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miércoles, 1 de mayo de 2024

España y el mundo árabe: nueva energía

 

Los vínculos entre España y algunos países árabes han mejorado de forma evidente en los últimos años, tanto a nivel político como económico. La proximidad histórica y geográfica siempre habían sido un valor añadido, por la cercanía y las relaciones políticas tejidas durante años, que facilitan la reciprocidad y la expansión de las empresas.

Nunca antes estos lazos habían alcanzado este nivel. Los intercambios comerciales crecieron entre el 80% y el 90% anual, llegando incluso al 150% con algunos países. Hoy, ya no es una excepción que una empresa española gane un contrato y prueba de ello, son los grandes contratos adjudicados en Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Emiratos, Egipto, Argelia o Marruecos a empresas españolas.

Además, el compromiso de España con el mundo árabe se traduce también en la presencia de inversores árabes que aumentaron su apuesta por España, con fondos y empresas que han invertido más de 18.000 millones de euros en los últimos años en diferentes sectores en una muestra de confianza en la economía española.

Los fondos soberanos del Golfo están cambiando sus estrategias de inversión, buscando activos alternativos que aseguren el rendimiento e impacto en su entorno económico, apoyando sus economías locales y creando riqueza para sus generaciones futuras. En 2022, estos fondos invirtieron más de 90.000 millones de dólares. El doble que en 2021. Un 60% se destinó a Europa y América del Norte. Por ello ahora están utilizando su riqueza para reclamar un papel más importante en el escenario mundial, diversificar sus economías y ganar influencia geopolítica.

Hace unos meses, el principal operador de telecomunicaciones saudita, Saudí Telecom STC adquirió una participación en Telefónica, una importante inversión a largo plazo coherente con su estrategia de crecimiento invirtiendo en sectores vitales de tecnología e infraestructura digital en mercados prometedores, a nivel regional europeo y global.

En los últimos años, el sector energético español ha recibido la atención de grupos y fondos árabes con la gran liquidez financiera. Seguramente una de las operaciones que puede marcar un paso importante sería el interés del grupo energético Taqa, perteneciente a un fondo soberano de Abu Dhabi, ADQ, en convertirse en el socio mayoritario de Naturgy tejiendo una alianza con Criteria. Esta no sería la primera operación de un fondo de este emirato, puesto que en 2011 IPIC -Mubadala se convirtió en el socio mayoritario de Cepsa y tomó participación en Enagás e Iberdrola.

Qatar también ha hecho grandes inversiones en otros sectores, como el inmobiliario, hotelero y en comunicación; el fondo soberano qatarí es el principal accionista de Iberdrola y recordemos la gran participación de IAG en el Corte Inglés.

El grupo argelino Sonatrach compró el 4,1% de Naturgy, y es uno de los primeros proveedores, con un contrato de suministro hasta el 2030. Además, Sonatrach dispone de una gran participación en Medgaz, el gasoducto que une España y Argelia.

Como bloque, la UE es el segundo mayor consumidor de petróleo y gas del mundo, con un consumo de unos 13 millones de barriles de petróleo por día (un 15% del total mundial) y 440.000 millones de metros cúbicos de gas por año (el 13% del total mundial). Por otra parte, Oriente Medio dispone del 47% de reservas mundiales de petróleo, y el 43% de reservas de gas. Aunque solamente entrega el 32% y el 17% respectivamente, por lo que la región se beneficiará del acceso a nuevos mercados.

Hay muchas posibilidades si se opta por sumar y colaborar, más allá de la polémica de reyes y emires. No olvidemos que en algunos países europeos, se hace una defensa selectiva de los derechos humanos de acuerdo con intereses geopolíticos, geoestratégicos y económicos. Porque, en definitiva, se trata de una región en la que conviven tradiciones conservadoras y tecnología punta, gran riqueza petrolera y enormes necesidades de desarrollo, y falta de democracia o transparencia junto a grandes oportunidades que favorecen los intereses de la economía del Estado Español.

A veces, puede haber diferentes prioridades para España y Europa y sus socios tradicionales en el mundo árabe, pero un diálogo regular podría ayudar a alinear esas prioridades y permitirles trabajar al unísono en temas en los que estén de acuerdo.

Anwar Zibaoui. Opinión-Tribuna. EXPANSIÓN Edición Catalunya.23 abril 2024

https://www.expansion.com/catalunya/2024/04/23/66279009468aebaa068b45a2.html

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Marruecos, impactos económicos del terremoto

El terremoto del pasado viernes sacudió varias regiones de Marruecos y destruyó pueblos enteros, especialmente en las montañas del suroeste del Atlas. Con magnitud 6.8 y efectos devastadores, ha ocasionado una gran ola de solidaridad internacional con el pueblo marroquí. Mientras el costo humano de la tragedia sigue aumentando, también ha despertado el temor por el impacto económico ante una caída del turismo, especialmente en Marrakech, el principal atractivo del Reino.

Con un crecimiento del 92% en relación al mismo periodo del año pasado, Marruecos recibió 6.5 millones de turistas internacionales en el primer semestre de 2023, 4.3 millones en Marrakech. Esta tragedia ha llegado cuando el Reino todavía está lidiando con los impactos de la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, además de la peor sequía en 40 años que asestó en 2022 un duro golpe a la producción agrícola ejerciendo presión sobre el suministro de alimentos.

Las cuatro regiones más afectadas, Marrakech-Safi, Souss-Massa, Beni Mellal-khenifra y Draa-Tafilalet, suelen ser las más visitadas por los turistas y representan el 24% del PIB del país en 2021.

Los indicadores macro-económicos del país muestran suficiente fuerza para superar el impacto del terremoto. La posición de Marruecos es más fuerte que sus vecinos del Magreb. El déficit por cuenta corriente se redujo al 3.2% del PIB en el primer trimestre, beneficiado por entradas estables de inversión directa, y las reservas en divisas estimadas en casi 33.000 millones de euros que representan el doble de sus necesidades financieras externas.

Antes del seísmo, las perspectivas económicas eran tranquilizadoras, dado el compromiso del gobierno con las reformas estructurales, la consolidación fiscal y la esperada recuperación de los principales sectores de actividad. Especialmente, el repunte de la producción agrícola, los flujos turísticos y la entrada de remesas de los emigrantes marroquíes. Tras un crecimiento del PIB del 1.25% en 2022, se estimaba un 3% para 2023.

Marruecos presenta una paradoja. El país alberga la fábrica de automóviles de mayor tecnología en África y es el segundo mayor inversor africano en el continente, además de disponer de uno de los puertos de contenedores de más rápido crecimiento del mundo, y haber puesto en marcha el primer tren de alta velocidad en África. Pero su sociedad se enfrenta a serios desafíos sociales y desigualdades de desarrollo y la economía sigue dependiendo de la agricultura.

El Reino explota su ventaja competitiva geoestratégica como puerta de entrada hacia África y Europa y es la primera economía del Magreb en crecimiento. Hay avances, inversiones en grandes proyectos de infraestructuras, programas estratégicos en industria y energías renovables. Sin alejarse de Europa, se acerca a África potenciando sus intereses económicos y convirtiéndose  en un centro de negocios y finanzas para África Occidental, y plataforma de la nueva ruta de la seda de China.

En los últimos 20 años se han hecho grandes esfuerzos y por eso Marruecos tiene mucho potencial. Pero el terremoto ha mostrado otro Marruecos que se enfrenta a enormes dificultades y que es el que más va a sufrir las consecuencias de este desastre natural. Por ello, si se quiere mantener el camino, es preciso enfrentar los desafíos profundos, la redistribución de recursos y la cohesión social, para lograr que Marruecos sea económicamente viable, con menos desigualdades y más plural.

El esfuerzo para consolidar la estabilidad y mejorar la economía tiene que pasar por un enfoque integral con el objetivo de lograr resultados positivos que puedan  seguir atrayendo la inversión productiva creando riqueza, mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos, combatiendo la pobreza y la reducción de las disparidades sociales.
 
Anwar Zibaoui Economía Opinión, 13 septiembre 2023

domingo, 14 de mayo de 2023

África, el poder del comercio

Rica en recursos y culturas, África tiene el potencial para un futuro brillante si aprovecha el poder del comercio. El camino se ha iniciado con la entrada en vigor, en 2021, del Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA). Los estados están cooperando más estrechamente  y el desbloqueo del comercio en la región brinda oportunidades a los africanos para vivir de manera sostenible al abrir nuevos mercados para sus productos.

El potencial del mercado único es considerable y la integración es clave para el desarrollo. El comercio interior africano aumentará del 18% al 25% en los próximos tres años. En Europa, el 64% de las exportaciones se realizan dentro de la UE, en Asia, la tasa es del 59%. El área de libre comercio podría transformar la economía del continente y su relación con el resto del mundo. Con un PIB combinado actual de 3,4 billones de Euros, la economía africana podría casi duplicarse en tamaño a 6,7 billones Euros para 2030 y alcanzar la asombrosa cifra de  16,12 billones para 2050.

Si AfCFTA tiene éxito en sus ambiciones, creará una oportunidad única para las personas y las empresas. Al unirse, África se convierte en el mayor exportador mundial de petróleo, oro, cobre y cobalto entre otros productos. Sin embargo, si continúa con su actual fragmentación, el continente se está convirtiendo en el mayor exportador de inmigrantes y el escenario ideal para el auge del  terrorismo.

África debe rediseñar su relación económica tanto con sus socios históricos, Europa y EE UU, como con los nuevos socios en Asia y buscar alternativas solidas a la financiación que ahora se basan principalmente en la ayuda pública y la cooperación internacional.

Uno de los retos es atraer más inversiones internacional y financiar su desarrollo, La internacionalización de una empresa en África, es posible. Hay muchas historias de éxitos y heridas que pueden servir de ejemplo. Sin embargo, las empresas siguen considerando el "riesgo africano" de forma distorsionada. En vez de elegir las mejores prioridades de crecimiento, y valorarlo como una expansión geográfica, se amplifican las diferencias culturales, sólo se citan los fallos y se magnifican los problemas. Y sin embargo, se demuestra, que los rendimientos de la inversión en África son altos, aunque requieren más tiempo.

Por toda África hay talento y propuestas interesantes. Se están desarrollando infraestructuras que ayuden a las economías locales y permitirán el comercio entre estados. Otras  empresas están explorando cómo las nuevas tecnologías y las mejores técnicas agrícolas pueden aumentar los rendimientos, conectar a los pequeños agricultores con los mercados y procesar alimentos para agregar valor. El comercio electrónico ha irrumpido y para 2025, los ingresos derivados duplicarán el nivel de 2021. Equipar a las personas con habilidades para esta nueva era, y brindar conexiones a través de la tecnología y el comercio, es vital para alentar el crecimiento .

África puede convertirse en una potencia comercial. Muchos son los retos y más las expectativas. Nos encontramos al borde de una Nueva Frontera, es solo cuestión de tiempo Sin embargo, la clave es que también  los africanos lo crean. 

A.Zibaoui, La Vanguardia, Economía, 7 Mayo 2023


martes, 7 de marzo de 2023

La fuerza de los fondos del Golfo

Los fondos soberanos del Golfo están cambiando sus estrategias de inversión, buscando activos alternativos que aseguren el rendimiento e impacto en su entorno económico, apoyando sus economías locales y creando riqueza para sus generaciones futuras. 

En 2022, los fondos soberanos del Golfo han invertido más de 90.000 millones de dólares. El doble que en 2021. Un 60% se destinó a Europa y América del Norte.  A pesar que algunos países europeos están ofreciendo más oportunidades a los inversores del Golfo, puesto que se han vuelto más cautelosos en sus relaciones con China después del Covid19.

Históricamente, estos fondos invertían en Europa en activos trofeo como equipos de fútbol, grandes almacenes o joyas inmobiliarias. También en bonos y renta variable global que ahora tienen tasas muy bajas de interés. Por ello ahora están utilizando su riqueza para reclamar un papel más importante en el escenario mundial, diversificar sus economías y ganar influencia geopolítica. Se les reconoce como inversores inteligentes, flexibles y maduros que han roto estereotipos.

De los 10 fondos soberanos más activos del mundo, cinco son de Oriente Medio. Y de los 60 mayores acuerdos del año pasado, operaciones de más de 1.000 millones de dólares, 26 se llevaron a cabo por fondos soberanos del golfo.

Sin embargo, las grandes reservas de capital de Oriente Medio siguen sin explotarse. Y su potencia de fuego recibirá un nuevo impulso, ya que se pronostica que el crudo Brent promediará los 94 dólares por barril durante los próximos cuatro años. Una riqueza neta financiera que alcanzará los 5.6 billones de dólares para 2026.

Tal cantidad de superávit sin precedentes fortalecerá los balances de la región, respaldará los activos de riesgo regionales en el mediano plazo y impulsara aún más su posición como una región acreedora crítica en la economía global.

Arabia Saudita ya ha presentado una estrategia para hacer crecer su fondo de inversión pública, de 607.000 millones a 1,8 billones de dólares para 2030, y para administrar estas enormes sumas y buscar acuerdos. El reino quiere una economía más diversificada con menos dependencia de los ingresos de los hidrocarburos y expandirse a nuevas industrias con sus fondos de inversión y utilizando fusiones y adquisiciones para escalar sus locales.

Los fondos de riqueza de Oriente Medio se han posicionado muy bien a medida que los precios del petróleo aumentaba tras las invasión rusa de Ucrania situándolos a medio y largo plazo.

Su nuevo peso ha empujado a los fondos de la región para que sean más estratégicos. Ahora estos inversionistas son más difíciles de ganar y rápidos para rechazar acuerdos que no encajan con sus objetivos de construcción de nación o generación de rendimientos.

Los fondos soberanos del Golfo han conseguido desplegar capital tanto para un retorno de la inversión con rentabilidad como para objetivos políticos, lo que ilustra el tamaño y la escala de la transformación en los activos del Golfo.

Anwar Zibaoui, Opinión, Expansión, 2 marzo 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/03/02/6400966c468aeba3128b4642.html
 

sábado, 12 de junio de 2021

Inversión Internacional nueva normalidad

 Un mundo desbordado de cambios tecnológicos, geopolíticos, climáticos y económicos acelerados está ocasionando incertidumbre e influye en todas las decisiones especialmente el inversor internacional, El impacto del Covid-19 en las inversiones internacionales ha sido extraordinario, con una caída del 42% en 2020, estimado en 859.000 millones de dólares, y una recuperación modesta para el 2021. En el contexto de crisis los países deben diversificar sus socios y prepararse para enfrentar a una competencia feroz por la inversión internacional.

Sin embargo, la pandemia pasará, y es el momento de abordar la nueva normalidad. Los países deben conseguir la confianza de los inversores a través de decisiones políticas, marcos legales y un ecosistema que permita que tanto la sociedad como la economía prosperen, de forma que el desarrollo del mercado interno no obstaculice el comercio internacional. 

La inversión internacional y la reputación

La reputación de un país impacta sobre la dinámica de las exportaciones, su atractivo para las inversiones extranjeras o los flujos turísticos y es esencial para crear riqueza y empleo, Por otro lado, el dinero se protege, y los inversores tienen la libertad de elegir dónde quieren colocarlo. Los países y regiones deben prepararse para ofrecer lo mejor de sí mismos.

Hay nuevos desafíos, la industria 4.0, la digitalización, el futuro del trabajo, la conectividad, o los nuevos modos de colaboración. Muchos son los retos que se avecinan que requieren redoblar los esfuerzos innovadores para alcanzar niveles de éxito en  un futuro  diferente que nos lleva a un cambio global. 

Una nueva tendencia en esta nueva realidad es la "inversión ética", "inversión socialmente responsable" (SRI) o "inversión de impacto". Hay disponible una gran cantidad de dinero buscando opciones que puedan crear un impacto positivo en la sociedad. Inversiones en medio ambiente, sociedad o gobernanza. En 2019, esta estrategia aumentó un 37% a 445.000 millones de dólares. Son inversiones doblemente exitosas, generan retornos alentadores y tienen gran impacto social.

Exiten otras variables que consiguen que un país inspire confianza para atraer el inversor internacional, como son la calidad y el estilo de vida, la habitabilidad y sostenibilidad, un entorno político e institucional maduro, un sistema educativo de calidad, una economía estable, buenas infraestructuras, un sector de innovación y tecnología punteros, empresas o marcas exitosas, o una amplia oferta de ocio.

El impacto de la pandemia trae una forma diferente de operar para ciudades, regiones, países, empresas y instituciones. Hay que evaluar los riesgos, mejorar la resiliencia, reconsiderar las cadenas logísticas, Por ejemplo, el reshoring y el nearshoring pueden convertirse en una práctica importante, ya que las empresas que buscarán mitigar el riesgo localizando sus cadenas de producción y suministro a una distancia eficiente y más segura.

No solamente el trabajo de las agencias de promoción de inversiones está cambiando. La velocidad acelerada del cambio global presenta un profundo desafío para la capacidad de planificar, gestionar y atraer inversión. Para mantener una ventaja competitiva deben mirar más hacia el futuro y estudiar un espectro más amplio de posibles interrupciones globales y regionales si desean mejorar su desempeño.

La pandemia podría servir como un período de enfoque renovado para muchas entidades de atracción de inversión, con una visión clara de lo que pueden proporcionar para sus ubicaciones existentes o, a largo plazo, cómo les gustaría posicionar su ubicación para el futuro. Es imperativo que los gobiernos y las agencias trabajen juntos sobre expectativas realistas, subrayando el trabajo crítico y su eficacia.

La Vanguardia, Economía, Opinión, 6 Junio 2021

lunes, 20 de julio de 2020

El futuro puede ser diferente

La industria del automóvil vive tiempos de incertidumbre agravados por la rápida expansión de la COVID-19. 

El mercado automovilístico internacional ya estaba saturado, las grandes empresas presionadas por los aranceles, las tensiones comerciales ya estaban comenzando a diversificar sus cadenas de suministro con el fin de reducir riesgos, y ya estaba en marcha la búsqueda de alternativas. Sin embargo, este es un proceso largo que lleva tiempo. Los fabricantes quedaron seriamente afectados por la repentina caída de la demanda, el confinamiento de los clientes, el cierre de distribuidores, la obligación de reducir la fuerza laboral para proteger a los trabajadores y las dificultades en las cadenas de suministros globales. Y la gran incógnita es el comportamiento que presentará la demanda en los mercados objetivo.

Sin duda, es el sector industrial al que más duramente está afectando esta crisis sanitaria y económica. Un factor clave ha sido la rotura de su propio modelo de abastecimiento, ya que el 80% de la cadena de suministro de automóviles del mundo está conectada a China. No obstante, el sector ha demostrado tener resistencia y potencial. La reactivación de las fábricas industriales es una buena señal y permite reconectar las cadenas de producción globales. El ecosistema automotriz de varios países mediterráneos puede posicionarse para aprovechar las oportunidades que ofrece la planificación continua de este sector y anticipar la recuperación.

En la región mediterránea, los datos previos a la COVID-19 mostraban las buenas cifras del sector, especialmente en España, Turquía y Marruecos. España es el segundo país europeo fabricante, después de Alemania, y el primero del Mediterráneo. El 83% de esta producción se exporta. Francia es el segundo fabricante de la región, seguido de Turquía y Marruecos, países que habían registrado un fuerte crecimiento con un 73% de la fabricación regional destinada a la exportación.

El sector tiene un impacto multiplicador a nivel económico y social por la creación de nuevas empresas, por la generación de empleo masivo y por la creación de estabilidad y riqueza, en una región con una alta tasa de paro juvenil que requiere 50 millones de nuevos empleos para el año 2025. Durante décadas, la industria del automóvil ha ido tejiendo complejas cadenas de suministro a escala global basadas en la máxima eficiencia, en una rigurosa puntualidad y en el suministro de piezas just-in-time. Pero, debido a la pandemia, este procedimiento ha desencadenado un parón total en la producción de vehículos en Europa. Tal vez ha llegado el momento de regionalizar el sector y de apostar por la proximidad y la alianza entre las dos orillas del Mediterráneo como la próxima frontera de crecimiento.

Los grandes fabricantes han invertido miles de millones en el Mediterráneo y África en los últimos años atraídos por las perspectivas de crecimiento que ya no ofrecen los mercados de automóvil más maduros. Las ventas de autos nuevos en Estados Unidos, China y Europa están disminuyendo después de una década extraordinaria. El nuevo grupo de fabricación de automóviles, destinado en gran medida a atender la demanda local y regional, podría convertirse en el modelo para que las empresas reconsideren sus cadenas de suministro globales a medida que aumentan las barreras comerciales en todo el mundo.

La industria del automóvil tiene sentido en una región mediterránea integrada. Europa tiene 500 millones de habitantes, la zona oriental del Mediterráneo otros 600 millones, y África subsahariana incluye 1.000 millones más. Integrar las tres zonas es la solución obvia. En comparación, la población de todo el continente americano (América del norte, central y sur), es de solamente 1.000 millones. Otras ventajas de la región mediterránea son las energías baratas, la disponibilidad de materias primas, la mano de obra joven que puede ser formada en las habilidades requeridas y un gran mercado potencial de consumidores.

Es frecuente pensar que entre el norte y el sur del Mediterráneo existe competencia, pero esto es un equívoco. En un mundo globalizado hay que competir con otras regiones, especialmente con Asia. Por ello hay que cambiar la visión. Crear un hub mediterráneo para fabricar vehículos tiene enormes posibilidades, convirtiéndose en una plataforma regional que facilitaría la industria, el comercio y la logística a nivel mundial. Todas las experiencias demuestran que la complementariedad norte-sur puede promocionar la región y hacerle jugar un papel protagonista en el panorama mundial del automóvil. Es cuestión de tiempo reestructurar el sector, implementar mecanismos de apoyo y financiación adecuados, y lanzar el ecosistema mediterráneo empresarial.

La región mediterránea puede transformarse en un centro internacional para la fabricación y el ensamblaje desde el que acceder a África, Asia y Europa, e influir en los mercados mundiales. Es posible colocar la región en la escena mundial, atraer más inversiones e incentivar un sector que puede ampliar su capacidad para fabricar, exportar y crear empleos. Hay que apostar por la eficiencia en las cadenas de suministro, desarrollar el coche eléctrico sostenible, y aprovechar las oportunidades y la experiencia para hacer frente a la competencia. La integración regional es el camino hacia la sostenibilidad y la supervivencia.

Barcelona, Julio 2020











viernes, 10 de julio de 2020

Impulsando la Economía Azul en el Mediterráneo

El mundo está evaluando los efectos de la COVID-19 y las vías hacia la recuperación, entre las que destaca la Economía Azul como una prioridad post pandemia. 

El mar tiene un papel esencial que protagonizar en términos de salud, medicina, seguridad alimentaria y energética, en la mitigación y adaptación al cambio climático y en la investigación científica; pero también, y quizás lo más relevante para el futuro tras el virus, en fortalecer la resiliencia para prevenir otros choques similares.

Es preciso centrarse en aprovechar las oportunidades compartidas a nivel regional y global para resolver el impacto de la crisis del coronavirus y trabajar para la recuperación. Algo que se hace evidente en el dominio global que nos une: el mar. Necesitamos aprovechar ese potencial, que representa el 70% de nuestro planeta, para proporcionar el impulso azul a nuestras economías, y construir un mundo más resistente y sostenible.

El océano es fundamental para la vida en la Tierra. Absorbe una cuarta parte de todas las emisiones de dióxido de carbono y captura más del 90% del calor adicional que estas generan. La economía azul está valorada en más de 2,5 billones de dólares anuales; proporciona pescado y marisco a más de 3.000 millones de personas cada día, y transporta alrededor del 90% del comercio mundial. Es una fuente de energía e ingredientes clave para combatir las enfermedades. Para muchos, es sin duda su medio principal de vida, un lugar de trabajo y un hogar.

El mar para los mediterráneos es determinante y protagonista de todo lo que ocurre: medio de vida, transporte, y comunicación. Es como el gran catalizador de todo lo que sucede, ya que de una u otra forma siempre está presente.

Los habitantes del Mediterráneo dependemos extensamente del mar. Obtenemos suministros esenciales y servicios, desde la acuicultura, pasando por la pesca, hasta el turismo. Y, de hecho, la pandemia ha puesto en riesgo todo esto. La industria turística mundial tendrá que hacer frente a incertidumbre y profundos desafíos en los próximos años. El Mediterráneo prevé una disminución del 52% en las llegadas de turistas en 2020 con una caída del 25% del PIB. La seguridad alimentaria también está en riesgo porque se han interrumpido cadenas de suministro por las cuarentenas en un sector tan vulnerable como el de la pesca.

El Mediterráneo debe cooperar para poner en marcha e implementar un sistema de gobernanza marítima sostenible que beneficiará a ambas orillas y así impulsar la contribución económica de los océanos, todo ello en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Es necesario un nuevo modelo económico que impulse el potencial del Mediterráneo. Hay importantes oportunidades para la inversión en la economía azul y el desarrollo sostenible. Se debe, por tanto, unir esfuerzos y fortalecer la colaboración de las comunidades empresariales relacionadas con el sector marítimo regional para aprovechar estas oportunidades y enfrentar estos desafíos.

La llamada economía azul abarca muchos sectores con diferentes tipos de oportunidades de inversión. No es tan fácil de definir como la economía verde, en la que se encuentran las conocidas como energías limpias. Pero el azul podría ser hoy el nuevo verde. Este engloba la seguridad y gestión marítimas, el transporte y las actividades portuarias, la construcción naval, el reciclaje, la energía ‘offshore’, la bioprospección, el papel de los ecosistemas, la pesca y la acuicultura, los servicios.... Además, la educación de la juventud es fundamental para darle forma: la economía azul tiene la capacidad de proporcionar empleos muy necesarios en toda la región.

La economía azul es una fuente esencial de riqueza y prosperidad para el Mediterráneo. La región debe aprovechar ese potencial y las oportunidades de crecimiento, empleo e inversiones que esta proporciona. Las estrategias nacionales deben identificar claramente las prioridades, desarrollar una visión estratégica para el desarrollo sostenible y garantizar las políticas y las acciones necesarias para promover la economía azul, además de salvaguardar el mar.

Los sectores de esta economía del mar se apoyan en los ecosistemas marinos naturales y los recursos marítimos. Existen interrelaciones evidentes: los turistas requieren de transporte marítimo y disfrutan de pescado o marisco tradicional. La energía eólica marina puede interferir con las actividades pesqueras. La construcción naval y el reciclaje dependen en gran medida de la demanda del sector del transporte. Algunas actividades innovadoras (por ejemplo, el turismo de pesca) enfatizan aún más la importancia de la integración entre diferentes sectores. La adopción de un enfoque intersectorial es crucial para analizar y desarrollar estrategias que beneficien a varios sectores económicos.

Desarrollar una economía azul saludable y sostenible es imprescindible. Invertir en acciones oceánicas clave como la descarbonización del transporte marítimo, la conservación y restauración de manglares, la producción sostenible de productos del mar o el desarrollo de energías renovables, proporciona beneficios globales. No se trata solo de beneficios financieros, sino también de mejores resultados de salud para los consumidores, una biodiversidad más rica y trabajos más seguros, entre otras prestaciones. Un mar sostenible debe verse no solo como un imperativo de conservación, sino también como una prioridad para el futuro de la economía, el ecosistema y la sociedad.








martes, 7 de julio de 2020

Rescatar Pymes, Salvar la economia

Otra vez las pymes son víctima de una crisis económica mundial originada por la pandemia de la COVID-19, lo que representa una gran amenaza para su continuo funcionamiento y para el sustento de los trabajadores. El papel de las Pymes (pequeñas y medianas empresas) como columna vertebral de la economía global y su difícil situación actual hacen que sea urgente lanzar planes específicos que proporciones herramientas concretas para ayudar a rescatarlas.

Decenas de miles de pymes podrían quebrar, o están a punto de hacerlo, debido a esta nueva crisis. 

Ciertamente estamos viviendo uno de los períodos más difíciles en la historia de las pequeñas y medianas empresas. Los empresarios tienen dificultades para resistir el choque y acceder a financiación en condiciones razonables para sus operativas o su expansión.

De esos miles de empresarios que podrían perder sus negocios, no se sabe cuántos emprenderán nuevas aventuras. No hay cifras fiables, pero probablemente serán muy pocos los que lo hagan por la sencilla razón de que no sólo perderían su inversión, sino quizás también sus ahorros y préstamos personales. ¿Cómo podemos crear un entorno adecuado para que las pymes crezcan y prosperen incluso durante la crisis? ¿Cuáles son las respuestas y medidas políticas que se han establecido para apoyar el desarrollo de las pymes? ¿Qué hay que hacer para ayudar a su crecimiento?

Las pymes son un factor clave y de impacto. Son las que generan más empleo. A modo de ejemplo, se calcula que, por cada millón de euro invertido desde una pyme, se crean 14,7 puestos de trabajo frente a los 3,1 que se generan si la inversión viene de una gran empresa. Las pymes contribuyen en más del 40% al PIB en las economías emergentes. El sector privado aporta 9 de cada 10 puestos de trabajo en los países en vías de desarrollo, juega papel clave en la creación de nuevos puestos, fomenta el crecimiento y posee un enorme potencial.

Las pymes en el Mediterráneo son una parte inseparable de su economía. La región cuenta con 25 millones de pymes. Todas las administraciones reconocen su importancia e impacto para crear riqueza y diversificar las economías, teniendo en cuenta que estas y las empresas informales representan el 90% del tejido empresarial, el 60% del PIB y el 70% del empleo en la región. Pero las pymes solo reciben el 8% del total de préstamos bancarios. Sin embargo, este reconocimiento no ha dado lugar a soluciones efectivas para los problemas endémicos que sufren estas empresas, sino que se manifiestan de forma trágica en cada crisis.

No son suficientes ni satisfactorias las medidas gubernamentales o los programas de financiamiento puestos en marcha. La asimetría de la información y la estructura del sistema financiero, las exigencias de garantías y las elevadas tasas, son imposibles de aceptar. A pesar de un creciente número de aceleradoras de startups y de fondos para la región, la creación de empleo, la competitividad, mayor productividad y el crecimiento económico, ayudan a reducir la pobreza. Por lo tanto, las pymes son la clave del crecimiento inclusivo del Mediterráneo y resultan esenciales, especialmente para el surgimiento de la clase media regional y el acceso al empleo.

A pesar de una maraña de obstáculos, algunas pymes han prosperado en la región. Existe una dureza y resistencia entre los empresarios de la región que les permite superar prácticamente todos los obstáculos. Ellos merecen todo el apoyo que puedan obtener, sobre todos de las administraciones, los bancos, los inversores o las firmas de capital riesgo o privado. Las pymes tendrán un papel esencial que desempeñar en la creación de los 20 millones de empleos necesarios para absorber a los recién llegados al mercado laboral en los próximos años.

Sin embargo, estas se enfrentan a muchos obstáculos, incluido el acceso a la financiación. Debemos adaptar nuestros sistemas para apoyarlas de manera más efectiva y participar así en su desarrollo. Sus necesidades de financiación ascienden a 200 mil millones de Euros. Necesidades que constituyen un freno real para su crecimiento y, por lo tanto, para el desarrollo económico de los países de la región.

En el Mediterráneo, enfrentan desafíos constantes principalmente impulsados por un panorama de comercio electrónico que cambia rápidamente, el aumento de la digitalización y el crecimiento de la demanda de los clientes; lo que indica que la tecnología y la transformación digital continuarán jugando un papel importante en el futuro del comercio y la industria. Se debe brindar apoyo directo e inmediato a las pymes para garantizar su operación continua. Es decir, asegurar que el apoyo les llegue a ellas y a sus trabajadores rápidamente, adaptar los programas sociales existentes dirigidos por el gobierno, y garantizar el comercio abierto y el flujo acelerado de bienes esenciales a través de las fronteras.

Por tanto, hay que apoyar y mejorar su entorno, alargar su ciclo de vida, impulsar su asociación con el sector público y facilitar su acceso a la financiación, en especial a las más vulnerables. Es necesario dibujar políticas, programas e iniciativas específicos de apoyo a las pymes teniendo en cuenta que son y serán el motor del crecimiento económico, generadoras de empleo e impulsoras una verdadera integración económica. A menudo, las pymes quedan al margen de los grandes circuitos, a pesar de su contribución efectiva a la movilización de los ahorros, a la modernización de las economías, al aumento de la competitividad y al desarrollo de los intercambios internacionales. Hay que implementar canales para el diálogo entre el gobierno, los empleadores, los trabajadores y las comunidades.

Animar a los bancos e instituciones financieras convencionales a invertir en sectores productivos y a financiar a las pymes y a las microempresas en los países mediterráneos. Para recuperarse de la crisis se necesita estimular al sector privado, especialmente las pymes. Por otra parte, es relevante trabajar para eliminar los principales obstáculos para la creación y el desarrollo de negocios, proporcionando experiencia contable, técnica o legal, y brindando asesoramiento, capacitación, monitoreo o conciencia de los problemas ambientales y sociales. También hay que crear centros de apoyo para pequeñas empresas en la economía informal, las cuales ocupan un lugar central en todas las sociedades mediterráneas.

Los países de esta región deben impulsar la diversificación de sus economías con el objetivo de generar empleo sostenible, especialmente para los jóvenes, pues estos alcanzan una media del 45% de paro. En este contexto, el apoyo al desarrollo del espíritu empresarial tiene que ser una estrategia esencial. Para ello, los gobiernos deben ofrecer una plataforma acogedora a la iniciativa emprendedora y proporcionar un entorno de negocios transparente y eficaz, si quieren salir de la crisis y en vista del potencial material y humano del que disponen.

En el Mediterráneo, el espíritu empresarial y creativo tiene raíces que nos impulsan a ayudar activamente a la creación de pymes muy valiosas y necesarias para las economías. Esa suma debe convertirse en un elemento de competitividad y una ventaja comparativa con relación a otras economías. Una economía que fomente y permita iniciar nuevas empresas y cree un ecosistema que facilite otros tipos de actividad económica productiva. Apostar por las pymes se traduce por parte de los organismos políticos y financieros nacionales y multilaterales, en dedicar una atención particular en los próximos años a estas empresas con el fin de mejorar sus condiciones de sostenibilidad y de garantizar su plena participación en el proceso de desarrollo y crecimiento.









jueves, 14 de mayo de 2020

Innovación y Digitalización Post-Covid-19 : Una necesidad

Doce años después de la crisis financiera mundial, nos enfrentamos a una situación desconocida. Un tsunami sin precedentes que ha confinado a millones de personas en sus hogares, sacudido las bolsas, cerrado empresas, mercados, restaurantes y calles, paralizando nuestras economías. Los precedentes históricos revelan que una situación de este tipo podría alterar los sistemas políticos y económicos, reconfigurar ideas y teorías e imponer cambios radicales en nuestro estilo de vida.

En esta ocasión, los aliados inesperados han sido la innovación y la tecnología digital, que han contribuido a aliviar el impacto de la COVID-19 sobre personas, empresas y gobiernos. En medio del caos emerge una nueva era basada en lo digital, creando nuevas oportunidades. Pero los beneficios de la tecnología no se distribuyen por igual, ya que más de 3.600 millones de personas en el planeta aún no tienen acceso a internet. En la economía informal no existe el teletrabajo. Para millones de niños acceder a una educación en línea es un sueño remoto.

Es el momento de reaccionar de manera coordinada frente a los nuevos desafíos, porque la innovación y la digitalización están aquí para quedarse. Su implantación se ha acelerado y ya no hay vuelta atrás. Ha cambiado la forma en la que trabajamos, aprendemos, compramos o nos relacionamos. Debemos estar preparados para la llamada nueva normalidad.

Nunca antes la agenda digital ha sido tan necesaria y vital. No se trata solamente una respuesta inmediata contra el impacto de la COVID-19, sino que hace indispensable también el impulso de la investigación y la innovación. Los modelos económicos en vigor están sin aliento por la velocidad con la que se suceden los cambios. Nos encontramos en la era de la globalización, el cambio climático, las pandemias, la transformación digital, la economía colaborativa, la concentración urbana y la despoblación del mundo rural. Numerosos cambios que los gobiernos luchan por regular. Sin embargo, estos también implican nuevas divergencias y polarizaciones entre economías y sociedades. Por ello, es preciso dar nuevas respuestas.

El cambio tecnológico amenaza empleos, pero también crea alternativas. Las relaciones en el trabajo, entre empresas, empleados, los servicios, la movilidad... están evolucionando. La única clave para avanzar es mejorar en innovación y educación. Como en todo lo demás, el futuro de Europa, África y el Mediterráneo estriba en adaptarse, compartir experiencias y avanzar juntos.

Siguiendo el modelo actual, los gobiernos mediterráneos se centran en la creación de empleos y no tanto en la creación de empresas. Un modelo caducado que consiste en lanzar programas masivos de empleo público en lugar de financiar e invertir en empresas exitosas que creen empleos. Está claro que el progreso económico está relacionado directamente con actividades de formación, investigación e innovación, y que existe una correlación entre progreso social y la actividad empresarial.

El ciclo de vida de las empresas debe enseñar a muchos países que el secreto de la eterna juventud es la constante innovación. Los gobiernos tienen que equilibrar los gastos e invertir en infraestructuras tangibles, tales como carreteras, líneas ferroviarias o puertos. No obstante, hay que apostar también por intangibles como la educación, la investigación y el desarrollo. La I+D es el motor clave para construir y consolidar una economía del conocimiento e implantar una cultura de creatividad en la que los jóvenes se inspiren, transformen sus ideas, eleven sus ambiciones y persigan sus sueños.

El espíritu empresarial y el sector privado pueden impulsar la adaptación a la tecnología y la innovación, ser el vehículo para implicar a los jóvenes y avanzar. Hay que fomentar un nuevo marco mental, una nueva actitud, aprovechar la energía juvenil, las ideas frescas, pues son éstas las que traen oportunidades. La innovación es una palanca para la creación de valor porque transforma la manera de hacer negocios y tiene un efecto multiplicador en el crecimiento de una nación y sus empresas.

La innovación es el camino al desarrollo y a la supervivencia. El modelo para el ascenso de una empresa o país. La tecnología ya está aquí, pero por sí sola no es la respuesta. Es un facilitador y acelerador de nuevas formas de ser y de hacer. Para tener capacidad de crear riqueza y asegurar un futuro, innovar no es una opción, es una necesidad.

La región mediterránea tendrá que crear cientos de millones de nuevos empleos en las próximas tres décadas. Este desafío presenta una oportunidad para que la región transforme sus economías y aproveche la creatividad de su gran población juvenil y el poder disruptivo de la tecnología para crear riqueza.

Nos guste o no, las líneas de producción requerirán cada vez de menos mano de obra gracias a máquinas más eficientes, la automatización y la robótica. Además, la próxima ola traerá más inteligencia artificial, impresión 3D y nuevas capacidades que harán que el trabajo adicional sea redundante. Sabemos ya que 8 de cada 10 puestos de trabajo se perderán por las nuevas tecnologías (no por la inmigración o la globalización), que el 64% de trabajo existente hoy será automatizado y que el 66% de los puestos de trabajo para los próximos 10 años todavía no se han inventado.

La transición a la cuarta revolución industrial, combinada con una crisis de gobernabilidad, hace imprescindible reconsiderar a fondo el capital humano y adaptar la educación al mercado laboral para conseguir prosperidad y estabilidad. Las nuevas tecnologías digitales generan una nueva competitividad que, por el momento, no alcanza a muchos países mediterráneos. Para la región, una transición exitosa garantizaría la competitividad empresarial y sería un factor determinante para la consolidación industrial regional. No hacer nada es un riesgo de impacto negativo en su crecimiento futuro y su productividad.

En esta región, el reto económico más inmediato no son la diversificación ni los nuevos regímenes fiscales, sino la creación de empleos productivos y sostenibles para su juventud. Al mismo tiempo, hay que dotarla de la combinación de los talentos y habilidades que conviertan la industria 4.0 en generador de riqueza y paz social. Hay que preocuparse por el nivel de formación de la fuerza laboral y por su naturaleza cuantitativa y cualitativa. Los factores que hoy permiten evaluarla mejor son el desarrollo de la cultura digital, las habilidades y la capacidad de pensar de manera creativa.

La región posee un enorme capital humano por desarrollar. La educación, el impulso al sector privado y la comprensión de esta revolución tecnológica, serán ingredientes clave para el éxito. Esta es una tarea compleja que requerirá un amplio consenso social y una acción determinada de los gobiernos.

El potencial digital es ilimitado, lo que representa una oportunidad para el Mediterráneo. Un gran mercado con un rápido crecimiento. Un hub de innovación, creatividad y el espíritu empresarial. En los jóvenes se encuentran los recursos para hallar soluciones a los problemas acuciantes.

Dejar atrás el Mediterráneo en la transformación digital no es una opción. El ritmo de la cuarta revolución industrial no esperará a nadie. A medida que Estados Unidos y Asia avanzan, Europa y el Mediterráneo necesitan forjarse su propia identidad. Hoy el desequilibrio es obvio, y todo lo que impide mejorar la capacidad innovadora está condicionando el futuro.

La principal clave para la innovación es la formación. Las empresas que invierten en sus empleados para proporcionarles los conocimientos adecuados son las que crecen. Los gobiernos deben hacer lo mismo, mejorando las cualificaciones y fomentando la innovación en todos los sectores clave de la economía y en el sistema educativo. Si dejan de apostar por la educación de las nuevas generaciones, les estarían condenando a depender de otros de por vida.

Existe una gran necesidad de una nueva plataforma de colaboración que reúna a los gobiernos con las empresas y otros actores interesados en la cooperación público-privada del Mediterráneo, que facilite un diálogo progresivo que comprenda y respete los valores y la cultura de la región. Se debe Invertir en los jóvenes para desbloquear el dividendo demográfico en un área donde los intereses de los gobiernos, el sector privado y las organizaciones internacionales se alinean plenamente. Esto requiere hoy una acción conjunta de todos para asegurar una región próspera mañana.

Esta crisis pasará, pero no debemos olvidar que la innovación y la digitalización son el camino para la supervivencia y el desarrollo, el combustible para el progreso constante y el modelo para el ascenso de una empresa, una nación o una región.

Barcelona, Opinión, Lunes, 11 mayo 2020














miércoles, 23 de octubre de 2019

Financiación sostenible

La sostenibilidad empieza a estar en la agenda de La banca y los entornos industriales y comerciales de la mayoría de economías. Además de los temas financieros, hay factores ambientales, sociales y de gobernanza que tener en cuenta. Se reforman las políticas públicas y hay una nueva conciencia comunitaria ante los negocios.

Porque crece el consenso: nuestro bienestar a medio y largo plazo depende de un entorno saludable respaldado por un desarrollo económico y social sostenible. El cambio climático ha sido descrito como el desafío clave de nuestro tiempo y debe estar a la vanguardia de toda toma de decisiones.

Se está creando conciencia a través de iniciativas de la ONU, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados. Hay economías avanzadas que están más cerca de cumplir estos requisitos, pero los países emergentes y en desarrollo enfrentan una brecha de financiación que requiere del apoyo de la banca y el sector privado.

A medida que inversores y empresas aceptan las implicaciones que supone el cambio climático y la cuestión ambiental, la inversión sostenible ganará y se tomarán las decisiones comerciales adecuadas. A nivel mundial, se han lanzado iniciativas como los Bonos Climáticos y los Principios de Finanzas de la Economía Azul Sostenible de la UE.

La sostenibilidad está impulsando la innovación en el sector financiero. Se empieza a incentivar al prestatario con descuentos o mejores condiciones financieras si es más sostenible. Otras acciones buscan financiar a las PYME en los países en desarrollo, apoyar las microfinanzas y proporcionar fondos para proyectos sostenibles. De hecho, la industria está viendo un fuerte aumento en el desarrollo de productos que impactan positivamente el medio ambiente, como las emisiones globales de bonos verdes.

Con la conciencia de los ODS en su punto más alto y la demanda de los inversores que buscan más opciones que ayuden a hacer de este mundo un lugar más sostenible, las instituciones financieras están en una posición única para crear un impacto positivo y contribuir a la creación de un mercado autosuficiente  que respalde una economía verde. Las finanzas tocan todos los aspectos del ciclo. Hay grandes oportunidades para que los bancos transfieran más de sus balances a proyectos sostenibles para apoyar el desarrollo social.

EXPANSIÓN, Edición Catalunya, Pag.2 Miércoles, 23 octubre 2019

jueves, 17 de octubre de 2019

Barcelona Meeting Point Congress OCT2019

Barcelona Meeting Point BMP Congress
https://www.bmpsa.com/es/index.html
https://www.zfbarcelona.es/es/
Primera Edición del FORO INMOBILIARIO DEL MEDITERRÁNEO
Jueves, 17 Octubre 2019



Mediterranean Real Estate Forum - FORO INMOBILIARIO MEDITERRÁNEO

BMP Acoge la primera edición del Foro Inmobiliario del Mediterráneo.
La primera edición del " Mediterranean Real Estate Forum 2019: a look into the future" se celebra mañana jueves, 17 de octubre, en la capital catalana en el marco del Barcelona Meeting Point.
Se trata de una conferencia que contará con dos paneles sobre mercados públicos y privados, además de oportunidades de inversión regionales y sectoriales, e incluirá presentaciones corporativas de empresas lideres y emergentes, así como reuniones  one-2-one.
Como apunta Anwar Zibaoui, coordinador general de Ascame, "En esta primera edición queremos destacar la relevancia de la emergencia de los mercados inmobiliarios y todos los sectores asociados como un factor clave y vital para impulsar el desarrollo económico en los países mediterráneos. Esto se debe especialmente a que estos mercados han contribuido en gran medida a la creación de nuevos empleos y al surgimiento de una serie de industrias paralelas, lo que ha llevado a un aumento del PIB".

Plataforma para el intercambio
La primera edición del Foro Inmobiliario del Mediterráneo (o Mediterranean Real Estate Forum) es un compromiso con la industria inmobiliaria y urbana como base fundamental para el desarrollo económico, cuya visión es proporcionar a este sector una plataforma para el intercambio y la cooperación empresarial en nuevas iniciativas, programas y presentaciones de proyectos".
Una conferencia internacional de un dia de duración que cubrirá oportunidades de inversión inmobiliaria en tres regiones (Europa, Medio Oriente y África del Norte), presentaciones de planificación urbana, y oportunidades de desarrollo de infraestructuras en diferentes zonas.
El foro se estructurará en dos sesiones plenarias principales: "Visión general de los mercados inmobiliarios del Mediterráneo" e "Inversión en el sector inmobiliario del Mediterráneo".
Las sesiones de inversión inmobiliaria se centrarán principalmente en las oportunidades en Europa, mientras que las sesiones de planificación urbanística e infraestructuras se centrarán en los países de la Unión Europea y la región MENA.
Organizado por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, con la colaboración de la Cámara de Comerç de Barcelona, Ascame, Fiabci International Real Estate Federation, e IHRA. El Mediterranean Real Estate Forum destacará las oportunidades de inversión que surgen de las políticas de diversificación económica y liberalización actuales en la región. El evento también se centrará en la nueva capital de Egipto, la KSA-Vision2030, y en oportunidades de inversión corporativas y financieras. Una excelente oportunidad para presentar una empresa a los principales inversores globales y corporativos.


"MEDITERRANEAN REAL ESTATE FORUM 2019" en los  Medios de Comunicación

Inmodiario: Barcelona se convierte en capital del sector inmobiliario
https://www.inmodiario.com/191/28210/barcelona-convierte-capital-sector-inmobiliario-mediterranean-real-estate-forum.html

Economia de hoy.es   " La Primera Edición del "Forum Inmobiliario Mediterráneo"" nace en el marco del BMP-2019 fruto del compromiso de la industria inmobiliaria y urbana como base fundamental para el desarrollo económico de la región Mediterránea" 

lunes, 20 de mayo de 2019

La nueva inversión internacional : 2019

El mundo está cambiando a un ritmo acelerado por el progreso tecnológico, los factores geopolíticos, el cambio climático y el proteccionismo. Esta evolución trae incertidumbre y riesgo e influye en las decisiones del inversor internacional.

Los países deben reelaborar sus políticas actuales, abordar tanto el cambio como la confianza de los inversores a través de decisiones políticas y marcos legales, y crear un ecosistema que permita que tanto la sociedad como la economía prosperen, de forma que el desarrollo del mercado interno no obstaculice el comercio internacional. Pero ¿están preparados los gobiernos para afrontar estos retos?

Una comprensión  de los riesgos es tan fundamental para que los gobiernos tomen decisiones inteligentes como lo es para que los inversores elijan los proyectos correctos. Las opciones para los gobiernos son múltiples, desde políticas proteccionistas hasta el libre comercio. Por otro lado, el dinero se protege, por lo que los inversores también tienen la libertad de elegir dónde quieren colocarlo.

Hay nuevos desafíos, como la industria 4.0, la economía digital, la inestabilidad política ante la cambiante geografía humana, o los nuevos modos de colaboración. Un futuro diferente que nos lleva a un cambio global.

Las agencias de promoción deberían evolucionar para seguir siendo competitivas, adaptarse para gestionar y atraer inversión y ayudar a crear empleo y oportunidades, y redoblar los esfuerzos innovadores para alcanzar altos niveles de éxito.

El flujo mundial de inversión internacional cayó un 23% en 2017. La inversión transfronteriza se redujo drásticamente, mientras que el crecimiento fue cero en las economías en desarrollo. Con una recuperación modesta en 2018, esta tendencia negativa es una preocupación que exige la formulación de políticas, especialmente para los países emergentes, donde la inversión internacional es crucial para su desarrollo industrial sostenible.

Las agencias disponen de una gran cantidad de datos que les puede permitir identificar la estrategia más adecuada. Un número creciente de inversores está buscando opciones que puedan crear un impacto positivo en la sociedad y en el mundo. El término acuñado es "Inversión Ética o Socialmente Responsable", una nueva tendencia que aumentó un 37% en 2017, a 445.000 millones de dólares. Estas inversiones son exitosas, generan retornos alentadores y un gran impacto social por lo que hay que tener en cuenta en el futuro global. Hay que estar preparados para enfrentarse a la nueva realidad. 

Expansión, Edición Catalunya, Opinión.  Sábado, 11 Mayo 2019

martes, 14 de mayo de 2019

Cámaras de Comercio : Moverse en nuevos escenarios

Desde hace siglos, las cámaras de comercio han sido un motor clave en el desarrollo de millones de empresas, y han trabajado con gobiernos e instituciones para encontrar soluciones a los desafíos locales, regionales y globales y apoyar el sector privado.

Las cámaras fomentan la apertura del comercio y la inversión internacional así como la economía de mercado. Por su carácter internacional y suprasectorial, hablan con la autoridad que emana de las empresas de todos los sectores y de todas las partes del mundo. Son actores necesarios para jugar un papel clave como instituciones encargadas de promover la actividad económica y fomentar la cooperación empresarial.

Hoy, las empresas operan en un nuevo entorno de negocios, volátil, tecnológico y donde la innovación y la adaptación son claves. La estructura de la empresa, la fuerza laboral, los productos o el cliente están en constante cambio y son precisas nuevas soluciones. Las cámaras deberían estar en una posición para ayudar, aprovechar oportunidades y unir sinergias que ayuden al desarrollo y la prosperidad económica.

La internacionalización y la globalización son nuevos retos, pero también lo es la regionalización de sectores que se benefician de la proximidad geográfica y la complementariedad económica. En un entorno empresarial en evolución, las cámaras proporcionan reglas, directrices y códigos voluntarios diseñados para facilitar los flujos, equilibrar las transacciones transfronterizas y ayudar a los gobiernos a gestionar los desarrollos globales de manera colaborativa. Las cámaras no solo deben proteger los intereses de sus asociados, sino que su trabajo debe beneficiar a la economía nacional y mundial en su conjunto, y por tanto, favorecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible y ayudan a garantizar la paz y la prosperidad global promoviendo un sistema de comercio internacional más abierto e inclusivo y creando un mecanismo sostenible que mida y evalúe las necesidades, aspiraciones y desafíos de las empresas de su entorno.

Su característica de representar a todos los sectores empresariales a nivel mundial vía la Cámara de Comercio Internacional, o a nivel regional, proviene de la particular organización en forma de tupida red de las cámaras de comercio, especialmente en Europa, Mediterráneo, Hispanoamérica y África o Asia-Pacífico. En este sentido, las asociaciones regionales de cámaras de comercio, como Ascame, AICO o Eurochambers entre otras, que engloban entidades de los diferentes niveles de desarrollo, son un instrumento de cooperación de primer orden.

Las cámaras de comercio en el mundo comparten objetivos comunes como facilitar el comercio, eliminar las barreras existentes, promover el desarrollo económico y mejorar el entorno empresarial. Estos objetivos han evolucionado para crear una asociación estratégica que facilite la financiación del comercio.

A lo largo de los años, las cámaras han evolucionado y ampliado sus ofertas en línea con el rápido crecimiento y las necesidades cambiantes de la comunidad empresarial. Dan servicios para facilitar el comercio, formación o apoyo para explorar mercados internacionales, pero siempre tienen que esforzarse por brindarles a sus miembros las herramientas y el conocimiento que necesitan para prosperar y crecer tanto en el ámbito local como global y desarrollar soluciones y servicios inteligentes e innovadores para empresas, y adoptar estrategias de futuro con marcos para mejorar la competitividad.

En Barcelona, Cataluña y España la comunidad empresarial se beneficia de un sistema basado en los principios de competencia libre entre las empresas. En un mundo globalizado, tener una voz en el espacio comercial internacional para reflejar los intereses locales es esencial para el crecimiento.

A lo largo de los años, las cámaras han evolucionado, y deben seguir haciéndolo para adaptarse y conseguir el progreso. Su papel también es clave para facilitar la cooperación entre los sectores público y privado, y alcanzar grandes logros cuando se unen esfuerzos, como se vio en Barcelona, en las Olimpiadas, en la Fira y en Turismo de Barcelona, o en la defensa de las infraestructuras y la formación, entre otros. Ciertos aspectos de este sistema tan exitoso se pueden adaptar fácilmente en otras cámaras de comercio y ciudades de todo el mundo.

Al trabajar juntos, compartir conocimientos y utilizar la experiencia combinada, las cámaras de comercio pueden lograr objetivos comunes, mejorar la competitividad de sus miembros, y hacer avanzar a las empresas siguiendo estrategias de futuro que allanen el camino para un crecimiento global sostenible y alianzas para lograr objetivos y progreso son el camino.

Crónica Global, Pensamiento  Viernes, 3 Mayo 2019
 

viernes, 28 de septiembre de 2018

Egipto, la carta económica

Rodeado de países en conflicto, y con grandes problemas internos, Egipto arrastra una inestabilidad política y económica sin precedentes desde el levantamiento que derrocó al Presidente Mubarak en 2011. Sin embargo, ha evitado el caos de sus vecinos, y ha estado aplicando duras reformas económicas, como la liberalización del tipo de cambio de su divisa, recortes profundos en los subsidios de combustible y electricidad, y un nuevo IVA. Tras unos años duros, la economía de Egipto está saliendo a flote con una mejora lenta, un moderado crecimiento y una inflación controlada.

Las calificaciones de deuda siguen estando limitadas por el déficit fiscal y los bajos niveles de ingresos. Se deben incrementar las exportaciones no petroleras para garantizar un aumento constante de divisas y continuar atrayendo nuevas inversiones extranjeras en todos los sectores de la economía. Pero la tendencia refleja una recuperación en el consumo, mayor inversión y exportaciones netas, y se estima un crecimiento medio del 5% en los próximos cuatro años.

Otra buena señal es que los turistas vuelven a visitar la tierra de los faraones. El turismo, que representa el 12% del PIB y un porcentaje similar del empleo, crece. En 2017 Egipto recibió 8,5 millones de turistas, un 55% más que en 2016, una tendencia que continua, en la primera mitad de 2018 el alza ha sido del 40%.

La visión del Gobierno para 2030 es un buen punto de partida. La nueva estrategia planea impulsar el desarrollo económico, la energía, la investigación científica, la transparencia y la eficiencia de las instituciones. Y la nueva Ley de inversiones es un paso positivo para mejorar el entorno legal y comercial. Sin embargo, se necesitan mayores esfuerzos, especialmente reducir el sector público, potenciar el crecimiento del sector privado y reducir la deuda pública.

Con una superficie de un millón de kilómetros cuadrados, y más de 90 millones de habitantes, la escala del programa de reforma económica es el desafío más grande de su historia reciente, pero es también una oportunidad para consolidarse como potencia regional. Tiene todos los componentes necesarios: el Canal de Suez, las remesas, el turismo, recursos, personas, dinamismo, espíritu empresarial, ubicación y vínculos globales. El país del Nilo se encuentra en medio de una etapa abierta a todos los escenarios. Deberá enfrentarse a retos importantes, y acelerar las reformas. El futuro se juega en ganar la carta económica.

Expansión, Edición Catalunya, Pag.2,  Miércoles, 26 septiembre 2018

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Turquia: Preocupación Creciente

Turquia eligió a principios de verano a Recep Tayyip Erdogan como el primer Presidente ejecutivo del país con nuevos poderes ampliados. 

Pero la nueva era no ha empezado bien y varios graves acontecimientos han impactado sobre la economía que está a medio gas y que era la razón principal de su éxito en los últimos años.

Nadie puede negar el milagro económico impulsado por el presidente Erdogan, que ha logrado multiplicar por cinco el nivel de ingresos per cápita en doce años y reducir la tasa de analfabetismo. Además, Turquía es hoy una de las 20 economías del mundo y juega un mayor papel en el escenario mundial.

Además, Turquía atrajo más de 180.000 millones de dólares de inversión extranjera en la última década. 50.000 empresas extranjeras se han instalado en su territorio, y su economía ha crecido en unos 800.000 millones de dólares al año. Ahora, Turquía es el sexto mayor socio comercial de la UE, con un volumen de comercio total de 140.000 millones de euros.

En los últimos diez años, crecieron el número de empresas españolas establecidas en Turquía a 610 y las inversiones de España superaron los 10.000 millones de euros. El volumen del comercio bilateral alcanzó los 9.800 millones de euros.

Pero desde el intento de golpe de Estado de julio de 2016, la ola de ataques terroristas, la cuestión kurda, las tensiones con Rusia, EEUU y la UE, la guerra en Siria y la creciente erosión de las instituciones democráticas, las cosas han empeorado. De momento no afectó a las tasas de crecimiento, y de hecho la economía turca creció en un asombroso 7,4% en el primer trimestre de 2018. Pero, a pesar de la  solidez de la expansión económica en los últimos años, hay dudas de que el impulso pueda mantenerse por mucho más tiempo.

El crecimiento se mantiene principalmente porque el Estado comenzó a inyectar dinero en la economía pero descuidó otras cuestiones clave como la inflación y la devaluación de la moneda, el aumento del déficit por cuenta corriente y el desempleo. La inversión extranjera directa ha caído a su nivel más bajo desde 2010, la tasa de crecimiento es la más baja desde 2008 y la recesión es una preocupación creciente.

Son muchos retos por resolver en un entorno de incertidumbres políticas y económicas. Se avecina una desaceleración de una economía que necesita impulsar cambios estructurales. Lograr esto en medio de la tensión política interna, regional e internacional será difícil pero no imposible.

La economía es lo suficientemente fuerte para soportar tormentas y el país tiene numerosos puntos fuertes: un PIB de 800.000 millones de dólares, una población de 80 millones, una ubicación geográfica con acceso a 1.600 millones de personas en Europa, Oriente Medio y Asia Central, instituciones modernizadas y un clima de negocios abierto. Pero el crecimiento está por debajo de su potencial, lejos del 9% de los mejores años, por eso necesita crecer más del 4% para crear empleo y atraer inversores para financiar el déficit.

El presidente Erdogan es una personalidad extraordinaria e inteligente, pero su estilo ha unido en su contra, todas las contradicciones tanto internas como externas. Parece querer dominar todo. Pero su proyecto de un partido de un solo hombre es muy frágil. Los últimos acontecimientos muestran esta debilidad política.

Con el nuevo mandato se teme que el control del presidente sobre la política fiscal y monetaria implique que haya más arbitrariedad en el entorno económico. Un ejemplo es el último decreto ley en el que Erdogan como presidente nombra al Erdogan ciudadano como presidente del mayor fondo soberano estatal con unos 200.000 millones de dólares. Esta tendencia podría inquietar a las empresas internacionales y afectar las esperanzas de los turcos de poder unirse algún día a la Unión Europea.

Hace dos décadas, Erdogan era el portador de un nuevo mensaje de pluralismo y poder compartido. Hoy, él mismo es el mensaje. Ya no se vota por un programa, una filosofía o incluso una nueva élite gobernante: se vota por Erdogan.

Hace cuatro años, Turquía parecía haberse convertido en un modelo de apertura económico que enfatizaba la empresa privada y un sector público solido que respetaba las normas y prácticas internacionales, especialmente en lo que respecta a la transparencia y el Estado de derecho. Hoy, sin embargo, la economía turca parece ser propensa a las tentaciones intervencionistas y las prácticas corruptas​.

El presidente debe encontrar un equilibrio, hay muchos frentes abiertos, y el futuro de Turquía depende de su respuesta ante los desafíos tanto internos como externos. Si la inestabilidad persiste puede desestabilizar al país, dañar su crecimiento y afectar a Europa.

Crónica Global, Pensamiento, Viernes, 21 septiembre 2018