sábado, 12 de junio de 2021

Inversión Internacional nueva normalidad

 Un mundo desbordado de cambios tecnológicos, geopolíticos, climáticos y económicos acelerados está ocasionando incertidumbre e influye en todas las decisiones especialmente el inversor internacional, El impacto del Covid-19 en las inversiones internacionales ha sido extraordinario, con una caída del 42% en 2020, estimado en 859.000 millones de dólares, y una recuperación modesta para el 2021. En el contexto de crisis los países deben diversificar sus socios y prepararse para enfrentar a una competencia feroz por la inversión internacional.

Sin embargo, la pandemia pasará, y es el momento de abordar la nueva normalidad. Los países deben conseguir la confianza de los inversores a través de decisiones políticas, marcos legales y un ecosistema que permita que tanto la sociedad como la economía prosperen, de forma que el desarrollo del mercado interno no obstaculice el comercio internacional. 

La inversión internacional y la reputación

La reputación de un país impacta sobre la dinámica de las exportaciones, su atractivo para las inversiones extranjeras o los flujos turísticos y es esencial para crear riqueza y empleo, Por otro lado, el dinero se protege, y los inversores tienen la libertad de elegir dónde quieren colocarlo. Los países y regiones deben prepararse para ofrecer lo mejor de sí mismos.

Hay nuevos desafíos, la industria 4.0, la digitalización, el futuro del trabajo, la conectividad, o los nuevos modos de colaboración. Muchos son los retos que se avecinan que requieren redoblar los esfuerzos innovadores para alcanzar niveles de éxito en  un futuro  diferente que nos lleva a un cambio global. 

Una nueva tendencia en esta nueva realidad es la "inversión ética", "inversión socialmente responsable" (SRI) o "inversión de impacto". Hay disponible una gran cantidad de dinero buscando opciones que puedan crear un impacto positivo en la sociedad. Inversiones en medio ambiente, sociedad o gobernanza. En 2019, esta estrategia aumentó un 37% a 445.000 millones de dólares. Son inversiones doblemente exitosas, generan retornos alentadores y tienen gran impacto social.

Exiten otras variables que consiguen que un país inspire confianza para atraer el inversor internacional, como son la calidad y el estilo de vida, la habitabilidad y sostenibilidad, un entorno político e institucional maduro, un sistema educativo de calidad, una economía estable, buenas infraestructuras, un sector de innovación y tecnología punteros, empresas o marcas exitosas, o una amplia oferta de ocio.

El impacto de la pandemia trae una forma diferente de operar para ciudades, regiones, países, empresas y instituciones. Hay que evaluar los riesgos, mejorar la resiliencia, reconsiderar las cadenas logísticas, Por ejemplo, el reshoring y el nearshoring pueden convertirse en una práctica importante, ya que las empresas que buscarán mitigar el riesgo localizando sus cadenas de producción y suministro a una distancia eficiente y más segura.

No solamente el trabajo de las agencias de promoción de inversiones está cambiando. La velocidad acelerada del cambio global presenta un profundo desafío para la capacidad de planificar, gestionar y atraer inversión. Para mantener una ventaja competitiva deben mirar más hacia el futuro y estudiar un espectro más amplio de posibles interrupciones globales y regionales si desean mejorar su desempeño.

La pandemia podría servir como un período de enfoque renovado para muchas entidades de atracción de inversión, con una visión clara de lo que pueden proporcionar para sus ubicaciones existentes o, a largo plazo, cómo les gustaría posicionar su ubicación para el futuro. Es imperativo que los gobiernos y las agencias trabajen juntos sobre expectativas realistas, subrayando el trabajo crítico y su eficacia.

La Vanguardia, Economía, Opinión, 6 Junio 2021

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