miércoles, 13 de septiembre de 2023

Marruecos, impactos económicos del terremoto

El terremoto del pasado viernes sacudió varias regiones de Marruecos y destruyó pueblos enteros, especialmente en las montañas del suroeste del Atlas. Con magnitud 6.8 y efectos devastadores, ha ocasionado una gran ola de solidaridad internacional con el pueblo marroquí. Mientras el costo humano de la tragedia sigue aumentando, también ha despertado el temor por el impacto económico ante una caída del turismo, especialmente en Marrakech, el principal atractivo del Reino.

Con un crecimiento del 92% en relación al mismo periodo del año pasado, Marruecos recibió 6.5 millones de turistas internacionales en el primer semestre de 2023, 4.3 millones en Marrakech. Esta tragedia ha llegado cuando el Reino todavía está lidiando con los impactos de la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, además de la peor sequía en 40 años que asestó en 2022 un duro golpe a la producción agrícola ejerciendo presión sobre el suministro de alimentos.

Las cuatro regiones más afectadas, Marrakech-Safi, Souss-Massa, Beni Mellal-khenifra y Draa-Tafilalet, suelen ser las más visitadas por los turistas y representan el 24% del PIB del país en 2021.

Los indicadores macro-económicos del país muestran suficiente fuerza para superar el impacto del terremoto. La posición de Marruecos es más fuerte que sus vecinos del Magreb. El déficit por cuenta corriente se redujo al 3.2% del PIB en el primer trimestre, beneficiado por entradas estables de inversión directa, y las reservas en divisas estimadas en casi 33.000 millones de euros que representan el doble de sus necesidades financieras externas.

Antes del seísmo, las perspectivas económicas eran tranquilizadoras, dado el compromiso del gobierno con las reformas estructurales, la consolidación fiscal y la esperada recuperación de los principales sectores de actividad. Especialmente, el repunte de la producción agrícola, los flujos turísticos y la entrada de remesas de los emigrantes marroquíes. Tras un crecimiento del PIB del 1.25% en 2022, se estimaba un 3% para 2023.

Marruecos presenta una paradoja. El país alberga la fábrica de automóviles de mayor tecnología en África y es el segundo mayor inversor africano en el continente, además de disponer de uno de los puertos de contenedores de más rápido crecimiento del mundo, y haber puesto en marcha el primer tren de alta velocidad en África. Pero su sociedad se enfrenta a serios desafíos sociales y desigualdades de desarrollo y la economía sigue dependiendo de la agricultura.

El Reino explota su ventaja competitiva geoestratégica como puerta de entrada hacia África y Europa y es la primera economía del Magreb en crecimiento. Hay avances, inversiones en grandes proyectos de infraestructuras, programas estratégicos en industria y energías renovables. Sin alejarse de Europa, se acerca a África potenciando sus intereses económicos y convirtiéndose  en un centro de negocios y finanzas para África Occidental, y plataforma de la nueva ruta de la seda de China.

En los últimos 20 años se han hecho grandes esfuerzos y por eso Marruecos tiene mucho potencial. Pero el terremoto ha mostrado otro Marruecos que se enfrenta a enormes dificultades y que es el que más va a sufrir las consecuencias de este desastre natural. Por ello, si se quiere mantener el camino, es preciso enfrentar los desafíos profundos, la redistribución de recursos y la cohesión social, para lograr que Marruecos sea económicamente viable, con menos desigualdades y más plural.

El esfuerzo para consolidar la estabilidad y mejorar la economía tiene que pasar por un enfoque integral con el objetivo de lograr resultados positivos que puedan  seguir atrayendo la inversión productiva creando riqueza, mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos, combatiendo la pobreza y la reducción de las disparidades sociales.
 
Anwar Zibaoui Economía Opinión, 13 septiembre 2023

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