La prosperidad es interdependiente de la inclusión y la sostenibilidad; del hecho de que ningún emprendimiento es sostenible si no incorpora y refleja a su sociedad; de que tener un ecosistema empresarial sano implica tener mejores pymes, más personas con acceso al crédito, más diversidad, y menos informalidad.
Y el sector financiero islámico constituye una gran oportunidad que alcanzará un volumen de 5,9 billones de dólares para 2028. A simple vista, para algunos pueden parecer unas tradiciones religiosas o convicciones éticas, pero hay mucho más: un tremendo potencial que empieza a agitar muchos sectores económicos. Los estereotipos de fanatismo sin alegría son tan engañosos como la idea de que el mercado musulmán implica sólo las finanzas sin intereses y la carne sacrificada a mano.
Por ello, crece el interés en el sector financiero islámico. Son cada vez más numerosas las entidades que intentan desarrollar productos e instrumentos adaptados a las reglas que rigen este concepto a pesar que el sector representa un 10% a nivel mundial pero muestra aspectos más saludables que muchos de sus compañeros convencionales.
Este sector mantiene su impulso de crecimiento a pesar de los desafíos de una economía en recuperación, que también se ha visto afectada en gran parte por los precios de la energía, los conflictos, la interrupción de la cadena de suministro y el aumento de la inflación.
De hecho, la financiación islámica se ha expandido a un ritmo mucho más rápido en los últimos años en comparación con el crecimiento de los préstamos convencionales. los dos segmentos crecieron a una tasa compuesta promedio de 10,5 % y 3,4% respectivamente durante el período 2021-2022.
Se espera que la industria financiera islámica global crezca a 5.9 billones de dólares para 2028 de los 4 billones en 2022, y cuenta con el respaldo de 1.679 instituciones financieras presentes en 136 países en todo el mundo. Este fenómeno abarca regiones geográficas distintas y límites culturales.
Las perspectivas para el sistema financiero islámico son optimistas, será el sector que más crece del sistema financiero mundial, con el 8% anual hasta 2026. El mercado aún se encuentra en una etapa de madurez, están surgiendo oportunidades considerables, y animado por capitales en busca de oportunidades, particularmente con el mayor enfoque en alinear los productos financieros islámicos con factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y los recientes avances en digitalización.
Pero se deberán liberalizar sus mercados, asegurar la libertad de inversión, y la coherencia jurídica lo que facilitara su incorporación rápida al sistema financiero internacional.
Esta novedad está demostrando una capacidad de movilizar recursos con una gama diversificada de productos de inversión y ahorro, que podrían beneficiar al sector público y privado y atraer importantes flujos para invertir en sectores productivos y financieros. Vale la pena no dejar pasar esta gran oportunidad.
Anwar Zibaoui, EXPANSIÓN, Tribuna-Opinión, Edición Catalunya, 30 Noviembre 2023
https://www.expansion.com/catalunya/2023/11/30/65688486468aeb337c8b464d.html
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