viernes, 11 de mayo de 2012

Argelia no es ajena

A pesar de que el poder se ha volcado para movilizar masivamente a la población en estas elecciones decisivas para el régimen, muchos argelinos después de décadas de dominio y represión y han reaccionado con indiferencia durante toda la campaña electoral. Todo indica que, en el mejor de los escenarios, solo votaran 3 o 4 de cada diez argelinos.

La Alianza Verde,  coalición de partidos islamistas, aspira a convertirse en la primera fuerza parlamentaria y complementar el giro islamista en el Magreb. Es una mezcla heterogénea de grupos de la oposición y partidos cercanos al poder actual que, incluso, han asumido carteras ministeriales.

Sería muy difícil imaginar estas elecciones con observadores internacionales sin vincularlas a las transformaciones que vive la región.   Las autoridades buscan una alta participación ciudadana, lo que sería interpretado como un espaldarazo a sus reformas implementadas en el marco de la primavera árabe y le daría alas para evitar la réplica en Argelia del terremoto que atizó los países vecinos. 

Pero no parece que esto convenza a la mayoría de la población y algunos grandes partidos políticos que no han participado en esta contienda, como los socialistas, creen que el régimen no está dispuesto a acometer cambios más profundos o favorecer la liberalización política y consideran este proceso como una versión limitada de la democracia.

Sin cambios reales no va a desaparecer el sentimiento de frustración de los argelinos, especialmente entre los jóvenes, que son el gran problema pero también la solución. La población, que ha descubierto su fuerza y no aceptará reformas a medias ni parece intimidarse por el empleo de la fuerza, sabe que tendrá que mantener la presión, si quiere alcanzar sus objetivos.
  
Tras un largo letargo, el cambio es lento pero ha empezado. No debe terminar en una elección o ni en una primavera. Se necesita un proceso continuo de participación, de pasar de la protesta a los programas y de la crítica a la estrategia. La clave no es solo lograr el cambio democrático, sino garantizar su continuidad

El Periódico De Catalunya, Internacional, Pag. 16 Análisis, 11 Mayo 2012

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