lunes, 30 de abril de 2018

Arabí Saudí : Tiempos de incertidumbres

Después de visitar EEUU y Francia, España ha sido la tercera en recibir al Príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammed Bin Salman en su primer periplo oficial como nuevo hombre fuerte, lo que indica la importancia que el reino saudí otorga a España como uno sus aliados preferenciales.

España, y sobre todo sus empresas, ha descubierto Arabia Saudí; en los últimos años se ha multiplicado la presencia empresarial acompañada por una gran despliegue institucional, muchos viajes del Rey, ministros y delegaciones de alto nivel. Esto se ha traducido en grandes contratos, algunos históricos como el proyecto del tren de alta velocidad Meca-Medina, el metro de Riad y decenas de otros proyectos, alcanzado así un hito jamás conocido en las relaciones bilaterales entre ambos países que se han expandido en muchos sectores como educación, salud, petroquímica, agua, electricidad e infraestructuras, y miles de millones de euros en contratos y proyectos además del interés creciente de los saudíes de invertir en España.

Arabia Saudí está viviendo en los últimos dos años eventos y acontecimientos históricos impensables en un reino hermético, que se veía ajeno a los cambios y aferrado a las tradiciones. Y el responsable es el príncipe heredero Mohammed Bin Salman. Y de la velocidad con la que el príncipe lanza sus iniciativas, especialmente la última contra la corrupción que permitió recuperar 86.000 millones de euros con la campaña del pasado noviembre. Esa cifra proviene de los acuerdos alcanzados con los casi cuatro centenares de príncipes, magnates y altos cargos investigados durante estos tres meses. Pero el fin de la purga no acaba con la incertidumbre que ha suscitado en medios empresariales.

También con el lanzamiento de NEOM, un megaproyecto para la construcción de una nueva ciudad que contará con una financiación de 425.000 millones de euros y que pretende convertir al reino "en un país del primer mundo". La apuesta por el sector del turismo, el ocio y el tecnológico, permitir los conciertos, las salas de cines, los parques temáticos, los derechos de la mujer --como conducir un coche, abrir un negocio o asistir a eventos de ocio o deportivos--. Todos estos factores pondrán a prueba su liderazgo y la consolidación de su poder.

La apuesta emocional para ganar el alma de la nueva generación saudí es clave en una país con 24 millones de habitantes, en el que el 70% tiene menos de 30 años, y el 37% menos de 14 años. Y llegará a 40 millones a finales de 2030. Pero solo con la emoción y el dinero no será suficiente.

Las  expectativas de vida de los jóvenes están cambiando rápidamente por la exposición a los redes sociales, alimentando una creciente desconexión entre ellos y la vieja élite gobernante. Mientras los grupos extremistas intentan explotar este abismo, sin un proyecto de desarrollo, las autoridades no serán capaces de cumplir con las expectativas de sus ciudadanos.

La economía tendrá que acomodar a un número creciente de personas que buscan empleo. Necesita crear cuatro millones de empleos en los próximos años para absorber los nuevos entrantes en el mercado laboral.

Cambiar un país como el reino saudí y pensar de forma diferente no será fácil. Los retos económicos y sociales, reducir la vulnerabilidad del precio del petróleo, y crear un consejo para la rendición de cuentas son pasos en la dirección correcta. Pero la implementación de este ambicioso programa necesitará un amplio apoyo social, y los cambios estructurales requieren decisiones de largo alcance. Se debe abordar también la demanda de reformas, de derechos y de democracia, que serán clave para predecir el futuro y determinantes para el éxito.

El nuevo príncipe fuerte de Arabia dirige un reino que es el mayor exportador de petróleo del mundo. El segundo en reservas, la 19º economía mundial y el tercero en reservas de activos exteriores. Pretende transformar el país y situarlo entre los inversores globales y diversificar su economía con el Plan Visión 2030. El nuevo plan, esboza las grandes reformas para reducir su dependencia de los hidrocarburos y establecer una agenda social. Se basa en posicionar el reino como la gran potencia regional favorecida por su capacidad de inversión y su ubicación estratégica.

Para conseguirlo prevé la participación del sector privado, reducir el gasto público, revisar los subsidios y privatizar una serie de actividades económicas. Y, lo más importante, vender una participación del 5% de Aramco, la mayor empresa petrolera del mundo, y con los ingresos obtenidos --que podrían alcanzar los dos billones de dólares-- crear el mayor fondo soberano del mundo.

El cambio económico y social también requerirá una recalibración completa de la relación entre la ciudadanía y el Estado. El alarmante crecimiento de Daesh es una advertencia de las consecuencias de no contar con la gente, especialmente con los jóvenes. Tendrán que repensar los métodos tradicionales de consulta y encontrar una manera de acomodar las preocupaciones de una generación con una mentalidad independiente y más exigente que sus mayores.

El heredero al trono saudí deberá demostrar madurez, y eso significa construir consenso para realizar los cambios a nivel interno y calcular bien el coste de enfrentarse a Irán, que es el principio rector de su política exterior en una zona que vive tiempos de grandes convulsiones e incertidumbres empujados por una situación regional explosiva. A pesar de todo esto, hay una cosa cierta: el enérgico jugador de 32 años mantendrá a Arabia Saudí en el primer lugar de la agenda mundial en los próximos años.

https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/arabia-saudi-tiempos-incertidumbres_133991_102.html 

Cronica Global, Pensamiento, Opinión, Viernes 13/04/2018

martes, 17 de abril de 2018

"Start up" árabes

Oriente Medio suele acaparar titulares solo por ser lugar de conflictos, de gobiernos represivos, atentados, dictadores y de refugiados. Pero estas cuestiones no  muestran un cuadro completo de la región. 

En la zona se están desarrollando numerosas tendencias económicas y sociales innovadoras. Ofrecen una alternativa positiva a los escenarios fatalistas. Una revolución tecnológica está en marcha. La iniciativa empresarial y el sector privado abren grandes perspectivas para revitalizar la región.

La energía del futuro de Oriente Medio no será el petróleo. Lo será su capital humano. En la región viven 380 millones de personas, de las cuales el 60% son menores de 25 años. Son la energía que, bien canalizada, puede reconstruir la región y liberarla del sectarismo y la injusticia. El paro, sobretodo el juvenil, es un problema grave que aumentará si no se proporcionan alternativas.

La región necesita 75 millones de nuevos puestos de trabajo para los próximos 5 años. Hace falta una acción seria para crear economías inclusivas y empleo juvenil. Se requiere un enfoque dual en la creación de empleo, una adaptación de los conocimientos al mercado laboral, un camino libre para el sector privado y una inversión pública mayor.

Los jóvenes, universitarios y emprendedores están interesados en las energías renovables, la robótica y la tecnología. Hay que convertir esta tendencia en una norma mediante la creación de un entorno  que promueva y fomente el espíritu empresarial, mejore la educación y apueste por la innovación y el crecimiento inclusivo. La tecnología educativa es necesaria para proporcionar el salto. El ecosistema debe ser propicio para la captación de talento. Debe ayudar a producir una generación de creadores de empleo, en lugar de solicitantes de trabajo.  Por su parte, los gobiernos no deben centrarse en la creación de empleo, sino ayudar en la creación de empresas.

El mundo árabe no será Silicon Valley, pero está en un momento prometedor. Se multiplican las iniciativas y los Business Angels. Crece espectacularmente el comercio electrónico. El numero de fondos de capital riesgo se ha duplicado. Las universidades están construyendo aceleradoras e incubadoras para impulsar startups lideradas por jóvenes universitarios. Se notan los vientos de cambio en Casablanca, Túnez, El Cairo, Amán, Beirut, Dubái, o Riad.

Un ecosistema empresarial se está desarrollando. Puede ser el elemento de cambio. Si reinvierte en el espíritu empresarial, el último barril de petróleo no será llorado.

martes, 3 de abril de 2018

La batalla por el gas Mediterráneo

La carrera por las fuentes de energía ha desempeñado un papel clave en la formación de la historia de Oriente Medio desde finales del siglo XX; este fue el caso en el Golfo, Irak y Libia. 

Ahora, el descubrimiento de gas natural en el Mediterráneo Oriental abre nuevas expectativas, nuevos retos e inicia la carrera para explotar la riqueza descubierta. Además tiene implicaciones económicas, probablemente podría  convertir el Mediterráneo oriental en una de las principales áreas globales de suministro de gas,con recursos estimados en 122 trillones de pies cúbicos de gas, en las aguas territoriales de Chipre, Egipto, Israel, Líbano, Palestina y Siria.

Hay cierto optimismo, e interés europeo en el desarrollo del gas natural mediterráneo como contrapeso a las importaciones de gas ruso. Es preciso un entorno estable para atraer inversores y producir, y los jugadores pueden ser inducidos a resolver sus disputas pacíficamente. Lamentablemente, una combinación de fronteras inestables, maquinaciones diplomáticas y riesgos económicos podría envolver al Mediterráneo oriental en conflictos graves.

Los descubrimientos de yacimientos de gas están revolviendo la olla de agitación regional y provoca diversas reacciones. Las fronteras marítimas están en disputa. Hay tensión entre Líbano e Israel, y entre Turquía y Chipre por los límites marítimos, y la guerra en Siria y el apetito de otros jugadores externos como EEUU, Rusia y China provocan una situación volátil y altamente complicada.
EEUU y Rusia, los mayores productores mundiales de gas natural, están preparados para desempeñar un papel en la intermediación y el beneficio de las próximas crisis. Las potencias europeas, a pesar de ser el principal beneficiario de estas riquezas, podrían quedar relegadas.

Rusia es actualmente la potencia dominante en esta zona del Mediterráneo entre Turquía, Chipre, Egipto y Siria. Moscú ya se ha asegurado un papel preeminente en los sectores del petróleo y gas sirio en los próximos años, incluidas las reservas de gas en alta mar. Esta red de relaciones y la presencia militar podrían convertir a Rusia en el primer árbitro en las crisis en la región. Lo que le permitiría vigilar de cerca el desarrollo de las riquezas del gas del Mediterráneo oriental, que los europeos necesitan para disminuir su dependencia de Rusia.

La seguridad energética es una preocupación fundamental. La UE debería disponer de alternativas para diversificar sus fuentes de suministro, así como reducir sus riesgos políticos y económicos, y limitar su dependencia del gas Ruso que representa el 38% de sus importaciones. La crisis en Ucrania y la posibilidad de una interrupción en el suministro de gas a Europa muestran la necesidad de tener soluciones. La explotación de gas Mediterráneo no es solo una  gran  oportunidad de desarrollo para los nuevos países productores, sino también para la UE que el año 2030 necesitará unos 113 mil millones de metros cúbicos anuales.

El potencial de la región es considerable además del petróleo y el gas. Cuenta con sistemas de energía hidroeléctrica, eólicos y de radiación solar de los más avanzados. La región podría ser uno de los grandes actores energéticos del mundo. Hasta el 2035, se espera que la demanda de gas natural crecerá en 1,9% anual.

Los problemas internos y geopolíticos son las principales causas de riesgo. Algunos países tendrán que unir sus fuerzas si quieren aprovechar sus recursos y encontrar las mejores soluciones económicas y estratégicas para optimizar sus operaciones. Deberían tener en cuenta que para explotar esas grandes reservas de gas y atraer la inmensa inversión no será posible sin  promover un entorno pacífico y estable. Pero estas enormes riquezas no han calmado la región, al contrario, los conflictos parecen inevitables.

Una visión compartida y a largo plazo es esencial para movilizar los recursos necesarios para desarrollar la cooperación energética mediterránea y construir un mercado de gas natural regional. Muchas iniciativas en el ámbito de la cooperación euro-mediterránea no han generado resultados significativos. Los principales actores deberían multiplicar sus esfuerzos. Todos, de una manera u otra, pierden en esta batalla a pesar que son conscientes de la dependencia energética mutua entre Europa y el Mediterráneo y de como EEUU y Rusia están utilizando este espacio como otro campo de batalla en su competencia cada vez mayor en el mundo.

El Periódico de Catalunya, Opinión, Pag.2, Sábado, 24 de Marzo de 2018