Qatar Airways firmó en agosto un acuerdo para convertirse en el primer patrocinador del FC Barcelona, por un valor de 100 millones de euros hasta el 2016,y Emirates Airlines ha cerrado un contrato de 120 millones por cuatro años para lucir su logo en la camiseta del Real Madrid. Emirates también mantiene acuerdos con otros clubs europeos,como el Arsenal, cuyas camisetas y cuyo estadio lucen la marca de la aerolínea, además de tener otros acuerdos de patrocinio con el Paris St Germain (PSG), propiedad de un magnate catarí, y el Hamburger SV.
El patrocinio de camisetas, vallas publicitarias y el cambio de nombre del campo de grandes equipos o la compra de clubs por grupos inversores del Golfo ya empieza a ser habitual. Cinco de los diez mayores clubs de Europa lucen en su camiseta logos de líneas aéreas de Oriente Medio.
La influencia del Golfo en el deporte internacional y, especialmente en el futbol va en aumento, a pesar que a algunos les escandaliza y a otros les produce fobia, sobre todo cuando algunos iconos caen en manos de grupos del Golfo como pasó con el PSG o cuando en la camiseta figura el logo de empresas de esta región, mientras que el ruido no es el mismo cuando se trata de otras naciones.
No son caprichos de unos petrodólares, ya que estos patrocinios tienen como objetivo promover y construir marcas internacionales, contribuyendo al crecimiento de estas aerolíneas y al fortalecimiento de las ciudades de procedencia, como Dubái o Doha, como destinos turísticos. La capacidad de influencia de los principales clubs Europeos de fútbol se debe en parte a su atractivo global y esto atrae a los patrocinadores de Oriente Medio. Lo esencial para este éxito, a parte del apoyo político o el potencial económico y la capacidad para aprovechar sus recursos – y la promoción del deporte en esta región -, es seguramente el mensaje que se quiere lanzar.
El futbol es el deporte rey: en Oriente Medio tiene millones de seguidores. Además, es un gran negocio una consultora; una consultora ha valorado el PIB del fútbol por más de 500.000 millones de dólares, por encima del PIB de Suiza y Bélgica, lo que la convertiría en la decimoséptima economía del mundo.
El desarrollo de la región como un creador de juego global continúa a buen ritmo. En los últimos años ha crecido la competencia entre las compañías aéreas, que se están alineando con las marcas líderes en el fútbol. Se trata de una asociación que encaja bien con sus respectivos mercados, así como con los clientes internacionales.
Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag.2, Viernes, 20 septiembre 2013
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