lunes, 22 de julio de 2013

Marruecos-España, tiempo diferente


Marruecos vuelve a ser el destino de una importante visita del Rey de España con una delegación económica. Esta vez la visita se desarrolla en un entorno diferente tanto por el gran cambio que vive este país, como por la tendencia a la presencia en Marruecos de empresarios y miles trabajadores que provoca la crisis económica en España. Se nota en las calles de las grandes urbes marroquís y en la multiplicación de vuelos. La visita de Juan Carlos coincide con una crisis del Gobierno de Benkiran que pierde su mayoría por los desacuerdos entre su partido (PJD) y su socio principal de coalición, Istiqlal. Con poco tiempo para organizar un nuevo Ejecutivo, su futuro parece estar en manos de Palacio y del partido opositor RNI

EL MONARCA marroquí tiene la esperanza de que la experiencia de gobierno del PJD y su moderado islamismo político se mantendrán dentro del sistema. La retirada de Istiqlal puede dañar esa estrategia. Marruecos necesita mantener la estabilidad y afrontar los desafíos sociales y económicos profundos subyacentes. Existe el riesgo de un aumento del malestar si el actual proceso de reforma moderada no empieza a dar resultados. El PJD es una constante de la escena política desde hace muchos años, centrado en los problemas socioeconómicos de los pobres en los barrios urbanos. En cierta medida, contribuye a la estabilidad del país, ya que proporciona una voz a las preocupaciones de una corriente principal del sistema político.

Gracias a las recientes reformas económicas, Marruecos ha mejorado su competitividad global. Según un nuevo informe del Foro Económico Mundial, ocupa el número 70 en una lista de 140 países, una mejora considerable desde el 2010. El informe indica que no solo ha mejorado su posición, sino también su clima de negocios, nivel de vida, crecimiento económico sostenible e inversión extranjera. A esto hay que añadir que la UE ha elegido a Marruecos como el primer país de la región para empezar las últimas rondas de negociación para lograr un acuerdo de libre comercio.

Marruecos está consiguiendo diversificar sus socios. Mientras EEUU y África ganan peso, la UE sigue siendo el primer socio pero desciende del 66% al 57,5% del total. Están en marcha unos ambiciosos programas e iniciativas para transformar el reino en una potencia regional. Planes de infraestructuras, energías renovables, turismo, agricultura offshoring e industrial, la consolidación del Puerto Tánger Med y el impulso de la industria del automóvil con la fábrica de Renault como referencia para atraer otras marcas.

Pero tiene que responder a los choques externos, y debe adoptar un tipo de cambio más flexible para aumentar su competitividad. Durante la última década, ha avanzado en los indicadores sociales. Sin embargo, se precisa un esfuerzo sostenido para aumentar el crecimiento y hacerlo más participativo, en particular con la reactivación del empleo, la reducción de las desigualdades de ingresos y un mayor acceso a los servicios de salud y educación. El punto negro es el desempleo juvenil, que sigue siendo alto. El mayor crecimiento económico, la reducción del paro, mejor acceso a las infraestructuras básicas de salud y educación, y la marcada reducción en las tasas de pobreza son evidencias tangibles de los progresos en la promoción del crecimiento inclusivo.

Este es un año histórico. España supera a Francia como primer socio comercial: los intercambios alcanzan los 8.870 millones. Con un aumento del 29% y un superávit comercial de 2.350 millones, Catalunya representa el 26% del total de España. Marruecos está entre los 10 mejores mercados de exportaciones y representa 2,4% del total, casi 18.840 empresas exportan a este mercado. Es el primero en África y el segundo socio fuera de la UE, a pesar que podría ser el primero si añadimos los flujos entre Ceuta y Melilla y principalmente gracias al incremento de la presencia de entre 1.500 y 1.800 empresas en el país. A pesar de algún contratiempo, el tejido empresarial de ambos países ha demostrando que este nivel de cooperación tiene mayor efectividad que el político.

LA RELACION entre los dos países exige urgentemente la creación de marcos estables que favorezcan el acercamiento y fomenten la actuación de la sociedad civil, especialmente los empresarios, creando puentes entre los 14 kilómetros que los separan. Marruecos nada con mayor coherencia entre la geoeconomía y la geopolítica en un momento en que la región y Europa experimentan cambios profundos. Multiplicar la cooperación así como el conocimiento mutuo real es un remedio: sus beneficios son un antídoto para eliminar potenciales factores de desestabilización.

El periódico, Opinión, Pag.8, Miércoles, 17 de julio de 2013

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