África no tuvo ningún país en recesión en 2012, y espera un crecimiento del 4,8% en 2013. Si hay una cosa en que los expertos coinciden es que el continente se encuentra entre las regiones de mayor crecimiento económico del mundo. La riqueza en petróleo, la abundancia de recursos naturales, el incremento de la educación y la expansión de la urbanización son indicadores de los cambios que se están dando, y muchas empresas empiezan a ser conscientes de ello: tasas de crecimiento al alza, caída de la hambruna, mejoras en sanidad y menos caos político. El continente olvidado parece preparado para cambiar la tendencia y estar en la agenda internacional.
Después de décadas de abandono, África tiene una oportunidad real para seguir los pasos de otras regiones. El flujo de capitales globales en la África subsahariana pasó de 8.000 millones de dólares a 48.200 millones de dólares en 2011. El capital riesgo y la inversión extranjera es´ta creciendo de la mano de China, Brasil, Emiratos y Turquía. Este ritmo seguirá hasta 2015 con proyectos de inversión de 150.000 millones de dólares, lo que equivale a la creación de 350.000 empleos cada año.El crecimiento medio del PIB será de un 5% anual, gracias a la fuerte demanda y los altos precios de las materias primas.
Africa podría ser un referente dentro de la industria ligera y de servicios. El comercio transfronterizo, antes inexistente, es cada vez mayor. El desarrollo está infundiendo un nuevo dinamismo comercial, y está impulsando la creación de pymes y una nueva clase media emergente. Sesenta millones de africanos tienen actualmente ingresos de 3.000 dólares al año, y la cifra pasará a cien millones de personas en 2015. El entusiasmo por la tecnologia es evidente: hay mas de 600 millones de usuarios de teléfonos móviles, y es donde mas avanza la banca por sms.
El optimismo tiene que tomarse con prudencia. Muchas de las 50 economías africanas tienen graves problemas, como la pobreza o la producción insuficiente de alimentos. La hambruna y la sequía son recurrentes, mientras que la corrupción y las guerras no desaparecerán de repente. Pero el progreso es una señal del camino hacia la transformación.
África necesita grandes reformas, sobre todo un proceso de integración regional. El continente tiene 1.000 millones de habitantes, la mitad de ellos con menos de 18 años. Si la demografía de África trae un dividendo o un desastre dependerá en gran medida del acierto económico. La aceleración es una señal de progreso duramente ganado, y es el camino para construir un futuro mejor.
Expansión, Opinión, Ed. Catalunya, Martes 8 enero 2013
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