miércoles, 10 de julio de 2013

Argelia, más que gas


Argelia es un país que las empresas han situado en su radar como destino. El espectacular aumento del 30% de las ventas  españolas a este mercado confirma esta tendencia y, a pesar de ser un mercado con algunas dificultades para entrar, también es una tierra de oportunidades.

Las relaciones entre España y Argelia presentan elementos de complementariedad, con intereses comunes y sin gran competencia. Es un hecho lógico, por la proximidad geográfica. Argelia se consolida como un importante socio de España con 10.260 millones de Euros de intercambios comerciales con una balanza favorable al pais norteafricano gracias a la importación de gas. Como ejemplo, el 53% del gas natural que consumió España en el primer trimestre de 2013 provenía de Argelia. A la vez, aumentan las exportaciones y la presencia de empresas españolas en el pais africano, como es el caso de Gas Natural, Repsol, Cobega, FCC, Banco Sabadell, La Caixa, Assignia, Iberdrola, OHL, Comsa, Agbar o Idom, entre otras. Sectores como energía, alimentación, bebidas, transporte, turismo, restauración, Medio ambiente, gestión hospitalaria, Gestión de servicios públicos, Ingeniería e infraestructura, aguas, distribución o Construcción se han situado como prioritarios y ofrecen grandes oportunidades de negocio.

Petróleo y gas representan el 98% de las exportaciones,el 45% del PIB y hasta el 65% de los ingresos del país. Argelia es el tercer proveedor de gas en Europa,y el octavo productor de gas del mundo además de situarse entre el top 20 de países productores de petróleo.  Una situación financiera cómoda, junto con un crecimiento sostenido del 4% del PIB, han permitido al Gobierno acometer varios proyectos de inversión con un presupuesto de 225.000 millones de euros para crear tres millones de puestos de trabajo, construir dos millones de viviendas y cinco nuevas ciudades, además de hospitales, escuelas, plantas solares y servicios públicos.

En este contexto, se nota  el esfuerzo para relanzar la actividad, diversificar la economía y atraer la inversión, pero será difícil llevar a cabo estos planes si no se cambian las tendencias nacionalistas de la ley de inversión. El empresariado privado ha ganado peso en numerosos sectores como telecomunicaciones, transporte, agricultura y turismo. El último bastión, el energético, está en un proceso lento pero irreversible de liberalización. la clave para alcanzar el progreso económico dependerá de la capacidad de mejorar el clima social, de atraer a los inversores y del desarrollo de una clase empresarial, especialmente las Pymes. Para consolidar las reformas, crecer y ayudar a las empresas a ganar los retos de la globalización es prioritario salir de la dependencia energética, reformar la banca y reestructurar el tejido productivo.

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