El Mediterráneo es un mar de unión, situado en un punto donde los continentes de Asia, Europa y África están muy próximos entre sí. Es donde hace 2000 años se creó el primer concepto de puerto libre para facilitar el comercio. Hoy como ayer , hay que convertir el Mar Nostrum en una gran centro logístico internacional y crear una red de comunicación terrestre, aerea y marítima. Cerrar las brechas existentes entre ambas orillas no es fácil. Sin embargo, lograrlo significaría una red de transporte más efectiva, más comercio y desarrollo.
Las grandes transformaciones en los últimos años,con la perspectiva de crear una gran área de integración económica mediterránea, y el hecho de que la UE representa el mayor socio de la zona, ayudarán a impulsar la construcción, modernización y gestión de las infraestructuras imprescindibles para la Unión del Mediterráneo, de 43 países y 800 millones habitantes, con el 20 % del PIB mundial.
Este mar cuenta con 45.000 km de costas, que representan el 30% del comercio marítimo mundial por volumen, y el 25% del tráfico marítimo petrolero, con más de 450 puertos y terminales. Los principales puertos mediterráneos reciben,en conjunto y anualmente, más de un millón de cruceros y el 32% del turismo mundial. Pero es imprescindible una mejor integración de las infraestructuras, desarrollar la interconexión sur- sur, su enlace con la red trans-europea, y los corredores multimodales, sobre todo el corredor mediterráneo, que debería ser primordial.
La región flaquea por el costado sur, el potencial económico en esta orilla aún está por liberar, y la respuesta se encuentra en la integración, a pesar de los contratiempos y los conflictos. Allí se han invertido más de 160.0000 Millones de Euros hasta 2011 en planes y proyectos de transporte e infraestructuras desde el Magreb, el Mediterráneo Oriental y hasta el Golfo. La próxima década será testigo de una inversión de 250.000 Millones de Euros para el sector marítimo y aeropuertario, 200.000 millones para ferrocarriles.
Las necesidades de la inversión representan alrededor 2% de PIB, una suma a la que el sector público no puede hacer frente, por lo que es necesaria la aportación del sector privado y la implicación internacional.
El proceso en los países del sur y la crisis económica en la zona Euro indican que la tarea será difícil, pero no imposible Los mediterráneos deben trabajar para volver a convertir este mar en una gran plataforma capaz de competir en un mundo global.
Expansión, Catalunya, Opinión, Martes, 16 octubre 2012
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