lunes, 26 de marzo de 2018

Argelia, no aplazar lo inevitable

Uno de los periodos que seguramente marcaran la historia económica reciente de Argelia fue el conocido como la Primavera Árabe en 2011. Para evitar el contagio, el Gobierno argelino pagó un alto precio en subsidios, en aumentos salariales, en puestos de trabajo públicos y la construcción de cientos de miles de viviendas sociales para jóvenes. El otro periodo es en 2014 con la caída en picado del precio del petróleo​ que redujo los ingresos de Argelia a la mitad.

La conjugación del shock económico vinculada a la primavera árabe y la crisis del petróleo elevó el déficit presupuestario en un 15% del PIB, Argelia hipnotizada por el oro negro y dependiendo de su fluctuación en los mercados internacionales ha visto cómo sus arcas de reservas acumuladas en la década anterior se vacían. Pasaron de los 200.000 millones de dólares en 2014 a 100.000 millones del 2017. La evolución del mercado mundial de energía y la tensión geopolítica en sus fronteras obliga a Argelia a adaptar estrategias claras sin parches.

La situación es muy preocupante, Argelia dispone de reservas de divisas, de oro, fondos de estabilización, una alta tasa de ahorro interno que le permitiría aliviar el malestar,... pero no será suficiente. La economía argelina, pese a su potencial, tiene muchos problemas estructurales. El excesivo peso del Estado y la dependencia de los hidrocarburos son dos de estos problemas.

El gasto público se excede, las subvenciones representan el 25% del PIB, un tasa extravagante, se debe de tratar de contener esta sangría y aplicar más rigor.

Más allá del actual desajuste de capital entre los gastos y los ingresos del gobierno que refleja tanto la dependencia fiscal de los hidrocarburos como los mecanismos político-económicos de una economía rentista, el país debe enfrentarse a desafíos estructurales, como el desempleo masivo, el factor demográfico, con una tasa de fertilidad del 2,8, y la sostenibilidad del Estado social.

Argelia se encuentra en una encrucijada y solo el camino de las reformas puede garantizar una salida. Pero esto requiere una transformación completa de la economía, comenzando por el marco fiscal y los grandes grupos públicos, y la gobernanza. Una fase de aceleración del crecimiento solo puede lograrse con el aumento de la inversión privada, lo que es frenado con el actual sistema, y sobre todo apostar por la diversificación para alejarse de la dependencia de los hidrocarburos​ que representan el 70% de los ingresos del presupuesto, el 95% de las exportaciones y el 36% del PIB.

Argelia cuenta con todos los recursos humanos y materiales. El problema no solo es económico.

Las reservas actuales y el bajo nivel de endeudamiento dan una ventaja de tres o cuatro años para las reformas. Dispone de una fuerza laboral bien capacitada, energía a bajo costo y un gran mercado interno. Este es el momento de reformar. Y construir, y apostar por la iniciativa privada, dejar de estigmatizar a los inversores extranjeros, impulsar una economía productiva y diversificada, debe empezar a reformular los subsidios y reservar el dinero para los presupuestos de inversión.

El país magrebí ha impulsado desde 2005 varios planes para construir infraestructuras​ con más de 600.000 millones de dólares. Pero el resultado ha sido modesto y lejos de las expectativas por la lentitud de las reformas que han limitado la participación de los inversores extranjeros y privados.

Argelia, un importante proveedor de gas a Europa, tiene posibilidades para reposicionarse en el mercado mundial del gas mediante la explotación a su favor de su asociación y vecindad con la UE. Es el tercer proveedor de gas de Europa y el octavo mayor productor de gas del mundo, y España sigue siendo el primer cliente de Argelia y su cuarto proveedor con intercambios que superan los 15.000 millones de euros. El 50% del gas que consume España viene de Argelia. Unas 300 empresas españolas se han instalado en Argelia, muchas son multinacionales de sectores como la construcción y la obra pública y han ganado suculentos contratos.

En este mundo turbulento e incierto anunciando grandes trastornos geoestratégicos, las fronteras políticas y económicas en las futuras batallas por el desarrollo están condicionadas por el buen gobierno y la mejora del conocimiento. Argelia tiene la ambición pero requiere una estrategia del desarrollo y adaptarse a los cambios en el mundo. Pero será necesaria una visión de largo plazo para construir una economía productiva exitosa con instituciones sólidas. El progreso económico dependerá de la capacidad de mejorar el clima social, de atraer a los inversores y del desarrollo de una clase empresarial, especialmente las pymes. Conciliar la eficiencia económica y la cohesión social será clave.

Argelia tiene que moverse y no aplazar lo inevitable, contar con todos sus activos y actores para superar las dificultades y hacer su revolución económica para situarse entre las potencias emergentes.

Crónica Global.  Diario Digital. 19/03/2018. Artículo Opinión. Análisis Económico
https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/argelia-aplazar-inevitable_128264_102.html

jueves, 8 de marzo de 2018

Irak, la batalla de reconstrucción

Iraq ha pagado un enorme peaje por la última guerra contra Daesh: su economía, infraestructuras y sobretodo su población han sufrido dramáticamente, tras 38 años de situaciones bélicas, guerras y años de embargo.

Por eso ahora hay que ganar la batalla para evitar que resurja la violencia. Unos 2,5 millones de iraquíes desplazados deben regresar a sus hogares lo antes posible, necesitan trabajo, y poder confiar en sus instituciones gubernamentales. Irak arrastraba un déficit de 4 millones de unidades de vivienda y se requieren 650.000 nuevas unidades anuales para una población que alcanzará los 38 millones en 2018.

Se estima que las necesidades de reconstrucción ascenderán a unos 88.200 millones de dólares, una cantidad que el gobierno iraquí no puede cubrir dado los precios actuales del petróleo y su deuda, unos 174.000 millones de dólares casi dos tercios de su PIB.

Iraq precisa fondos para restaurar los servicios sociales como consecuencia de la guerra de tres años contra Daesh que originó 61.000 millones de dólares de daños en los sectores de petróleo y gas, vivienda, energía e infraestructuras. la  reconstrucción requerirá el doble de esa cifra debido a los costes adicionales de seguridad y recursos humanos, así como a la necesidad de una coordinación entre las agencias gubernamentales, los donantes y las empresas.

Sin embargo, la disposición de los principales empresas y bancos para participar en el proceso de reconstrucción dependerá en gran medida de la disponibilidad de fondos y el nivel de confianza que ofrezcan las autoridades a través de su marco financiero, donde en el pasado ha faltado transparencia y ha sobrado corrupción.

Irak enfrenta duras condiciones. Mantiene la presión del terrorismo. Es preciso reconstruir las zonas liberadas. El precio del petróleo ha disminuido. Los sectores productivos son casi inexistentes. Urge también restaurar la relación con la región autónoma del Kurdistán.

Hay una fuga de divisas. Y una creciente recesión. Y aumenta el número de jóvenes desempleados y sin horizontes. Todos son incentivos para iniciar un proceso integral de reforma y desarrollo, con la ayuda internacional y del sector privado.

Iraq tendrá que actuar en múltiples frentes para traer una cierta apariencia de orden. Bagdad se ha apuntado una gran  victoria en la guerra contra el terror pero queda un largo camino para resolver los frentes políticos y económicos. Si no se consiguen los fondos necesarios para la reconstrucción será el equivalente a ganar la guerra y perder la paz. 

Expansión, Edició Catalunya, Pag. 2 Opinión,  Miércoles, 7 marzo 2018

viernes, 2 de marzo de 2018

El móvil que revoluciona África

En la última década, seis de las diez economías con mayor crecimiento están en África. Favorecidas por la exportación de materias primas, el impulso del petróleo, los préstamos baratos de China y Japón y las remesas de la diáspora. El comercio, la construcción o los flujos de capital han permitido que la mitad de los países africanos mejoren su calidad de gobierno, el clima de negocios y los servicios básicos y esto se ha traducido en un aumento de los niveles de ingresos y un descenso de la pobreza del 51% en 2005, al 40% en 2016. 

Unos 350 millones de africanos ahora ganan entre 2 y 20 dólares al día. Aunque 400 millones de personas aún viven por debajo del umbral de pobreza y 200 millones habitan en estados frágiles o fallidos. Con 1.200 millones de habitantes, la mitad menores de 18 años, la demografía puede ser un dividendo o un desafío, dependiendo del acierto de sus gobiernos y la colaboración internacional. Es un factor importante. Al ritmo actual, en 2050 serán 2.000 millones, es decir, una persona de cada cinco en el mundo será africano, también uno de cada cuatro trabajadores.

12 millones de jóvenes africanos ingresan en el mundo laboral cada año, pero sólo una quinta parte consigue un empleo, 8 de cada 10 africanos son trabajadores autónomos y pobres atrapados.

Sin embargo, África está viviendo una revolución tecnológica. Centenares de millones de teléfonos móviles circulan por el continente. Internet facilita el salto tecnológico.

Es un momento de grandes cambios en el espacio global del sector de nuevas tecnologías y las telecomunicaciones. Muchas industrias y comercios tradicionales se ven amenazados por las nuevas aplicaciones que permiten servicios de datos y de voz. Tecnología que está impulsando nuevos modelos de negocio para millones de usuarios especialmente en África donde el e-commerce ya tiene una penetración del 20%.

Lo digital no ha nacido en África, pero la era digital africana se desarrolla ofreciendo sus propias innovaciones. En el contexto de un fuerte crecimiento en las redes móviles, instalación de banda ancha y la aparición de una multitud de aplicaciones, África innova a alta velocidad con nuevos usos y soluciones totalmente revolucionarias.

El despliegue de los clientes de prepago a finales de 1990, la llegada de los pagos móviles en la década de 2000 y el rápido desarrollo del comercio electrónico son los principales pasos de esta digitalización de las economías africanas. La tasa de penetración de la telefonía fue inferior al 3% a finales de la década de 1990, en la actualidad el continente cuenta con 850 millones de abonados a la telefonía móvil.

Telecomunicaciones, servicios financieros móviles, comercio electrónico, e-gobierno y las plataformas de economía colaborativa, son los cinco avances digitales que permiten a África saltar muchas etapas del desarrollo y pasar por delante de otros continentes.

La conectividad proporcionada por los teléfonos móviles puede remediar las deficiencias de las redes físicas e infraestructuras para facilitar el acceso a los servicios que antes eran inaccesibles como la salud, la educación o la inclusión financiera. África es un laboratorio digital y empieza a estar por delante en la economía digital con los modelos que fortalecen su desarrollo y transformación. 

Uno de los ejemplos más llamativos son los servicios financieros móviles; transferencias, pago, micro-crédito y micro-ahorro. En África, donde el 66% de sus habitantes no tienen acceso a una cuenta bancaria, es hoy el primer mercado del mundo del dinero móvil con el 53% de ofertas y 277 millones las cuentas creadas. Más de 100 operadores de telefonía móvil han puesto en marcha servicios para promocionar la inclusión financiera en el continente.

Es también en África donde se desarrollan con más velocidad el e-learning para estudiantes conectados, el escaneo biométrico de estados civiles, las ventas online, las aplicaciones para los agricultores, plataformas de salud de diagnostico para pacientes. Todas estas soluciones aportan una solución potente y competitiva a lo que era un cuello de botella en el desarrollo: acceso a la información, el mercado o los servicios.

No esperaba Mark Zuckerberg, cuando inventó la plataforma Facebook, ni la fortuna que va a acumular, ni la amenaza que este sistema representaría para algunos gobernantes, ni cómo iba a revolucionar la economía mundial.

En África se vive una historia emocionante. Mucha gente nunca tuvo un ordenador o un portátil y pasaron directamente a usar la tableta o el móvil, su primera experiencia es a través de estos medios. La tecnología digital acelera las oportunidades de crecimiento y dibuja una nueva perspectiva, especialmente en África.

 Cronica Global. Diario Digital. 28/02/2018. Artículo Opinión. Análisis Económico
https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/movil-revoluciona-africa_123962_102.html