Los ataques del grupo de Hutíes de Yemen, que apoyan a los palestinos asediados en Gaza, y atacan con misiles los buques comerciales en el Mar Rojo, ya está provocando el aumento de las tarifas de los fletes marítimos por el tiempo extra que tardan los barcos en rodear África en los viajes de ida o vuelta, entre Asia y destinos europeos.
En consecuencia, se prevé que las tasas de inflación vuelvan a aumentar, que se interrumpan las cadenas de suministro en fábricas y tiendas debido al retraso en la llegada de bienes, repuestos y materias primas, y que los principales bancos centrales congelen sus planes de reducción de los tipos de interés.
El transporte marítimo constituye un pilar fundamental de la economía mundial. Por mar circulan más del 80% de las mercancías y alrededor del 50% del petróleo consumido en el mundo. Además de los múltiples componentes de productos elaborados en distintos países.
El 12% del comercio mundial pasa por el Mar Rojo. Desde el inicio del conflicto, las principales compañías navieras han desviado más de 200.000 millones de dólares en mercancías hacia el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, para evitar los ataques con misiles. Obviamente, no debemos olvidar el impacto que la crisis tendrá en los ingresos que genera el Canal de Suez para Egipto.
La seguridad de la navegación marítima en el Mar Rojo, es indivisible de la seguridad en toda la región, y de la navegación marítima internacional, y por tanto de la economía mundial. Si la amenaza se extendiera al Mar Arábigo, por donde transita un tercio del petróleo mundial, el costo económico aún sería mayor.
Así que ahora, el Mar Rojo se ha convertido en una línea de frente, también en el conflicto entre Irán y Estados Unidos, que durante décadas han evitado una confrontación directa. EEUU ha liderado la formación de una coalición multinacional para asegurar la navegación marítima en el Mar Rojo
Recordando los costos económicos del Covid en 2020, el bloqueo del Canal de Suez en 2021, Ucrania en 2022, o la actual guerra en Gaza, que sigue su curso sin saberse ni su área geográfica final ni su periodo de tiempo, está claro que la globalización declina. El modelo de abastecimiento global que ha prevalecido con las cadenas de valor impulsadas por productos de bajo coste no tiene resiliencia. Y con las nuevas tecnologías y los patrones de demanda evolucionando, hay que acortar las cadenas hacia modelos de abastecimiento regionales, con nuevos centros de fabricación y logísticos más equilibrados. Es el momento de repensar como fortalecer la economía para impulsar el progreso, en un mundo en cambio.
En Gaza, la guerra es un riesgo permanente y presente mientras la paz esté paralizada. Para evitar extender las consecuencias de la guerra, con todos los riesgos económicos o militares inherentes para las rutas comerciales y el mundo, urge lanzar una ofensiva diplomática. Un acuerdo político que conduzca a una solución general y permanente de la situación en su totalidad.
Anwar Zibaoui, 11 Enero 2024, Opinión-Economía, EXPANSIÓN
https://www.expansion.com/catalunya/2024/01/11/659fcb6be5fdea4a178b45bd.html
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