Las inversiones de países de Oriente Próximo en el sector inmobiliario han regresado con fuerza.
Desde que estalló la crisis financiera, los fondos soberanos de Oriente Próximo se han convertido en una de las fuentes de capital más importantes del sector inmobiliario a nivel mundial. Los mercados globales han visto la entrada de capitales con ese origen por valor de unos 45.000 millones de dólares entre el 2007 y el 2013, siete veces más que en su mercado doméstico. Y un ejemplo son los 20.000 millones invertidos en los últimos dos años. Hay una notable evidencia de que los jugadores de Oriente Próximo aumentan su interés y sus inversiones en este sector. En el 2013, cerca del 90% de sus inversiones inmobiliarias comerciales se hicieron fuera de la región. El 80% tuvieron como destino Europa, que ofrece diversificación, aceptación cultural, alta liquidez y transparencia del mercado.
Los inversores de Oriente Próximo vuelven a desempeñar un papel activo en los mercados de inversión inmobiliaria, no solo en Europa sino a nivel mundial, con operaciones en muchas de las ciudades más grandes del mundo. Y demuestran una capacidad de desplegar grandes sumas, pero para operaciones adecuadas, lejos de los caprichos de otras épocas. Es muy conocida la pasión de esos inversores, especialmente los del golfo Pérsico, por la compra de inmuebles, hoteles de renombre y centros comerciales de Europa y de todo el mundo.
La crisis del 2008 y las grandes pérdidas que originó había frenado un poco este apetito de asumir altos riesgos y les había obligado a ser más cautelosos, pero algo está cambiando en los últimos dos años en el mercado inmobiliario europeo, lo que se traduce en un aumento de la confianza a pesar de la volatilidad en los mercados de acciones y de bonos. Los inversionistas de Oriente Próximo son, junto con los norteamericanos, los principales impulsores de este aumento de la actividad.
En los próximos diez años se espera que 180.000 millones de dólares de capital árabe se inviertan fuera de la región, cinco veces más que en la década anterior. Los fondos soberanos representarán la mayor parte de estas transacciones y Europa seguirá siendo la principal beneficiaria, con más del 80% de la inversión. Según las previsiones, los destinos preferidos serán las principales ciudades del Reino Unido, Francia, Alemania, Italia e España, en particular en el sector de la hostelería, ahora un destino estratégico.
Las transacciones de los compradores indican una preferencia por Londres (cerca del 44% del total), además de París o Milán, pero Barcelona ya figura entre sus predilecciones A finales de enero, un fondo de inversión de las Fuerzas Armadas de Catar, Qafip, adquirió el hotel Renaissance Barcelona por unos 78 millones de euros. Meses antes, otro fondo del pequeño emirato, el Qatari Diar, compró el Hotel W por 200 millones, y otras operaciones importantes podrían anunciarse en breve. Varios hoteles emblemáticos de la ciudad pertenecen a capital árabe, como el Miramar, el Florida, el Palace, el Juan Carlos I y el del Palau de Congressos. Barcelona y España empiezan a estar de moda en Oriente Próximo, y la atracción crece.
El precio del petróleo continúa siendo una fuente constante de capital. Es un dinero que no puede absorber la región, que busca oportunidades atractivas en el sector inmobiliario, sobre todo en las ciudades muy conocidas. Esta tendencia va a continuar, fundamentalmente por el mayor interés de inversores saudís, que hasta ahora se habían mantenida a la expectativa y se habían centrado en su país.
La gran mayoría de los inversores de esta región son jugadores a largo plazo, no oportunistas en busca de ganancias rápidas. Esta estrategia favorece a los grandes edificios de las principales ciudades europeas, tanto hoteles como oficinas. En los dos últimos años ha habido un mayor interés en el comercio minorista, con adquisiciones en calles famosas de Londres o París y en capitales de provincia.
Este capital es, en general, de carácter institucional, y casi la mitad procede de los fondos soberanos de países del Golfo, que representan el 35% a nivel mundial. Por ejemplo, los fondos soberanos de Catar han sido los principales compradores de propiedades europeas en los últimos meses, con inversiones de 3.500 millones de euros en compras como la de la villa olímpica de Londres y locales en los Campos Elíseos de París.
Estos compradores buscan ciudades o países con potencial de crecimiento sólido, un estatus como un centro económico-financiero regional o global, un entorno político estable y un sistema legal transparente. Y se sienten atraídos por el flujo de ingresos constante y por la posibilidad de crecimiento del capital a largo plazo. Estos son factores clave para acelerar sus decisiones.
El Periódico de Catalunya, Miércoles 10 de setiembre de 2014
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