En otras épocas, los zocos, medinas y bazares de Oriente Próximo y el Magreb eran el referente del comercio y el indicador de la salud económica de la región. Pero parece que tienen los días contados y se reducen a ser puros reclamos turísticos. Queda poco de aquellos zocos de callejuelas laberínticas como lugares privilegiados del pequeño comercio y de la artesanía, con sus mercadillos especializados. De este mundo de sensaciones que es un auténtico espectáculo para la vista, el oído y el trato. De todo este ambiente perfumado por una mezcla de jazmín, azahar y comino. Cada vez es más difícil encontrar zocos con el carácter inconfundible de los de Marraquech o Túnez.
EL PAISAJE comercial ha sufrido una transformación espectacular en la última década, unida al crecimiento del sector inmobiliario. La expansión de las poblaciones y las clases medias emergentes ha exigido una mayor diversidad de experiencias de compras. Los promotores han respondido con la construcción de decenas de centros comerciales en toda la región. Los esquemas reflejan el traslado masivo de los minoristas de zocos y tiendas locales hacia centros comerciales urbanos. Para los promotores, la región ofrece una alternativa a los mercados más maduros y sin algunos de los riesgos asociados normalmente a un mercado emergente. Además, tiene un gran potencial de crecimiento y una base de consumidores para gastar. También hay un considerable empuje del sector turístico floreciente, sobre todo en lugares como Dubái, sinónimo de lujo al por menor.
Al igual que ocurrió en Europa y EEUU hace décadas, los centros comerciales cambiarán el panorama minorista, superando a las tradicionales tiendas de menor tamaño. Puede ser lamentable en algunos casos, pero hay muchas razones prácticas para favorecer a estos centros, sobre todo el clima inhóspito. Los gobiernos buscan diversificar sus economías a partir de los hidrocarburos, y un sector de servicios ampliado es una forma importante de generar PIB no petrolero. Los centros construidos hoy se convertirán en engranajes importantes en la economía de mañana. En toda la región están previstos, o en curso, inversiones de más de 16.000 millones de dólares para aumentar la superficie comercial. De Abu Dabi a Casablanca, los promotores tienen la esperanza de sacar provecho de la demanda. Dubái, con 4,5 millones de metros cuadrados, es el mercado líder de venta al por menor más avanzado de la región y un destino minorista mundial, con millones de personas que visitan sus centros comerciales cada año. Hace poco se inició la construcción del mayor centro del mundo, como parte de los planes para impulsar la cifra de 100 millones de visitantes al año. Otros mercados de la región también tratan de ampliar su oferta de venta al por menor.
Catar tiene 580.000 metros cuadrados de superficie bruta en centros comerciales, lo que equivale a 0,32 de metros cuadrados por habitante. Esa cifra aumentará a 1,3 millones de metros cuadrados a finales del 2015, lo que equivaldrá a 0,72 metros cuadrados por persona. También se abren nuevos espacios en Kuwait, con importantes inversiones de un billón de dólares.
Será interesante ver cómo crecen los mercados de Argel, Abu Dabi, Doha, Beirut ya que deberán realizar una planificación cuidadosa para garantizar su posicionamiento. Fundamentalmente, deberán ser más grandes que la competencia y canibalizar la demanda actual o deberán ser diferentes, por la incorporación de nuevos conceptos e ideas para el mercado.
EL DESAFÍO será para los pequeños minoristas, que en muchos casos no tendrán más remedio que adaptarse para sobrevivir. Muchos centros han tenido éxito mediante el reposicionamiento para abastecer exclusivamente a las necesidades de su zona de influencia inmediata en lugar de tratar de competir directamente con los centros comerciales más grandes. Hay grandes oportunidades de negocio para las empresas del sector de la distribución y el comercio minorista. Un 60% de la población de la zona tiene menos de 25 años y se constata el aumento de una clase media de la que se espera que pueda crear oportunidades de empleo en un futuro no muy lejano.
Los zocos son una constante en las ciudades árabes. Desde tiempos remotos fueron el lugar de encuentro de las caravanas que viajaban por el desierto para comerciar y concluir negocios. Probablemente fueron los precursores de los actuales mercados o los centros comerciales. Las compras eran en el pasado -como hoy- un evento familiar en la región. Ahora todo luce bajo un modelo demasiado artificial, uniforme y cubierto y con la ausencia de esa algarabía tan natural de los mercados árabes.
El Periódico, Opinión, Pag 8. Miércoles, 8 de octubre de 2013
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