Sonatrach, el gigante estatal argelino, es uno de los candidatos para comprar las acciones de Repsol en Gas Natural Fenosa, donde dispone del 4% del capital como resultado de una alianza entre ambos grupos energéticos, que cerró algunos litigios y abrió nuevos horizontes hacia una asociación estratégica. Este primer semestre, España se ha convertido en el primer importador de gas de Argelia.
El conglomerado argelino se enfrenta a una feroz competencia, y la demanda de Europa, su principal mercado, empieza a disminuir. La desaceleración económica mundial requiere una acción más amplia. Para ello, Sonatrach ha lanzado el programa 2013 – 2017, con el que planea invertir 100.000 millones de dólares en cinco años para renovar las anticuadas reservas de gas. Es una señal que envía para tranquilizar a sus clientes en el sentido de que, pese al desorden geopolítico regional, es un proveedor fiable y trabaja para asegurar el mercado del gas, invirtiendo fondos propios.
Otra lectura sugiere que Sonatrach puede asumir el esfuerzo sola ante la deserción de las empresas extranjeras en las licitaciones para exploración de hidrocarburos en Argelia.
El programa prevé la creación de más de 160 pozos al año, la consolidación de las reservas recuperables de gas y petróleo de esquisto bituminoso, estimada en más de 700.000 millones de metros cúbicos, y la construcción de instalaciones petroquímicas para aumentar su capacidad a 45 millones de toneladas al año. Argelia es el octavo mayor productor de gas del mundo.
Desde los años sesenta, los contratos de gas a largo plazo, garantizaban un retorno de la inversión con precios fijos y suministros ininterrumpidos a los clientes tradicionales a través de la provisión de 1.000 millones de metros cúbicos. Sin embargo, este sistema hoy encuentra poco eco entre las empresas europeas, que prefieren el mercado al contado, que es más flexible y competitivo en términos de precios.
Frente a la reducción de la demanda del mercado de EEUU por la explotación del gas de pizarra y los volúmenes importantes de gas natural licuado (GNL) en el mundo, Sonatrach empieza a diversificar sus socios y avanzar hacia nuevos mercados como India y China. Al mismo tiempo, el grupo ha invertido en dos Mega trenes de GNL para aumentar su oferta.
Adaptarse para hacer frente a los cambios en la demanda de petróleo también supone la exploración y explotación de energía no convencional, y promover una nueva ley de hidrocarburos que atraiga a los inversores. Podría ser una señal de la voluntad de las autoridades. Y una llamada desde Sonatrach a sus socios internacionales para apoyarle en esta aventura, aportando conocimientos y experiencia.
Expansión, Edición Catalunya, Opinión, Pag.2. Miércoles, 27 noviembre 2013
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