lunes, 28 de marzo de 2011

Arquitecto del "Made in Mediterráneo"




Entrevista por  ISIDRE AMBRÓS  
"Los nombres y las cosas"


De pequeño quería ser arquitecto, me licencié en Ciencias Empresariales y ahora soy Secretario General de Ascame, la Asociación de las Cámaras de Comercio del Mediterráneo.” De esta forma, con tres pinceladas, Anwar Zibaoui resume lo que considera que son las principales características que definen su vida.Una existencia muy marcada por unos orígenes que asume con naturalidad: “Nací en Sidón, uno de los principales puertos fenicios de la época, a dos metros del mar”, explica este libanés de cuarenta años, de los que la mitad los ha vivido en Barcelona, y a quien el alcalde de la ciudad, Joan Clos, considera un ejemplo de integración.

Y como buen fenicio, prefirió Barcelona, donde nada más llegar sintonizó con el carácter catalán, que París.Una llegada no exenta de sobresaltos, porque llegó a finales de 1980. “Llegué a Barcelona dos meses antes del golpe de Estado del 23-F y no entendía nada.Me llevé una gran sorpresa. Abandoné mi país, en plena guerra civil, convencido de que me iba a vivir a un sitio donde reinaba la paz, y me encontré un país lleno de tensión y miedo ante un posible golpe de Estado, que se produjo poco tiempo después de mi llegada.Creía que había abandonado para siempre el fantasma de una guerra y al llegar aquí me volví a encontrar con una amenaza militar. No entendía nada, entre otras cosas porque apenas dominaba el idioma”, dice Zibaoui.

No obstante, se quedó en Barcelona, donde estudió y se licenció en Ciencias Empresariales y Dirección de Empresas y Actividades Turísticas.Y luego, en París, hizo un máster en Administración de Empresas y Comercio Internacional. Estudios, todos ellos, que luego le han servido para construir una sólida carrera en el mundo de las relaciones comerciales.

“Me especialicé en comercio exterior”, dice Anwar Zibaoui, que recuerda que hizo sus primeras armas en una firma textil donde se encargaba de vender productos a los países árabes.No obstante, su carácter mediterráneo pronto le llevó a buscar nuevos mercados que no tenían nada que ver con el Mare Nostrum. Así, este libanés, el mayor de una familia de cinco hermanos, se dedicó a lo largo de una década (1985-1995) a viajar por Europa central y oriental y Latinoamérica como responsable de desarrollo internacional y de exportaciones de un consorcio industrial. “No quería encasillarme en los países árabes, que era lo más fácil para mí, así que intenté no limitarme a ese grupo de países.Al fin y al cabo, para vender sólo hay un esquema y la cultura, en mi caso mediterránea, sólo influye a la hora de cerrar el trato.”

Sin embargo, la realidad es tozuda y Zibaoui se vio envuelto por toda la euforia mediterránea que invadió Barcelona en 1995, cuando la ciudad catalana alumbró en noviembre de aquel año el llamado Proceso de Barcelona, cuyo objetivo es crear una gran zona de libre cambio en el 2010 entre la Unión Europea y los países de la ribera sur del Mediterráneo.

Desde aquellas fechas, este experto en tejer consensos institucionales se ha convertido en uno de los principales personajes barceloneses a la hora de discutir de asuntos mediterráneos. Y como tal le fichó Antoni Negre, entonces presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona: para llevar las relaciones con el Mediterráneo y los países árabes.El objetivo era, y es todavía, doble.Por un lado, refundar la Ascame, nacida en 1982 y que estuvo languideciendo hasta finales de los noventa, a rebufo del Proceso de Barcelona. Y, por otro, proyectar la ciudad catalana como centro neurálgico del Mediterráneo.

Y en ello está desde septiembre del 2001, cuando se convirtió en secretario general de la Ascame, al asumir la Cambra de Comerç de Barcelona la sede permanente de la secretaría general de esta organización que preside desde marzo del 2002 Ben M'Barek, presidente de la Cámara de Comercio de Túnez.Desde entonces no ha parado ni un momento en su misión de dar peso y visibilidad a este lobby, que representa a unos 8 millones de empresas.

Su esfuerzo en “ lanzar la marca Mediterráneo”, como Zibaoui define su trabajo en la Ascame, le ha llevado a que esta organización aglutine ya 300 cámaras de comercio de más de 20 países, “y el objetivo es llegar a 500”, precisa. Una tarea que le apasiona porque considera que “el Mediterráneo es una pequeña prueba para la globalización por su complejidad socioeconómica”.Y para que esta región se convierta en una zona de paz y estabilidad sin desigualdades económicas opina que la Ascame tiene un papel importante que jugar porque es “el instrumento de cooperación y transferencia tecnológica necesario para que las cámaras de comercio realicen un papel de puente económico y social con los países de la orilla sur del Mediterráneo”.

Entrevista publicada en La Vanguardia, pag. 67, Domingo, 19 de Enero de 2003

No hay comentarios:

Publicar un comentario