Los vínculos entre España y algunos países árabes han mejorado de forma evidente en los últimos años, tanto a nivel político como económico. La proximidad histórica y geográfica siempre habían sido un valor añadido, por la cercanía y las relaciones políticas tejidas durante años, que facilitan la reciprocidad y la expansión de las empresas.
Nunca antes estos lazos habían alcanzado este nivel. Los intercambios comerciales crecieron entre el 80% y el 90% anual, llegando incluso al 150% con algunos países. Hoy, ya no es una excepción que una empresa española gane un contrato y prueba de ello, son los grandes contratos adjudicados en Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Emiratos, Egipto, Argelia o Marruecos a empresas españolas.
Además, el compromiso de España con el mundo árabe se traduce también en la presencia de inversores árabes que aumentaron su apuesta por España, con fondos y empresas que han invertido más de 18.000 millones de euros en los últimos años en diferentes sectores en una muestra de confianza en la economía española.
Los fondos soberanos del Golfo están cambiando sus estrategias de inversión, buscando activos alternativos que aseguren el rendimiento e impacto en su entorno económico, apoyando sus economías locales y creando riqueza para sus generaciones futuras. En 2022, estos fondos invirtieron más de 90.000 millones de dólares. El doble que en 2021. Un 60% se destinó a Europa y América del Norte. Por ello ahora están utilizando su riqueza para reclamar un papel más importante en el escenario mundial, diversificar sus economías y ganar influencia geopolítica.
Hace unos meses, el principal operador de telecomunicaciones saudita, Saudí Telecom STC adquirió una participación en Telefónica, una importante inversión a largo plazo coherente con su estrategia de crecimiento invirtiendo en sectores vitales de tecnología e infraestructura digital en mercados prometedores, a nivel regional europeo y global.
En los últimos años, el sector energético español ha recibido la atención de grupos y fondos árabes con la gran liquidez financiera. Seguramente una de las operaciones que puede marcar un paso importante sería el interés del grupo energético Taqa, perteneciente a un fondo soberano de Abu Dhabi, ADQ, en convertirse en el socio mayoritario de Naturgy tejiendo una alianza con Criteria. Esta no sería la primera operación de un fondo de este emirato, puesto que en 2011 IPIC -Mubadala se convirtió en el socio mayoritario de Cepsa y tomó participación en Enagás e Iberdrola.
Qatar también ha hecho grandes inversiones en otros sectores, como el inmobiliario, hotelero y en comunicación; el fondo soberano qatarí es el principal accionista de Iberdrola y recordemos la gran participación de IAG en el Corte Inglés.
El grupo argelino Sonatrach compró el 4,1% de Naturgy, y es uno de los primeros proveedores, con un contrato de suministro hasta el 2030. Además, Sonatrach dispone de una gran participación en Medgaz, el gasoducto que une España y Argelia.
Como bloque, la UE es el segundo mayor consumidor de petróleo y gas del mundo, con un consumo de unos 13 millones de barriles de petróleo por día (un 15% del total mundial) y 440.000 millones de metros cúbicos de gas por año (el 13% del total mundial). Por otra parte, Oriente Medio dispone del 47% de reservas mundiales de petróleo, y el 43% de reservas de gas. Aunque solamente entrega el 32% y el 17% respectivamente, por lo que la región se beneficiará del acceso a nuevos mercados.
Hay muchas posibilidades si se opta por sumar y colaborar, más allá de la polémica de reyes y emires. No olvidemos que en algunos países europeos, se hace una defensa selectiva de los derechos humanos de acuerdo con intereses geopolíticos, geoestratégicos y económicos. Porque, en definitiva, se trata de una región en la que conviven tradiciones conservadoras y tecnología punta, gran riqueza petrolera y enormes necesidades de desarrollo, y falta de democracia o transparencia junto a grandes oportunidades que favorecen los intereses de la economía del Estado Español.
A veces, puede haber diferentes prioridades para España y Europa y sus socios tradicionales en el mundo árabe, pero un diálogo regular podría ayudar a alinear esas prioridades y permitirles trabajar al unísono en temas en los que estén de acuerdo.
Anwar Zibaoui. Opinión-Tribuna. EXPANSIÓN Edición Catalunya.23 abril 2024
https://www.expansion.com/catalunya/2024/04/23/66279009468aebaa068b45a2.html