Mostrando entradas con la etiqueta Israel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Israel. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de junio de 2019

El Golfo no necesita otra guerra

Aunque el mundo todavía sufre las consecuencias de la Guerra del Golfo en Irak, Donald Trump, que se ha retirado del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, endurece la posición de EEUU. Se espera que una segunda ola de duras sanciones contra Irán empeoren aún más la situación. La crisis actual en el Golfo no es un acto pasajero, ni un problema solo entre Washington y Teherán, o Israel e Irán. Refleja la profunda crisis entre Irán y Arabia Saudi. Y la cambiante e ineficaz posición política europea en las negociaciones con Irán. Lo local y lo regional se superponen con lo internacional.

La lucha regional entre Teherán y Riad se complica. Está en juego el control del estratégico estrecho de Bab Al-Mandeb, el paso hacia el Canal de Suez, por donde pasa la mayor parte del petróleo del mundo. Y en esta batalla, Yemen, un Estado ya empobrecido, es empujado hacia un colapso de su economía, se ensancha la división sectaria, aumenta la inseguridad y el vacío político, mientras su gente muere.

Irán vive una grave crisis interna y una complicada situación externa. La tensión con Occidente es clara. El desempleo y el coste de vida crecen. La economía se ha visto perjudicada por las políticas exteriores, los persistentes problemas estructurales, y el acceso a la financiación internacional y la corrupción. Además, con el acuerdo nuclear constantemente bajo amenaza de revocación, los bancos y empresas internacionales no se establecen en Irán. Todos estos problemas han persistido desde que el modelo implantado por la república islámica llegó al poder.

Al salir del acuerdo nuclear y vincular a Teherán con grupos terroristas, EEUU desencadena inestabilidad y cuestiona la intervención iraní en Siria, Yemen y Irak. Por su propio interés, Irán no puede abandonar el acuerdo nuclear, independientemente de lo que ofrezca la UE o de las sanciones que impone EEUU.

Para reducir la presión actual, hay que impulsar un diálogo regional. Restablecer la confianza y el respeto mutuos podría resolver los problemas regionales. Con la riqueza que existe en esta región, con su historia, la gente merece una vida mejor y pacífica.

La región no puede vivir al borde de la guerra de manera permanente, invadiendo fronteras con misiles, milicias o aviones voladores, y usando a sus ciudadanos como rehenes. Es preciso abrir canales, regresar a la mesa de negociaciones y dejar de cambiar mapas y agotar la riqueza.

El enfrentamiento entre EEUU, Israel y Arabia Saudi con Irán parece el preludio de una guerra, que será costosa para toda la región. Es necesario encontrar una solución pragmática, restablecer las relaciones de vecindad y gestionar los enormes recursos de la región para mejorar la vida de sus ciudadanos.

No parece que a Trump o al régimen iraní les convenga una guerra. Pero la situación se podría deslizar hacia otro conflicto sangriento por casualidad, o quizás fabricado, si los partidarios de la línea dura en EEUU, Irán, Israel y Arabia Saudi ganan la partida.

El Periódico de Catalunya,  Opinión, Pag.7  Martes, 4 de Junio 2019

lunes, 20 de febrero de 2017

La revolución del gas mediterráneo

Expansión, Opinión, Edición Catalunya, Pag.2, Martes, 17 febrero 2017

Líbano ha sido el último país en aprobar los decretos que permiten iniciar la licitación de bloques de gas y unirse a la carrera regional para explotar la  riqueza  descubierta  en el Mediterráneo Oriental.

El descubrimiento de gas natural tiene implicaciones económicas regionales enormes. Los recursos estimados en 122 trillones de pies cúbicos de gas, además de 1.700 millones de metros cúbicos de petróleo en las costas de Siria, Líbano, Chipre, Israel, Egipto y Palestina, y las expectativas del mercado de la energía plantean nuevos retos para estos países que deben organizarse para tomar ventaja de la situación.

La explotación del gas Mediterráneo no es solo una  oportunidad de desarrollo y crecimiento para los nuevos países productores, sino también para la Unión Europea. Se ha renovado el interés en aumentar la capacidad de las exportaciones de gas a través del Mediterráneo, para limitar la dependencia del gas ruso, y compensar la posible interrupción del suministro de gas a Europa, como en la crisis de Ucrania.

El potencial de la región es considerable. Además del petróleo y el gas, cuenta con un sistema de energía hidroeléctrica, recursos eólicos, el nivel de radiación solar más alto del mundo, así como grandes extensiones de desierto. Técnicamente, la región podría ser uno de los grandes actores energéticos y cubrir sus necesidades y las de una parte del planeta.

Hasta el año 2035, se espera que la demanda de gas natural crezca en un promedio del 1,9% al año, superando a todas las demás fuentes de energía.

Estas riquezas energéticas están revolviendo la agitación regional y provocando diversas reacciones. Hay tensión entre Líbano e Israel, y entre Turquía y Chipre. La ausencia de una Ley de demarcación de límites marítimos entre Líbano, Israel y Chipre, más la guerra en Siria y el interés de otros jugadores como Rusia y Qatar pueden provocar una situación volátil y altamente complicada. 

Hay problemas internos, medioambientales y riesgos geopolíticos. Algunos países tendrán que unir sus fuerzas si quieren aprovechar sus recursos, y todos deberán encontrar las mejores soluciones económicas y estratégicas para optimizar sus operaciones. Porque explotar esas grandes reservas y atraer la inversión extranjera no será posible a menos que promuevan un entorno pacífico y estable.

Una visión compartida a largo plazo es esencial para movilizar los recursos necesarios y desarrollar la cooperación energética entre las dos orillas, además de para construir un mercado del gas natural mediterráneo. ¿Serán capaces de hacerlo?