lunes, 26 de octubre de 2015

Senegal Emergente

Los gurús de la economía están de acuerdo: en la próxima década, África presentará las mayores oportunidades de crecimiento en el mundo. Muchas empresas empiezan a ser conscientes de ello. En Senegal se anuncian cambios: tasas de crecimiento económico al alza, caída de la hambruna, avances en la prevención de las enfermedades y mejora del caos político. Hay lugar para el optimismo, pero con prudencia, porque las cosas son todavía muy precarias. La gran mayoría de la población vive con menos de dos dólares al día, y la tasa de mortalidad materna e infantil aún es significativa. Con una población predominantemente joven (60%), Senegal tiene una tasa de desempleo juvenil del 49%. Cada año 100.000 nuevos demandantes de empleo entran en el mercado laboral. La tasa de crecimiento no es suficiente para mejorar la vida cotidiana.

El desafío es grande. El país ha lanzado la Estrategia Nacional de Desarrollo Económico y Social, un plan de emergencia que debe permitir a Senegal lograr un crecimiento del 7% en 2018, contra 5,4% actual, y ayudar a alcanzar el estatus de los países emergentes en 2035.

Las perspectivas son favorables. Está previsto un crecimiento del 6% en 2016. Sin embargo, se requerirá un marco macroeconómico sólido y acelerar las reformas para promover la inversión privada y facilitar la creación de empresas. El crecimiento debe generar empleo, reducir el paro y las desigualdades sociales.

Existen oportunidades en diferentes sectores como turismo, agricultura, agroindustria, pesca, vivienda, construcción, energía, salud o TIC. Más de 55 empresas de España ya están presentes este mercado; la última apuesta es la creación del Banco de Senegal, liderado por Alberto Cortina. Hay nuevo escenario favorable y 2015 pinta bien: las llegadas de turistas crecen y se esperan flujos de capital y de inversión extranjera.

Después de décadas, Senegal tiene una oportunidad real para emerger, cuenta con grandes ventajas, recursos naturales, situación geográfica, una gran fuerza laboral, y potencial de crecimiento. Entre los desafíos destaca la escasez de habilidades, la falta de integración regional, el cambio climático, y las infraestructuras que son puntos débiles. Para ello el gobierno y el sector privado deben colaborar e impulsar medidas para aprovechar el potencial.

En resumen, el país debe tener una visión rigurosa de cómo crecer, y cómo se utiliza el crecimiento en beneficio de su población, no de una pequeña elite. Las posibilidades están claras y su futuro puede ser emergente.

Expansión, Opinión, Ed.Catalunya Pag.2. Miércoles 21 octubre 2015

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