viernes, 24 de mayo de 2024

Cruceros en el Mediterráneo: navegar hacia el futuro

El turismo de cruceros es uno de los segmentos del mercado turístico internacional que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años.

 El principal motivo es que el sector ha sabido adaptarse a las nuevas necesidades de la demanda, tanto desde el punto de vista del transporte marítimo como del ocio turístico. Se trata de un producto completo que ofrece una gran variedad de destinos así como de experiencias y emociones para todos los públicos. Además, el segmento de los cruceros genera empleo directo e indirecto, pues engloba a las embarcaciones, los puertos, las agencias de viajes, los proveedores y la cadena de suministro de bienes y servicios asociados.

Los datos hablan por sí solos. El mercado mundial de cruceros generó 13.600 millones de dólares de ingresos en 2022, y se espera que crezca un 11% entre 2024 y 2028. En 2023, 31,7 millones de pasajeros optaron por los cruceros en sus vacaciones, de los cuales un total de cuales 7 millones se decantó por el Mediterráneo. Esta región mantiene su posición hegemónica, consolidándose como el segundo mercado de cruceros más importante del mundo, capturando una cuota de mercado del 21,5%. A este ritmo de crecimiento, podría superar el Caribe, que sigue siendo la principal destinación de cruceros debido, sobre todo, a sus excelentes condiciones climatológicas y el atractivo que supone la diversidad de culturas, la dieta y la historia. Ambas regiones se han beneficiado de una tendencia que se ha consolidado en los últimos años, y es que la temporada de cruceros se extiende a todo el año y los itinerarios son cada vez más diferenciados. Las principales empresas internacionales saben que este mar ofrece un enorme espacio para crecer.

En el caso concreto del Mediterráneo, el viento está a favor: la región ha vuelto a los niveles previos a la pandemia y ha tenido una capacidad récord de cruceros en 2023, con más de 170 buques navegando durante todo el año. El mar Mediterráneo cuenta con 45.000 km. de costas, de los cuáles 19.000 km. representan costas isleñas. A lo que cabe añadir otros datos muy significativos: soporta el 30% del comercio marítimo mundial por volumen, tiene una ruta de tránsito para el 25% del tráfico marítimo petrolero y más de 450 puertos y terminales y, además, cuenta con más de 150 puertos en las riberas mediterráneas -existen unos 70 operadores-. Barcelona sigue siendo el puerto principal y el centro de todos los cruceros por el Mediterráneo Occidental.

La batalla de los cruceros se gana en tierra y los grandes puertos del Mediterráneo continúan desarrollando nuevas plataformas y grandes terminales marítimas con inversiones en millones de euros para atraer a millones de pasajeros y ofrecer productos diferenciados. Sin duda, una ganancia financiera real para la economía local. La visión de una flotilla de buques de crucero que se alinean en el puerto también hace que la ciudad sea más atractiva.

El futuro plantea grandes desafíos, sobre todo en términos de replantear el modelo turístico poniendo en el centro del debate la transición verde -impulsar nuevas iniciativas que garanticen la reducción de las emisiones de CO2 y la preservación del medio ambiente y que permitan fomentar el ecoturismo y la fabricación de cruceros eléctricos- y la preservación del patrimonio cultural e histórico de los municipios. Nadie pasa por alto el altísimo impacto medioambiental de este sector. Varios estudios coinciden en que la contaminación que generan los cruceros en los puertos donde atracan equivale a cinco veces el total de vehículos que circulan por su territorio.

Además, es una industria controlada en un 80% por cuatro grandes grupos centrados en pocos puertos con gran impacto. En el caso concreto del Mediterráneo es clave ampliar la oferta hacia otras pequeñas ciudades portuarias para ayudar a vertebrar el territorio, ampliando así la oferta.

Pero si hablamos de los desafíos más acuciantes del sector no podemos olvidarnos de cuestiones relacionadas con los elevados costes de la construcción de los buques, la cualificación de la tripulación, el estricto reglamento de seguridad, inestabilidad política, o el precio del petróleo

El crecimiento espectacular de los cruceros en el Mediterráneo nos indica un camino para ganar la apuesta por promover una sociedad y un modo de vida común a nivel global. Aunque cada destino tiene sus prioridades y estrategias, ahora es más necesario que nunca trabajar conjuntamente para afrontar unos retos que son comunes en toda la región. Es el momento de convertir las amenazas en oportunidades. El Mediterráneo puede obtener una ventaja competitiva mejorando la sostenibilidad y comercializando sus variadas atracciones de manera más coherente para atraer a los visitantes potenciales. La conectividad, las promociones y una cooperación más profunda entre los países del Mediterráneo deben ser una prioridad para todos los agentes del sector. Está en juego el futuro del sector turístico y su impacto en la integración y el desarrollo regional del Mediterráneo.

Hay que apostar por crear una marca común que impulse la complementariedad de las ofertas en lugar de una competencia entre destinos. Otras regiones ya lo han hecho, como el Caribe donde están involucrados 33 países. Los diferentes organismos mediterráneos deben promover un nuevo marco de cooperación y proyectos conjuntos de una nueva alianza mediterránea, clave para navegar hacia un futuro económicamente, ambientalmente  y socialmente sostenible. 

Anwar Zibaoui, EXPANSION, Opinión, 19 Mayo 2024

https://www.expansion.com/catalunya/2024/05/19/664a308fe5fdeaf15b8b45b0.html

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