martes, 26 de diciembre de 2023

Argelia y España, la desescalada

Argelia anunció el nombramiento de un nuevo embajador para España. Se cierra así una crisis diplomática que había afectado las relaciones entre Argelia y España desde marzo de 2022, dañando los vínculos económicos y empresariales, y que ahora debe resolverse con prudencia para restaurar los lazos entre ambos países.

Una relación cordial conseguida por Pere Duran Farell, que se comprometió con Argelia, estableciendo unas relaciones privilegiadas, en un momento en que los europeos no miraban hacia el sur. Hoy, los gaseoductos desde Argelia transportan a la UE el 70% de su producción, y el grupo argelino Sonatrach y el grupo catalán Naturgy han establecido una alianza que ha permitido a Argelia convertirse en un importante socio para España y Europa.

En estos años, unas 300 empresas españolas se han instalado en Argelia. Multinacionales de diversos sectores, como construcción y obra pública, energía, alimentación o logística y transporte, y están presentes en decenas de proyectos. Argelia todavía no ha explotado turísticamente su litoral mediterráneo, y también se ofrecen grandes oportunidades en gestión hospitalaria, gestión de servicios públicos, ingeniería e infraestructura, aguas….

Las relaciones entre España y Argelia presentan elementos de complementariedad, con intereses comunes y sin gran competencia. Es un hecho lógico, por la proximidad geográfica, y muy interesante desde el punto de vista global. Además, España ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de la política mediterránea de la Unión Europea y en la articulación  de unas relaciones bilaterales más sólidas con los países del norte de África, en particular con Argelia...
 
En sus relaciones económicas, el comercio bilateral siempre ha sido deficitario para España, ya que Argelia es un suministrador fundamental de productos energéticos, especialmente gas. En el año 2022 las exportaciones españolas a Argelia alcanzaron los 1.021 millones de euros mientras las importaciones llegaron a los 7.597 millones.
 
Tras las restricciones al comercio bilateral impuestas por Argelia por la crisis diplomática las exportaciones españolas han caído un 75%, contrastando con el repunte de las importaciones de gas debido al mayor precio de los hidrocarburos.

Argelia es el tercer proveedor de gas de Europa, y el octavo mayor productor mundial, y también tiene petróleo, oro y otros recursos naturales, reservas de divisas, fondos de estabilización y una alta tasa de ahorro. Cuenta con una gran y joven población, territorio y una ubicación geográfica envidiable. Pero, también tiene problemas estructurales, como el excesivo peso del estado, la dependencia de los hidrocarburos. El petróleo y el gas son el 98% de las exportaciones, 45% del PIB y 65% de los ingresos. También, el gasto público sobredimensionado con las subvenciones que representan el 25% del PIB.
 
En este mundo turbulento e incierto, con grandes trastornos geoestratégicos, Las fronteras políticas y económicas en las futuras batallas por el desarrollo están condicionadas por el buen gobierno y la mejora del conocimiento. Argelia tiene ambición, pero requiere una estrategia de desarrollo y una visión a largo plazo para construir una economía productiva exitosa, con instituciones sólidas. Su progreso económico dependerá también de su capacidad de mejorar el clima social, atraer inversores y desarrollar una clase empresarial, especialmente las Pymes, Conciliar la eficiencia económica y la cohesión social es clave.

Es probable que esta última crisis entre España y Argelia haya afectado a las percepciones sobre la confianza y la asociación económico y comercial. No está claro cómo Argelia puede reducir la escalada y guardar las apariencias de ejercer un liderazgo fuerte, Pero ambos países deberán hacer juicios diplomáticos cuidadosos en los próximos meses para evitar otras crisis y el daño económico mutuo. Toca facilitar la desescalada para normalizar y estrechar lazos sobre una nueva base solida para unas relaciones de vecindad equilibradas y amistosas.

Anwar Zibaoui, Opinión, ON ECONOMIA, Martes 26 de diciembre



lunes, 18 de diciembre de 2023

El comercio y la acción climática

 Finaliza la Cumbre del Clima, celebrada en Emiratos Árabes Unidos y de nuevo envuelta en  polémicas, contradicciones y esperanzas. Limitar el calentamiento global requiere un esfuerzo colectivo y un proceso de negociación y deliberación que permita tomar decisiones consensuadas. Se espera que los acuerdos adoptados para una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles permitan avanzar, aunque sea tan lentamente, en un tema fundamental para  nuestro futuro. 

No se debate la importancia del comercio como motor de desarrollo y progreso de una sociedad. El comercio implica la producción y distribución global de bienes y servicios, y representan una cuarta parte de las emisiones, pero también implican el bienestar y la supervivencia de la población. Por ello, el comercio debe participar de la transición hacia las energías limpias y la reducción de las emisiones globales.

Hay que unir al sector del comercio a nivel mundial en una hoja de ruta con cambios transformadores que repercutan directamente en el panorama económico. El desafío debe convertirse en una oportunidad para el comercio sostenible, especialmente en mercados como el africano o asiático que precisan fortalecer sus infraestructuras, crear capacidad y atraer inversiones esenciales. En este momento, los bienes procedentes de los mercados en vías de desarrollo son tres o cuatro veces más caros por el alto coste logístico.

Es imprescindible facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos para ayudar a todos los países en sus esfuerzos de adaptación. Un ejemplo es el acceso a bienes y servicios ambientalmente preferentes. El comercio de productos respetuosos con el medio ambiente aumentó un 4% en 2022, con especial crecimiento de los vehículos eléctricos, los envases no plásticos y las turbinas eólicas, y alcanzando un máximo de 2.9 billones de dólares.

En logística, también deben identificarse las rutas comerciales marítimas en las que se pueden construir instalaciones de abastecimiento de combustibles alternativos, e impulsar barcos que funcionen con energías limpias. Y ya que las cadenas de suministro son interdependientes, es esencial la colaboración de las empresas del sector para un futuro sostenible y neutro en carbono. No hay que olvidar que el transporte marítimo representa un tercio del total de las emisiones mundiales.

Otro gran desafío es la producción de energías renovables y la electrificación masiva, que con un coste de 32 billones de dólares a nivel mundial requerirá grandes inversiones en los mercados emergentes. Los gobiernos y empresas deben colaborar e impulsar las tecnologías y las prácticas comerciales con los objetivos del Acuerdo de París. 

En definitiva, necesitamos colaboración, multilateralismo y alianzas para construir resiliencia en las cadenas de suministro, para invertir en nuevas infraestructuras, para crear sistemas inteligentes y para educar en tecnologías climáticas. Los gobiernos y las empresas deben aliarse para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible. No actuar tiene impactos políticos, económicos y climáticos negativos demostrados, especialmente, en los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Transformar el comercio para la resiliencia climática es posible. La política comercial debe fomentar el cambio. Los subsidios, por ejemplo, pueden acelerar la transición energética y desarrollar mercados para productos eficientes en carbono y eliminar gradualmente la actividad económica insostenible. La transición climática es un viaje colectivo hacia un futuro sostenible. La colaboración es vital para el futuro de nuestro planeta y la humanidad.

Anwar Zibaoui, Opinión, EXPANSIÓN Catalunya, Tribuna, 18 diciembre 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/12/18/658034bee5fdea33688b45af.html


lunes, 11 de diciembre de 2023

Explorar las finanzas islámicas

 La prosperidad es interdependiente de la inclusión y la sostenibilidad; del hecho de que ningún emprendimiento es sostenible si no incorpora y refleja a su sociedad; de que tener un ecosistema empresarial sano implica tener mejores pymes, más personas con acceso al crédito, más diversidad, y menos informalidad.

Y el sector financiero islámico constituye una gran oportunidad que alcanzará un volumen de 5,9 billones de dólares para 2028. A simple vista, para algunos pueden parecer unas tradiciones religiosas o convicciones éticas, pero hay mucho más: un tremendo potencial que empieza a agitar muchos sectores económicos. Los estereotipos de fanatismo sin alegría son tan engañosos como la idea de que el mercado musulmán implica sólo las finanzas sin intereses y la carne sacrificada a mano.

Por ello, crece el interés en el sector financiero islámico. Son cada vez más numerosas las entidades que intentan desarrollar productos e instrumentos adaptados a las reglas que rigen este concepto a pesar que el sector representa un 10%  a nivel mundial pero muestra aspectos más saludables que muchos de sus compañeros convencionales.

Este sector mantiene su impulso de crecimiento a pesar de los desafíos de una economía en recuperación, que también se ha visto afectada en gran parte por los precios de la energía, los conflictos, la interrupción de la cadena de suministro y el aumento de la inflación.

De hecho, la financiación islámica se ha expandido a un ritmo mucho más rápido en los últimos años en comparación con el crecimiento de los préstamos convencionales. los dos segmentos crecieron a una tasa compuesta promedio de 10,5 % y 3,4% respectivamente durante el período 2021-2022.

Se espera que la industria financiera islámica global crezca a 5.9 billones de dólares para 2028 de los 4 billones en 2022, y cuenta con el respaldo de 1.679 instituciones financieras presentes en 136 países en todo el mundo. Este fenómeno abarca regiones geográficas distintas y límites culturales.

Las perspectivas para el sistema financiero islámico son optimistas, será el sector que más crece del sistema financiero mundial, con el  8%  anual hasta  2026. El mercado aún se encuentra en una etapa de madurez, están surgiendo oportunidades considerables, y animado por capitales en busca de oportunidades, particularmente con el mayor enfoque en alinear los productos financieros islámicos con factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y los recientes avances en digitalización.

Pero se deberán liberalizar sus mercados, asegurar la libertad de inversión, y la coherencia jurídica lo que facilitara su incorporación  rápida al sistema financiero internacional.

Esta novedad está demostrando una capacidad de movilizar recursos con una gama diversificada de productos de inversión y ahorro, que podrían beneficiar al sector público y privado y atraer importantes flujos para invertir en sectores productivos y financieros. Vale la pena no dejar pasar esta gran  oportunidad.

Anwar Zibaoui, EXPANSIÓN, Tribuna-Opinión, Edición Catalunya, 30 Noviembre 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/11/30/65688486468aeb337c8b464d.html


martes, 5 de diciembre de 2023

El Mediterráneo necesita un plan para el cambio climático

La evidencia científica demuestra que se está produciendo un cambio climático provocado por el hombre. Las consecuencias son graves y globales, con continuos ejemplos de desastres naturales, como inundaciones o sequías, un aumento de la temperatura media y el conocimiento de que los recursos disponibles están limitados y se precisan soluciones.

La región Mediterránea sufre especialmente esta degradación y sus consecuencias. Aumento del nivel del mar, salinización de las zonas costeras, desertificación, la contaminación del aire y el agua o temperaturas récord amenazan a todos los países mediterráneos que, además, dependen de la agricultura y el turismo. La escasez de agua no entiende de fronteras, países o religiones, y la situación exige movilizarnos y construir juntos un futuro con un medio ambiente sostenible.

La única solución es colaborar para ser efectivos. Los países mediterráneos deben mejorar la cooperación científica y técnica, invertir en tecnologías propias, evitar derroches, adoptar mejores sistemas de gestión del agua y otros recursos, revisar la deforestación, parar la desertificación y compartir información. Sin planificación las condiciones empeorarán y obligarán a grandes movimientos de personas, como refugiados climáticos, y más caos y problemas con altos costes económicos y sociales.

Ante los grandes desafíos comunes. La región precisa una forma diferente de operar y vivir, con respuestas conjuntas, urgentes y efectivas, gestionar mejor los recursos, detener la amenaza al desarrollo, también gestionar el turismo y conservar el gran patrimonio histórico común.

El gran desafío mediterráneo es global, va más allá de los países y sus fronteras. Debemos crear un concepto de vida sostenible que aborde los problemas actuales con el objetivo de proporcionar un futuro mejor a las nuevas generaciones. Solamente coordinando los esfuerzos en una visión compartida integral de los actores públicos y privados de la región permitirá diseñar soluciones factibles y efectivas.

Las primeras acciones están previstas, acelerar la transición energética y reducir las emisiones de carbono, mientras se promueven prácticas sostenibles que impliquen a todos. 

La necesidad de un plan regional para impulsar las energías renovables de manera sostenible es primordial, ya que el aumento de la población y la diversificación económica han llevado a una mayor demanda energética. Las energías renovables, aunque son un participante relativamente reciente en el panorama energético regional, tienen un gran potencial para reducir los costos a largo plazo, reducir las emisiones de carbono, conservar la escasez de agua y crear empleos. 

En la región Mediterránea el enfoque para combatir el cambio climático y caminar hacia la sostenibilidad y la energía renovable debe ser  integral, impulsando los cambios necesarios no solo en la producción y el consumo, en las colaboraciones entre las múltiples partes interesadas, en asociaciones público-privadas, en el pensamiento económico ecológico y en las opciones de financiación verde. Todos deben participar de este movimiento para producir el impacto necesario para un cambio duradero.

Tomarse en serio el cambio climático representa una importante oportunidad para las economías de la región ,ya que su futuro depende de la diversificación, la eficiencia y la conectividad. El cambio climático está remodelando el discurso político en todo el mundo y cambiando las prioridades de los inversores . Esto, a su vez, está impulsando a las empresas a priorizar la agenda climática.

La región, en particular el sector privado, necesita acelerar la inversión en tecnología climática, invertir en infraestructuras de transporte más eficientes como ferrocarriles, refrigeración urbana, desalinización de agua y tecnología agrícola sostenible. 

Todas las empresas y organizaciones de la región tendrán que integrar la financiación climática en sus políticas fiscales. Se necesita crear espacio fiscal para aumentar el financiación para la adaptación climática. La necesidad de aumentar la financiación climática es de aproximadamente 7 billones de dólares a nivel mundial para finales de esta década, y se espera que el sector privado cubra el 80% del déficit de financiación.

A finales de noviembre, en Dubái, se celebra la 28ª Conferencia sobre el Cambio Climático o COP28. Cada vez hay más conciencia de lo que está en juego, y mejoran las expectativas de un espíritu de acción colectiva y respuesta verdaderamente global. Ante el grado de afectación y la repercusión directa en nuestra región, los países Mediterráneos no deberían quedarse atrás.
 
Será preciso un esfuerzo colectivo, una ayuda considerable de las potencias mundiales más ricas que han causado mayor daño al clima en los países más afectados.  Una recuperación verde colectiva debe ser el camino a seguir si queremos garantizar la sostenibilidad del planeta y un futuro más brillante para las generaciones Mediterráneas actuales y futuras.

Anwar Zibaoui, Opinión, ON Economía, 29 Noviembre 2023