaciones de alimentos.

La seguridad alimentaria de un país no debería estar en juego. Hay muchos factores externos que afectan a la producción y reparto de alimentos: Depender de las importaciones, las restricciones comerciales que se activaron con el coronavirus, los acaparamientos de alimentos, las guerras, la interrupción de rutas comerciales por conflictos o intereses políticos o el cambio climático.

En general, los mercados agrícolas son inestables. Reaccionan a pronósticos especulativos de los operadores con variaciones en los precios como pasó en 1974, 1986, 1996 o 2008. Los graves aumentos de precios desencadenaron revueltas entre los consumidores e inestabilidad en los ingresos para los productores, sean pymes, agroalimentarias o granjas.

Las consecuencias sobre el bienestar humano en general y el sector agrícola en particular son claras, y la situación exige movilizar y construir a nivel Mediterráneo un medio ambiente sostenible. Además, la logística precisa evolucionar, construir cadenas mundiales de suministro de alimentos más resistentes y optimizar el movimiento de mercancías para responder a las crisis en tiempo real.
 
Con la globalización de los mercados las cadenas agroalimentarias se han fragmentado. En el Mediterráneo, a todos estos se suma ahora la degradación de los recursos naturales (tierra, agua, biodiversidad) y el cambio climático, con efectos extremadamente nocivos en la región, y que cuestionan directamente el sistema alimentario agroindustrial actual.
 
La historia del Mediterráneo ha ido siempre unida al clima, y el agua ahora es el elemento vital  en peligro. No hay que olvidar que los productos de la tierra dependen del cielo. Es imprescindible un consenso para crear una industria agrícola eficiente y resistente al clima, que evite el despilfarro. Sin cooperación, los países de la región no lograremos la sostenibilidad y el estrés hídrico aumentará inevitablemente.

Este es el primer paso hacia un futuro que debe aumentar la cooperación entre las riberas del Mediterráneo, y que requiere medidas para ordenar los usos, proteger los  ecosistemas y realizar planteamientos eficientes, como la dieta alimentaria patrimonial. La dieta Mediterránea debería ser la base para construir un sistema alimentario regional basado en la proximidad, solidaridad y autonomía, y, con ello, más resistente a las crisis del clima, económicas, sociales o de salud.

Es urgente una nueva visión que pase por la asociación del sector agrícola y alimentario en el Mediterráneo, basado éste en redes de desarrollo conjunto que ayuden a superar las crisis actuales y futuras.

Europa cuenta con un sector agroalimentario cooperativo y privado ansioso por desarrollarse en el Mediterráneo y, a través de la orilla sur, llegar al continente africano. Las empresas europeas tienen además musculo financiero, medios que brindar a las empresas de la región, y conocimientos técnicos, más allá de la condición de mero proveedor. El Mediterráneo sur y oriental, así como el África oriental y meridional, ofrecen importantes posibilidades de expansión para las empresas europea. Por otra parte, la Zona de Libre Comercio Continental Africana, que entró en vigor conectará a 1.300 millones de personas, creando un bloque económico de 3,4 billones de dólares. El potencial de la región mediterránea es considerable en cuanto a que indicadores financieros alentadores pueden combinarse con objetivos reales de desarrollo sostenible.
 
Urge impulsar medidas para reactivar el sector agroalimentario y evitar su asfixia, pero también es imperativo sentar las bases para un nuevo modelo de desarrollo sostenible, es el momento de tomar decisiones valientes. En el Mediterráneo hay que aunar voluntades, defender los intereses convergentes y apostar por una mejor cooperación.

Anwar Zibaoui, Opinión, ON Economia, Jueves, 1 junio 2023



lunes, 4 de julio de 2022

Argelia - España - UE y el gas

 

Europa es uno de los mercados consumidores de gas natural más importantes del mundo, y mientras las guerra en Ucrania continúa, el significativo aumento de los precios de los suministros energéticos está creando una fuerte preocupación. Esta escasez de gas en la Unión Europea presenta una oportunidad única para que Argelia amplíe su presencia y consolide su posición como el proveedor de gas más confiable, aprovechando su proximidad geográfica a Europa.

Argelia, es el octavo mayor productor de gas del mundo y tiene un 3% de reservas mundiales probadas, pero su territorio está prácticamente inexplorado y se estima que tiene grandes depósitos naturales de gas por descubrir. La El 5 de julio, celebró sus 60 años de independencia en un momento clave para su relación con Europa.

La UE no puede reemplazar completamente las importaciones de gas ruso a corto plazo, pero está decidida a reducir su dependencia. Un acuerdo con Argelia indicaría a Rusia que existen alternativas y  ayudaría a aliviar la presión sobre los precios.

Cuando el empresario Pere Duran i Farell descubrió las posibilidades de Argelia, en los años 60, pocos europeos apostaban por este país. Sin embargo, el industrial abrió las puertas a unas relaciones privilegiadas entre España y Argelia, multiplicando los contactos y vínculos económicos, y ayudando a construir los gaseoductos que hoy transportan el 70% de la producción de gas argelino a la UE.

España compra GNL de Argelia, pero el enlace del gasoducto a través de Marruecos se cerró en noviembre pasado, tras décadas de disputas entre Argel y Rabat, principalmente, sobre el Sáhara Occidental. Además, las relaciones de Argel con Madrid se enfriaron desde marzo cuando España  apoyó el plan de autonomía del Sahara presentado por Marruecos y rechazado por Argelia, el principal aliado del Polisario.

El conflicto diplomático con España se ha intensificado y ha adquirido una dimensión europea, al recibir Madrid el firme apoyo de la UE. Es una oportunidad para Argel de revisar sus relaciones, y de desempeñar un papel más significativo y convertirse en el  socio  necesario y principal proveedor de gas de la UE. 

España  podría suministrar el gas al resto de Europa, a través de los dos gasoductos que le unen con Argelia: el Durán-Farrel en Gibraltar y el MEDGAZ de Orán a Almería. Aunque sería necesario completar el gasoducto MIDCAT a través de los Pirineos catalanes eso convertiría a España en país Hub. Argelia también precisará políticas públicas para controlar el crecimiento de la demanda interna e impulsar la inversiones que respalden el aumento de producción. 

Las relaciones entre España y Argelia presentan elementos de complementariedad, con intereses comunes y sin gran competencia. Hay más de 300 empresas españolas presentes en  varios sectores y decenas de proyectos en Argelia, también hay grandes oportunidades pendientes en numerosos sectores. 

Argelia y España han superado otras tensiones en los últimos años, y pueden aspirar a construir una relación de vecindad estratégica: La cooperación económica es la antesala del acercamiento político, Proteger las relaciones comerciales y potenciar los  intereses mutuos  pesa más que los temas espinosos.

El Magreb es clave para España y Europa. La UE es el primer socio de la región pero asume un papel secundario ante las situaciones de incertidumbre en la región. No actuar multiplica el riesgo. Se necesita un nuevo enfoque europeo basado en la cooperación económica y la interacción regional, porque una política solo orientada a la seguridad o la energía  no puede ser la única opción.

En Argelia las necesidades hoy son colosales. El tiempo apremia para una población con un futuro incierto. Las autoridades  deben  responder a los enormes anhelos de su pueblo y Europa y España deben ayudar a pavimentar este camino.    

La guerra entre Rusia y Ucrania ha dejado claro que Europa no tiene otra opción que mirar más de cerca y de forma renovada a  Argelia y sus vecinos del sur.

Anwar Zibaoui, Opinión, La Vanguardia 3 Julio 2022

https://www.lavanguardia.com/economia/20220708/8393146/argelia-espana-gas-ue-guerra-ucrania-rusia.html

lunes, 10 de mayo de 2021

Hacia una industria agroalimentaria mediterránea sostenible

 En el Mediterráneo, el sector agroalimentario ha mostrado una fuerte resistencia frente a la crisis de COVID-19, tanto en la producción como en la distribución. No obstante, el episodio de la pandemia hizo patente la crucial importancia de la soberanía alimentaria para esta región que está experimentando, por un lado, el crecimiento demográfico y, por otro, el impacto del cambio climático.

La COVID-19 ha generado una mayor conciencia sobre la importancia de la industria alimentaria, así como sobre su seguridad y sostenibilidad entre productores, empresas, gobiernos y consumidores. La producción agrícola es uno de los pilares de la economía, ya que representa el 3% del PIB mundial y casi el 30% del empleo global.

Sin embargo, los mercados agrícolas son inestables y reaccionan a pronósticos especulativos de los operadores experimentando variaciones en los precios, tal y como pasó en 1974, 1986, 1996 o 2008. Los fuertes aumentos de precios desencadenan disturbios y revueltas entre los consumidores, además de una alta inestabilidad de ingresos para los productores: las pymes agroalimentarias y granjas.

Además, debido a la globalización de los mercados, las cadenas agroalimentarias se han fragmentado, lo que las hace más vulnerables a las crisis económicas y de salud. Estas crisis, que se suman a la degradación de los recursos naturales (tierra, agua, biodiversidad) y al cambio climático, cuestionan directamente el sistema alimentario agroindustrial.

Agua para una industria agroalimentaria mediterránea sostenible

Los efectos del cambio climático en la región mediterránea están por encima de la media global. Algo que tendrá consecuencias sobre el bienestar humano en general y sobre el sector agrícola en particular.

El cambio climático y la escasez de agua en el Mediterráneo acrecentarán el impacto de los diferentes conflictos y retos. La mayoría de países han empezado a sufrir las consecuencias de la contaminación y sus efectos sobre la población y la vida. Existe una creciente conciencia de que la situación afecta a todo el mundo y no tiene nacionalidad, religión, ni ideas políticas. Por tanto, la situación exige movilizar y construir a nivel regional un medio ambiente sostenible.

El agua es un elemento vital en el Mediterráneo debido a cuestiones culturales, económicas y sociales. La historia de la región siempre ha ido unida al clima y la dieta. No hay que olvidar que los productos de la tierra dependen del cielo, y es precisamente la gran escasez sufrida a lo largo de la historia la que ha llevado agua a ser tan altamente apreciada, ya que sin ella la supervivencia, el desarrollo o la migración no habría sido posibles.

Se espera que la demanda de agua se incremente entre un 4% y un 22% para poder satisfacer las necesidades de la agricultura y compensar el crecimiento de la población.

Es imprescindible formular un nuevo consenso regional. Hay que dar pasos hacia el futuro y crear una industria agrícola eficiente y resistente al clima. Porque, sin un enfoque para romper las tendencias de despilfarro, sin una mayor cooperación y sin alternativas renovables, los países de la región no lograrán la sostenibilidad y el estrés hídrico aumentará inevitablemente.

Este es el primer paso hacia un futuro que debe aumentar la cooperación entre las riberas del Mediterráneo, y que requiere medidas para ordenar los usos, así como para proteger el ecosistema.

Construcción de nuevos sistemas

Es el momento de realizar planteamientos eficientes. Las dietas alimentarias patrimoniales, como la Dieta Mediterránea, deben ser la base para la construcción de sistemas alimentarios regionales basados en proximidad, solidaridad y autonomía y, por lo tanto, que sean más resistentes a las crisis económicas, sociales, de salud o clima.

Al movilizar la agroecología, la bioeconomía circular y la gobernanza participativa, estos sistemas tienen la capacidad de garantizar un desarrollo local sostenible recuperando el mercado interno de los productos locales. Todo ello permite contribuir a reducir las fracturas territoriales revitalizando las zonas rurales y también exportar a un mercado internacional más concienciado.

Hacia la sostenibilidad de la industria agrícola

La industria agrícola ha pasado en las últimas décadas por una fase de innovación. Ahora, la seguridad alimentaria, las nuevas tendencias y la sostenibilidad significan más oportunidades para las pymes agroalimentarias, tan necesarias para apoyar la seguridad alimentaria mundial.

Digitalizar el sector con el fin de aumentar la producción agrícola y hacer frente a los riesgos climáticos ha demostrado su relevancia, pues promueve la cadena de valor en términos de productividad, trazabilidad, calidad, acceso al mercado o control de la salud.

A pesar de que las nuevas empresas agrícolas mundiales invirtieron casi 20 mil millones de dólares en tecnología digital en el Mediterráneo en 20119, las empresas están luchando por lograr un buen desempeño. Están decididas a asumir el desafío de la digitalización para conseguir una agricultura moderna, competitiva, global y sostenible con los recursos que sean necesarios, intentando así convertirse en un centro importante para la digitalización de la agricultura, dada la infraestructura de comunicaciones eficiente y el acceso a la información del que disponen. La transformación digital de la agricultura aumenta el atractivo del sector y ofrece oportunidades de empleo a los jóvenes en un mercado laboral más dependiente de la tecnología.

Sin embargo, hay opciones. Es posible implementar estrategias para lograr una industria alimentaria sostenible ayudando a los agricultores y pequeños productores. Es preciso eliminar las barreras. Por ejemplo, es preciso invertir en energías renovables como la eólica, solar o hidroeléctrica, a través de asociaciones público-privadas para aumentar el suministro de electricidad y facilitar la producción y el procesamiento local de alimentos.

Es posible mejorar las infraestructuras, carreteras, y caminos para conectar las zonas productoras rurales y agrícolas con los mercados, además de facilitar subsidios directos a los productores rurales, que son los que pueden evitar el hambre, la pobreza extrema y la emigración. Atraer inversiones internacionales hacia el sector agroalimentario regional puede incrementar el volumen de productos regionales e internacionales de manera significativa y sostenible. Algo que también promoverá el empleo equitativo entre hombres, mujeres y jóvenes.

Es urgente una nueva visión que pase por la asociación del sector agrícola y alimentario en el Mediterráneo, basado éste en redes de desarrollo conjunto que ayuden a superar las crisis actuales y futuras.

El potencial de la región mediterránea

Europa cuenta con un sector agroalimentario cooperativo y privado ansioso por desarrollarse en el Mediterráneo y, a través de la orilla sur, llegar al continente africano. Las empresas europeas tienen además un musculo financiero, medios que brindar a las empresas de la región, y conocimientos técnicos, más allá de la condición de mero proveedor. El Mediterráneo sur y oriental, así como el África oriental y meridional, ofrecen importantes posibilidades de expansión para las empresas europea. Por otra parte, la Zona de Libre Comercio Continental Africana, que entró en vigor el pasado 1 de enero, pronto conectará a 1.300 millones de personas, creando un bloque económico de 3,4 billones de dólares. El potencial de la región mediterránea es considerable en cuanto a que indicadores financieros alentadores pueden combinarse con objetivos reales de desarrollo sostenible.
 
El destino de Europa y África está vinculado, y el Mediterráneo es el espacio natural de este eje. Es por ello por lo que hay que aunar voluntades, defender los intereses convergentes y apostar por una mejor cooperación. Se debe romper con los miedos y dibujar el futuro de las próximas generaciones.

Varios medios, Sector agroalimentario, Opinión, 29 abril 2021

https://www.igpmanzanillaygordaldesevilla.org/hacia-una-industria-agroalimentaria-mediterranea-sostenible/ 

https://www.oleorevista.com/?p=382363