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martes, 14 de febrero de 2023

Túnez, salir del círculo vicioso

 Los últimos acontecimientos en Túnez han mostrado la ceguera y las luchas internas de la clase política frente a un pueblo cada vez más impaciente, revelando un golpe a la naciente democracia; una crisis que continúa de manera más compleja, ante la falta de claridad y de visión, la ambigüedad del escenario y la incapacidad de los partidos políticos.

Con un estancamiento económico que parece insalvable y unas críticas internacionales cada vez más duras, el presidente tunecino Kaïs Saïed se enfrenta a una situación compleja con las arcas del Estado que se están vaciando y su poder cuestionado. Túnez  necesita un gobierno creíble y eficiente, no solo un ente para recaudar ayuda internacional.

La búsqueda del consenso y la negociación en los últimos años han permitido al país abrir los caminos hacia una democracia parlamentaria sin caer en el caos o la violencia. Las transiciones políticas son difíciles, requieren su tiempo. Este proceso necesita también un consenso para impulsar un plan de rescate económico para satisfacer las aspiraciones de los tunecinos, sobre todo los jóvenes, y la transparencia en la administración del Estado.

El aumento de la desigualdad es una fuente continua de malestar, 11 años después de la revolución, las regiones costeras siguen beneficiándose de una mejor infraestructura y de las economías diversificadas, mientras que las comunidades del interior luchan con altos índices de pobreza, con niveles más bajos de educación y, en algunos casos, la dificultad de acceso a las necesidades básicas como el agua, la sanidad, las carreteras y la energía.

La economía de Túnez ha experimentado una fuerte desaceleración entrando en varios periodos de recesión debido a una serie de factores que amplían su vulnerabilidad a los actores internos y externos que podrían frustrar el proceso democrático. Este contexto genera una situación política interna compleja: la caída de la inversión, de las exportaciones, especialmente a la Unión Europea, su principal socio comercial, de la producción de sus sectores no manufactureros y de los ingresos por turismo. Como consecuencia, esto ha aumentado la tasa de desempleo y ha afectado directamente su recuperación. El turismo es su principal industria, aportando el 10% del PIB y 15% de empleos, de manera que el golpe a este sector daña la estabilidad política y económica. 

El modelo económico actual ha llevado a una baja inversión, una baja productividad y un bajo valor añadido. Hay una necesidad urgente de llevar a cabo una reforma fundamental en todos los sectores de la economía; sobretodo, de las leyes bancarias y de inversión. La economía ha experimentado una fuerte caída desde 2011, y sólo ha conseguido crecer algunos años un 3%, muy por debajo del 7% necesario para proporcionar puestos de trabajo y mejores niveles de vida.

Túnez presenta una paradoja económica. Tiene la fuerza y los ingredientes para re dinamizar su economía y convertirse en un "tigre del Mediterráneo", sin embargo, este potencial nunca parece materializarse. Dispone de una fuerza de trabajo bien formada, situada entre el Mediterráneo y el Sahara, actúa como un enlace de negocios para Europa y África. El país tiene apertura económica, turismo y fuentes energéticas, factores importantes para conseguir atraer la inversión, pero tendrá que apostar por un sistema que proteja la economía y que dé garantías a los inversores, eliminando restricciones y trámites burocráticos, una situación muy relacionada con la anterior etapa de corrupción.

El éxito económico es vital para el progreso político y su futuro. Túnez debe reintegrar a los jóvenes desilusionados en la vida económica y política. Consolidar su apuesta por la modernización, la educación, los derechos de la mujer, y el papel de los agentes sociales, y demostrar que es posible cambiar por las urnas sin caer en la trampa de golpes , una vuelta de la dictadura o el despotismo. Es urgente reforzar la democracia, la paz, la seguridad y el desarrollo. La voluntad y el arduo trabajo de los tunecinos conseguirá transformar el país en un modelo a seguir, pero la carrera será larga.

Anwar Zibaoui, Opinión, Tribuna, Expansión, 20 enero 23

 https://www.expansion.com/catalunya/2023/01/20/63cb01e8e5fdea59798b4609.html


martes, 10 de agosto de 2021

Marruecos y España: Priorizar el interés mutuo

Son conocidos los desacuerdos históricos entre Marruecos y España: el tema de Ceuta y Melilla o la visión sobre una solución del conflicto del Sahara. Cuestiones que aparecen cada cierto tiempo, tensan el entorno y complican la situación. Es urgente superar el contencioso y evitar exponer los intereses mutuos a serios peligros.

Demasiados estereotipos perjudican las relaciones entre España y Marruecos. Sin embargo, se necesitan mutuamente y su relación es estratégica para ambos. Desplazando las cuestiones delicadas, los dos países están creando fuertes vínculos políticos, económicos, militares, sociales y culturales. Porque el único camino son la cooperación y los intereses compartidos. Y es imprescindible encontrar las formulas que beneficien a las dos sociedades a ambos lados del estrecho.

Marruecos y España han superado otras tensiones en los últimos 15 años. Muchas veces facilitadas por  la aproximación entre los tejidos empresariales de ambos países, que han dado muestras de dinamismo y efectividad. 

Es bien sabido: la cooperación económica es la antesala del acercamiento político, y la base para un crecimiento sostenido. Los datos son claros: España es el primer socio comercial de Marruecos, el segundo mercado fuera de la UE y el primero de África. Los intercambios comerciales alcanzaron los 16.000 millones de euros en 2019. 22.000 empresas españolas exportan a Marruecos y más de 1.500 están presentes en múltiples sectores. Son socios naturales por cercanía y complementariedad.

El comercio Marruecos-UE representa el 60% del comercio exterior de Marruecos, España es el primer cliente de Marruecos con el 41,6% del total de la UE y el principal proveedor de Marruecos con el 35,6% del total de la UE.

Ampliar la cooperación multilateral entre ambos países en relación a África y Europa facilita poner en marcha proyectos de interés común y especialmente, en beneficio del continente africano. Marruecos y España podrían desempeñar un papel importante en sus continentes, por todo ello es importante avanzar e impulsar una mejor alianza euroafricana.

El camino es construir y reforzar el eje Rabat - Madrid para hacer prosperar el Mediterráneo y África, porque la geografía obliga. Los dos países enfrentan los mismos riesgos geopolíticos, sociales y medioambientales. Hay que aprender a desarrollar proyectos juntos: nueva economía, energías renovables, el túnel ferroviario debajo del Estrecho de Gibraltar entre otros, que pueden ser un catalizador formidable para un acuerdo bilateral.

Pese a las conocidas fricciones es posible llegar a consensos. No hay que olvidar, que casi toda la sociedad y los partidos políticos marroquís, consideran al Sahara Occidental como parte de su unidad territorial. También es conocida la herencia histórica, la sensibilidad a la causa de los saharauis en algunos ámbitos políticos y de la sociedad civil en España.

Han pasado 14 años desde que Marruecos presentó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su "Plan de Autonomía del Sáhara Occidental". Esta propuesta puede ser una base para empezar a encontrar una solución en el marco  de la ONU. España tiene que proponer espacios que ayuden a aproximar las posiciones.

Porque este conflicto ha impactado en el proceso de la construcción de la Unión del Magreb Árabe, en un momento crítico que exige aunar voluntades, reparar las grietas y buscar salidas de futuro para todos los pueblos del Magreb. En este proceso Argelia y Marruecos, que son los actores principales, deben buscar salidas para el conflicto del Sahara, fomentar la estabilidad en la región y neutralizar el peligro que representan las organizaciones jihadistas que están ganado terreno en el Sahel.

España y Marruecos pueden aspirar a construir una relación parecida a la que se mantiene con   Francia y Portugal, o con el Reino Unido, El interés mutuo minimiza problemas. Las relaciones humanas, turísticas, comerciales y culturales  pesan mucho más que los temas espinosos. 

Ni España puede perder un socio estratégico como Marruecos, ni Marruecos puede perder a España. Urge reconstruir la confianza que es vital para permitir la reconstrucción de soluciones orientadas al futuro sostenibles. Impulsar la cooperación es un antídoto para eliminar potenciales factores de desestabilización, y crear puentes entre los 14 km de estrecho que los separan, para protegerles de olas imprevistas.

Períodico El Mundo, Estrategia y negocios, Opinión, Viernes 6 agosto, 2021

https://www.elmundo.es/economia/2021/08/06/610bdc64e4d4d8c6018b45c3.html



viernes, 24 de abril de 2020

El turismo también saldrá de esta crisis

Beirut,2012
El turismo será uno de los sectores más afectados por la pandemia del Covid-19, ya que este sector no puede aislarse del contexto local, nacional o mundial en el que opera. Muchos empleos se están viendo amenazados en todo el mundo y en especial en la región mediterránea, porque ya se trate de epidemias, pandemias, guerras, crisis económicas o desastres naturales, lo que ocurre en el entorno afecta también al turismo.

Por su carácter transversal, el sector del turismo impacta en otras 70 actividades económicas y representa el 10% del PIB y el 10% del empleo en el mundo. De los 7.200 millones de habitantes del planeta, 1.500 millones cruzaron en 2019 alguna frontera por viajes de placer. Los ingresos generados por el turismo aumentaron hasta los 1,7 billones de dólares, alcanzando casi los 5.000 millones de dólares diarios. Una cifra récord. En la última década, el crecimiento del turismo ha sido vertiginoso con un 69% más de turistas internacionales y las consecuencias de todo ello dependerán de cuál sea el tipo de gestión. Si ésta es responsable, el turismo estimulará el crecimiento inclusivo, creará empleos y pymes, atraerá inversiones e impulsará la economía.

El Mediterráneo es la zona principal de turismo del mundo con cerca de 400 millones de turistas: el 32 % de todas las llegadas de turistas internacionales y el 30% de los ingresos por turismo a nivel mundial. Representa el 13% de las exportaciones, el 23% del sector servicios y emplea a más de 20 millones de personas. En el Mediterráneo, el turismo es una locomotora para el crecimiento y puede serlo además para la recuperación económica ya que puede liderar la creación de empleo y cubrir la necesidad de financiación externa por una mayor afluencia exterior. Esta capacidad de arrastre de otros sectores y sus beneficios colaterales resultan multiplicadores.

En momentos pasados, el sector turístico demostró su capacidad para superar crisis y adaptarse a los cambios, impulsar el crecimiento y crear puestos de trabajo, a pesar de los desafíos económicos, geopolíticos, del terrorismo o de los desastres naturales. El optimismo es clave, pero es necesario un cambio. La crisis obliga a repensar el modelo económico. Es preciso examinar las formas de hacer y encontrar nuevos caminos para la comercialización, reinventarse y crecer. Hay que trabajar con los territorios, revisar el turismo social y cuidar el patrimonio; en definitiva, apostar por un turismo sostenible. La misma perspectiva de cambio climático supone una seria amenaza para el desarrollo y la sostenibilidad. Existen muchos desafíos determinantes para el futuro, particularmente en términos de gestión del turismo, el clima y el medio ambiente, la estrategia y la sostenibilidad. Es urgente potenciar la oferta presente en todos los países del Mediterráneo, tanto por su diversidad cultural como por su importancia histórica, haciendo especial énfasis en la gran biodiversidad existente.

Salir de esta gran crisis y poner en valor el turismo en el Mediterráneo es la respuesta más obvia. Pero, ¿cuál es la estrategia? ¿Qué herramientas pondrán en marcha los actores económicos y las comunidades? El intercambio de prácticas y la coordinación entre los países de las dos orillas debería ser la prioridad.
Los gobiernos, el sector privado y la comunidad internacional deben trabajar juntos para superar el COVID-19 y esta crisis social y económica sin precedentes. Sin embargo, la capacidad de estímulo variará considerablemente de un país a otro. Varios factores entrarán en juego, tales como infraestructuras, recursos humanos, capacidad económica e incluso factores políticos. Es urgente mitigar el impacto de la crisis, garantizar la recuperación del turismo y permitir que el sector desempeñe un papel de liderazgo en la recuperación general.

Para acelerar la recuperación, es necesario impulsar medidas de estímulo y proporcionar incentivos financieros para la inversión y explotación turística y preparación para el futuro. Proporcionar incentivos para la retención laboral, apoyar las pymes y las stratups del sector y proteger a los grupos más vulnerables. Revisar impuestos, y cargos y regulaciones que afectan el transporte y el turismo. Garantizar la protección del consumidor y la confianza. Impulsar los eventos y congresos. Promover nuevos trabajos y la adquisición de habilidades, especialmente digitales. Incluir el turismo en los mecanismos de emergencia económica a nivel nacional, regional y mundial para restablecer la confianza y estimular la demanda. Crear mecanismos y estrategias de gestión de crisis. En conclusión, priorizar el turismo en los programas de recuperación nacionales, regionales o internacionales y en la ayuda al desarrollo.

A pesar de que la situación resulta alarmante, la imagen no es tan sombría. Hay una gran capacidad, un enorme potencial para recuperar el lugar esencial en las economías nacionales dentro del marco de prioridades de desarrollo sostenible. La pandemia es una oportunidad sin precedentes para reconfigurar el sector y garantizar, no solamente su crecimiento, sino su sostenibilidad, con la inclusión y la responsabilidad como prioridades. Es el momento de diversificar mercados, productos y servicios. Invertir en sistemas de análisis de mercado, inteligencia económica y transformación digital, y en capital humano y talentos.

Hasta ahora, los intereses turísticos nacionales y la competitividad entre los países mediterráneos han primado. Ha llegado el momento de apostar por la cooperación regional y la voluntad de aunar esfuerzos para salir reforzados de esta pandemia.

Hay que seguir. Es posible enfrentarse a retos, incertidumbres, pandemias y el desafío del cambio climático mejor organizados y con mejores perspectivas para la perdurabilidad a largo plazo. Una vez más, el turismo también saldrá de esta crisis.

Opinión, Barcelona, Miércoles, 15 Abril 2020





















martes, 26 de febrero de 2019

Automóviles "Made in África"

Los fabricantes de automóviles más importantes del mundo están transformando el norte de África en un centro de fabricación regional, construyendo nuevas unidades de producción, en su estrategia de apostar por el continente como la próxima frontera de crecimiento.

No era ningún secreto que muchos países de la zona quieren desarrollar una industria del automóvil, y esta visión ha comenzado a tomar una forma coherente en Egipto, Marruecos, Argelia y otros países.

La inversión extranjera directa en el norte de África aumentó de 5.000 millones de dólares en 2011, a 15.000 millones de dólares en 2018, en gran medida impulsada por la inversión de los fabricantes de automóviles. La situación en la región se está estabilizando, para construir plantas de ensamblaje a cambio de garantías gubernamentales para proteger las inversiones.

Hay un gran nicho en los vehículos de bajo coste, en los transportes comerciales y colectivos, y en la fabricación de componentes. Además, las inversiones de los fabricantes de automóviles en la región se están expandiendo, en parte porque varias naciones africanas han comenzado a rechazar las importaciones de automóviles para atraer la capacidad de producción, y porque las perspectivas de crecimiento en África superan con creces los mercados más maduros. Las ventas de vehículos nuevos en EEUU, China o Europa están disminuyendo tras una década extraordinaria. Las empresas también reconsideran sus cadenas de suministro globales, a medida que aumentan las barreras comerciales en todo el mundo, impulsadas en gran medida por las políticas del Presidente Donald Trump.

Marruecos ya ha superado a Sudáfrica como centro automotriz del continente, y pronto se espera que produzca más automóviles al año que Italia. El reino también se está convirtiendo en un proveedor importante para las fábricas de automóviles europeas. En Marruecos, Renault, que tiene una participación de mercado de más del 40% en la región, ha construido dos plantas de ensamblaje en los últimos cinco años que producen más de 200.000 automóviles al año. Peugeot, en una importante unidad de expansión, está construyendo una planta en Marruecos que se pondrá en funcionamiento a finales de este año.

Desde el año pasado, Argelia ha requerido que casi todos los autos nuevos vendidos en el país se produzcan allí. Esa decisión ayudó a convencer a Renault y Volkswagen de construir una nueva planta, y SEAT, la unidad española de la compañía, está produciendo algunos de sus modelos.

Los gobiernos locales, deseosos de atraer inversión extranjera, en parte para pagar los préstamos de infraestructura, están adoptando políticas favorables a los negocios, como el relajamiento de los controles cambiarios, la creación de zonas de libre comercio y el suministro de incentivos financieros. Algunos también están construyendo o expandiendo carreteras, enlaces ferroviarios y puertos de aguas profundas.

Los fabricantes de automóviles son conscientes de los riesgos de hacer negocios en África, donde las combinaciones de corrupción, inestabilidad económica, terrorismo o turbulencia política son altas en muchos países. Las anteriores incursiones en mercados extranjeros como Sudamérica, Rusia e India parecían prometedoras, pero han agotado en gran medida las finanzas de la industria automotriz.

Por supuesto, hay riesgos. Pero lo que se ve es el potencial de la región. Es un mercado muy joven que se está volviendo más industrial cada día. La industria del automóvil tiene sentido en el norte de África, hay muchas ventajas: energía barata, materias primas, dinero, ubicación geográfica y mano de obra joven que puede ser formada con las habilidades requeridas. Otra gran ventaja es el efecto multiplicador de la creación de nuevas empresas y oportunidades para los jóvenes. Un 45% de la población son menores de 21 años, y la creación de empleos aleja la emigración, la delincuencia y el extremismo. La estabilidad y la prosperidad en la región son claves para la seguridad de todos.

La visión debería ser crear un hub mediterráneo mundial, para fabricación de automóviles, tanto de bajo coste como de alta gama, y los coches del futuro de nueva generación tecnológica o eléctrica. Y las cadenas de valor industrial y logística asociadas. Porque la competencia no es entre el norte y el sur del Mediterráneo. En un mundo globalizado hay que competir con otras regiones, especialmente Asia.

Los últimos obstáculos que frenaban el desarrollo de una industria del automóvil local se están eliminando, Sólo podía ser una cuestión de tiempo  para que esta industria inicia su despegue y se perfila como una gran oportunidad para la región.

Crónica Global,  Economía - Pensamiento, Sábado, 23 /02/2019 

miércoles, 27 de junio de 2018

Plan Marshall para el Mediterráneo

  El Mediterráneo hoy ya no es un lago. Se ha convertido en una frontera. En sus orillas se han establecido nuevos jugadores: Rusia, China... mientras el proyecto euromediterráneo se tambalea.  
El efecto corrosivo de la crisis  económica obliga a arbitrar y gestionar los temores a corto plazo. Y la crisis de los refugiados​ ha relegado la construcción económica Mediterránea.

Ahora la Comisión Europea estudia crear "centros o plataformas regionales de desembarco" en los países del sur del Mediterráneo para los refugiados e inmigrantes. Pero la inmigración forzosa es una consecuencia natural de la agitación, y es solo la punta del iceberg. ¿Cómo se puede pensar en retener a millones de personas que están tratando de evitar la guerra, el hambre o la dictadura? ¿Cómo se puede creer que una política orientada a la seguridad o los centros de desembarco son las únicas opciones que Europa​ puede presentar a sus vecinos del sur?

La crisis económica, la crisis de identidades y la crisis de refugiados han minado la cohesión de los Estados miembros de la UE. La prioridad ha sido la estabilidad de los flujos migratorios y esto se ha traducido en congelar 15.000 millones destinados a la cooperación.

Desde 2010 hasta 2016, la orilla sur de la región ha perdido 650.000 millones de dólares en actividad económica, casi el 7% del PIB. Algunos países de la región están al borde de la ruina económica y financiera, por las guerras y la inestabilidad política. Y surgen riesgos geopolíticos, como el terrorismo, por un horizonte de futuro sin esperanza. Hay más de 40 millones de jóvenes desempleados en la zona, 27 millones sin educación ni formación, la mayor tasa de paro del mundo (un 27,2%) y este problema aumentará por el incremento de población.
   
"El futuro de Europa se jugará en el sur."

El futuro de Europa se jugará en el sur. Los destinos de Europa y África están vinculados por el Mediterráneo. Hay que aunar las voluntades, defender los intereses convergentes, apostar por una mejor cooperación. Hay que romper los miedos para entendernos y dibujar el futuro de las próximas generaciones.

Hoy, más que nunca, los temas económicos y de inversión deben introducirse en un debate que ahora está dominado por cuestiones de seguridad y de inmigración. Es preciso plantear nuevas ideas, propuestas audaces y dar fuerza a la integración económica. Todavía estamos a tiempo de conseguir un nuevo equilibrio para evitar más pesadillas. De adoptar medidas concretas a favor del comercio, los flujos de capital y el movimiento de personas para el beneficio mutuo.

Veintitrés años después del Proceso de Barcelona, muchos de los objetivos siguen siendo válidos. Hay que trabajar para mejorar una prosperidad compartida basada en las relaciones sur-sur y norte-sur. Europa sigue siendo el primer socio comercial de los países del sur la parte oriental del Mediterráneo con 345.000 millones de euros en los volúmenes de comercio. Los acontecimientos desde la Primavera Árabe hasta la crisis de los refugiados han reforzado la necesidad de trabajar juntos para lograr un crecimiento sostenible.

El Mediterráneo y la UE necesitan una relación diferente a todos los niveles. El modelo actual debe ser renovado ante los nuevos problemas económicos, geopolíticos, de seguridad o el cambio climático. Los tiempos han cambiado y hay que hablar sin rodeos. Es esencial saber concretamente lo que el Mediterráneo quiere de Europa y lo que Europa está buscando en el Mediterráneo.

Este nuevo diálogo no debe ser solo una relación entre los donantes que buscan reducir el número de migrantes y los beneficiarios que dependen de la ayuda y los fondos, sino debe ser una relación entre iguales.

Entre 1970 y 2015, la población de los países ribereños ha aumentado de 285 a 490 millones. Y de 2015 a 2025, se estima que se incrementará en 100 millones más, básicamente en la ribera sur. La Europa mediterránea era el 65% de la población de la zona en 1950. Ahora, es el 40% y se reducirá al 35% en 30 años.

"Plan Marshall para el Mediterráneo"

La magnitud del desafío deja a las medidas existentes de asistencia financiera claramente insuficientes para el propósito. Por ello, hace falta una nueva política europea para el Mediterráneo, un Plan Marshall sería una solución realista para resolver los problemas económicos endémicos, buscando revitalizar el comercio y la inversión, estimular el espíritu empresarial. Un plan compacto centrado en la ayuda al desarrollo en el momento en que Europa busca nuevas fuentes de crecimiento y la región necesita una transformación económica.

Es imperativo consolidar la economía regional y fortalecer su inclusión en la economía mundial para facilitar la transformación de la región. Las futuras relaciones entre las dos orillas se basan, en un grado nada despreciable, en la capacidad de las empresas del sector privado para incrementar los flujos de inversión, de bienes producidos y comercializados ya que los futuros niveles de empleo, muy especialmente en el sur, dependerán de la voluntad de de los inversores, sean nacionales o internacionales de implicarse en esta apuesta.

Desarrollar infraestructuras​, especialmente la digital, es una forma de estimular indirectamente el espíritu empresarial facilitando el proceso de creación de las pymes. Mejorar los modelos de gobernanza luchando contra la corrupción con mayor transparencia y rastreabilidad. Las empresas internacionales tienen que considerar la región no como un mercado de consumo o una fuente de materias primas, sino también como un región que crea valor.

Un Plan Marshall para el Mediterráneo, inspirado por la estrategia de reconstrucción en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, aseguraría la creación de empleo, lo que evitaría que los jóvenes se aventuren en la inmigración ilegal a Europa y aportaría crecimiento y soluciones tanto a Europa como al resto de países de la región.

El Mediterráneo fue durante 60 siglos nuestro mar común, el mar que impulsó grandes civilizaciones y las obras más destacadas del espíritu humano. Es imprescindible una nueva visión.

Crónica Global, Opinión-Pensamiento  Lunes, 25 Junio 2018 

lunes, 25 de junio de 2018

Juegos Mediterráneos, mucho más que deporte

Tarragona acogerá esta semana los XVIII Juegos Mediterráneos-2018. Es la tercera edición organizada en España, tras Barcelona-1955 y Almeria-2007. Estos juegos llegan en un momento clave: el Mediterráneo acumula conflictos y una tragedia humana que precisa un enfoque coordinado y global.

La Paz Olímpica en la antigua Grecia era un periodo de tregua en el que se suspendían las hostilidades para que los deportistas se desplazaran para participar en los Juegos Olímpicos. Los representantes de las ciudades-estado griegas aprovechaban la tregua para mantener negociaciones de paz,

La diplomacia deportiva es un instrumento de poder blando y puede jugar un papel importante. Hemos visto como ha podido pavimentar el camino para una solución pacifica de algunos conflictos pasados. Ojalá ese pueda ser el caso en la región mediterránea . El objetivo principal de los Juegos Mediterráneos es acercar las orillas y sus pueblos. Sus emblemas simbolizan los tres continentes unidos por el mismo mar. 

El deporte es una fuerza poderosa para la cooperación y la paz, facilitando la distensión. Existen numerosos ejemplos. Se progresó con el cricket entre India y Pakistán. El fútbol entre Alemania Oriental y Occidental. Nelson Mandela impulsó el rugby en Sudáfrica. O en las Olimpiadas de Invierno de PyengChang,con la participación de atletas de las dos Corea bajo una bandera combinada. 

Es reconocido el poder del deporte para inspirar y promover los valores de trabajo en equipo, no violencia, igualdad de género, integración social, tolerancia y justicia. Valores más allá de fronteras, culturas, razas o religiones.

En una región con una desigualdad aguda y profunda agitación,el deporte facilita la integración social y desarrollo económico, y se convierte en un instrumento para abordar la violencia y la inseguridad, y ofrecer mejores oportunidades a los jóvenes. Los países ribereños tienen mucho en común. Un mar, una historia, cultura, alimentación, y valores que recuerdan que es posible trabajar juntos y crear un nuevo destino común. Estos valores son los que transmite el deporte, y la pasión con la que los jóvenes lo viven es seguramente lo que fastidia a los grupos que buscan el choque de civilizaciones.

El carácter polivalente del deporte permite abarcar funciones educativas, sociales, de salud o económicas.Crecen las empresas que enfocan su estrategia, productos o servicios en torno al deporte y numerosos sectores se benefician de las actividades culturales, económicas o recreativas asociadas, como telecomunicaciones,construcción o turismo.

los Juegos Mediterráneos en Tarragona pueden ayudar a crear un marco de encuentro en un momento en que se multiplican los desencuentros. Crear puentes en tiempos de muros, Tarragona está preparada para hacer historia: es seguramente el mensaje en momentos de creciente tensión regional. A medida que la polarización y la violencia separan naciones y pueblos, la demostración de la unidad deportiva es realmente inspiradora.

Edición Papel
El Periódico de Catalunya, Opinión, Pag.2, Viernes, 22 de Junio de 2018

Edición Digital
https://www.elperiodico.com/es/opinion/20180621/juegos-mediterraneos-mucho-mas-que-deporte-6899006 

lunes, 26 de marzo de 2018

Argelia, no aplazar lo inevitable

Uno de los periodos que seguramente marcaran la historia económica reciente de Argelia fue el conocido como la Primavera Árabe en 2011. Para evitar el contagio, el Gobierno argelino pagó un alto precio en subsidios, en aumentos salariales, en puestos de trabajo públicos y la construcción de cientos de miles de viviendas sociales para jóvenes. El otro periodo es en 2014 con la caída en picado del precio del petróleo​ que redujo los ingresos de Argelia a la mitad.

La conjugación del shock económico vinculada a la primavera árabe y la crisis del petróleo elevó el déficit presupuestario en un 15% del PIB, Argelia hipnotizada por el oro negro y dependiendo de su fluctuación en los mercados internacionales ha visto cómo sus arcas de reservas acumuladas en la década anterior se vacían. Pasaron de los 200.000 millones de dólares en 2014 a 100.000 millones del 2017. La evolución del mercado mundial de energía y la tensión geopolítica en sus fronteras obliga a Argelia a adaptar estrategias claras sin parches.

La situación es muy preocupante, Argelia dispone de reservas de divisas, de oro, fondos de estabilización, una alta tasa de ahorro interno que le permitiría aliviar el malestar,... pero no será suficiente. La economía argelina, pese a su potencial, tiene muchos problemas estructurales. El excesivo peso del Estado y la dependencia de los hidrocarburos son dos de estos problemas.

El gasto público se excede, las subvenciones representan el 25% del PIB, un tasa extravagante, se debe de tratar de contener esta sangría y aplicar más rigor.

Más allá del actual desajuste de capital entre los gastos y los ingresos del gobierno que refleja tanto la dependencia fiscal de los hidrocarburos como los mecanismos político-económicos de una economía rentista, el país debe enfrentarse a desafíos estructurales, como el desempleo masivo, el factor demográfico, con una tasa de fertilidad del 2,8, y la sostenibilidad del Estado social.

Argelia se encuentra en una encrucijada y solo el camino de las reformas puede garantizar una salida. Pero esto requiere una transformación completa de la economía, comenzando por el marco fiscal y los grandes grupos públicos, y la gobernanza. Una fase de aceleración del crecimiento solo puede lograrse con el aumento de la inversión privada, lo que es frenado con el actual sistema, y sobre todo apostar por la diversificación para alejarse de la dependencia de los hidrocarburos​ que representan el 70% de los ingresos del presupuesto, el 95% de las exportaciones y el 36% del PIB.

Argelia cuenta con todos los recursos humanos y materiales. El problema no solo es económico.

Las reservas actuales y el bajo nivel de endeudamiento dan una ventaja de tres o cuatro años para las reformas. Dispone de una fuerza laboral bien capacitada, energía a bajo costo y un gran mercado interno. Este es el momento de reformar. Y construir, y apostar por la iniciativa privada, dejar de estigmatizar a los inversores extranjeros, impulsar una economía productiva y diversificada, debe empezar a reformular los subsidios y reservar el dinero para los presupuestos de inversión.

El país magrebí ha impulsado desde 2005 varios planes para construir infraestructuras​ con más de 600.000 millones de dólares. Pero el resultado ha sido modesto y lejos de las expectativas por la lentitud de las reformas que han limitado la participación de los inversores extranjeros y privados.

Argelia, un importante proveedor de gas a Europa, tiene posibilidades para reposicionarse en el mercado mundial del gas mediante la explotación a su favor de su asociación y vecindad con la UE. Es el tercer proveedor de gas de Europa y el octavo mayor productor de gas del mundo, y España sigue siendo el primer cliente de Argelia y su cuarto proveedor con intercambios que superan los 15.000 millones de euros. El 50% del gas que consume España viene de Argelia. Unas 300 empresas españolas se han instalado en Argelia, muchas son multinacionales de sectores como la construcción y la obra pública y han ganado suculentos contratos.

En este mundo turbulento e incierto anunciando grandes trastornos geoestratégicos, las fronteras políticas y económicas en las futuras batallas por el desarrollo están condicionadas por el buen gobierno y la mejora del conocimiento. Argelia tiene la ambición pero requiere una estrategia del desarrollo y adaptarse a los cambios en el mundo. Pero será necesaria una visión de largo plazo para construir una economía productiva exitosa con instituciones sólidas. El progreso económico dependerá de la capacidad de mejorar el clima social, de atraer a los inversores y del desarrollo de una clase empresarial, especialmente las pymes. Conciliar la eficiencia económica y la cohesión social será clave.

Argelia tiene que moverse y no aplazar lo inevitable, contar con todos sus activos y actores para superar las dificultades y hacer su revolución económica para situarse entre las potencias emergentes.

Crónica Global.  Diario Digital. 19/03/2018. Artículo Opinión. Análisis Económico
https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/argelia-aplazar-inevitable_128264_102.html

lunes, 15 de enero de 2018

Túnez no está fuera de peligro

Otra revuelta social ha empezado en Túnez, la enésima desde la revolución del 14 de enero de 2011.Coincide con su séptimo aniversario y es una nueva prueba para el gobierno y especialmente para el Presidente Caid Essebsi. 

Túnez no ha conseguido cambiar la tendencia en los principales indicadores económicos deteriorados ni cumplir con las expectativas de la gente que se levantó cuando Mohamed Bouazizi se auto-inmoló por su dignidad.

La búsqueda del consenso y la negociación han permitido al país abrir los caminos para una transición hacia una democracia parlamentaria sin caer en el caos o la violencia. Pero las transiciones políticas son difíciles y requieren su tiempo. Este proceso necesita impulsar un plan de rescate económico para satisfacer las aspiraciones de los tunecinos, sobretodo los jóvenes desilusionados, reintegrarlos en la vida económica y política y mejorar la transparencia en la administración del Estado. 

El éxito económico es vital para el progreso político y su futuro. La economía de Túnez ha experimentado una fuerte desaceleración entrando en varios periodos de recesión debido a factores como las caídas de las inversiones y de las exportaciones, especialmente a la Unión Europea su principal socio comercial. También han caído la producción de sus sectores no manufactureros y los ingresos por turismo debido a los ataques terroristas, esto aumentó el paro y afectó a la recuperación. El turismo es la principal industria y aporta el 10% del PIB y 15% de empleos, de manera que el golpe a este sector daña la estabilidad política y económica. 

El alto desempleo Juvenil que provocó la revuelta y los casos de autoinmolación son una señal que muestra la profunda preocupación de la gente y los retos externos que llegan de sus fronteras con Libia y Argelia.

Ante la catastrófica situación económica, el gobierno ha adoptado medidas de austeridad, incluido un aumento de los impuestos, como el IVA de hasta 300% para algunos productos. Estas decisiones, con un alto coste de vida para la población, se tomaron para satisfacer los intereses de la deuda del país. Esta deuda contraída por las políticas del antiguo régimen de Ben Ali y que es una de las causas principales de la situación del país y su crisis, es rechazada por una mayoría de la población y ha motivado las manifestaciones. 

El aumento de la desigualdad es un fuente continua de malestar. Siete años después de la revolución, las regiones costeras siguen beneficiándose de mejores infraestructuras, y economías diversificadas, mientras que las comunidades del interior luchan con altos índices de pobreza, los niveles más bajos de educación y en algunos casos la dificultad de acceso a las necesidades básicas como el agua, la sanidad, las carreteras y la energía.

Túnez tiene los ingredientes para re-dinamizar su economía. Una fuerza de trabajo bien formada. Por su situación entre el Mediterráneo y el Sahara puede actuar como un enlace entre Europa y África. Apertura económica, turismo, energía y sol. Factores importantes para conseguir atraer la inversión. Pero tendrá que apostar por un sistema transparente y eliminar las redes de corrupción que nunca se fueron. También es preciso ofrecer garantías a la inversión extranjera dados los escasos recursos financieros nacionales y eliminar restricciones y trámites burocráticos. 

El modelo económico actual ha llevado a una baja inversión, baja productividad y bajo valor añadido. Hay una necesidad urgente de una reforma fundamental en todos los sectores de la economía, sobre todo nuevas leyes bancarias y de inversión son vitales. La economía ha experimentado una fuerte caída desde 2011, y sólo ha conseguido crecer un 3%, muy por debajo del 6,5% necesario para proporcionar puestos de trabajo y mejores niveles de vida.

Rescatar Túnez, la cuna de la primera revuelta árabe es consolidar su apuesta por la modernización, la educación, los derechos de la mujer, y el papel de los agentes sociales, y demostrar que es posible cambiar por las urnas sin caer en la trampa de un golpe militar, una  vuelta a la dictadura o el despotismo. Se ha dicho que Túnez es como una "Startup", invertir en ella significa reforzar la democracia, la paz y la seguridad y el desarrollo. Junto con la voluntad y el arduo trabajo de los tunecinos se conseguirá transformar el país. Pero es una carrera de largo recorrido y la ayuda internacional sobre todo de la UE y el sector privado serán claves. Túnez todavía no está fuera de peligro.

lunes, 8 de enero de 2018

España - Marruecos, mucho mejor

Las relaciones entre España y Marruecos viven sus mejores momentos. Los dos países enterraron u obviaron los conflictos o temas espinosos y crónicos, e iniciaron una etapa de fuertes vínculos políticos, económicos, militares, sociales y culturales.

Salvo el tema espinoso del Sáhara y Ceuta-Melilla, la evolución es positiva entre los dos países en materia de lucha contra el terrorismo y por la seguridad y el control de fronteras y la emigración clandestina. Y las exportaciones agrarias marroquíes a la UE han dejado de ser un hándicap para las relaciones bilaterales. 

España y Marruecos se necesitan mutuamente. La relación de España con Marruecos se ha convertido en estratégica. El país magrebí es un aliado sólido y fundamental para España y su política exterior en el Magreb y en África. 

A España y a Europa les interesa que a Marruecos le vaya bien, que progrese sin grandes problemas hacia la democracia, los derechos humanos, la igualdad de los géneros y un reparto más equitativo de la riqueza. Cuanto mejor le vaya a Marruecos mejor le irá a España. Y viceversa. 

España es cada vez más activa en Marruecos en el terreno cultural, y dispone de la red de Instituto Cervantes más importante del mundo después de Brasil.

El vínculo económico entre España y Marruecos es asimétrico. Son socios naturales, complementarios y necesarios. España es el primer socio comercial, 22.000 empresas de España exportan a este mercado y más de 1.500 están presentes en múltiples sectores productivos y de servicios. Marruecos es el segundo mercado fuera de la UE después de EEUU y el primero de África.

Las exportaciones españolas a Marruecos crecieron un 16,3% de enero a agosto de 2017. España se consolida así, por cuarto año consecutivo, como el primer socio comercial de Marruecos. Los flujos bilaterales se duplicaron en los últimos seis años alcanzando los 12.600 millones de euros. Además, el turismo español es uno de los colectivos más importantes en Marruecos. 800.000 marroquíes viven en España, u miles de españoles trabajan en Marruecos.

Extender la cooperación multilateral entre ambos países en África para poner en marcha proyectos de interés común y en beneficio del continente africano, ofrece grandes oportunidades, pero también grandes desafíos. Con Marruecos se debe aspirar a construir una relación parecida a la que se mantiene con Francia y Portugal. El interés mutuo minimiza muchos problemas.las relaciones humanas, turísticas, económicas, comerciales y culturales pesan mucho más que los temas conflictivos.

Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag.2  Lunes, 8 enero 2018

jueves, 28 de septiembre de 2017

Argelia, mirando al futuro


La evolución del mercado mundial de energía, la tensión interna y la geopolítica regional ha obligado a Argelia a adoptar medidas para enfrentarse a la grave crisis. Como la disminución de las subvenciones que representan el 20% del presupuesto, reducir la factura de las importaciones y un nuevo proyecto de ley de inversión que ofrece incentivos importantes a los inversores priorizando sectores como la industria, la agricultura y el turismo.

Hipnotizada por el oro negro y dependiendo de su fluctuación, Argelia ha visto cómo sus arcas se vacían y el precio apenas se recupera. El gas y petróleo representan el 60% de los ingresos del presupuesto,  el 96% de las exportaciones. Los ingresos del petróleo ascendieron a 780.000 millones de dólares entre 2000-2015, mientras que, durante el mismo período, las importaciones fueron de 600.000 millones de dólares. Es preciso contener la sangría y aplicar más rigor y reformas financieras.

Argelia dispone de grandes reservas de divisas, de oro, fondos de estabilización, y una alta tasa de ahorro interno, y un bajo nivel de endeudamiento que le permitiría  aliviar el malestar, pero no será suficiente. La economía argelina tiene problemas estructurales pero mucho potencial, cuenta con todos los recursos humanos y materiales para "hacer su revolución económica". Una fuerza laboral capacitada, energía barata y un gran mercado. Este es el momento de las reformas, de apostar por la iniciativa privada, dejar de estigmatizar a los inversores extranjeros para impulsar una economía productiva y diversificada.

Desde 2005, el país ha impulsado varios planes con más de 600.000 millones de dólares para construir infraestructuras y viviendas. El resultado ha sido modesto por la lentitud de las reformas que ha limitado la participación del sector privado.

Argelia es el 3r proveedor de gas de Europa y el 8º mayor productor de gas del mundo. España es el primer cliente de Argelia y su 4º proveedor con intercambios de 15.000 millones de euros y 300 empresas españolas están instaladas en este país.

Argelia necesita una visión de largo plazo que refleje la ambición de construir una economía exitosa, instituciones sólidas y transparentes. Su progreso dependerá de su capacidad de mejorar el clima social, atraer las empresas internacionales y el desarrollo de las Pymes. Conciliar la eficiencia económica y la cohesión social será clave. El país tiene que perder sus miedos, mirar al futuro, Y contar con todos sus activos y actores para superar las dificultades. 

Expansión, Opinión, Edición Catalunya, Pag.2 Martes, 26 septiembre 2017

lunes, 12 de junio de 2017

El sur del Mediterráneo y el turismo

El Turismo es un factor multiplicador en las estrategias globales de desarrollo. Por su carácter transversal, impacta sobre 70 sectores. Es la cuarta actividad por ingresos generados dentro del comercio internacional, y pocos sectores pueden impulsar el crecimiento y crear empleo como él. En cifras, el turismo representa el 10,2% del PIB mundial, un total de 7,6 billones de dólares. El 6% de las exportaciones. El 10% del empleo registrado. Más de 1.200 millones de viajeros en 2016 y se estima que llegará a 2.000 millones en 2026.

El Mediterráneo es la principal zona de turismo del mundo, con el 32% de las llegadas internacionales y el 30% de los ingresos, y una previsión de 420 millones de turistas para el 2020. Representa el 13% de las exportaciones de la región, el 23% del sector de servicios y emplea a millones de personas. Sin embargo, es un sector heterogéneo y fragmentado. 

Mientras en destinos del norte del Mediterráneo crecen las quejas por las llegada masiva de turistas, en la orilla sur el turismo se desploma y se añoran esos millones de visitantes.

Los ataques terroristas, la inestabilidad política, las fluctuaciones monetarias y los desafíos geopolíticos han afectado a un sector vital para las economías del sur, donde el turismo representa un 12% del PIB y 11% del empleo. En el 2016, hubo una transferencia masiva de turistas, de entre el 15% y el 40% según destino. Desde 2010, Egipto ha perdido 5 millones de turistas y Túnez 2,5 millones. Y desde el 2015, Turquía el 30% de sus visitantes. Millones de viajeros evitan el sur en beneficio de los tranquilizadores destinos del norte Mediterráneo.

Los países del sur pagan cara la factura de la inseguridad y la inestabilidad política. Y con la principal fuente de divisas impactada por los ataques terroristas, las consecuencias lastran unas economías con problemas profundos: se ahuyenta a los inversores, se incrementa la inestabilidad, se agrava el desempleo, y se empuja a emigrar.

Es necesario un cambio, reinventarse, hay que repensar los modelos y encontrar nuevas formas de comercialización. Es preciso extraer el máximo partido del sector para crear puestos de trabajo, reducir la pobreza y contribuir a la paz, especialmente en la orilla sur. Pero debe hacerse desde una nueva visión, sostenible y coordinada. Hay que trabajar con los territorios, revisar el turismo social, cuidar el patrimonio y atender el desafío que plantea el cambio climático.

Es precisa una agencia de turismo mediterránea,  una institución que debería contar con la participación de los actores públicos y privados. Esa agencia facilitaría la creación de una marca común del área para una promoción conjunta en el mundo. Es preciso aunar esfuerzos, ofrecer paquetes de destinos integrados para competir con otras regiones en el futuro.

El sur necesita el turismo. Será imposible sin paz y estabilidad y sin la cooperación entre ambas orillas. El Mediterráneo no debería ser una brecha entre dos mundos, sino una zona común para todos sus habitantes y visitantes

El Periódico de Catalunya,  Opinión, Pag. Lunes, 24 de Mayo de 2017

miércoles, 12 de abril de 2017

Tánger vuelve

La historia de la evolución de las ciudades está llena de contradicciones y visionarios que han entendido desde hace tiempo el efecto transformador de las infraestructuras en términos de estimulación económica. Tánger no es ajena a ello y empieza a configurarse como una gran área de referencia. La dramática metamorfosis experimentada por la ciudad en la última década es sorprendente.
Con un prestigioso pasado cultural, en ella han vivido escritores o artistas como Bowles, Bertolucci o hasta los Rolling Stones, que se han dejado seducir por sus callejuelas y por su asombrosa diversidad de formas de vida y pensamiento. Su bullicio se deriva de su condición como puerto que une dos continentes,y el Mediterráneo y el Atlántico.
Sobrevivió durante veinte años en la oscuridad, y miles de sus habitantes emigraron, pero luego llegó el punto de inflexión hace 15 años cuando el Rey Mohammed VI anunció un gran plan para la ciudad y su región, que incluye grandes infraestructuras, autopistas, alta velocidad, un renacimiento de la antigua medina, y el impulso del turismo, con el objetivo de restaurar su condición de centro económico y social.
Si hay un proyecto al que se le debe este cambio es el megapuerto de transbordo Tánger Med, uno de los más importantes del Mediterráneo, y sin duda, la locomotora económica de Tánger y de toda la región. Tánger Med hoy es algo más que un puerto. Es una terminal de cruceros, puerto de pescadores y punto de abastecimiento de combustible para los barcos. Es un gran centro industrial donde se establecen grandes operadores globales como Renault y otros actores de la industria automotriz, textil, alimentación, química o de equipos eléctricos y electrónicos. Hay que destacar la presencia de centenares de empresas españolas y, sobretodo, catalanas, que se centran en el eje norte Tánger-Larache.
Tánger también sons salarios bajos que generan malestar. El paro de los jóvenes licenciados es alto -casi el 25%- y existe una sensación de afrenta de la clase menos favorecida.  Por eso es clave reforzar el impacto social de todos los proyectos para asegurar un desarrollo económico inclusivo y equilibrado.
La geografía ha beneficiado a Tánger, en el cruce de los continentes, a sólo 14 Km de Europa y con una infraestructura notable. Sus habitantes prometen estar a la altura de su reputación y la ciudad del estrecho tiene muchas cartas para ganar las apuestas. El escritor Mohamed Chukri, definió Tánger como una ciudad mítica, y el mito no se explica. 

Expansión, Edición Catalunya, Pag.2 Martes, 11 abril 2017

lunes, 30 de enero de 2017

El sueño de un Magreb unido



Economía Digital, 27/01/2017


http://www.economiadigital.es/es/notices/2017/01/magreb-unido-88607.php

El 17 de febrero de 1989 en Marrakech, Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez firmaron el acuerdo de la creación de la Unión del Magreb Árabe (UMA) con el objetivo de impulsar la integración y construir relaciones complementarias integradas, basadas en una visión unificada para el futuro.

Tras 28 años, no se logró ninguno de los grandes objetivos, lo que ha causado un gran desorden. La seguridad y la política eclipsan la atención y las diferencias internas y regionales, en el momento en el que el mundo se mueve para la formación de bloques económicos y mercados de consumo integradas, el Magreb sigue ausente de la escena internacional, y económicamente no pesa, aunque disponga de enormes posibilidades y riquezas.

Las diferencias políticas entre Argelia y Marruecos y el cierre de sus fronteras ha impedido avanzar, puesto que ambos países representan el 75% del total de la población y el 70% de PIB de la zona. Pero lo preocupante es que de 2007 a 2015 la proporción del gasto militar en el PIB se ha incrementado en un 20% en Marruecos y más de 65% en Argelia. Se trata de un aumento sin precedentes que hace de estos países los más derrochadores de la región.

Los desafíos se multiplican pero las oportunidades se pierden. La región se enfrenta al alto índice de desempleo, la insuficiencia de los sistemas de educación y salud, una débil competitividad, la alta vulnerabilidad económica y la exposición al cambio climático.

El impacto de la crisis económica global y las revueltas que sucedieron desde 2011 han impactado profundamente en las economías norteafricanas, contribuyendo a un aumento del proteccionismo comercial y a un debilitamiento de la inversión. Los países del Magreb no pueden esperar y ganar tiempo, ya que se arriesgan a no poder cumplir con las exigencias del mercado, y no pueden desatender este frente si quieren luchar contra el radicalismo, estimular la diversificación económica y el crecimiento de empleo que necesitan para mantener una estabilidad política y social.

El Magreb es clave para Europa y para sus intereses económicos y estratégicos. La UE es el primer socio de la región pero asume un papel secundario ante una situación de incertidumbre: crisis económica, el conflicto en Libia, los atentados terroristas, la seguridad, la energía, los refugiados y la emigración. Todas son preocupaciones que la UE debe resolver. No actuar multiplica el riesgo y afecta al conjunto, por ello se necesita un nuevo enfoque europeo que fije las bases de la cooperación con el vecino magrebí.

Una política solo orientada a la seguridad no puede ser la única opción: el fomento de la cooperación económica ayudaría a buscar soluciones para los problemas de inmigración y radicalización, además de impulsar la interacción intra-regional, la creación de empleo y la inversión.

En el conjunto de los países del Magreb viven 100 millones de personas con una media de edad de 24 años, una riqueza estimada en medio billón de dólares, un superávit fiscal que alcanzó los 30.000 millones de dólares, y con reservas de divisas que superan los 300.000 millones de dólares.

Una reactivación del proceso de integración es clave para satisfacer las necesidades del crecimiento y fortalecer la resistencia a los choques externos. La solución está en casa: sumando sus fuerzas los países de la región tienen todo para ganar: unas economías de escala importante, un potencial real de crecimiento, y un gran mercado de consumidores que tiene unos márgenes de progresión muy significativos. Además cuenta con grandes recursos y riquezas en los campos de la energía, la agricultura, el turismo, los minerales, los recursos humanos y la proximidad a los mercados europeos, árabes y africanos.

La estabilidad del Magreb depende de la presión demográfica y la economía. La región tiene que crear millones de nuevos puestos de trabajo para el 2022, pero la ausencia de una verdadera integración está impidiendo atraer inversiones. Por un crecimiento insuficiente se enfrentan grandes pérdidas económicas: el comercio inter-magrebí es el menos integrado del mundo, co un escaso 3,3% frente al 62% de la UE, 26% de Asean (Sudeste asiático) y el 15% del Mercosur .

La integración atraería a empresas internacionales y crearía de decenas miles de puestos de trabajo, en una zona donde el paro alcanza cifras importantes, de hasta el 25%. Cada país de la región ganaría 8.000 millones de dólares, se podrían crear más de 2.500 pymes cada año, las exportaciones aumentarían y en diez años el Magreb podría aumentar en un 25 a 30% su PIB.

La idea es tentadora. Tal vez, después de décadas de lucha interna regional, la conveniencia económica podría dar lugar a un mercado único magrebí, como sucedió entre Francia y Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Esto impactaría positivamente en países vecinos como España y Italia, y las necesidades de la región se transformarían en oportunidades para sus vecinos europeos. El potencial y la interrelación entre Europa y el norte de África es evidente y los impactos pueden cruzar al otro lado del Mediterráneo.

El sueño de la unificación del Magreb y su complementariedad geográfica es una ventaja que los tuareg han podido explotar durante siglos, desplazándose de un país al otro y dentro del Sahara. Son tiempos decisivos: el Magreb tiene que transformar el sueño en realidad, la amenaza en una oportunidad, y convertir su debilidad en una fortaleza. Debe movilizarse para superar las dificultades y riesgos coyunturales, y construir un futuro común en beneficio de todos sus habitantes.

lunes, 16 de enero de 2017

Los jóvenes de una primavera frustrada

Decenas de miles de jóvenes decepcionados y sin empleo se han radicalizado y estan dispuestos a todo.

Con 40 millones de jóvenes desempleados, unos 27 millones sin educación ni formación, Oriente Próximo y el Magreb tienen la mayor tasa de paro de jóvenes en el mundo: un 27,2 %. Es un problema grave, que aumentará, porque la mitad de los 380 millones de habitantes de la región son menores de 25 años y la población puede llegar a los 700 millones en 2050.

El desempleo fue uno de los factores fundamentales de los movimientos de protesta de la llamada Primavera Árabe. Junto con la lucha contra la corrupción y una mayor participación democrática. Pero, casi seis años después, el cumplimiento de estas expectativas se ve lejano y el duro invierno ha provocado que decenas de miles de jóvenes decepcionados se radicalicen, se unan a organizaciones extremistas o intenten emigrar lejos de la guerra y la miseria. Debido al fracaso político y económico, sus vidas se han transformado en un infierno, no hay futuro, y solo por vivir están dispuestos a todo, incluso a asumir el riesgo de morir.

Para frenar la tragedia hay que proporcionar herramientas, un proyecto, alternativas para acomodar la enorme energía de la juventud. No se les puede decir: “siéntate y permanece callado” por que se les está empujando al bando equivocado. Es preciso usar esa fuerza para reconstruir la región, liberarla del sectarismo, la tiranía y la injusticia.

Sólo el 49,2% de la población de la región participa en el mercado laboral, en comparación con el 63.5% a nivel mundial. Entre los graduados, el desempleo ha alcanzado niveles insostenibles. Entre las mujeres llega al 45%, y pese al logro educativo están excluidas. Aumentar su participación añadiría un 47% al PIB la próxima década. El mundo árabe debe crear 60 millones de nuevos puestos de trabajo para el año 2020 sólo para mantener las tasas de desempleo constantes.

El mayor desafío es crear empleo al mismo ritmo que el crecimiento de la población. La demografía puede ser un dividendo o un desafío, dependiendo del acierto.  
Desde 2010 hasta 2015, la región ha perdido 613.800 millones de dólares en actividad económica, casi el 6% del PIB. Algunos países árabes están al borde de la ruina económica y financiera por las guerras y la inestabilidad política. Además, los riesgos geopolíticos surgen por el terrorismo y la insistencia de algunos gobernantes en no dejar sus sillas aunque esto cueste cientos de miles de vidas  y millones de desplazados.

La oportunidad para la región se está escapando. Se necesita una acción seria para crear economías inclusivas y empleo juvenil. Se requiere un enfoque dual en la creación de puestos de trabajo, incluido el autoempleo, y adaptar los conocimientos al mercado laboral, liberar el camino para el sector privado, una mayor inversión pública en infraestructuras, en sanidad y educación.

Pese a este panorama, los jóvenes de la región necesitan tener esperanza y un deseo de estabilidad y prosperidad. Nada es más poderoso que la esperanza de una vida mejor.

El Periódico de Catalunya, Pag. 2 Opinión, Jueves, 12 enero 2017

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Magreb: ¿ China o Europa?

En los últimos años, China ha conseguido un avance espectacular en el Magreb y África, regiones vecinas de Europa, e intenta reforzar los intereses mutuos y los vínculos diplomáticos para asegurar sus necesidades y reforzar su estrategia de crear un espacio económico que se extiende desde China a África a través de la India y Oriente medio.
Este movimiento debería alertar a los europeos del riesgo del cerco geo-económica.

El Mediterráneo, es una de las anclas y la puerta de entrada en Europa para los productos chinos. Pekín ha adquirido el segundo mayor puerto griego, el Pireo, y negocia la gestión del puerto de Limassol. Además, tiene una gran terminal en el puerto de Barcelona.

En el Norte de África hay varios ejemplos; en Argelia va a construir un gran puerto, en Marruecos quiere participar en el proyecto del enlace fijo a través del Estrecho de Gibraltar, y en Egipto está creando una zona industrial en el canal de Suez.

Mientras dos tercios de las importaciones de los países del Magreb vienen de la UE - España es uno de los principales socios con el 12 % del total-, vemos que el 60% de las importaciones alemanas de China son bienes que el Magreb también exporta, como textil, electrónica, mecánica y cuero.

La balanza comercial de la Unión Europea con los países de la región genera un excedente que apenas compensa la tercera parte de su déficit con China. Además, hay gran dependencia energética de la UE en los países del Magreb. Ejemplo de ello: casi 50% del gas de España proviene de Argelia.
Las empresas europeas solo dedican el 2% de sus inversiones en los países de la orilla sur y el 3% en África. Mientras, China aumenta sus esfuerzos de inversión en un 15% en el Magreb y un 20% en África.

La UE no tiene un plan geo-económico coherente para el Magreb y África. China construyó cuatro rutas de la seda, una en Asia Central, otra por el océano Índico, una tercera a través del ártico, y una cuarta que es una extensión de la Península Ibérica hacia la África Atlántica y el Golfo de Guinea.

Los temas económicos y de inversión deben introducirse en un amplio debate que con demasiada frecuencia está dominado por cuestiones de seguridad y de inmigración con el Magreb.

Es imprescindible lanzar nuevas propuestas audaces. La UE, y particularmente España, deben implicarse; hay que priorizar una estrategia y una buena respuesta para evitar el cerco y  ver el patio mediterráneo y sus conexiones controlados por empresas estatales chinas. Sino, es muy probable que la UE quede atrapada en la red de las rutas de la seda.

Expansión, Opinión, Edición Catalunya, Pag.2, Miércoles, 14 diciembre 2016

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Marruecos, transición gradual

Economía Digital, Viernes, 04/11/2016

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/11/marruecos-transicion-gradual-87056.php


Cinco años después de llegar al poder en 2011, en plena efervescencia de la Primavera Árabe, los islamistas del PJD, Partido de la Justicia y el Desarrollo, han vuelto a ganar las elecciones legislativas de Marruecos. 

Su líder, Abdelilah Benkirane, asumirá un segundo mandato como jefe de gobierno. El "Partido de la Linterna" --el emblema de la formación-- ha  llevado a cabo una campaña agresiva, destacando cinco años de estabilidad del país y una imagen de partido incorruptible e independiente.

Los resultados de las contienda electoral también confirman la aparición de un bipartidismo en la vida política marroquí, con dos grandes partidos que suman 240 escaños de 395 en la Cámara de Representantes.

Marruecos mantiene una gradual transición política y económica y una estabilidad en un entorno regional tormentoso. Es la primera economía en el Magreb en términos de crecimiento. Una excepción que navega de forma equilibrada, entre la geoeconomía y la geopolítica, en un momento de cambios profundos.

A diferencia de los levantamientos populares en todo el Oriente Medio y el norte de África en 2011, Marruecos se ha mantenido relativamente indemne, evitando la agitación política desestabilizadora o el impacto económico. El caso de Marruecos ha sorprendido a muchos observadores, ya que sus indicadores sociales, políticos y económicos débiles y problemáticos son muy parecidos a los de los otros países en transición.

Los factores que definen la situación única del país son la consolidación de la legitimidad del rey Mohammed VI, los esfuerzos rápidos del gobierno para la elaboración de un plan económico con el apoyo de las instituciones financieras internacionales,y la gestión inteligente de las reformas socio-políticas.

Economía, reformas y estabilidad son las tres áreas que afectan directamente la vida de los marroquíes. Hoy la estabilidad depende de cómo se gestionan la economía y la agenda de reformas, así como de la lucha contra los desafíos de los extremistas.

El relativo éxito de las reformas está en las inversiones en grandes proyectos de infraestructuras y programas para la emergencia del turismo, la industria y las energías renovables. Obras como TangerMed, uno los puertos más grandes del Mediterráneo, fábricas de automóviles como Renault, la industria aeronáutica, los tranvías urbanos y la alta velocidad, la mayor obra ferroviaria de África, que estará lista en 2017.

La economía empieza a beneficiarse de la modernización. En los últimos 17 años, su modelo de desarrollo ha cambiado. Hay avances en su apertura a nuevos mercados y la diversificación de sus socios. De seguir este ritmo el reino podría formar parte del club de los emergentes.

Situado en una encrucijada estratégica entre Norte y Sur, Este y Oeste, Marruecos explota inteligentemente su ventaja competitiva geoestratégica y, sin alejarse de Europa, se acerca a África. Para así convertirse en un potencial centro de negocios y finanzas, una plataforma de producción y exportación, una puerta de entrada entre ambos continentes --y esto no sólo beneficia a las empresas marroquíes, también aumenta el atractivo internacional del país.

El vínculo económico entre España y Marruecos es asimétrico. Son socios naturales, complementarios y necesarios. España es el primer socio comercial: 20.000 empresas de España exportan a este mercado y más de 1.500 están presentes en múltiples sectores. En 2015 los intercambios comerciales alcanzaron los 11.037 millones de euros. Marruecos es el noveno mercado a nivel global, segundo fuera de la UE y primero de África para España.

Las nuevas realidades requieren escribir una nueva narrativa, una nueva alianza que, además de potenciar la relación bilateral, apueste por competir juntos para desempeñar un rol puente entre África y América Latina.

Hay que apoyar el compromiso del Reino de una dinámica inclusiva que permita fortalecer el pluralismo político, la reforma económica y la modernidad. Sin perder su identidad, cultural y religiosa. Europa, y sobre todo España, necesitan que este modelo tenga éxito, para mantener la estabilidad. Marruecos se enfrenta a muchos desafíos sociales y económicos profundos subyacentes, y existe el riesgo de que estos puedan llegar a alimentar el malestar si el actual proceso de reforma moderada no da frutos o resultados.

A pesar de los avances aún queda mucho por hacer para abrir sustancialmente el espacio político y crecer económicamente. Entre otros desafíos: el desempleo, la cuestión de los licenciados en paro y la inclusión de las mujeres en el mercado laboral.

La actualización del sistema de educación y sanidad pública, la creación de canales de participación ciudadana y las reformas por hacer son factores pendientes para mantener a Marruecos en el camino hacia un país más plural y económicamente viable.

jueves, 28 de abril de 2016

Argelia y España, no faltan recursos sino ambición


Economia Digital, Miércoles, 07/04/2016

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/04/argelia-y-espana-no-faltan-recursos-sino-ambicion-82967.php

Un espejismo dulce, y una pequeña ola de pánico comenzó a circular en los pasillos del poder de muchos países productores de petróleo a causa de la gran caída del precio del crudo. Argelia, hipnotizada por el oro negro y dependiendo de su fluctuación en los mercados internacionales, ve como sus arcas se vacían y el precio apenas se recupera.

El gas y petróleo representan el 70% de los ingresos del presupuesto del Estado, el 95% de las exportaciones y el 36% del PIB. Los ingresos de divisas provenientes del petróleo ascendieron a  750.000 millones de dólares entre 2000 y 2014, mientras que, durante el mismo período, las importaciones fueron de 550.000 millones de dólares.

La evolución del mercado mundial de energía y la tensión geopolítica en sus fronteras obliga a Argelia a adaptar estrategias claras sin parches.

La situación es muy preocupante, pero, a diferencia de los impactos en 1986, Argelia dispone de 140.000 millones de dólares de reservas de divisas, 7.000 millones en reservas de oro,  fondos de estabilización, y una alta tasa de ahorro interno que le permitiría aliviar el malestar. Pero no será suficiente.

La economía argelina, pese a su potencial, tiene muchos problemas estructurales. El excesivo peso del Estado  y la dependencia de los hidrocarburos como principal fuente de riqueza son dos de estos problemas.

El gasto público se explota. Todo está subvencionado: gasolina, electricidad, vivienda, transporte, empleo juvenil, harina, aceite, azúcar, fertilizantes, tractores… Esta bonanza representa el 25% del PIB, una tasa extravagante e imposible de mantener que debe tratar de contener la sangría financiera y aplicar más rigor.

Otro punto negro es la fuga de capitales que entre los años 2004 y 2014 se estima en 14.000 millones de euros.

El período de vacas gordas se ha completado, pero hay margen de maniobra. Argelia cuenta con todos los recursos humanos y materiales para "hacer su revolución económica" y situarse entre las potencias emergentes.

El problema no es económico. Para iniciar la inversión productiva, sería más útil aliviar la anorexia de un país que aparentemente se niega a crecer.

Las reservas actuales y el bajo nivel de endeudamiento dan una ventaja de tres o cuatro años para las reformas. Argelia dispone de una fuerza laboral bien capacitada, energía a bajo costo y un gran mercado interno.

Este es el momento de reformar y construir. Y apostar por  la iniciativa privada, dejar de estigmatizar a los inversores extranjeros, impulsar una economía productiva y diversificada. Se deben empezar a eliminar suavemente los subsidios y reservar el dinero para los presupuestos de inversión. Argelia se puede curar de la llamada "enfermedad holandesa" o "la maldición del petróleo".

Desde 2005, el país ha impulsado varios planes estratégicos 2005-2009 y 2010-2014, 2015-2019 con más de 600.000 millones de dólares para construir infraestructuras, incluyendo un 1.200 km de autopistas, plantas de desalinización de agua y miles de unidades de vivienda.

Pero el resultado hasta el momento ha sido modesto y lejos de las expectativas proyectadas por muchos factores como la lentitud de las reformas que ha limitado la participación de los inversores extranjeros y privados. Las autoridades deben contar con su implicación en la elaboración de cualquier nuevo esquema.

Argelia, un importante proveedor de gas en Europa, tiene posibilidades para reposicionarse en el mercado mundial del gas mediante la explotación a su favor su asociación y vecindad con la UE. Es el tercer proveedor de gas de Europa, el octavo mayor productor de gas del mundo y es de los 20 primeros países productores de petróleo.

España sigue siendo el primer cliente de Argelia y su cuarto proveedor con intercambios de 15.000 millones de euros. El 50% del gas que consume España viene de Argelia. Unas 270 empresas españolas se han instalado en este país del Magreb. Muchas son multinacionales de sectores como la energía, la construcción y la obra pública y han ganado suculentos contratos.

En este mundo turbulento e incierto anunciando grandes trastornos geoestratégicos militares, las fronteras políticas y económicas en las futuras batallas por el desarrollo están condicionadas por el buen gobierno y la mejora del conocimiento.

Argelia a pesar de la caída de sus ingresos tiene la ambición pero requiere una estrategia del desarrollo, teniendo en cuenta los nuevos cambios del mundo. El progreso económico dependerá de la capacidad  de mejorar el clima social, de una nueva ley de inversión capaz de atraer a las empresas internacionales y del desarrollo de una clase empresarial, especialmente las pymes. Conciliar la eficiencia económica y la cohesión social será clave.

La cuestión de la financiación siempre es factor clave del desarrollo económico. Pero no soluciona  todos los problemas. El país magrebí tiene que perder sus miedos, mirar al futuro y no aplazar lo inevitable.

Y contar con todos sus activos políticos, económicos y sociales para superar las dificultades. Pero también será necesaria una visión de largo plazo que evite las posiciones y comportamientos derrotistas y que refleje la ambición de construir una economía productiva y exitosa, instituciones sólidas y la participación de todos los actores