El turismo médico, es decir, los viajes al extranjero para recibir tratamientos, está llamado a vivir un auge mundial. Cada vez más países y ciudades intentan ofrecerse como destinos diferenciados. Según las estimaciones más conservadoras, este sector está valorado en 40.000 millones de dólares, con un crecimiento anual de dos cifras.
No parece que la recesión le afecte. El aumento de los costes sanitarios y el alargamiento de las listas de espera en EEUU y Europa impulsan la demanda. Para los pacientes y sus compañías de seguros, los países en desarrollo ofrecen una alternativa barata y viable. Este fenómeno empezó en EEUU, donde la agencia oficial Joint Commission ha acreditado, a través de su división internacional, hospitales en Europa Medio Oriente, Asia y Pacifico. Los nuevos destinos del turismo médico son India, Tailandia, Turquía, Jordania Malasia y Singapur. India ofrece tratamientos por una décima parte del precio de los EE.UU. o el Reino Unido, y en 2012 se prevé un aumento del 30% por esta vía.
Barcelona también juega su papel como destino y atrae cada año a unos 10.000 pacientes extranjeros. La ciudad podría estar entre las mejores por la calidad de sus centros y su oferta, pero le falta crear marca y una apuesta unificada y determinante de las instituciones. Barcelona Centre Mèdic y Barcelona Internacional Medical Academy están trabajando para promover la capital catalana como destino mundial.
Desde la década de los 70, los países del Golfo son grandes emisores de pacientes a nivel mundial y han pagado miles de millones a sus ciudadanos para someterse a tratamientos médicos en Europa, Asia o América del Norte. En 2010, 220.000 sauditas viajaron al extranjero para recibir tratamiento. Los Emiratos Árabes Unidos gastan más de 2.000 millones dólares al año en salud de nacionales en el exterior.
Los pacientes tienen en cuenta tres factores esenciales al elegir su destino: el acceso,la disponibilidad y la relación calidad-precio.
El turismo médico se está transformando en una lucrativa industria para los países de destino, con un gasto medio de 5.000 dólares por paciente y viaje, Pero para los países de origen, este turismo drena los recursos. Algunos estudios apuntan que los pacientes pagan 44.000 dólares para una operación de bypass del corazón en Europa. La misma operación cuesta 11.000 dólares en Tailandia, 10.000 dólares en la India y sólo 9.000 dólares en Malasia.
En los países en desarrollo se plantea un importante dilema ético puesto que este tipo de turismo para los extranjeros se prioriza a expensas de la atención básica para sus ciudadanos o la fuga de cerebros al sector privado. Los ejemplos de Tailandia y la India sugieren que los efectos distorsionadores de esta tendencia y plantea cuestiones de equidad social en la distribución de los escasos recursos.
Expansión, Catalunya, Opinión, Martes 2 Octubre,2012
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