jueves, 27 de marzo de 2014

¿Nueva África?

En África el año 2013 terminó mejor de cómo empezó. Aunque persiste la debilidad del crecimiento, el continente tiene una trayectoria económica positiva, es la segunda región de mayor crecimiento en el mundo, con una demografía favorable - el 50% de la población tiene menos de 20 años- y un crecimiento previsto del PIB del 7% anual en los próximos 20 años. Pero los riesgos que persisten en la región son vulnerables a la crisis de Estados Unidos y de la Unión Europea, y a los desafíos domésticos, como la autocracia, la corrupción, los conflictos, el cambio climático, la urbanización, las inversiones o la educación.

Desde Sudáfrica, pasando por Nigeria o Angola, el paisaje está cambiando, impulsado por el petróleo y financiado por préstamos baratos de China y las remesas de la diáspora, a pesar de que los activos privados africanos fuera del continente representan el 60% del PIB.

África tiene el 30% de los recursos naturales y 60% de la tierra cultivable del mundo, pero 400 millones de personas aún viven por debajo del umbral de pobreza y 200 millones habitan en Estados frágiles. El ingreso medio anual per cápita es de sólo 1.000 dólares, pero los patrones de crecimiento varían entre diferentes países.

Hay un muevo dinamismo. El PIB combinado de las 50 economías africanas en los últimos diez años creció una media de un 4,9% anual. La mitad de los países africanos han conseguido mejorar su gobierno, lo que ha impactado en una mejora del entorno económico.

A pesar de las claras oportunidades, aún persisten importantes desafíos que se deben abordar. Urge inversión en prácticamente todos los sectores, pero en transporte es primordial. Se necesitarán  93.000 millones  de dólares para unir las regiones remotas, mejorar el nivel de vida de millones de personas y asegurar el movimiento de bienes y productos. Hay que fortalecer los sistemas de educación, debido a que 122 millones de personas se incorporarán al mundo laboral en los próximos 10 años. Será imprescindible la formación de las habilidades para poder competir y satisfacer la demanda interna. La incapacidad de millones de personas para acceder a la financiación sigue siendo un lastre. Y por último, el comercio intra-africano  requiere eliminar barreras.

En 2014, si África afronta con éxito estos retos, sus perspectivas serán mejores que las previstas, y más en 2015. Una nueva África está diseñando su camino pero podría sufrir. Para ahorrar dolores, el continente debería convencer más allá de las palabras y los sentimientos.

Expansión, Ed. Catalunya, Opinión, Miércoles, 26 marzo 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario