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lunes, 20 de julio de 2020

El futuro puede ser diferente

La industria del automóvil vive tiempos de incertidumbre agravados por la rápida expansión de la COVID-19. 

El mercado automovilístico internacional ya estaba saturado, las grandes empresas presionadas por los aranceles, las tensiones comerciales ya estaban comenzando a diversificar sus cadenas de suministro con el fin de reducir riesgos, y ya estaba en marcha la búsqueda de alternativas. Sin embargo, este es un proceso largo que lleva tiempo. Los fabricantes quedaron seriamente afectados por la repentina caída de la demanda, el confinamiento de los clientes, el cierre de distribuidores, la obligación de reducir la fuerza laboral para proteger a los trabajadores y las dificultades en las cadenas de suministros globales. Y la gran incógnita es el comportamiento que presentará la demanda en los mercados objetivo.

Sin duda, es el sector industrial al que más duramente está afectando esta crisis sanitaria y económica. Un factor clave ha sido la rotura de su propio modelo de abastecimiento, ya que el 80% de la cadena de suministro de automóviles del mundo está conectada a China. No obstante, el sector ha demostrado tener resistencia y potencial. La reactivación de las fábricas industriales es una buena señal y permite reconectar las cadenas de producción globales. El ecosistema automotriz de varios países mediterráneos puede posicionarse para aprovechar las oportunidades que ofrece la planificación continua de este sector y anticipar la recuperación.

En la región mediterránea, los datos previos a la COVID-19 mostraban las buenas cifras del sector, especialmente en España, Turquía y Marruecos. España es el segundo país europeo fabricante, después de Alemania, y el primero del Mediterráneo. El 83% de esta producción se exporta. Francia es el segundo fabricante de la región, seguido de Turquía y Marruecos, países que habían registrado un fuerte crecimiento con un 73% de la fabricación regional destinada a la exportación.

El sector tiene un impacto multiplicador a nivel económico y social por la creación de nuevas empresas, por la generación de empleo masivo y por la creación de estabilidad y riqueza, en una región con una alta tasa de paro juvenil que requiere 50 millones de nuevos empleos para el año 2025. Durante décadas, la industria del automóvil ha ido tejiendo complejas cadenas de suministro a escala global basadas en la máxima eficiencia, en una rigurosa puntualidad y en el suministro de piezas just-in-time. Pero, debido a la pandemia, este procedimiento ha desencadenado un parón total en la producción de vehículos en Europa. Tal vez ha llegado el momento de regionalizar el sector y de apostar por la proximidad y la alianza entre las dos orillas del Mediterráneo como la próxima frontera de crecimiento.

Los grandes fabricantes han invertido miles de millones en el Mediterráneo y África en los últimos años atraídos por las perspectivas de crecimiento que ya no ofrecen los mercados de automóvil más maduros. Las ventas de autos nuevos en Estados Unidos, China y Europa están disminuyendo después de una década extraordinaria. El nuevo grupo de fabricación de automóviles, destinado en gran medida a atender la demanda local y regional, podría convertirse en el modelo para que las empresas reconsideren sus cadenas de suministro globales a medida que aumentan las barreras comerciales en todo el mundo.

La industria del automóvil tiene sentido en una región mediterránea integrada. Europa tiene 500 millones de habitantes, la zona oriental del Mediterráneo otros 600 millones, y África subsahariana incluye 1.000 millones más. Integrar las tres zonas es la solución obvia. En comparación, la población de todo el continente americano (América del norte, central y sur), es de solamente 1.000 millones. Otras ventajas de la región mediterránea son las energías baratas, la disponibilidad de materias primas, la mano de obra joven que puede ser formada en las habilidades requeridas y un gran mercado potencial de consumidores.

Es frecuente pensar que entre el norte y el sur del Mediterráneo existe competencia, pero esto es un equívoco. En un mundo globalizado hay que competir con otras regiones, especialmente con Asia. Por ello hay que cambiar la visión. Crear un hub mediterráneo para fabricar vehículos tiene enormes posibilidades, convirtiéndose en una plataforma regional que facilitaría la industria, el comercio y la logística a nivel mundial. Todas las experiencias demuestran que la complementariedad norte-sur puede promocionar la región y hacerle jugar un papel protagonista en el panorama mundial del automóvil. Es cuestión de tiempo reestructurar el sector, implementar mecanismos de apoyo y financiación adecuados, y lanzar el ecosistema mediterráneo empresarial.

La región mediterránea puede transformarse en un centro internacional para la fabricación y el ensamblaje desde el que acceder a África, Asia y Europa, e influir en los mercados mundiales. Es posible colocar la región en la escena mundial, atraer más inversiones e incentivar un sector que puede ampliar su capacidad para fabricar, exportar y crear empleos. Hay que apostar por la eficiencia en las cadenas de suministro, desarrollar el coche eléctrico sostenible, y aprovechar las oportunidades y la experiencia para hacer frente a la competencia. La integración regional es el camino hacia la sostenibilidad y la supervivencia.

Barcelona, Julio 2020











martes, 26 de febrero de 2019

Automóviles "Made in África"

Los fabricantes de automóviles más importantes del mundo están transformando el norte de África en un centro de fabricación regional, construyendo nuevas unidades de producción, en su estrategia de apostar por el continente como la próxima frontera de crecimiento.

No era ningún secreto que muchos países de la zona quieren desarrollar una industria del automóvil, y esta visión ha comenzado a tomar una forma coherente en Egipto, Marruecos, Argelia y otros países.

La inversión extranjera directa en el norte de África aumentó de 5.000 millones de dólares en 2011, a 15.000 millones de dólares en 2018, en gran medida impulsada por la inversión de los fabricantes de automóviles. La situación en la región se está estabilizando, para construir plantas de ensamblaje a cambio de garantías gubernamentales para proteger las inversiones.

Hay un gran nicho en los vehículos de bajo coste, en los transportes comerciales y colectivos, y en la fabricación de componentes. Además, las inversiones de los fabricantes de automóviles en la región se están expandiendo, en parte porque varias naciones africanas han comenzado a rechazar las importaciones de automóviles para atraer la capacidad de producción, y porque las perspectivas de crecimiento en África superan con creces los mercados más maduros. Las ventas de vehículos nuevos en EEUU, China o Europa están disminuyendo tras una década extraordinaria. Las empresas también reconsideran sus cadenas de suministro globales, a medida que aumentan las barreras comerciales en todo el mundo, impulsadas en gran medida por las políticas del Presidente Donald Trump.

Marruecos ya ha superado a Sudáfrica como centro automotriz del continente, y pronto se espera que produzca más automóviles al año que Italia. El reino también se está convirtiendo en un proveedor importante para las fábricas de automóviles europeas. En Marruecos, Renault, que tiene una participación de mercado de más del 40% en la región, ha construido dos plantas de ensamblaje en los últimos cinco años que producen más de 200.000 automóviles al año. Peugeot, en una importante unidad de expansión, está construyendo una planta en Marruecos que se pondrá en funcionamiento a finales de este año.

Desde el año pasado, Argelia ha requerido que casi todos los autos nuevos vendidos en el país se produzcan allí. Esa decisión ayudó a convencer a Renault y Volkswagen de construir una nueva planta, y SEAT, la unidad española de la compañía, está produciendo algunos de sus modelos.

Los gobiernos locales, deseosos de atraer inversión extranjera, en parte para pagar los préstamos de infraestructura, están adoptando políticas favorables a los negocios, como el relajamiento de los controles cambiarios, la creación de zonas de libre comercio y el suministro de incentivos financieros. Algunos también están construyendo o expandiendo carreteras, enlaces ferroviarios y puertos de aguas profundas.

Los fabricantes de automóviles son conscientes de los riesgos de hacer negocios en África, donde las combinaciones de corrupción, inestabilidad económica, terrorismo o turbulencia política son altas en muchos países. Las anteriores incursiones en mercados extranjeros como Sudamérica, Rusia e India parecían prometedoras, pero han agotado en gran medida las finanzas de la industria automotriz.

Por supuesto, hay riesgos. Pero lo que se ve es el potencial de la región. Es un mercado muy joven que se está volviendo más industrial cada día. La industria del automóvil tiene sentido en el norte de África, hay muchas ventajas: energía barata, materias primas, dinero, ubicación geográfica y mano de obra joven que puede ser formada con las habilidades requeridas. Otra gran ventaja es el efecto multiplicador de la creación de nuevas empresas y oportunidades para los jóvenes. Un 45% de la población son menores de 21 años, y la creación de empleos aleja la emigración, la delincuencia y el extremismo. La estabilidad y la prosperidad en la región son claves para la seguridad de todos.

La visión debería ser crear un hub mediterráneo mundial, para fabricación de automóviles, tanto de bajo coste como de alta gama, y los coches del futuro de nueva generación tecnológica o eléctrica. Y las cadenas de valor industrial y logística asociadas. Porque la competencia no es entre el norte y el sur del Mediterráneo. En un mundo globalizado hay que competir con otras regiones, especialmente Asia.

Los últimos obstáculos que frenaban el desarrollo de una industria del automóvil local se están eliminando, Sólo podía ser una cuestión de tiempo  para que esta industria inicia su despegue y se perfila como una gran oportunidad para la región.

Crónica Global,  Economía - Pensamiento, Sábado, 23 /02/2019 

lunes, 14 de marzo de 2016

Industria del automóvil en el Mediterráneo, cuestión de tiempo


Economía Digital, Jueves, 10/03/2016

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/03/industria-del-automovil-en-el-mediterraneo-cuestion-de-tiempo-82360.php


La industria del automóvil en la región mediterránea vive tiempos nuevos, ofreciendo a un saturado mercado automovilístico internacional una alternativa de expansión en una región donde Asia, Europa y África están muy próximos entre sí y rodeados de 500 millones de habitantes.

Después de seis años de declive, las ventas de automóviles en la UE aún no llegan a los resultados del 1997- 2007. Las ventas en Europa fueron de entre 14 y 15 millones de unidades al año.

En 2014 hubo 12,5 millones de matriculaciones y hubo un crecimiento del 6% en 2105. La mirada puesta en otros mercados para la crecer es la alternativa tanto para mantener las fábricas europeas como para establecer otras en nuevos destinos.

Un ejemplo lo vemos en el Mare Nostrum después de consolidarse en la orilla norte. Los grandes constructores automovilísticos empiezan a navegar hacia la otra orilla, a países como Turquía, Marruecos, Argelia y Egipto.

En la región mediterránea los datos del año 2015 muestran un importante crecimiento del  sector de la automoción, siendo España, Turquía y Marruecos las que han tenido mejor comportamiento.

España es el segundo país europeo después de Alemania y primero del Mediterráneo en alcanzar la cifra de 2.733 millones de coches en 2015, un 13,7% más que en 2014.  El 83% de esta producción se exporta y la tendencia es de llegar a la cifra 3 millones en 2017.

Francia es el segundo fabricante de la región con 1,5 millones de unidades, mientras que Turquía ha registrado un fuerte crecimiento del 16% y un récord de 1,36 millones de coches en 2015. El 73% de la fabricación se destina a la exportación.

Marruecos está empezando a conseguir un lugar en el mapa. Las dos fábricas de Renault han llegado a las 300.000 unidades en 2015. Un  incremento del 26% y el 90% de los vehículos salen a la exportación.

En 2017 PSA inaugura su primera fabrica automóviles en suelo marroquí, otros fabricantes mundiales han puesto sus ojos en este país por su situación geográfica como puerta hacia  África , su proximidad de Europa, la mano de obra joven y su mercado interno.

El tamaño y las posibilidades del mercado regional debería hacerlo atractivo para la industria del motor: alrededor de 5 millones de coches se compraron el año pasado en Oriente Medio y el norte de África. Es un mercado más grande que Alemania  donde se venden cerca de 3 millones de unidades cada año. Se estima que podrían llegar a 10 millones en 2020.

El Norte de África está cerca, el mercado de automóviles de Argelia y Marruecos tiene un crecimiento de dos dígitos que seguirá en los próximos años. Las  ventas de automóviles en estos países ascendieron a 700 mil en el último año, y el número podría aumentar a un millón en 2020.

La industria del automóvil tiene sentido en Oriente medio y el Norte de África. Energía barata, materias primas, dinero, ubicación geográfica y mano de obra joven que puede ser formada con las habilidades requeridas son las principales ventajas.

No es ningún secreto que muchos países de  la zona han hecho una apuesta estratégica por  desarrollar una industria del automóvil y ahora esta visión ha comenzado a tomar una forma coherente.

La primera fue Turquía hace años, luego Egipto, Marruecos, y Argelia. Los nichos de producción en los que existen mayores posibilidades son los vehículos de bajo coste y los de transporte comercial o colectivo y la fabricación de componentes.

Este sector tiene impacto multiplicador tanto a nivel económico y sobre todo en el campo social por la creación de empresas, es decir,  empleo masivo y generando riqueza o estabilidad.

El Sur y la parte oriental del mediterránea sufren una de las mayores tasas de desempleo entre la población joven del mundo, el 50% de la población son menores de 21 años, y la región requiere decenas de millones de nuevos empleos para el año 2022.

Es fácil pensar que entre el norte y el sur del Mediterráneo pueda existir una competencia pero la experiencia con Turquía y ahora en Marruecos muestra muchas posibilidades de complementariedad que podría ayudar a impulsar la región a jugar un papel protagonista en el panorama mundial del automóvil.

Una sinergia capaz de competir con otras regiones especialmente de Asia, promocionando el mediterráneo como Hub mundial de fabricación de automóviles tanto de bajo coste como de alta gama o los coches del futuro de nueva generación tecnológica o eléctricos con una cadena de valor industrial y logística.

Esta plataforma estratégica es única para facilitar el comercio y la logística a nivel mundial. Sólo podía ser una cuestión de tiempo para que esta industria inicie su despegue en la región.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Coches: nuevos destinos

El mercado europeo está saturado. Después de seis años de declive, las ventas de automóviles en UE - a pesar de un repunte en 2014-  aún están lejos de recuperarse. Entre 1997 y 2007 se vendieron en Europa entre 14 y 15 millones de unidades al año, mientras que en 2014 hubo 12,5 millones de matriculaciones, un 17% por debajo de sus máximos históricos.  Mientras en Europa están disminuyendo las ventas, la mirada se ha puesto en otros mercados atractivos para la expansión del sector, como una alternativa para mantener las fabricas en Europa y establecer otras en los nuevos destinos. La industria del automóvil tiene sentido en Oriente medio y el Norte de África: energías baratas, materias primas, dinero, ubicación geográfica y mano de obra joven, que puede ser formada con las habilidades requeridas, son las principales ventajas.

La primera fue Turquía, hace años, Egipto, Marruecos, Arabia Saudita y Argelia son otros países que han apostado por esta industria. Turquía es un hub para fabricantes de automóviles a nivel mundial: fabricó 1,1 millones de vehículos en 2014 y destina el 75% de la producción a la exportación. No es ningún secreto que Arabia Saudita quiere desarrollar una industria del automóvil, y ahora esta visión ha comenzado a tomar una forma coherente: ya han empezado las negociaciones con grandes fabricantes.

Renault abrió en 2012 su primera planta en Tánger (Marruecos),que en 2014 produjo 227.579 vehículos, destinados el 90% a la exportación. Y el pasado noviembre se inauguró una nueva fábrica de Renault en Orán (Argelia).

El Magreb esta cerca. El mercado de automóviles de Argelia y Marruecos tiene un crecimiento de dos dígitos, que seguirá en los próximos años. Las ventas de automóviles en estos países ascendieron a 623.000 unidades en el último año, y el número podría aumentar a un millón en 2020. El tamaño y la riqueza del mercado regional debería ser un atractivo para la industria del motor: alrededor de 5 millones de coches se compraron el año pasado en Oriente Medio y el Norte de África. Es un mercado más grande que Alemania, donde se venden cerca de 3 millones de unidades al año. Dentro de la región, el mayor mercado es Arabia Saudita, con unas ventas anuales que superan el millón de coches. Se estima que las ventas seguiran creciendo en toda la región, y que podrían llegar a 10 millones en 2020, con los modelos económicos y los de más lujo los más demandados. Sólo es una cuestión de tiempo que importantes fabricantes de automóviles inicien la producción en la región.

Expansión, Miércoles, 13 de febrero 2015, Edició Catalunya, Pag 2, Opinión