viernes, 30 de septiembre de 2016

Internacionalización: "Never walk alone"

Las exportaciones de España han crecido, entre los años 2008-2015, un 28%, El año pasado batieron un récord, ascendiendo a 250.241,3 millones de euros. Lo que supuso un crecimiento de un 4,3%, y, en el primer semestre del 2016, han vuelto a marcar otro récord, creciendo un 2,3% respecto al año pasado.

La UE sigue absorbiendo casi el 65% del total de ventas al exterior. Falta una diversificación de los destinos, y la consolidación de nuevos mercados regionales podrían ayudar a medio y largo plazo al plan de internacionalización, y alejar esta dependencia histórica.

El  déficit comercial sigue bajando. Se situó en 6.521 millones de euros en mayo pasado, pero sería un error ignorarlo. El desequilibrio en la balanza comercial  revela lo que aqueja a la economía y las debilidades de las empresas frente a la competencia internacional.

Las cifras indican que la situación está mejorando, pero hay que consolidar la apuesta por la internacionalización, que durante los años de la crisis se ha convertido para muchos países y empresas en un imperativo inaplazable. Pero esto debería ser no solo una salida temporal, sino un objetivo fijo de una estrategia a largo plazo en una economía compleja sin fronteras, puesto que este proceso incrementa los beneficios. No obstante, no está exento de riesgos.

Conflictos políticos o económicos, religiosos o culturales, étnicos o lingüísticos son una realidad en el mundo complejo en el que vivimos. Estas cuestiones tienen efectos directos en el proceso de internacionalización. Muchas empresas no están preparados para gestionar estas realidades, son vulnerables y crece su exposición a los riesgos globales. Por ello,se deben desarrollar modelos de negocio altamente flexibles que les permitan responder a nuevas oportunidades y amenazas para construir empresas solidas.

Muchos son los factores que preocupan a los empresarios, como el conocimiento del mercado objetivo, su atractivo, el riesgo país, tanto comercial como financiero, su legislación, sus recursos humanos, su cultura, su disponibilidad de mecanismos de acompañamiento o la seguridad en países en conflicto.

Y como dice la famosa canción "Nunca caminarás solo"... Esta aventura exterior requiere abrir oficinas, redes de distribución o crear fabricas, encontrar socios locales o crear negocios conjuntos podría ser la opción menos costosa para reducir los riesgos. Para ello, se necesita un proceso dinámico para trazar un camino donde aglutinar capacidades y utilizar esta suma en la estrategia de expansión exterior. Trabajar con empresas locales es una buena política. 

Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag.2,  Martes, 27 septiembre 2016

martes, 27 de septiembre de 2016

Innovación o el secreto de la eterna juventud

Economía Digital, Divendres, 16 setembre 2016

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/09/innovacion-o-el-secreto-de-la-eterna-juventud-86049.php

El Informe de Innovación Global (Global Innovation Index GII) analiza el impacto de las políticas orientadas a la innovación en el crecimiento económico y el desarrollo en 128 países. Suiza lidera el ranking de nuevo en 2016, seguida por Suecia, Reino Unido, EEUU, Finlandia, Singapur, Irlanda , Dinamarca, Holanda y Alemania.

Los resultados en este top 10 de las economías más innovadoras contrastan con los dificultades en el Sur de Europa y Mediterráneo, que presentan un gran déficit de innovación. El primer país de la lista es Francia, en la plaza 18. España aparece en la 28, Italia en la 29, Portugal en la 30, Grecia en la 40, Turquía en la 42, Líbano en la 70, Marruecos en la 72…

El desequilibrio es obvio, y se aprecian el escaso acceso a la financiación, los mercados laborales rígidos, la falta de competitividad… Y sin embargo es obvio que el progreso económico está relacionado directamente con actividades de formación e innovación, y hay una correlación entre progreso social y la actividad empresarial. Todo lo que impide mejorar la capacidad innovadora condiciona el futuro.

Las empresas, como las personas, envejecen. Comienzan la vida con ganas de luchar y vivir, alimentadas por energía juvenil e ideas frescas. Compiten, se expanden, maduran, y, finalmente, con pocas excepciones, se desvanecen. Lo mismo le puede pasar a los países, pueden perder la ambición de la juventud.

La innovación no es un lujo intelectual

Sólo el 11% de las compañías Fortune 500 de 1955 existen en la actualidad. El tiempo promedio que las empresas se quedan en el top 500 se ha reducido de 75 años a 15. Los países con gobiernos sin horizonte pueden correr la misma suerte que las empresas obsoletas. La elección es simple y conocida: innovar, o ser irrelevante.

El espíritu empresarial podría ser el vehículo para la innovación. Pero eso requiere trabajar por un cambio de mentalidad e implica animar a los jóvenes a crear sus propias empresas y ofrecerles los instrumentos para acompañarles en su aventura. Las personas innovadoras, son aquellas capaces de aprovechar las oportunidades y están dispuestas a asumir riesgos.

El ciclo de vida de las empresas debe enseñar a los gobiernos que el secreto de la eterna juventud es la constante innovación. Las empresas dinámicas y emprendedoras están definiendo el mundo actual y dando forma al futuro.

La innovación no es un lujo intelectual, ni un asunto para hablar en seminarios y mesas redondas. Es el camino para la supervivencia y el desarrollo, el combustible para el progreso constante y el modelo para el ascenso de una empresa o una nación.

La formación es clave

La principal clave para la innovación es la formación. Las empresas que invierten en sus empleados para proporcionarles los conocimientos adecuados son las que crecen. Los gobiernos deben hacer lo mismo, mejorando las cualificaciones y fomentar la innovación entre sus empleados públicos en todos los sectores clave de la economía, y en el sistema educativo. Si dejan de apostar por la educación de las nuevas generaciones estarían condenando a depender de otras naciones más innovadoras.

El 65% de los niños que actualmente están en la escuela primaria crecerán y trabajaran en empleos que no existen en la actualidad. La Universidad de Oxford apunta que el 47% de las categorías laborales hoy corren un alto riesgo de dejar de existir, serán sustituidas por las máquinas.

Los gobiernos deben reequilibrar el gasto, aparte de invertir infraestructura tangible como carreteras y edificios, y apostar de la misma forma por los intangibles como la educación, la investigación y el desarrollo. EE.UU y UE invierten anualmente 250.000 millones de dólares de dinero público en I+D. Hay países como Singapur (uno del GII Top Ten) también en Malasia y Corea del Sur donde el  I+D es el motor clave del rápido desarrollo que viven y siguen su apuesta para construir y consolidar una economía del conocimiento.

La mayor parte de las empresas transformadoras son conocidas por tener una cultura  innovadora y un entorno que inspira a sus empleados. Los gobiernos también tienen que implantar una cultura nacional de creatividad para que su gente y sobre todo los jóvenes se inspiren para transformar sus ideas, elevar más alto sus ambiciones, y perseguir sus sueños .

En esta era de movilidad global las empresas deben atraer y retener a las mentes más creativas y productivas. Los Gobiernos innovadores tienen que hacer lo mismo: atraer el talento, y mejorar continuamente sus sistemas y servicios. Habilitar a los ciudadanos a cultivar su energía colectiva y desarrollar su potencial.

La innovación es una palanca para la creación de valor, transforma la manera de hacer negocios y tiene un efecto multiplicador en el crecimiento de una nación y sus empresas. Sólo aquellos que apuestan por la innovación pueden impulsar el cambio y son los que nunca envejecen.

Turquía elige urnas, no tanques

Economía Digital, Lunes, 18 julio 2016

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/07/turquia-elige-urnas-no-tanques-85159.php

Turquía ha vivido 24 horas de guerra civil experimentando un golpe sin precedentes en su historia. La policía disparaba contra soldados, y más soldados tiroteaban a otros soldados, se bombardeó la Asamblea Nacional, la gente salió a las calles para defender al gobierno y la democracia, mientras el presidente Erdogan hacía llamadas para salvar la nación, la democracia y defender la legalidad.

Todos los partidos políticos y la mayoría de los laicos, incluso los que se oponen a Erdogan, sabían que el éxito del golpe habría sido un desastre, porque los militares del golpe no contaban con el apoyo popular y político y hubieran establecido una dictadura catastrófica.

Las consecuencias a corto plazo del fallido golpe de Estado parecen lo suficientemente claras: la posición del presidente Erdogan se fortalece, lo que le permite purgar del ejército a los desleales de las facciones gulenista y kemalista, y tendrá la oportunidad de castigar a sus enemigos, con la erradicación de los supuestos simpatizantes de red Gülen en la justicia, purgar la administración civil, limpiar a fondo del ejército y potenciar el cuerpo de la policía, que le fue fiel y tuvo un papel decisivo en su rescate junto con la revuelta popular

El golpe de Estado abortado supondría la sentencia de muerte del llamado 'Estado profundo o paralelo': un grupo de políticos, militares y de inteligencia seculares que han dirigido Turquía durante gran parte del tiempo desde que Atatürk fundó el Estado turco actual.

El golpe sangriento en que casi 300 personas murieron fue sofocado con relativa facilidad, en una sola noche, lo que indica la debilidad del 'Estado profundo' y el gran éxito de Erdogan que durante 14 años de mandato ha conseguido reducir el papel del ejército en la política, jubilar a los seculares en el alto mando a la vez que promover a oficiales abiertamente fieles a su gobierno, algo inimaginable en un país que fue gobernado por los militares desde 1923.

En uno de los movimientos más atrevidos de la historia de la Turquía moderna impulsó la reforma de la Constitución para adaptarla a los estándares europeos. Aunque en la nueva Carta Magna no se han modificado los artículos que describen a la república como "referente del nacionalismo de Atatürk", y que otorga al Estado la tarea de educar a los jóvenes de acuerdo con su pensamiento.

Sin olvidar a la gran batalla que liberó en su propio partido, con la tendencia del islamista Fethullah Gülen, que conduce ejércitos de cientos de miles de devotos y tiene gran poder en la policía y los jueces, las finanzas, la educación y los medios de comunicación.

En los últimos 14 años Turquía ha vivido una transformación importante intentando la coexistencia entre el Islam y la democracia. A pesar de algunos avances aún se tendrían que hacer muchas cosas mejor. La experiencia del Partido de la Justicia y el Desarrollo en la formación de gobiernos es exitosa, especialmente en gestionar las capacidades económicas. Nadie puede negar el milagro económico que ha logrado duplicar el nivel de ingreso per cápita cinco veces y reducir la tasa de analfabetismo. Además, Turquía es ahora una de las veinte economías del mundo y juega un mayor papel en el escenario mundial.

Mientras que el partido gobernante tiene un mayoría importante de voto popular y parlamentaria no se puede ignorar la enorme, amargada y masiva minoría opositora con más del 40 % de apoyo, que cuestiona el excesivo comportamiento de Erdogan hacia la deriva antidemocrática.

Erdogan es una personalidad extraordinaria e inteligente, pero su estilo ha unido en su contra a todas las contradicciones, tanto internas como externas. El hecho de tener rivales en su propio partido significa que no hay un sucesor claro como para continuar sus reformas. Erdogan parece querer dominarlo todo, es un partido de un solo hombre, lo que representa la fragilidad de su proyecto, una debilidad política que el golpe de Estado fallido acaba de sacar a la luz y demuestra que el reinado de Erdogan es mucho menos seguro que días atrás.

Pero a Erdogan le será aún más difícil continuar con la arrogancia y la política de la negación. La economía es tan importante como la política, sino el avance carece de sentido y la inestabilidad no es beneficiosa. En política nadie cambia si no siente la necesidad de hacerlo. Es posible que Erdogan empiece a descubrir lo difícil que es jugar el papel del sultán, y tratar de acomodar todo para su persona. Nadie puede ganar siempre.

La forma que el presidente turco entiende la democracia mayoritaria tiene que cambiar, se debe respetar la independencia de los poderes –sobre todo el judicial-, el ejército en democracia tiene que asumir de una vez por todas su papel como parte de las estructuras del Estado, y si la sociedad ya ha alcanzado la madurez y es capaz de defender sus derechos es que quiere vivir en democracia y libertad, y que los gobiernos se ganen en las urnas con los votos y no con los tanques, armas y misiles. El experimento democrático ha demostrado su consolidación y fuerza gracias a una sociedad secular vibrante.

Mientras el presidente cabalga triunfante como un coloso sobre los puentes del Bósforo no tiene que olvidar que ha ganado una batalla, pero todavía quedan muchas frentes abiertos y grietas que ponen de manifiesto que el gran edificio no está estable. El futuro de Turquía dependerá de cómo las autoridades responden a las consecuencias del golpe, y cómo van a corregir muchos errores, como la restricción de la libertad de expresión, la oposición a los derechos de la mujer, ignorar las graves acusaciones de corrupción, los polémicos proyectos de leyes de Internet y de la Justicia, acallar los movimientos de protesta en la calle, y la búsqueda de consensos para pacificar la cuestión kurda. Son muchos los que se oponen a sus políticas, pero no todo es conspiración.

Si la inestabilidad persiste puede desestabilizar al país y dañar el crecimiento. Estos acontecimientos ponen de manifiesto el reto de Turquía de transformar su modelo y la ecuación entre Islam-laicismo-democracia. Los turcos no quieren volver a los días oscuros.