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lunes, 25 de septiembre de 2023

Cámaras de Comercio 4.0

"Mercaderes de la Paz" se llamó el pequeño grupo de líderes empresariales que fundaron hace más de un siglo la Cámara de Comercio Internacional. La convicción era que el comercio es una poderosa fuerza en pro de la paz y la prosperidad y que la actividad económica hay que entenderla como verdadero instrumento de entendimiento entre pueblos. 

Pero en los últimos 10 años, en algunos países, se ha cuestionado el papel y la razón de ser de las Cámaras de comercio e industria, obviando su importancia para el desarrollo y la integración económica y comercial.  

Por su carácter internacional, regional y supra-sectorial, tienen la ventaja de hablar con la autoridad que emana de las empresas de todos los sectores y de todas la partes del mundo. Son actores claves como instituciones encargadas de promover la actividad económica y fomentar la cooperación entre los empresarios y los agentes económicos.

Y no solo a nivel global. También representan a todos los sectores empresariales a nivel regional con una tupida red de Cámaras de comercio en Europa, el Mediterráneo, África, Iberoamérica o Asia Pacifico. En este sentido, las asociaciones regionales de Cámaras de comercio, como ASCAME, AICO o Eurochambers entre otras, que engloban entidades de diferentes niveles de desarrollo son un instrumento de cooperación de primer orden.

En 2023, el mundo se encuentra en una encrucijada. Gobiernos y empresas deben adaptarse a la nueva era y aprender a navegar con una velocidad de cambio nunca antes vista. La crisis climática se ha vuelto más apremiante que nunca y aún persisten las amenazas al comercio internacional y la cooperación global. La colaboración y el diálogo abierto y constructivo son necesarios para garantizar el éxito y la prosperidad de las generaciones futuras.

Las Cámaras de comercio  necesitan reconfigurar sus servicios para ayudar a las empresas a satisfacer las nuevas demandas y para seguir siendo defensores efectivos del sector privado en la era de las cuatro transformaciones disruptivas:la energética, la tecnológica o digital, la económica y la demográfica.

Las tendencias comerciales y tecnológicas que surgen en el panorama empresarial actual son clave, y a la vez desafíos y oportunidades. También obligan a impulsar diferentes y nuevas herramientas de referencia para orientar a las Cámaras a medida que describen sus propias estrategias para hacer su transición hacia una nueva generación de Cámaras de Comercio 4.0, y adoptar la innovación, proporcionando una base para construir un marco para las actividades de las Cámaras en el futuro para seguir siendo útiles y relevantes frente a las nuevas realidades.

La nueva generación de Cámaras de comercio e industria puede ayudar a las empresas a aprovechar las nuevas tecnologías para continuar las transformaciones digitales y adaptarse a la responsabilidad ambiental y social, a seguir impulsando sus procesos de internacionalización, promover las inversiones, la formación empresarial, y a priorizar el apoyo a las pymes, pilar central de la economía tanto nacional como global.

Anwar Zibaoui, EXPANSIÓN Ed.Catalunya Opinión Economia 13 septiembre 2023

https://www.expansion.com/catalunya/2023/09/13/65018bfa468aeb2a718b4616.html

sábado, 1 de julio de 2023

Cámaras de Comercio: nuevas realidades, nuevas demandas

 En los últimos años se ha cuestionado mucho el papel y la razón de ser de las cámaras de comercio e industria. En varios países se ha reducido su papel a meros clubs de negocios, obviando su importancia para el desarrollo económico.

 Desde hace más de un siglo, las Cámaras de Comercio han sido un motor clave en el desarrollo de millones de empresas, y han trabajado con gobiernos e instituciones para encontrar soluciones a los desafíos locales y globales y apoyar el sector privado.

Las Cámaras fomentan la apertura del comercio y de la inversión internacional así como la economía de mercado. Por su carácter internacional y supra-sectorial, tienen como ventaja que hablan con la autoridad que emana de las empresas de todos los sectores y de todas la partes del mundo. Son los actores necesarios para jugar un papel clave como instituciones encargadas de promover la actividad económica y fomentar la cooperación entre los empresarios y los agentes económicos

Hoy, las empresas operan en un nuevo entorno de negocios, volátil, tecnológico y donde la innovación y la adaptación son claves. La estructura de la empresa, la fuerza laboral, los productos o el cliente están en constante cambio y son precisas nuevas soluciones. Las Cámaras, están en una posición única para ayudar, aprovechar oportunidades y unir sinergias.

La internacionalización y la globalización son grandes retos, pero también lo es la regionalización de sectores que se benefician de la proximidad geográfica y la complementariedad económica. En un entorno empresarial en evolución, las Cámaras proporcionan reglas, directrices y códigos voluntarios diseñados para facilitar los flujos, equilibrar las transacciones transfronterizas y ayudar a los gobiernos a gestionar los desarrollos globales de manera colaborativa. Las Cámaras no solo protegen los intereses de sus asociados, sino que su trabajo beneficia a la economía local, nacional y mundial en su conjunto, y por tanto, favorecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible y ayudan a garantizar la paz y la prosperidad global.

Su característica de representar a todos los sectores empresariales a nivel mundial vía la Cámara de comercio internacional o a nivel regional se basa en la particular organización en forma de tupida red de las cámaras de comercio, especialmente en África, Europa, el Mediterráneo, Iberoamérica o  Asia Pacifico.  En este sentido, las asociaciones regionales de Cámaras de Comercio, como ASCAME o Eurochambers entre otras, que engloban entidades de las diferentes niveles de desarrollo son un instrumento de cooperación de primer orden.

A lo largo de los años, las Cámaras han evolucionado, y deben seguir haciéndolo para adaptarse y conseguir el progreso. Su papel también es clave para facilitar la cooperación entre los sectores público y privado, y lograr grandes objetivos cuando se unen esfuerzos, como se vio en Barcelona, en las Olimpiadas, en la Fira o en Turismo de Barcelona. Ciertos aspectos de este sistema tan exitoso, se pueden adaptar fácilmente en otras cámaras de comercio y ciudades de todo el mundo.

Al trabajar juntos, compartir conocimientos y utilizar la experiencia combinada, las cámaras de comercio pueden lograr objetivos comunes, mejorar la competitividad de sus miembros, y hacer avanzar a las empresas siguiendo estrategias de futuro que allanen el camino para un crecimiento global sostenible. El crecimiento económico, el trabajo justo, alianzas para lograr objetivos y el progreso son el camino.

Las Cámaras de comercio deben alinear los servicios que brindan a sus miembros para seguir siendo defensores efectivos de las empresas en la era de la nueva economía, y de las cuatro transformaciones disruptivas. La transición energética, la tecnológica o digital. la económica, y la demográfica.

Ahora tienen que reformular su papel y rol en un mundo que está  cambiando de manera irrevocable y apostar por diseñar programas  para ayudar a las empresas a trazar un rumbo adecuado para una nueva era de negocios.

Las Cámaras deben trabajar para cultivar un ecosistema empresarial que apoye a las pequeñas y medianas empresas para que continúen desempeñando un papel vital en la economía, que los principios ambientales, sociales y de gobernanza sean los impulsores clave del negocio en el futuro; y que las empresas deben orientarse hacia el desafío de lograr emisiones netas de carbono cero.

Dar forma al futuro de las Cámaras requiere esfuerzos concertados y una visión unificada para lograr los objetivos necesarios para las próximas etapas. El papel de las Cámaras hoy en día es aún más importante que nunca. Las empresas se enfrentan a algunos de los mayores desafíos y necesitan innovar continuamente para sobrevivir y las Cámaras también tienen que adaptar sus servicios para ayudar a las empresas a satisfacer estas nuevas demandas. Están en una posición única para apoyar la configuración de soluciones para estos desafíos, permitir el desarrollo del sector privado y ayudar a las economías emergentes a lograr crecimiento y aprovechar oportunidades en todo el mundo. Todavía tienen relevancia para facilitar los caminos para que las empresas prosperen.

Anwar Zibaoui, Economía Opinión Sábado,24 junio 2023

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/camaras-comercio-realidades-demandas-anwar-zibaoui_1050198_102.html

jueves, 2 de marzo de 2023

Integración mediterránea: un nuevo eje de futuro

 

Mientras los países mediterráneos buscan trazar un camino a seguir tras las múltiples crisis que han trastocado sus economías, acelerar la integración regional se vuelve más crítico que nunca. 

El aumento de los flujos comerciales, las inversiones bidireccionales y la movilidad en los países del norte, sur y este del Mediterráneo serían los principales impulsores de una recuperación sostenible. Sin embargo, existen múltiples retos para solucionar para seguir esta agenda.

En un entorno competitivo global, el Mediterráneo se enfrenta a múltiples retos relacionados principalmente con su posicionamiento como región. Se necesita una hoja de ruta que vincule los proyectos a largo plazo capaces de asegurar el desarrollo económico y los planes operativos que permitan una implementación eficiente y oportuna de los mismos.

Actualmente, el comercio dentro de la región del Mediterráneo está valorado en 1.100.000 millones de euros anuales, que es apenas un tercio del comercio global entre el Mediterráneo y el resto del mundo. Esto contrasta con otras regiones prósperas, donde los principales socios comerciales de los países suelen ser sus vecinos regionales. Con esta dotación limitada, actualmente alrededor de un tercio del comercio regional es de energía. El comercio exterior general en estos países representa casi el 45% del PIB. Además del intercambio comercial  dentro de la región, las inversiones entre los países mediterráneos suman aproximadamente 200.190 millones de euros.

El área sur y oriental del Mediterráneo es el segundo socio comercial de la Unión Europea. El 70% de las importaciones provienen de la Unión Europea, mientras que el 12% de las exportaciones comunitarias se dirige a los 10 países que forman esta área. El 80% de estas exportaciones proceden, básicamente, de cinco países de la Unión Europea: Italia, Alemania, Francia, Gran Bretaña y España (Cataluña es el primer socio de la región en España con 30% de exportaciones).

Los cambios de paradigma, de tendencia y la nueva configuración de la geopolítica global hoy implican una remodelación de las relaciones entre el Mediterráneo  y Europa, caracterizadas durante mucho tiempo por una relación donante-beneficiario. Trabajando en igualdad de condiciones, esto fomentará una mejor cooperación que conducirá al fortalecimiento de economías más inclusivas y a un mayor bienestar social en ambas regiones, además, se podrían aprovechar la revolución digital y la economía verde, azul y lecciones de la pandemia para desarrollar nuevos enfoques y abrir nuevos horizontes.

La crisis hace más relevante este desarrollo, porque en la carrera entre EE.UU. y China, la Unión Europea solo encontrará su lugar en el nuevo orden mundial aliándose a sus socios del Mediterráneo para crear un polo competitivo global. Pero requiere desplazar el centro de gravedad hacia el sur.

La dinámica de la integración económica es importante para el desarrollo y la solidez del Mediterráneo, también lo es el papel que los países de la región con economías emergentes deben desempeñar para impulsar, acelerar y consolidar el proceso.

Sumando las fuerzas, tienen mucho que ganar. Unas economías de escala importante, un potencial real de crecimiento y un gran mercado de consumidores. En diez años, el Mediterráneo podría ganar hasta el 30% del PIB si finalmente decide abrir las fronteras y crear un mercado unido.

La posible integración atraería empresas internacionales y la creación de decenas de  miles de puestos de trabajo en una zona donde el paro alcanza cifras importantes. Podría hacer ganar anualmente a cada país de la región un aumento de las exportaciones y un 13% del PIB. Tal vez, la conveniencia económica podría dar lugar a un mercado integrado. Esto impactaría positivamente en ambas orillas del Mediterráneo, ya que las necesidades de esta región se transformarían en oportunidades para sus vecinos europeos del sur. El potencial y la interrelación entre Europa y el sur y la parte oriental del Mediterráneo es obvio.

Es imperativo consolidar la economía regional y fortalecer su inclusión en la economía mundial para facilitar la transformación de la región. Las futuras relaciones entre ambas orillas se basan, en un grado no despreciable, en la capacidad de las empresas del sector privado para incrementar los flujos de inversión, de bienes producidos y comercializados, desarrollar infraestructuras, especialmente digitales. Es una forma de estimular indirectamente el espíritu emprendedor al facilitar el proceso de creación de pymes, además de mejorar los modelos de gobernanza con mayor transparencia y trazabilidad. Las empresas europeas tienen que considerar la región no como un mercado de consumo o una fuente de materias primas, sino también como una región que crea valor.

El sector privado juega un papel fundamental en la diversificación y transformación de las economías mediterráneas. Los países de la región deberían valorar aún más a las PYMES mediterráneas como impulsoras de la diversificación al facilitar su acceso a fondos y servicios financieros asequibles, lo que contribuirá a la creación de riqueza y valor agregado para el desarrollo sostenible e inclusivo en la región y el bienestar de su población, incluida su juventud.

Los destinos de Europa y África están enlazados, y el Mediterráneo es el espacio natural de este nuevo eje de futuro.

Anwar Zibaoui, Opinión, Economía, 8 febrero 2023

https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/integracion-mediterranea-eje-futuro-anwar-zibaoui_966243_102.html

martes, 7 de julio de 2020

Rescatar Pymes, Salvar la economia

Otra vez las pymes son víctima de una crisis económica mundial originada por la pandemia de la COVID-19, lo que representa una gran amenaza para su continuo funcionamiento y para el sustento de los trabajadores. El papel de las Pymes (pequeñas y medianas empresas) como columna vertebral de la economía global y su difícil situación actual hacen que sea urgente lanzar planes específicos que proporciones herramientas concretas para ayudar a rescatarlas.

Decenas de miles de pymes podrían quebrar, o están a punto de hacerlo, debido a esta nueva crisis. 

Ciertamente estamos viviendo uno de los períodos más difíciles en la historia de las pequeñas y medianas empresas. Los empresarios tienen dificultades para resistir el choque y acceder a financiación en condiciones razonables para sus operativas o su expansión.

De esos miles de empresarios que podrían perder sus negocios, no se sabe cuántos emprenderán nuevas aventuras. No hay cifras fiables, pero probablemente serán muy pocos los que lo hagan por la sencilla razón de que no sólo perderían su inversión, sino quizás también sus ahorros y préstamos personales. ¿Cómo podemos crear un entorno adecuado para que las pymes crezcan y prosperen incluso durante la crisis? ¿Cuáles son las respuestas y medidas políticas que se han establecido para apoyar el desarrollo de las pymes? ¿Qué hay que hacer para ayudar a su crecimiento?

Las pymes son un factor clave y de impacto. Son las que generan más empleo. A modo de ejemplo, se calcula que, por cada millón de euro invertido desde una pyme, se crean 14,7 puestos de trabajo frente a los 3,1 que se generan si la inversión viene de una gran empresa. Las pymes contribuyen en más del 40% al PIB en las economías emergentes. El sector privado aporta 9 de cada 10 puestos de trabajo en los países en vías de desarrollo, juega papel clave en la creación de nuevos puestos, fomenta el crecimiento y posee un enorme potencial.

Las pymes en el Mediterráneo son una parte inseparable de su economía. La región cuenta con 25 millones de pymes. Todas las administraciones reconocen su importancia e impacto para crear riqueza y diversificar las economías, teniendo en cuenta que estas y las empresas informales representan el 90% del tejido empresarial, el 60% del PIB y el 70% del empleo en la región. Pero las pymes solo reciben el 8% del total de préstamos bancarios. Sin embargo, este reconocimiento no ha dado lugar a soluciones efectivas para los problemas endémicos que sufren estas empresas, sino que se manifiestan de forma trágica en cada crisis.

No son suficientes ni satisfactorias las medidas gubernamentales o los programas de financiamiento puestos en marcha. La asimetría de la información y la estructura del sistema financiero, las exigencias de garantías y las elevadas tasas, son imposibles de aceptar. A pesar de un creciente número de aceleradoras de startups y de fondos para la región, la creación de empleo, la competitividad, mayor productividad y el crecimiento económico, ayudan a reducir la pobreza. Por lo tanto, las pymes son la clave del crecimiento inclusivo del Mediterráneo y resultan esenciales, especialmente para el surgimiento de la clase media regional y el acceso al empleo.

A pesar de una maraña de obstáculos, algunas pymes han prosperado en la región. Existe una dureza y resistencia entre los empresarios de la región que les permite superar prácticamente todos los obstáculos. Ellos merecen todo el apoyo que puedan obtener, sobre todos de las administraciones, los bancos, los inversores o las firmas de capital riesgo o privado. Las pymes tendrán un papel esencial que desempeñar en la creación de los 20 millones de empleos necesarios para absorber a los recién llegados al mercado laboral en los próximos años.

Sin embargo, estas se enfrentan a muchos obstáculos, incluido el acceso a la financiación. Debemos adaptar nuestros sistemas para apoyarlas de manera más efectiva y participar así en su desarrollo. Sus necesidades de financiación ascienden a 200 mil millones de Euros. Necesidades que constituyen un freno real para su crecimiento y, por lo tanto, para el desarrollo económico de los países de la región.

En el Mediterráneo, enfrentan desafíos constantes principalmente impulsados por un panorama de comercio electrónico que cambia rápidamente, el aumento de la digitalización y el crecimiento de la demanda de los clientes; lo que indica que la tecnología y la transformación digital continuarán jugando un papel importante en el futuro del comercio y la industria. Se debe brindar apoyo directo e inmediato a las pymes para garantizar su operación continua. Es decir, asegurar que el apoyo les llegue a ellas y a sus trabajadores rápidamente, adaptar los programas sociales existentes dirigidos por el gobierno, y garantizar el comercio abierto y el flujo acelerado de bienes esenciales a través de las fronteras.

Por tanto, hay que apoyar y mejorar su entorno, alargar su ciclo de vida, impulsar su asociación con el sector público y facilitar su acceso a la financiación, en especial a las más vulnerables. Es necesario dibujar políticas, programas e iniciativas específicos de apoyo a las pymes teniendo en cuenta que son y serán el motor del crecimiento económico, generadoras de empleo e impulsoras una verdadera integración económica. A menudo, las pymes quedan al margen de los grandes circuitos, a pesar de su contribución efectiva a la movilización de los ahorros, a la modernización de las economías, al aumento de la competitividad y al desarrollo de los intercambios internacionales. Hay que implementar canales para el diálogo entre el gobierno, los empleadores, los trabajadores y las comunidades.

Animar a los bancos e instituciones financieras convencionales a invertir en sectores productivos y a financiar a las pymes y a las microempresas en los países mediterráneos. Para recuperarse de la crisis se necesita estimular al sector privado, especialmente las pymes. Por otra parte, es relevante trabajar para eliminar los principales obstáculos para la creación y el desarrollo de negocios, proporcionando experiencia contable, técnica o legal, y brindando asesoramiento, capacitación, monitoreo o conciencia de los problemas ambientales y sociales. También hay que crear centros de apoyo para pequeñas empresas en la economía informal, las cuales ocupan un lugar central en todas las sociedades mediterráneas.

Los países de esta región deben impulsar la diversificación de sus economías con el objetivo de generar empleo sostenible, especialmente para los jóvenes, pues estos alcanzan una media del 45% de paro. En este contexto, el apoyo al desarrollo del espíritu empresarial tiene que ser una estrategia esencial. Para ello, los gobiernos deben ofrecer una plataforma acogedora a la iniciativa emprendedora y proporcionar un entorno de negocios transparente y eficaz, si quieren salir de la crisis y en vista del potencial material y humano del que disponen.

En el Mediterráneo, el espíritu empresarial y creativo tiene raíces que nos impulsan a ayudar activamente a la creación de pymes muy valiosas y necesarias para las economías. Esa suma debe convertirse en un elemento de competitividad y una ventaja comparativa con relación a otras economías. Una economía que fomente y permita iniciar nuevas empresas y cree un ecosistema que facilite otros tipos de actividad económica productiva. Apostar por las pymes se traduce por parte de los organismos políticos y financieros nacionales y multilaterales, en dedicar una atención particular en los próximos años a estas empresas con el fin de mejorar sus condiciones de sostenibilidad y de garantizar su plena participación en el proceso de desarrollo y crecimiento.









sábado, 23 de febrero de 2013

La aventura de exportar


La caída de las exportaciones españolas a la UE, el mercado que absorbe casi el 75% del total de ventas al exterior, no es una buena noticia, pero indica como dato positivo que las empresas empiezan a diversificar los destinos de sus exportaciones buscando nuevos mercados. Es más por necesidad que por estrategia pero esto podría ayudar a medio y largo plazo el proceso de internacionalización y alejar la dependencia histórica de Europa.

Las exportaciones extracomunitarias son el 37% del total, y en 2012 aumentaron un 14,4%. Destacan las ventas a África, que crecieron un 30,8%, con alzas del 29% a Marruecos y del 38,5% a Argelia; y a Asia, donde las ventas a China subieron un 10,4%; y a Japón un 13%. Asia, Oriente Medio -sobretodo la región del Golfo- y algunos países latinoamericanos y africanos se perfilan como mercados potenciales. 

Vivimos grandes cambios. Las perspectivas económicas parecen empeorar en algunas zonas y el anterior centro de gravedad cambia de ubicación. Esto afecta a las exportaciones y obliga a repensar modelos, métodos y estrategias. Las relaciones  entre  las economías ricas e industriales del norte y las emergentes del sur se igualan. Si en 2002 los países del sur hicieron el 60% de sus compras a los países ricos del norte, en 2012, el comercio sur-sur superó por primera vez a las exportaciones norte-sur. Los países emergentes han aumentado su  participación en el comercio mundial, al pasar del 16% en 1991, al 32% en 2011.

Normalmente las empresas piensan en la exportación cuando empiezan a ver la reducción de perspectivas en casa, y miran a las economías de rápido crecimiento. Está demostrado el potencial de miles de empresas que todavía no han empezado la aventura internacional. Pero, ¿están preparadas las Pymes para  este reto? 

En los viejos tiempos, la definición de una empresa internacional solía ser el de una empresa que exporta y tal vez tenía filiales de ventas fuera de su mercado doméstico. Florecían en las librerías los libros de auto ayuda o de bolsillo sobre cómo hacer negocios en un país o aprender ingles. 

Las empresas deben  tener en cuenta factores como la desaceleración del crecimiento en algunos mercados, la competencia, los desafíos culturales -que no se deben subestimar- y el desarrollo de modelos de negocio altamente flexibles que les permitan responder a nuevas oportunidades y amenazas, ademas de tener equipos capaces de gestionar esta aventura. Sin olvidar la política, que se ha vuelto más importante en un mundo donde todo es menos predecible.

Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Jueves, 21 febrero 2013