La entrada de Qatar Holding como accionista en Iberdrola y las posibles operaciones en sectores como la banca, el audiovisual y la energía, entre otros, que se podrían anunciar durante este año, confirman que España está en la agenda de estos brazos financieros, como Alemania o el Reino Unido. La tensión en la zona a veces oculta otras realidades como es el resurgimiento de Qatar más allá de la visión típica de los petrodólares.
De ser uno de los estados más pobres del Golfo con la pesca de perlas como su sustento, Qatar ha pasado a tener una de las rentas per cápita más altas y a ver como su economía crecía un 20 % en 2010, el mayor índice registrado en el mundo, todo gracias a los yacimientos de gas y petróleo.
El enfoque de forjar un papel en el escenario mundial ha elevado el perfil del país. Una nueva generación asume su rol, consciente de utilizar su poder en el mapa de las relaciones internacionales. Esto se ha demostrado ganando la organización del Mundial de Futbol de 2022 contra todo pronóstico. Así el país ha obtenído una oportunidad para desarrollarse no sólo en infraestructuras, sino también a nivel social y legislativo y posicionarse para ofrecer un modelo para la región y ser catalizador para la expansión del turismo y el deporte.
La Visión Nacional 2030 describe los planes de desarrollo humano como una prioridad y la Fundación Qatar para la Educación y la Ciencia, lidera esta transformación hacia una economía del conocimiento, un centro de excelencia para la Educación, la Salud y los Deportes, centrado ahora en la creación de infraestructuras necesarias y diversificando su dependencia de ingresos del hidrocarburo.
La suma prevista de inversión para los próximos 10 años es de 220.000 millones de dólares, que se destinarán a la creación de centros de educación e investigación, o al proyecto clave del Mundial de Fútbol. A este evento se están destinando cerca de 70.000 millones de dólares para el desarrollo de infraestructuras, 25.000 millones de dólares para metro y tren, 14.000 millones de dólares para el nuevo aeropuerto, 7.000 millones de dólares para un nuevo puerto, 20.000 de dólares para autopistas y carreteras y 4.000 millones para el proyecto del puente entre Qatar y Bahréin. A esto hay que sumarle la construcción de 12 estadios de fútbol y 90.000 habitaciones de hotel.
Otra clave son sus exportaciones, sobre todo de gas natural licuado (77 millones de toneladas al año). Si, como se prevé, en 2012 la demanda mundial alcanzara 270 millones de toneladas al año, Qatar, con un 30 % del volumen del mercado, será el mayor exportador y el tercero en número de reservas. Qatar Investment Authority su fondo soberano, posee activos que superan los 90 mil millones de dólares y sigue interesado en operaciones de gran calado con entidades como Barclays, Credit Suisse, la Bolsa de Londres, Volkswagen Porsche y Hochtief, entre otras.
Para las empresas internacionales, el emirato es un modelo de oportunidades y desafío de las expectativas, pero para Qatar el trabajo duro comienza ahora.
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