miércoles, 6 de febrero de 2013

Dubái resurge: ¿Visión o espejismo?


En noviembre de 2009, Dubái World Holding conmocionó a los mercados financieros globales, al pedir a sus acreedores una moratoria de su deuda de 27.000 Millones de dólares. Abu Dhabi, el hermano mayor, salió en su ayuda para evitar la quiebra. La falta de  transparencia, y de mecanismos de control y de regulación habían creado confusión y habían impedido conocer con exactitud el valor de la deuda y determinar las inversiones y reservas de que disponía Dubái en más de 50 países.

Para una economía en desarrollo rápido, como la de Dubái, el tamaño de la deuda no era el problema, sino como reestructurarla, y adaptar el modelo de crecimiento sostenido para recuperar la confianza perdida, pilar esencial para volver a la senda de crecimiento. Dubái, ha centrado sus esfuerzos en sus puntos fuertes: comercio, turismo, y el desarrollo de servicios de infraestructura y logística, ofreciéndose como Hub con enlaces para 2.200 millones de personas. También nuevos mecanismos para vincularse a los mercados globales, y políticas a favor del sector empresarial con reglamentos y leyes, que constituyen una base sólida para su rápido crecimiento. Dubái mira hacia el futuro en lugar de la especulación inmobiliaria y los esquemas que existían hasta 2009.

Tres años después, su economía está en el camino de la recuperación. Dubái World ha completado con éxito una serie de infraestructura y el emirato se ha beneficiado de la agitación política en la región, ofreciendo un refugio seguro para los turistas e inversionistas. Mientras muchos países de la región viven tormentas políticas, Dubái aumenta los ingresos por turismo, y los depósitos bancarios. Pero, al igual que el resto del Golfo, se enfrenta a retos difíciles y algunas vulnerabilidades.Debe evitar otra burbuja inmobiliaria, y solucionar sus problemas estructurales, como la gran dependencia indirecta del petroleo, o la mano de obra extranjera.

En los últimos 50 años pocos países han experimentado un crecimiento tan espectacular como los Emiratos Árabes Unidos. De la pesca y la recolección de perlas, al descubrimiento de petróleo, su economía se transformó y cambió la vida de sus ciudadanos, pasando de un estilo de vida beduino tradicional a vivir en algunas de las ciudades más modernas del mundo. 

A pesar de que Abu Dhabi, la capital, es la economía mas grande - representa el 61% del PIB del país gracias al petróleo-, la marca de Dubái ha generado mas titulares en el mundo que los otros seis Emiratos que forman el Estado.

Dubái es el tercer de exportación y re-exportación  y el cuarto aeropuerto del mundo. Su compañía de aviación es la segunda en el ranking mundial. Su comercio no petrolero creció un 14%, y factura 280.000 millones de dólares. El turismo aumenta al 14% anual, y los ingresos de los hoteles un 22%, con una tasa de ocupación del 82%, la más alta del mundo. Dispone de 575 hoteles, algunos de ellos emblemáticos.

Basándose en este aumento de confianza, Dubái ha presentado varios proyectos de referencia. Destaca el de Mohammed Bin Rashid City, centrado en el ocio y el turismo familiar, que albergará el mayor centro comercial junto con 100 hoteles y parques temáticos. También pretende albergar eventos internacionales de alto perfil, se prepara para competir por los Juegos Olímpicos de 2024 y también ha presentado una oferta para La Expo 2020.

Estos nuevos proyectos llegan en un momento de crecimiento acelerado favorecido por el comercio y el turismo, claves de la economía del emirato. Señales de recuperación a pesar de la crisis económica que afecta a gran parte del mundo. 

Pero el emirato todavía está en negociaciones con los acreedores para mejorar las condiciones de reembolso de parte de su deuda. En este escenario, su estrategia no parece exenta de riesgo y hay preocupación ante los ambiciosos proyectos anunciados.

Esto no quiere decir que en el futuro no habrá desafíos. Una economía que depende en gran medida del comercio y las finanzas internacionales se expone a los vaivenes globales. Vale la pena recordar lo ocurrido en 2009 y como se pasó del auge a la quiebra.

Dubái volverá, pero es importante que su regreso no sea contrario a las tendencias mundiales. Porque su destino parece seguir siendo el centro de las transacciones de bienes, ideas y servicios. Es el mercado preferido de la inversión inmobiliaria en la región, y es competitivo gracias a una situación política estable, sus infraestructuras y su apertura. Si Dubái consigue consolidar una economía o modelo diferente, la visión que nos ofrezca puede que no sea un espejismo o un capricho pasajero.

El periódico de Catalunya, Opinión, Pag.12, viernes, 1 de Febrero de 2013

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